Aunque
estuviéramos siendo amenazados en un lugar donde nadie nos escucharía
gritar, no pude evitar sonreír. Tenía razón, éste lugar si tenía algo
que ver con Sinnoh.
El discurso de Isaac fue... algo, sin duda.
Nunca me interesó demasiado la religión pero era claro que el hombre
sabía muy bien de lo que hablaba, y el espíritu y respeto con el que nos
contaba todas estas cosas... que se yo, el tipo me caía bien aunque nos
quisiera matar. No tanto cómo para que dejara que lo haga, pero aun
así...
-Esas cosas tienen cabezas muy grandes. -Comenté mientras hacía girar la Pokebola de Taako en mi mano. -¿Es irónico que un cura tenga Pokemon que se parezcan a aliens? ¿O me olvide de nuevo lo que significa esa palabra?
Sin
esperar una respuesta dejé salir al gato, quién se materializó en una
mezcla de luz y llamas. Sus ojos cayeron sobre los dos extraños Pokemon
un segundo después, y bajando las rodillas se preparó para pelear. Nada
de miedo o duda, ni siquiera se volteó a mirarme. Supongo que seguía
enojado conmigo.
-Señor, le agradezco mucho todo lo que nos dijo. -Me incliné levemente, haciendo reverencia. -Espero que no le moleste decirnos más cuando hagamos mierda a tus dos Pokemon y seamos tres contra uno. Sin resentimientos, ¿Eh?
Con eso dicho Taako inhaló y escupió un pequeño torrente de llamas hacia uno de los extraños Pokemon.
//Ember al Beheeyem de la izquierda 10(+10)+10+Charcoal// [dice]0[/dice]
Tras
observar la iglesia - Lo siento yannick no hay nada en la iglesia
parecido al lo que vi en el museo que pueda ver - en eso se acerco el
hombre y mientras caminaba hablaba y lo seguíamos nos dio una clase de
religión y después se presentó como el guardador de religión osea el
jefe de Julia y parecía que no le agradaba que supiéramos sobre los
guardadores y no lo culpo pero se ofreció a responder nuestra preguntas
pero en eso salieron dos pokemons de apariencia extraterrestre no
entendía que sucedía pensé que habría algún tipo de prueba más que un
simple combate aunque es obvio que es un duro rival yo esperaba algo más
complejo.
Empieza la pelea contra el guardador mis compañeros
atacando primero aunque parece que yannick tiene problemas con su
pokémon quería intervenir pero sería tonto sabía que ellos lo
arreglarían eso se veía y no pasó mucho para ver que tenía razón aún que
creo que no durará mucho pero era mejor no ensartar en eso y pensar en
el combate.
Prese en Mina era seguro que sabía bite pero su tipo
veneno lo haría muy vulnerable entonces preferí usar al más confiable -
kaeru sal - abrí mi bolso y salto kaeru listo para pelear - lo siento
señor - le dije a Isaac - pero me interesa más la historias y otras
cosas relacionadas a civilizaciónes ancestrales pero ahora lo único que
necesitamos es poder entrar al sinodo- mire a kaeru - ataca por favor
usa burbujas- pero de kaeru no salieron la cantidad de burbujas Normal
salió una ráfaga como ametralladora.
Los
cuchillos seguian cayendo desde el segundo piso, Maxwell habia ordenado
a Salem que lance un ataque al segundo piso, el cual hizo un gran
desastre, pero eso no evitó que siguiera lloviendo metal sobre nosotros.
/Resistencia/ [dice]0[/dice]
Una
voz resonaba en el ambiente, nos amenazaba para entregarnos a cambio de
la seguridad del lugar, carajo, no tenia opción, a fin de cuentas, no
importaba que tan simple pudieran atender heridas de combate con esa
máquina, esto era un hospital, era razonable que si algún pokemon estaba
demaciado grave o enfermo necesitaria mayor tratamiento.
-Baraddur...- Dije en un susurro -Gracias por todo, perdón por ser tan egoista, pero voy a entregarme.- El Sandygast cambió su expresión, estaba protestando. -Baraddur,
si no me entrego van a matar a los pokemon internados, no podria vivir
con eso, tampoco si algo te pasara a vos por mi culpa... me cuidaste
toda la vida, y te lo agradezco... pero tengo que hacerlo- La expresión del sandygast se ablandó un poco, pero aun así no queria dejarme.
-Baraddur, si algo me pasa... sos libre-
Dije levantandome de donde estaba, di un paso pero comencé a sentir algo
raro, me pesaban los párpados, no podia ver bien y sentí un leve mareo.
