-Negarle al mundo?- Escuché a la chica de capa decir cuando llegaba a donde estaban Nicholas y el resto -Negarle al mundo un ejercito de monstruos asesinos- Era el colmo, en serio esas taradas hicieron todo esto pensando que hacian algo bueno? -Unas bestias que matan solo porque pueden- Un ataque vino directo a Mavis, un chorro de líquido oscuro que bloqueé con mi brazo.
/Protecc the Kirlia - Resistencia/ [dice]0[/dice]
Apreté
los dientes, el brazo me ardia como cuando mis marcas aparecen y pierdo
el control, pero si estaban ahí no podia verlas bajo ese veneno viscoso
-El mundo no necesita más de eso, con ustedes alcanza...-
Sacudí mi brazo tratando de despegar el veneno, di otro paso al frente
pero me detube al ver a otro pokemon brillar de repente, otra explosion
no por favor, estaba demaciado cerca -MAVIS! CORRÉ!- Era inutil, no ibamos a escapar de esta, sobrevivimos a la otra de milagro.
Lo
que había dejado la explosión anterior era espantoso. Muchas personas
heridas, algunas inconscientes. Teníamos que hacer lo posible por
detener esto... La chica joven definitivamente no quería lastimarnos,
a menos que nos diera la espalda a último momento, en todo caso... Me
coloqué frente a ella, cubriéndola. -¿Acaso ustedes tienen idea de
lo que hay del otro lado? -increpé a las chicas que se nos acercaban,
los guardadores se estaban pasando ya para llegar a este punto. Ya lo
habíamos visto en Kalos, pero si las cosas estaban como creía, todo se
volvería peor- ¿Es tan maravilloso como para que tengan que suicidarse?
Si es tan importante ¿por qué quieren ocultarlo USTEDES al resto del
mundo?
No hubo oportunidad de respuesta, otra de las criaturas de nos acercó y explotó. Galhad se colocó nuevamente frente a mi, cubriendo gran parte del impacto
pero arrojándonos al suelo nuevamente en el proceso. El poder de Mint
lo había ayudado a regenerar las grietas en su coraza anteriormente y lo
estaba volviendo a hacer, pero ahora, las grietas habían sido más
profundas, dejando ver ligeramente algo de él. No quise ver cómo
había quedado el resto del sitio. Quería creer que la gran mayoría que
podía hacerlo, había escapado, pero el resto... En momentos como este me
gustaría poder curar gente en vez de hacer cosas locas con el viento.
Pero si no me queda otra... Una brisa comenzó a rodearnos rápidamente.
En este momento no había miedo, no había algo que me impidiera o
limitara. Estaba molesta, y quizá por ello (y por algo de alcohol),
cegada a lo que podría hacer. -Galahad.
No hizo falta decir más. El minior comenzó a girar, disparado a atacar a las chicas, para intentar inmovilizarlas de una vez.
//Classic Roll Out 5 + STAB + 50 x HS (+10 x éxito) total x 2 por Defense Curl del turno anterior// //
Orden: Grunt mala 1 -> Grunt mala 2 -> Koffing que sobra (creo que
es uno solo, si hay otro agregarlo) ->aperturas ventanas lo que sea
para abrir ya que estamos// [dice]0[/dice]
No
no no no no, el segundo koffing esquivo mi ataque explotando frente a
nosotros, tome la pokeball de Amelia y la regrese lo más rápido que
pudiera antes de que el ataque la alcanzara, esta gente estaba más loca
de lo que uno creía. Negarle al mundo? Ellas tiene el suyo propio, no
tienen por qué venir al nuestro! Ojala esa explosión también las mate a
ellas.
Cerre mis ojos preparándome para recibir el ataque cuando
sentí una mano en mi hombro tomándome, un fogonazo de luz nos envolvió y
aparecimos lejos de donde estábamos...
La
escena era terrorífica, gente ahogándose por doquier pidiendo a gritos
una ayuda que era imposible darles. La desesperación podía verse en sus
rostros cuando intentaban con todas sus fuerzas cavar en el hielo para
liberarse. Quería ayudarlos, de verdad quería, pero si despegaba la
mirada un segundo de la batalla que tenia frente a mi, correría la misma
suerte que aquella gente.
Sentí como el gran pokemon roedor que se había formado con mi aura y nos envolvía daba un suspiro y sanaba nuestras heridas.
Vi
como nico caía del cielo junto a su pokemon, ya podría decirse que era
un hombre pájaro realizado. Mientras la espada de Yan cortaba al medio
al gran morsa frente a nosotros, la sangre del pobre pokemon se escurría
por el piso con el color escarlata que todos conocíamos y no nos
sorprendía como en los primeros días de hacía dos años.
Eva apenas se mantenía en pie, por pura fuerza de voluntad, mi soldado, no, mi familia.
Use un movimiento rápido para curar mis heridas. Y los cortes en mi piel se cerraron por completo.
