Me
arrastré hasta alejarme un poco del agua tosiendo y me quedé tirado,
intentando respirar normal de nuevo. Cerré los ojos. Un minuto necesito.
--uno de los dos tiene que ayudar a ese!- Escuché la voz de Ian. Entreabrí los ojos y vi un chapoteo que supuse era otro de nuestros compañeros.
-La concha de la chatot.-
Me quejé incorporándome. Para cuando terminé de mirar alrededor, la
chica morocha se había tirado al agua y había sacado a Nico a la
superficie. Por lo menos una persona sabía lo que hacía. Desde donde
estaba ahora pude ver que lo que nos había atacado antes ahora se las
había agarrado con ellos. -Vos andá a parar los peces!- Le ordené a mi pokemon.
//tackle al que atacó a nico si se puede. 15 + 15// [dice]0[/dice]
La
única consolación en la que pude pensar antes de sumergirme entero en
el río fue que logré guardar a Lup en su Pokeball antes de que ella
cayera conmigo. No era mucho, y sabía que la muy atrevida hubiera
disfrutado el desafío, pero de ninguna manera iba a dejar que le pasara
algo si podía evitarlo.
Me invadió el pánico una vez que quedé
completamente bajo agua y lo único que pude ver a mi alrededor fue azul
y... ¿Era eso un Pokemon? ¿Por qué nadaba directamente hacia...?
-¡BRLBLRLBR! -Grité, algo que podría traducirse cómo "Mierda".
La piraña horrible abrió sus mandíbulas y decidió pegarme una mordida para ver cómo sabía.
//Resistir// [dice]0[/dice]
Justo
entonces sentí mi cuerpo siendo levantado por algo, y mi cabeza rompió
por la superficie del agua una vez más. Tomé un respiro profundo y miré a
mi izquierda, mi visión ligeramente tapada por mi cabello, y ví a...
¿La muchacha del meteorito gigante? Nutella creo que se llamaba. Cómo
sea, la chica parecía tener una fuerza que no esperaba y logró llevarnos
parcialmente hacia la orilla. Decidí que lo menos que podía hacer era
agradecerle.
Abrí la boca para hablar y sin querer le tosí agua encima.
Algunos
más había logrado salvarse pero chal, hippie y la rubia seguían en
problemas, sobre todo chal que en cualquier momento terminaba ahogado.
-¡Señor Frost o alguien ayúdeme a subirla!-
Sin
dudarlo me acerque al doc y comencé a tirar junto con él a ver si
podíamos tratar de sacar a la otra chica del agua antes de que se muera
ahogada o comida.-Voy a tener que empezar el gimnasio.-
/Fuerza + Atletismo + me quiero ir de este río/
[dice]0[/dice]
Segui mirando a los peces, intentando ver si aunque sea lograba algo
La
corriente me arrastraba y los pokemon del rio me atacaban, el grupo
intentaba sacarme del agua como fuera posible, resistí el ataque de un
basculin con un brazo como pude, mientras intentaba sostenerme de la
orilla.
/Resistencia/ [dice]0[/dice]
/Destreza + Nado/ [dice]1[/dice]
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Cuando termine esta tortura vuelvo a los turnos más elaborados.
Nico
estaba casi inconciente cuando Nitta lo rescato del agua. La chica se
mostro muy suelta a la hora de lanzarse al agua, y mostro gran destreza
al poder nadar contra la corriente y agarrar al entrenador de la
cicatriz del brazo. Gracias a las burbujas del Tympole y el ataque del
Honedge, los pokemon de agua que habian atacado no se acercaron a los
entrenadores que estaban nadando. La chica rubia tardo mas en salir del
agua, pero al igual que sus compañeros termino lograndolo. Los troncos
se perdieron junto con la corriente del rio en la distancia.