Entonces
la mujer lanzó un nuevo ataque, esta vez era un oso polar el que nos
atacaba y el cielo se cubrió por primera vez, no con nubes que tapasen
la brillante luna, sino con muerte. Las rocas que había lanzado aquel
pokemon, eran gigantescas, sabía que no iba a poder escapar de eso. Lo
mire a kileo, sabia que estaba en peor situación que yo, estaba mucho
más herido. Con un movimiento rápido, de mi abrigo salieron disparadas
dos brebajes que esperaba le sirvieran a soportar el ataque.
//Pasar dos healling water a kileo// //Me tomo una yo de paso//
-
¡KILEO AGARRA!- le grité con desesperación, al perderlo de vista detrás
de las rocas que empezaban a caer- ¡Eva, tenemos que detener esas rocas,
vamos frenalas con una cascada!
No
pude hacer mi “magia” a tiempo: La ola me alcanzó y me arrastró varios
metros. Solo los Tapus saben dónde quedo el pomo de pintura que tenía en
la mano. La situación era poco alentadora, pero el pokémon espada de
Yannick logró sacarnos de encima al robusto enemigo de agua... con
demasiado éxito para mi gusto. No voy a hacer de cuenta que nunca vi
morir a una persona o pokémon, por desgracia son gajes del oficio, pero
uno jamás llega a acostumbrarse. Al menos yo no. Quedé asqueado con la
actitud tan desinteresada de la dama huesuda que ni siquiera había
volteado a ver a su compañero caído. Era de esas personas, de las que
usan a los bichos como herramientas, como armas. Sentí pena por sus
compañeros. Me levanté con pesadez y una sensación helada recorrió mi
cuerpo. Por un instante pensé que era por todos esos pensamientos que
acababa de tener, pero pronto me di cuenta que no podía mover los pies.
Las otras criaturas que atacaban desde lejos habían convertido todo en
una gran pista de hielo. Deseaba salir rápido de esa situación para
intentar ayudar a los civiles que quedaron atrapados en posiciones poco
cómodas. Y evitar que nos maten, claro. La mujer volvió a decir algo de malo cliché y liberó otro pokémon. Era grande, blanco y esa mirada...
-
¡Ah, genial! Voy a morir a manos de la madre de Bryce...- me quejé
mientras trataba de liberar mis piernas del hielo, sin éxito. Pensé en
picar el hielo con el tenedor, pero la valija me había quedado lejos.
“KILEO AGARRA”
pude escuchar decir al Doctor mientras me lanzaba dos botellas de
poción. No me percaté de por qué la noche se había puesto más oscura de
repente, pero al levantar la cabeza para tomar las pociones pude ver
como una avalancha salida de la nada se nos venía encima.
//Tomar pociones (2)//
Me cubrí esperando el golpe. En ese momento, la ola de hacía unos instantes no me pareció tan mala. No creí resistirlo... Justo
en ese momento, una sombra, un cuerpo, un “algo” salió de la nada y se
interpuso lanzando varias hojas multicolor que impactaron contra las
rocas que nos lanzaban.
//Resistencia de Kileo// [dice]0[/dice]
//Magical Leaf 20(+10 de stab)+20 para contrarrestar las piedras de la muerte// [dice]1[/dice]
Hubba
había tratado de repeler el ataque con el suyo propio. Nunca lo hubiese
esperado, pero fue una grata sorpresa. Estaba muy herido. Al igual que
yo.
-Gracias...- le dije sin poder articular mucho más. La sangre
corría por mi hombro derecho y mejor no pensar en cómo había quedado mi
camisa... Ya no me quedaban muchos recursos, así que con la mano que
todavía podía mover, mojada por el contacto con hielo, tomé parte del
polvo grisáceo desprendido de los escombros que nos acababan de arrojar y
lo convertí en una pasta del mismo color. La pasé por mi cara y esperé
lo mejor. Ahí iba mi último recurso.
//Skin Canvas, para hacer a Kileo tipo Metal (Expresión - Dificultad 8)// [dice]2[/dice]
Despues
de escucharla era claro que eran un culto fanático felices siguiendo
ideales ignorantes, las palabras de iba duras pero sinceras y las apoye -
ese mundo que -señas de entre comillas-¨ocultamos¨ como ustedes dicen
es algo indomable, corrompedor y con sus propias leyes. Un día hace un
par de años esa puerta se abrió y lo que salio solo quería matar y
corromper pokemons y humanos por igual y sus amigos en el
estacionamiento corrieron cuando abrieron la puerta pues descubrieron lo
que había detrás, pero aun puedes ser salvarte no seas boba y abre los
ojos.- Cuando termine de hablar vi como una segunda explosión mas
fuerte venia en ese momento llame a kaeru y a mina y los abrace fuerte
para protegerlos pero en un instante un as de luz nos ilumino con miedo
cerré los ojos y escuche el impacto de la explosión, abrí los ojos para
ver que estábamos a salvo e iba y mavis estaba a nuestro lado.
Selfdestruct -> 100 + 50 (x3) -> 250 de daño Kirlia contraataca con Teleport Ibaraki escapa con Teleport Mint escapa con Teleport Frost escapa con Teleport Minior defiende -> Pasan 75 de daño
Players
Flamethrower 45(+10+20)+40 -> 115 de daño
Slash 10 (+10) +40 (x6) -> 260 de daño
Status
Healing Field -> 4/4 turnos First Aid in Battle -> 2/3 turnos
Minior tiene +1 a DEF
Beartic cae +3 EXP
Nico tiene 2 heridas Aron esta fuera de combate
Yannik tiene 15 Heridas Honedge tiene 63 de daño
Ibaraki 7 Heridas Growlithe tiene 80 de daño Sandygast tiene 60 de daño
Misdreavus tiene 80 de daño Trapinch tiene 30 de daño
Marill esta fuera de combate Emolga tiene 80 de daño
Klefky esta fuera de combate Zubat tiene 15 de daño
El
vapor se levanto en cuanto el ataque de fuego lanzado por el Pokemon de
Nico impacto. El hielo lentamente comenzo a aflojar y convertirse en
agua helada y la nube de vapor apenas permitia ver que ocurria. Vieron
un destello metalico movierndose con una asombrosa rapidez entre las
decenas de rocas que aun caian en toda la calle salpicando agua helada y
pedazos de hielo aun a medio derretir. La gente gritaba espantada,
muchos aplastados por rocas, otros golpeados por hielo y otros
simplemente cayendo al agua helada y siendo arrastrados por una
corriente. Los entrenadores estaban heridos y en la confusion y sangre
apenas atinaron a ver que ocurria en la calle.
Cameron habia
caido al piso y sostenia en la mano el gorro de la chica de pelo rubio,
miraba confundido en todas las direcciones. Una mujer lo agarro de los
hombros y este casi cae con ella pero luego de debatirse la pudo
levantar y evitar que caiga al agua donde segundos despues impacto una
roca del tamaño de su cabeza. Jaime por otro lado aun debil por el
veneno habia caido al agua, afortunadamente boca arriba. Su Ambipom
habia salido de la Pokebola y ahora lo defendia por su cuenta, el joven
Gautier parecia inconciente.
-A-Alguien vio a...!!-
Cameron ahora era empujado por una mujer anciana que tambien requeria
su ayuda, el muchacho resignado la levanto del agua justo antes de ser
golpeado en el hombro por una roca. Sangraba y debajo suyo el agua se
teñia de rojo.
Los entrenadores por otro lado lucian heridos
tambien, si bien habian podido cerrar sus heridas de forma apresurada
por las medicinas de Maxwell, el sangrado era menor pero constante.
Chispas desde el cableado electrico, agua sucia y muy fria corriendo
bajo sus pies, rocas gigantescas aplastando autos, gente y Pokemon por
igual, y el lo alto de aquella ruleta rusa, la mujer encapuchada,
mirando con indiferencia como el Honedge de Yannick daba el golpe de
gracia al Beartic que causo dichos estragos. El Pokemon no llego a caer
al agua que corria por la calle ya que el laser de la UltraBall lo
regreso antes.
La mujer sonrio a traves de su mascara. En la
confusion, los Pokemon que habian lanzado rayos de hielo a las calles
cercanas ahora la rodeaban, cargando a alguien. Una niña. Era Celice y
estaba inconciente, su piel blanca casi azulada y escarcha sobre su
cuerpo.
-Solo se necesitan unos minutos
para que el cuerpo deje de funcionar a determinadas
temperaturas...bueno, tenemos un camino algo largo hasta la torre...me
pregunto si servira igual si esta muerta?- Un destello celeste
ilumino el cielo nocturno y las luces terminaron de hacer corto, les fue
imposible seguir el rastro de aquella mujer en la noche.
Cameron
tropezo hasta donde estaban los entrenadores, la sangre que brotaba de
su herido hombro habia terminado de teñir su ropa. LLevaba a rastras a
un muy herido Jaime que era victima de los golpes y el veneno, pero que
aun asi quiso apartar al muchacho colorado para seguir a aquella mujer,
aunque sus piernas solo resistieron dos pasos antes de seder.
-Hay...hay demasiados...-
Dijo el muchacho colorado mirando alrededor, la destruccion se habia
extendido tan solo a tres cuadras, pero los heridos de tres cuadras en
una ciudad tan turistica eran numeros alarmantes.-
Solo podia oir un fuerte zumbido en mis oidos despues de la segunda explosion. Nos
habian entrenado para hacerlos explotar, pero...nunca pude, no con
ella. Pero ellas si que tenian practica, por eso no dudaron. La primer
explosion fue un problema, pero esta segunda...apenas cerre los ojos, vi
fuego y...