Los
jovenes se encontraban en la orilla finalmente, Nico parecia estar
inconciente y los demas jovenes se acercaron alarmados a su alrededor,
pero poco despues comenzo a toser fuerte y expulsar el agua de sus
pulmones, recuperando el aire. Estaban todos a salvo finalmente, mojados
y muertos de frio, pero completamente enteros. Los pokemon de agua de
la zona desaparecieron cuando los entrenadores dejaron de agitar las
aguas, dejando la ruta finalmente en silencio.
-Recuerdenme nunca mas hacer esto....- Dijo el muchacho del gorro, escurriendo el mismo y quejandose de que habia perdido la campera en el rio.- Bueno, supongo que si seguimos por este camino vamos a llegar a Laverre, y secos
Delante
de ellos, el camino se extendia de una forma mucho mas urbana que
antes, habia un camino con baldozas y varios postes de luz indicando el
camino hacia Laverre, de costado se podian ver algunos bancos de
descanzo hechos de madera y alrededor podian ver arboles mucho mejor
podados y rodeados de cercos de metal bastante ornamentados que dividian
la zona del camino de la zona de pastos altos donde habitaban algunos
Pokemon de la zona. Ocacionalmente veian alguna moto o algun vahiculo
pasando cerca de ellos, pasando entre ciudad y ciudad, sin reparar en
los jovenes que hacian ruido con cada paso que daban a causa del agua
que escurria de sus zapatillas.A lo lejos, veian un arbol anormalmente
grande sobresaliendo entre otros arboles mas pequeños con hojas
anaranjadas.
Arrodillado,
mojado hasta el alma y apenas pudiendo respirar me acerqué nuevamente a
la orilla. Usé toda la fuerza que me quedaba para ponerme de pie y
agarrar una piedra cercana del tamaño de mi cabeza.
-¡Pescados de mierda, no soy comida! -grité justo antes de tirar la piedra al río. -Sabía que había una razón por la cual me gustaban más los Pokemon de fuego.
Me dí vuelta hacia los compañeros mientras intentaba tirarme el pelo hacia atrás.
-Ugh, esto va a tardar horas en secarse. -me lamenté. -Ya qué, vamos a Laverre nomás.-
Al
fin habia logrado salir del agua, caí rendida al suelo, tosiendo y
escupiendo agua, tenia los oidos tapados, estaba agotada y mordida. No podia oir bien pero logré ver a Nico tirando piedras al agua y al parecer puteando a los habitantes del río. -Tirales... COF, bleeh... otra... por mí- intenté decirle.
En eso, vi un leve destello y al momento Baraddur se encontraba al lado de mi cara, su mirada intranquila. -Estoy... bien... solo... mareada- Le dije inentanto levantarme.
-Deberiamos irnos, antes que se ponga peor- sugerí al grupo, a lo cual algunos me miraron con expresiones de duda. -Normalmente los Pawniards son guiados por un Bisharp, si es así, no creo que esté muy lejos- Concluí, recuperando la compostura.
------------------------------------------------------ Al que le toque que me devuelva la pokeball del Sandygast, será adecuadamente agradecido.
-Por fin.-
susurré al ver como el último de nosotros lograba salir del río, no
puedo creer que no haya costado tanto cruzarlo, si hay algo que
aprendimos ahora es que vamos a tener que mantenernos alejados del agua
por un buen rato, por lo menos hasta que alguien consiga algo que pueda
nadar.
Nico, o chal como parece ser su nuevo apodo, comenzó a
arrojar piedras al río, en un mal intento cobrar venganza en contra de
este, claramente los segundos sin oxigeno parecen haberle afectado. –Yo que vos no haría eso, esas pirañas podrían saltar tranquilamente o algo más grande.-
-Normalmente los Pawniards son guiados por un Bisharp, si es así, no creo que esté muy lejos-
-Siempre podemos tirar al río.- dije mientras daba le regresaba su pokeball, me había olvidado por completo del montículo de arena.-O mejor, vos podes patearla, tenes experiencia en eso.-
Sin
prestar mucha atención al resto de mi compañeros me dirigí a una de las
barandas cerca de los arbustos. Me encanta que gasten plata en poner
estas cosas pero no te gastan en reconstruir un puto puente. La gente si
que tiene sus prioridades bien fijas.
-Si no les molesta, este lugar podría tener cosas más interesantes que verduras.- Comenté mientras miraba entre la vegetación.-El que me quiera ayudar se lo agradecería, pero si van a turistear no compren llaveros, la gente nunca los quiere.-
Tuvimos
un momento de descanso mientras la mitad nos recuperábamos de casi
ahogarnos. Por masoquista abrí mi bolso y miré mi equipo: completamente
mojado. Suspiré pesadamente. Dudo que algo se haya salvado. Guardé a
Ehre y me levanté, escurriendo la campera.
-Esto fue medio mi culpa.- murmuré, más a mi mismo que al grupo.
Estábamos
todos chorreando agua mientras seguimos avanzando por la ruta. Al menos
a lo lejos ya se podía divisar la ciudad. Dios, quería ir a mi
departamento, ducharme y dormir todo el día. Pero no creía tener tanta
suerte. No sabía si íbamos a ir directamente al café en estas
condiciones, más vale que lo de Jamie valga la pena.
Un
poco más de agua en la cara era lo de menos en ese momento, por lo que
no me molestó el gesto de Chalman, menos si él se encontraba intentando
sobrevivir. Pude avanzar contra la corriente sin problemas y tomé un
poco de confianza en mis desgastadas habilidades. Aún así y todo,
esperaba no tener que pasar por una situación como esta por un buen
tiempo.
Ya con todos afuera del río, observé si alguno
necesitaba algo de ayuda en particular, pero parecía que dentro de todos
estábamos bien, y en todo caso, el doc se encargaría. Minior flotaba a
un costado, sin expresión alguna en su rostro. Había dejado que su
orgullo fuera más fuerte e ignoró mi orden. Lo regresé a su pokebola sin
decirle nada, pues estaba molesta y miré al río, intentando distinguir a
los pokemon que se fueron con la corriente. Si bien era cierto que
debía tener a su líder cerca... Intenté no pensar más en ellos, y
esperaba que volvieran a tierra con seguridad.
La ciudad no
parecía estar muy lejos. Me retiré mi chaqueta celeste pues estaba
empapada y la escurrí un poco. Me la colgué de un brazo y quedé
completamente de negro. Era un buen momento para comprar ropa nueva...
Aunque dudaba tener mucho dinero para eso, luego revisaría.
-
Creo que deberíamos ir a la ciudad directamente, descansar un poco luego
de esto ¿No nos vendría bien algo caliente? Y si alguno necesita
comprar algo podríamos hacer una parada. En este momento me lamenté
de no tener un bolso más grande y cargar con una toalla o algo, pero no
esperaba que el viaje se extendiera como ahora.
Me desparrame sobre el suelo, por algún milagro ninguno había muerto.
-Suelo, dulce suelo. Nunca más me vuelvo a meter en un río- dije mientras mi pokebola se abría y Salem salía a desperezarse. Se estiró un poquito y se acostó arriba de mi estómago.
-Genial, que bueno que mi panza te sirva de cama- comenté mientras le acariciaba la cabeza aun acostado.
-Si alguien esta herido que se acerque al alcance de mi mano- dije mientras estiraba el brazo sin levantarme.
Igualmente presté atencion a mis alrededores por cualquier cosa.
Todos
al fin salimos del agua estaria feliz si no fuera lo cerca que estamos
de lavarre City pero mejor no pesar en eso por unos minutos.
Tome
a kaeru del agua para decirle - gracias lo has logrado gracias pero lo
mejor será que descanses en tu Pokébola- kaeru me miro muy cansado como
para decirme que no y lo meti a su pokebola llame a Oberon que se había
dormido colgado y en un árbol le dije -gracias por la pelea que diste
ahora descansa en un lugar seguro- y lo meti en su pokebola.
Ahora
me agarré el pelo y me escurrir el agua me saque mi gabardina la
exprimí y me la coloque en el brazo ahora si destino a lavarre city.