El zumbido era mas fuerte, no escuchaba nada pero
veia la boca de la mujer del tapado rojo moverse freneticamente, me
preguntaba si estaba bien entre gritos...no entendia porque estaba tan
asustada, no me dolia nada. Vi sangre, si, pero ella tenia heridas
tambien, y su Pokemon estaba cubriendola lleno de escombros.
Mire
alrededor, quizas a eso se referia. Llegue a ver un fogonazo de luz
celeste llevandose a tres personas de los que teniamos que buscar...se
teletransportaron antes, se salvaron, seguro estaban ahora en el techo
del lugar o...no, estaba en la vereda de enfrente, los podia ver
acercandose con cautela a ver que ocurria dentro, sus bocas tambien se
movian con urgencia y señalaban hacia adentro. No pude oirlo pero senti
un fuerte viendo volandome el cabello, y ahi, un escalofrio recorrio mi
espalda. Tenia el cabello lleno de escombros si, pero...estaba mojado,
rojizo, sangre. La mujer del tapado me aparto el mechon humedo del
rostro, realmente estaba muy herida para dejar un rastro de sangre asi,
pero porque seguia acunandome? Ella corria mas peligro.
El viento
provenia del Pokemon roca que tenia la chica de pelo marron y camisa.
Era el que nos habia encontrado escapando, podia moverse muy rapido y
rebotar contra las paredes muy rapido...pero nunca habia pensado que
podia hacer algo como lo que hacia ahora. Reboto contra mis compañeras
estampandolas contra la pared, inconcientes? Espero...y el Koffing que
faltaba quedo fuera de combate tambien estampado contra el techo. Los
vidrios tambien estallaron cuando el Minior golpeo una de las paredes y
la onda expansiva se sintio hasta el otro extremo del local. La mujer de
rojo se cubrio de los vidrios sin soltarme de sus brazos, y el Zoroark
se levanto a duras penas. Escuche que le dijo algo a la chica del
Minior, que ella asintio. Realmente queria que me suelte, no sentia
ningun dolor y queria ver si...
Entonces si senti miedo...
-Aeterna!
- Grite con todas mis fuerzas, aunque no escuche mi voz en los oidos,
espero eso sea temporal. La mujer de rojo, la chica del minior y el
lider de Nimbasa me miraron extrañados. El lider de la ciudad si, el
estaba ileso. En el piso por otro lado estaba el lider Kalos, tenia
mucha sangre cayendo aun pero parecia estar cubriendo a alguien en el
piso. El chico rubio...I.An. Esperaba poder pedirle un autografo
pero...se lo veia mal herido. Entre el y su amigo el lider de Kalos
llevaban a una chica a rastras. La chica de pelo marron que cantaba con
el. I.An tenia el brazo en una posicion extraña, posiblemente quebrado.
Su amigo le decia de forma histerica mientras le insistia que suelte a
la chica para cargarla el, si bien los dos lucian apunto de caer al
piso. Pero su amiga...
No podia preocuparme por ellos, trate de
moverme pero la mujer de rojo debia de estar agarrandome muy fuerte, ya
que mis musculos no se movieron. Aeterna, necesitaba ver si ella estaba
bien, me necesitaba, no veia su humo rosado...
Eramos un equipo,
una bendicion...cuando la encontre los Guardadores me dijeron eso,
estabamos destinadas a conocernos, y por eso nos eligieron esos nombres.
Estabamos unidas, pero ahora...no podia ver su humo. Me movi pero de
nuevo, la mujer de rojo me sostenia...entonces...la vi.
Estaba viva. Lloraba, pero no entendia porque, se la veia herida pero...por que lloraba tanto? Por que...?
Me
lleve la mano al costado, y no senti dolor pero...si una calidez.
Sangre. Era mi sangre. La mujer del tapado me acuno con fuerza y pude
sentir su perfume.
-Lux Aeterna.- Suzurre, pero no se si llegaron a oirme. Entonces, todo se volvio negro.
La
ola de contraataques hubiera sido más que suficiente para rematar al
oso, pero Ehre tuvo que adelantarse y darle un golpe de gracia. Esta vez
ni llegamos a ver al bicho caer antes de que la mujer lo guarde. No
parecía tener más interés en nosotros porque llamó al resto de sus
pokemon para irse, entonces vimos: tenían a Celine. Antes de que
reaccionemos, las luces se apagaron y cuando volvieron, ella ya no
estaba.
Ehre se quedó en su lugar unos segundos, hasta que de repente comenzó a
darle tajazos al hielo semi derretido a nuestros pies, furiosa. -Ehre, pará...-
intenté calmarla. Se volteó a verme, parecía casi vibrar, todavía podía
sentir lo mismo que ella, la ira borboteante que no podía contener con
su forma actual. Su ojo se pasó por la escena ante nosotros hasta que
vio a Kileo, más bien, a la estatua del Sandile que todavía cargaba. En
un segundo entendí lo que iba a hacer. -NO!-
grité mientras pasaba volando por al lado mío en dirección al rubio.