Empese
a perderme en mis pensamientos pensando que pasaria cuando lleguemos
siempre pensando en el peor escenario posible aún la idea de investigar
que tanto me había emocionado en un principio ya se veia ínfimo en
comparación con el desprecio que siento por esta ciudad.
Casi
llegábamos y me acorde y me acerque a nitta - toma no se si pudiste
comer con todo el revuelo es una de la frutas que sacamos de cerca del
puente pues las penas con pan se alivian eso dicen jaja - sonreí hasta
que vi la figura del árbol de la ciudad asomarse ya casi llegamos espero
que salgamos rápido de aqui.
A
medida que los entrenadores avanzaron, el cielo iba poniendose
anaranjado con el atardecer. El gigantesco arbol que veian al horizonte
se acercaba con cada paso, y comenzaban a ver los tejados de las casas
recubiertas de madera que abundaban en la ciudad. La ciudad estaba
rodeada de un circulo de arboles con hojas secas que caian lentamente,
al travesar ese circulo que rodeaba la ciudad podian ver varios faroles
de metal negro con lamparas que comenzaban a prenderse. Las calles eran
de un empedrado gris, con varias bancas de metal alrededor de los
caminos. Todas las calles conducian al gigantesco arbol que era el
centro de la ciudad. En el podian ver un gigantesco reloj de madera
tallada con dos peculariadades: las agijas no se movian y tenia 13
horas. La aguja estaba detenida en el numero 13. De igual manera,
algunos de los postes de luz tenian tambien relojes de metal con varios
ornamentos, todos ellos con sus manesillas detenidas en la misma hora.
Caminaron por varias calles, los carteles indicaban que la zona
comercial se encontraba cerca de la plaza principal. Debian de tener una
media hora aproximadamente hasta su reunion en el cafe de Laverre con
aquel hombre llamado Jaime.
La plaza principal de la ciudad
estaba llena de faroles y el medio habia un antiguo pozo de agua hecho
de piedra. Habia un pequeño estanque de agua que era atravesado por un
muy organamentado puente de madera, que conducia a la parte principal de
la plaza. Los que no conocian la ciudad, se llevaron una gran sorpresa
al ver que a un extremo de la gran plaza principal, tambien habia otro
objeto que parecia ser de las antiguas epocas de la ciudad: una horca de
madera junto con una placa contando una vieja leyenda local sobre una
niña colgada acusada de brujeria hace muchos años. La ciudad entera
parecia salida de algun hibrido entre un cuento de hadas y una historia
de terror.
La calle comercial estaba rodeando la plaza y en la
calle principal hacia el norte. Era una calle peatonal llena de faroles y
gente caminando, asi como varios locales y puestos callejeros. Si bien
era un dia de semana y el turismo era bajo en esos dias, podian ver a
varias personas caminando y deteniendose en las atracciones callejeras.
Titiriteros, puestos de recuerdos que vendian pequeñas horcas de madera y
varios articulos mas hechos para los turistas. Aun caminando varias
calles al norte, seguian teniendo la sombra del gigantesco arbol del
reloj por ensima de ellos, pero viendolo desde el lado opuesto al que
tenia el reloj, cerca de la copa del arbol habia una especie de casa de
madera, antigua y que vista a lo lejos parecia ser una casa de muñecas
mas que una casa real. Aquellos que conocian la ciudad, sabian que ese
era el Gimnasio de Laverre.
Lavarre
City, al fin. Despues de mucho sudor y lágrimas habiamos llegado al
fin. Un lugar pintoresco y sombrio, con una elegancia única, digna de
las mejores fiestas de Halloween...
-Gente...
Podemos ir al café ese y encontrar al tal Jaime? Este lugar me pondria
los pelos de punta si el río no le ganaba de mano- Pregunté al
grupo mientras trataba de acomodar mi cabellera que pedia a gritos un
arreglo que no podia aplicar en este momento.
-Deberiamos preguntar... Alguien se acuerda el nombre del café?.... Elven era, no?- Dije, pensando que no debiamos perder mucho tiempo.