Con un último esfuerzo logré tomar su cinto antes de que lo alcance a
atacar. -Ehre, basta, ya se acabó la pelea!-
-Qué le pasa a la loca ésta?!- Carlos se alejó unos pasos por las dudas.
Comencé a sentir la mano adormeciéndose donde hacía contacto con el
cinto, aunque con lo que me dolía el resto del cuerpo no era tan malo.
Ella seguía tironeando en dirección a la estatua, todavía pensando en
esa revancha, no estaba del todo acá. -Ehre...- No servía. -EMILIE ANNORA.- Como siempre, su verdadero nombre la hizo pausar. -Ya está, mirame.- Lentamente se comenzó a voltear, enroscando su cinta en mi brazo con fuerza. -No sé cómo van a funcionar las cosas de ahora en más, pero si vas a volver a trabajar conmigo, tenés que seguir mis reglas.- Ya no sentía mi brazo, capaz era el frío. -Lo de recién fue demasiado, entendés? Podemos hacer otro trato, si estás dispuesta.-
Me miró, flotando en su lugar, considerando mis palabras. Finalmente me
soltó el brazo y yo también solté donde la estaba agarrando. Nos
quedamos en silencio un momento, ninguno de los dos dispuestos a ceder.
Al menos podía sentir su enojo comenzar a disiparse, creo.
-Y?- le pregunté al fin. Esperaba que me
respondiera como siempre, girando en su lugar para afirmar o ladeándose
para negar. Pero en vez de hacer una de esas dos cosas... comenzó a
brillar.
La vi. Ella, Sous-Général Emilie Annora, la caballera detrás de la
espada. Nunca la había visto, solo había encontrado textos sobre su
vida. Al ser una subgenerala no habían muchos registros de su figura, y
los pocos que hubo parecían haber sido destruidos después... después de
lo que hizo. Pero por un segundo la pude ver, con la misma facilidad que
veía a cualquier otro fantasma, antes de que se disolviera en el aire y
dejara ver su nueva forma: un Doublade.
-Fah, estoy viendo doble?- se rió.
Tendría que haber sentido orgullo, esto es lo que habíamos intentado
tanto tiempo atrás pero... ahora no podía. Caí en una rodilla al
aguanieve helada a nuestros pies, no sabía si me estaba hincando ante
ella o era lo exhausto que estaba.
-Por qué?- fue todo lo que logré decir. Todo esto se sentía mal. -Por qué ahora?- Era tonto pero me sentía casi traicionado. -Qué hicimos bien esta vez que no hicimos todas las pasadas?- Realmente lo de recién estuvo bien? -Qué necesitás?- pregunté, mi voz ahogada. Parte de mí quería enojarse, quería llorar, pero estaba demasiado cansado.
Cómo podíamos seguir, después de esto. Cameron tenía razón, había tanta
gente herida o peor, no sé si él también los veía, o los sentía. Esto
era peor que Lumiose, estos Guardadores estaban dispuestos a cualquier
cosa para traer a esos seres a nuestro mundo, esta vez sabían lo que
hacían, y no le tenían miedo al público. Apenas habíamos sobrevivido
esto, pero perdimos a quien más teníamos que proteger, y Jaime estaba
cada vez peor. Nos habían dicho que pensaban abrir varios portales esta
noche, todos demasiado lejos. Me pasé una mano para limpiarme la sangre
de la cara, como si cambiara algo. Nosotros no alcanzábamos.
No tenía ganas pero levanté la vista, aunque no estuviera seguro de a
qué ojo mirar ahora. Entonces hizo algo que no esperaba, cerró su cinta
derecha en un puño, e hizo el gesto de un círculo sobre la zona central
donde sus espadas se cruzaban. Tardé en entenderlo al principió hasta
que la Starly al lado mío largó un pío en reconocimiento, ahí me di
cuenta.
"Perdón."
Me lo estaba diciendo en lenguaje de señas. Era algo que yo había
aprendido de Nadia, cuando tenía sus problemas y no podía verbalizar, me
memoricé algunas señas básicas para ayudarla. Se las intenté enseñar a
Ehre cuando la conocí, para hacer las cosas más fáciles, pero no las
podía aprender, siempre asumí que era porque había perdido demasiado de
su humanidad. No podía creer que después de tres años se lo acordara.
Sonreí a pesar de todo, sacudiendo la cabeza. -Está bien, no tenés que pedir perdón.- Me levanté como pude, ella me dio soporte, se sentía más firme ahora. -No sé qué más hacer por vos.- le admití, las palabras trayéndome un déjà vu no deseado. -Pero si realmente te querés quedar conmigo, voy a seguir intentando ayudarte.- Ella
volvió a hacer un puño con su cinto y lo usó para asentir. Íbamos a
tener que decidir varias cosas después, y ver cómo comunicarnos de ahora
en más.
-Che pibe, estás bien?- Carlos se volvió a acercar a nosotros dos, con algo de cuidado.
-Seh.- me encogí de hombros, respirando profundo, por más que mí cuerpo entero se quejó. -Ya pasó.- En parte era la verdad, tenía que estar bien.
A fin de cuentas, en qué estaba pensando? Claro que no podía arreglar
todo, nunca pude, pero podíamos intentar hacer una parte. Además, no me
iba a rendir si al fin estaba por volver a ver a Ian. Pero primero...
-Hay que encontrar a los otros.- dije un poco más alto, para que los chicos me escuchen. La Starly se volvió a posar en mi hombro. -Más vale que sepas a dónde mierda nos llevás.- le murmuré antes de que retomara el vuelo
El
viento golpeó mi cara, pero no fue el viento ardiente de una explosión,
fue la brisa de la noche... Estabamos afuera?... Miré a todos lados,
Nicholas y Mint estaban aca, Mavis a mi lado parecia que le costaba
respirar, y el bar en ruinas en frente nuestro. -Donde están Nitta y los otros?- La Kirlia agachó la cabeza ante la pregunta.
-Siguen adentro???- Pregunté, Mavis se asustó ante mi reacción y casi comienza a llorar. -No... No es tu culpa...- Era mia, si a alguien podiamos culpar de todo esto era a mi por haber metido a Nitta y Epiphone en peligro en primer lugar -Hiciste un gran esfuerzo para sacarnos, estoy orgullosa- Le dije, levantandola del suelo y llevandola en brazos -Pero tenemos que volver por el resto...-
Ahí me di cuenta de algo más. Baraddur no estaba con nosotros tampoco,
la explosión no le iba a afectar pero de todos modos seguia en ese
infierno. -Tu tío sigue ahí-
Corrí
a la puerta y entré de nuevo al bar, ahi vi a Ariadne sosteniendo a la
chica guardadora, su compañero, el enorme zorro negro, muy lastimado,
Nitta estaba un poco más lejos, parecia estar bien, pero Samuel e Ian
estaban muy mal, llevaban a Epiphone a rastras. Pasé al lado de Baraddur
mientras fui con Samuel, el Sandygast estaba agitado. -Ayudá a Ariadne por favor, yo voy con ellos, hacé lo que te diga-
//Mary's child -> Sandygast obedece a Ariadne una ronda//
LLegué con los muchachos tratando de llevar a la pobre Epiphone, Ian se veia muy mal. -Samuel... Ian...- El humo y polvo en el aire era horrible, hacia dificil respirar -Mavis...-
Puse a la Kirlia frente a Samuel, el cual tardó en darse cuenta que
esperaba que la tomara en brazos para que pudiera curar a Ian. -Heal pulse- Dije apuntando al joven rubio mientras me inclinaba tratando de ver como estaba Epiphone.
Se
terminó? Creo que se terminó. Trataría de determinar eso por la
expresión de alivio en la cara de mis compañeros o los civiles alrededor
(de los cuales no... parecen quedar muchos. Huh) pero ninguno de ellos
se veía muy feliz o aliviados. Pero bueno, nada más nos atacó al menos.
Con pesadez me sacudí un poco el chal; no que ayudara mucho con lo
empapado que estaba. Dios. Por eso es que siempre llevo repuestos.
Llevaba. Mierda.
Hubo unos segundos más de silencio, creo en el
que todos se preguntaban si podían empezar a correr o si deberían darle
un segundo más de respeto a los... varios cuerpos alrededor. Ouch.
Tratando de ignorarlo, me giré a Lup y le di una palmadita en la
espalda. Vibraba de frío casi tanto como yo, el agua sobre la que estaba
parada claramente molestándola, aunque nunca lo mostraría en su cara ni
me lo diría de otra forma. Sin gastar otro segundo le dije
felicitaciones y la devolví a su Pokebola para que descanse. Bueno, ¿y
ahora qué?
-¿Como era la cosa...? Peleas, explosiones... Ah cierto, el Starly. Aunque capaz lo mataron a cascotazos ya...
Resultaba
que no; por algún milagro cuando enfoqué al vista un poco a lo lejos lo
noté ahí, mirándonos como si no hubiera pasado nada. Casi me tentaba
preguntarle como había esquivado todo el quilombo que hicimos, pero
justo entonces hubo una explosión de luz y casi resbalé de nuevo hacia
el agua. Yannick observaba la forma de su ex espada con ojos bien
abiertos, como si hubiera visto un... bueno, creo que fantasma no sería
la mejor forma de decirlo considerando sus talentos. Como si hubiera
visto un Mr. Mime desnudo, ahí. Sonreí, feliz de que algo bueno había
salido de esto, hasta que la luz desapareció y vi lo que había debajo.
-Uh... ¿Dos? -Parpadeé varias veces, confundido. -¿Evolucionó o esos Pokemon se reproducen al matar cosas? Osea, son espadas, tendría sentido... -Miré a Yannick. -¿Debería felicitarla?
El
Starly se nos acercó aún más, claramente tratando de llamar nuestra
atención. Bichín de mierda. Aunque no puedo enojarme mucho tiempo cuando
es tan adorable. Si bien mi prioridad ahora mismo es encontrar a Nitta
para que me de algunos consejos con esto de mis poderes, nunca me puedo
resistir a... cualquier otra cosa. Soy muy facilmente distraído.
Un
fogonazo celeste me habia envuelto llevándome a las afueras del bar,
desde la calle se podía ver la destrucción del lugar que habían
ocasionado los Koffings, de verdad esas chicas no tenían problema en
destruir el lugar entero con tal de callar a su compañera, ojala estén
muertas por gilas.
Sali corriendo hacia el bar, esperando que
claramente ningún pokemon de instinto suicida quedara con vida para
atacarnos, estábamos safando muy de pedo como para que no nos muriéramos
ya, la hippie seguía adentro pero con galahad que la cuidaba, seguro
estaba bien, debía estarlo. Entramos al lugar lleno de escombros y
polvo, empece a buscarla, no me costó mucho, el minior la custodiaba
flotando a su lado, eran fáciles de ver. Creo que recién ahí volvi a
respirar, me acerqué rápido a ella. –Estas bien.- dije casi murmurando, también se había encargado de las pendejas suicidas, hablando de eso donde estaba la del bicho de color.
-Uh.-
comenté viendo la escena de Ariadne, estaba con la chica en sus brazos y
el koffing de color extraño, había resultado bastante herida, para ella
esto terminaba aca, la sangre que estaba perdiendo era demasiada, me
puse tenso llevándome la mano al hombro y trague saliva, me traía
recuerdo muy feas que no quería recordar en este momento. Miré hacia
otro lado, no quería verlo, el traspaso del mundo físico al espiritual,
un momento que siempre queda gravado en la memoria, algo que yo no
quiero para mi.
Al otro lado Ibaraki se encargaba de curar al
resto del equipo, Ian y Sam llevaban a rastras a Epiphone que parecía
haber recibido bastante daño, aun seguía con vida pero inconsciente, el
muchacho rubio en cambio parecía haberse quebrado algo pero por lo menos
estábamos todos vivos para contarla, espero que el resto del grupo este
mejor donde sea que estén. Comence a buscar a las chicas de hace un
rato, teníamos que asegurarnos de que por lo menos una de ellas este en
este lugar todavía, quería tener una charla con ellas.
/Percepción + Detección para encontrar a alguna de las wachas/ [dice]0[/dice]
Galahad
se movió con agilidad y anuló rápidamente al último koffing antes de
que quisiera explotar como el resto. Las otras chicas resultaron
estampadas contra la pared y cayeron al suelo, posiblemente
inconscientes. Realmente esperaba que simplemente estuvieran muy heridas
o desmayadas por el fuerte golpe que Galahad les había dado, pero una
parte de mi... esperaba que no se despertaran más. No les importaba
atacar en un lugar concurrido, y mucho menos tuvieron el menor atisbo de
arrepentimiento al ordenar a sus pokémon que se sacrificaran para tener
estos resultados... -Fijémonos de dejarlas atadas o algo, que no vuelvan a escapar -setencié. El mayor problema era lo que había a nuestro alrededor.
No
quería demasiado, cada centímetro que recorría con la mirada era una
persona más herida a nuestro alrededor. Ian, Samuel, Ariadne, su
zoroark, Epiphone. Todos se veían realmente mal, mientras que yo...
apenas tenía raspones de las caídas. Galahad se veía bastante entero. Lo
que quedaba de la habilidad de Mint le había cerrado las grietas que se
le abrieron y ahora solo quedaba que algunos golpes en su corteza se
generaran, y no tomaría demasiado. Él debía estar contento por mi estado
y por el suyo, ya que creo que, en medio de la conmoción, nadie había
reparado en lo que se llegó a ver entre los cortes en la piedra. ¿Cuánto
había pasado desde la última vez que lo vi cómo era por debajo de
aquella armadura? La única vez que lo había visto realmente herido había
sido... cuando nos conocimos, y desde entonces creo que solo una o dos
veces volvió a romperse. Se acercó a mi y me miró, no sé si porque se imaginaba lo que estaba pensando o porque se preocupó por mi largo silencio. -
Está bien -le dije dándole un par de palmadas. Llevé mis manos a mi
cintura y busqué las pokebolas del resto entre las cosas de mi bolso.
Liberé a Omolon, a Kyria, a Lulu, que miraron a su alrededor con pena.
Dudé unos instantes viendo la última que me quedaba, pero finalmente
Urien salió por cuenta propia, mirándome con preocupación. -Cuando acompañaste a Julia y te uniste a los guardadores no pensaste que todo terminaría así, ¿verdad? No
emitió ningún sonido y solo volteó a ver a la chica que estaba entre
los brazos de Ariadne. Me costaba mirarla, no sabía si seguía con vida
siquiera y... quería que lo estuviera. Su koffing lloraba cerca a ella. -
Chicos, ayuden a los heridos a levantarse y salir, como puedan -le dije
al resto de mis compañeros pokémon. Urien ya se había adelantado y
dirigido hasta la chica, que había gritado algo hasta hace no mucho,
pero desde entonces permanecía en silencio.
-... -me agaché a un
lado de Ariadne y la chica y me mantuve en silencio unos instantes.
Urien la observaba, y pude notarlo prestarle atención a las marcas que
mostraban las ropas que llevaba como propias de un guardador- No
entiendo... como pueden convencer a personas externas a ellos de sumarse
a cosas como estas -supongo que personas necesitadas de ciertos
objetivos y creencias como único motivo de existir en la vida llegan a
este punto. Llevé mi mano a mi espalda y busqué en mi bolso un botella
de agua. Tomé gentilmente la cabeza de la chica y le limpié la sangre
que tenía en el rostro con un paño humedecido, para luego darle de beber
un poco de agua- No espero haga mucho pero... prefiero hacerlo antes de
no hacer nada.
//Fresh Water a Lux, dale dejala vivir I love her – Cura 5 heridas//
Estaba
cansada, en más de un sentido. Me dolía la cabeza y la visión se me iba
por momentos. Me puse de pie y dio unos pasos para atrás. -Urien, te
la encargo -recién entonces noté que el resto había vuelto luego de que
desaparecieran. No debía ofenderme que se fueran sin mi, la kirlia de
Ibaraki no era capaz de tanto, y... tenía la mente y las emociones
ocupadas en otra cosa, no era momento de ofenderse o sentirse incómoda-
Estaré fuera -le dije al resto dándoles una breve mirada. Y tal como
dije, salí al exterior del sitio.
Observé el cielo unos instantes
y sentí una leve brisa. Tuvieron al menos dos años... dos años para no
hacer nada y a pesar de lo sucedido descreer los descubrimientos de
Julia. Estaba enojada con ellos, inclusive con mis papá. Con el
tiempo comprendí como nuestros vientos pueden servir como una formar de
comunicación, hasta cierto punto. Podían permitir orientar al otro de su
ubicación o de qué tan lejos se encontraba, y al saberlo comprendí cómo
hacía él para encontrarme cuando me escapaba a las ruinas o a algún
punto lejano en el campo o la ciudad. -Si tan atento estás a mi
ubicación espero que aparezcas pronto... y que se pongan a arreglar esto
-susurré. Mi pulsera ligeramente titilaba. La observé y casi me la
saco, pero noté alguien a mis espaldas. Era Tellulu, quien observaba con
seriedad. En un principio asumí que había aparecido para impedir que
concretara mi idea, pero luego la noté voltearse a otro lado, como si
observara hacia algo, en algún punto de la ciudad- ¿Qué ocurre? -me miró
de reojo, y volvió a observar hacia el mismo punto. La escuché entonar
una leve melodía, y al mismo tiempo, poco a poco se desvaneció de mi
vista.
-Eva, gracias- le dije mientras guardaba a la pobre en su pokebola.
Salem, tiritaba de miedo, esta vez casi no la contamos.
Los
heridos eran demasiados y los muertos… no quería pensar en eso. Caos y
destrucción reinaban sin compasión en las calles esa noche. Miraba a un
lado y veía a Jaime herido desangrándose, miraba a otro y Cameron que
apenas podía caminar, giraba al otro y veía como una luz blanquecina
envolvía el momento, dejando ver dos espadas, como si anunciaran
silenciosas que la violencia solo empeoraría a partir de ahora.
Era
Orre, era como repetir ese tiempo ahí, en donde no veías más que la
vida escaparse de tus manos, como si fueran pequeños granos de arena,
insignificantes e intrascendentes como el mismo aire que respiramos.
Celice,
estaba en brazos de uno de los malditos, habíamos sido incapaces de
protegerla, pero a quién íbamos a engañar, jamás pudimos protegerla, no
podíamos protegernos nosotros mismos… como con Epi y Nitta...
-¡NO, hay que encontrarla, voy a remover cielo y tierra para hacerlo! ¡Lo juro!
Corri hasta el grupo.
-
¿Como estan?- pregunte viendo todas las ropas ensangrentadas- Pregunta
estúpida ya se… voy a hacer todo lo que este en mis manos, pero hay que
llevarlo a un hospital, Nico libera su Braviary fijate si podes
convencerlo de llevarlo a emergencias. Cameron acercate dejame ver ese
hombro. Enderecen a Jaime, pero traten de no moverlo mucho.
Empecé a coser lo que pude, tratando de frenar alguna hemorragia o algo.
//Medicina+int// (no tengo botiquín pero no te pongas la gorra eh, podes dejarnos comprar uno alguna vez xd) [dice]0[/dice]
Inmediatamente, cree la zona segura.
//Healing field// [dice]1[/dice]
//Cuanto dura// [dice]2[/dice]
-Donde quiera que estén los voy a encontrar y esta vez...