Volteé solo para ver a Karen y su pokemon cerca, podia ver un leve
reflejo en el aire frente a su pokemon, reflejo de la luz sobre las
esporas que estaba liberando.
Cai sobre mi rodilla, la vista se
me hizo borrosa, intenté levantarme pero el cansancio me venció, cai al
piso, lo último que pude ver fue una especie de manto cubriendome antes
de cerrar los ojos.
//Bullshit mode on -> Mary's Child (passive) // //El sandygast me cubre por voluntad propia (que podria tranquilamente ser una orden de guia/afinidad)
Observé
los mapas una vez más y luego de correr por quién sabe cuánto tiempo,
pasé a pocos metros de plaza Vert. Debía estar cerca. Ni me fijé en cómo
guardé todos los volantes que tenia. Los metí de un sopetón en uno de
mis bolsos, todos arrugados. Seguramente alguno se me había caído en el
camino. La cantidad de miradas que atraía era impresionante, pero
realmente no me importaba. Galahad salió, alertado por lo agitado que
debía estar dentro de su pokebola. Perdón Gala, y perdón ahora Urien.
Este último debía estar lo suficientemente agotado todavía como para ni
inmutarse. El minior me siguió el paso rápidamente, flotando frente a
mi, buscando que le explicara qué carajo era lo que estaba sucediendo. -
Rescate -me limité a decirle y me detuve en seco, señalándole hacia el
frente. Caí rendida al suelo, mis piernas me pedían a gritos que me
detuviera, y mi cerebro que no hiciera una locura y avanzara mucho más
de hasta donde había llegado. Al final de la calle, ahora casi
desolada, se encontraba el centro pokémon. Sirenas sonaban alarmando la
situación. Las había escuchado no muy lejos, pero algo dentro mío no les
hizo caso y rogó pertenecieran a otra situación. No vi nada
sospechoso a los alrededores, tampoco estaba lo suficientemente atenta
como para fijarme en eso en aquél momento. Pero fuera como fuera, todo
debía estar ocurriendo en los interiores del centro.
Me aproximé
de a poco, mi cuerpo se negaba a cooperar pero no iba a dejar que algo
que me pertenecía se interpusiera. Galahad parecía tenso, y por un
momento se colocó frente a mí. No sé si quiso detenerme, o evitar que me
cayera mientras avanzaba, pero en su silencio pude notar que sus
intenciones diferían de las mías. -Están dentro... Maxwell e Ibaraki,
no puedo dejarlos. Soy la única que vino -le comenté entre bocanadas
para recuperar aire. El caballero volteó a mirar el sitio. Los vidrios
del segundo piso estallaron sobre nosotros y Galahad me cubrió con su
cuerpo, a pesar de que fueron muy pocos los fragmentos que llegaron
hasta donde estábamos. Ambos volvimos a dirigir nuestra mirada hacia el
edificio, ahora atraídos por el audio que llegaba a oírse saliendo por
las aberturas rotas.
-Amigos de
Jaime...¡salgan de ahí! ¡Si se entregan por las buenas no vamos a herir a
nadie! Hay pokemon enfermos en este lugar, ¿no sería una pena que
sufran por el corte de energía? ¿No seria una pena que este lugar quede
en ruinas solo por no entregarse? -dijo alguna voz distorsionada, no estaba segura si a través de algún tipo de parlante.
Cierto. No me había fijado.. Ellos no eran los únicos allí dentro. Las circunstancias eran similares...
Similares a aquel día.
Bajé
la mirada al suelo, y fue como si todo el desgaste por lo que había
corrido hubiese golpeado de pronto contra mi cuerpo. ¿O acaso era por
efecto de las memorias? De la culpa. Galahad detuvo mi caída. Mi torax
quedó sobre él, mientras que mis brazos lo rodearon. Lo pensaba
demasiado, me estaba maquinando con recuerdos con el único motivo de
herirme a mi misma. Pero creo era el precio que tenía que pagar para
ganar la convicción de que no podía dejar que ocurriera una tragedia. No
podía permitir que Maxwell e Ibaraki se convirtieran en Rosencrantz y
Guildenstern.
-Galahad -comencé a susurrar, recuperando la
compostura y comenzando a separar mi cuerpo de él, pero sin dejar de
apoyar mis manos sobre su coraza- Vamos a tirar abajo esa puerta -el
minior me miró fijamente por unos segundos. Le sostuve la mirada con
seriedad, y luego noté su armadura moverse, como si se la ajustara.
Estábamos de acuerdo. Quizá nos íbamos a meter en la boca del lobo
-¡Destrózala! -y dicho esto el caballero comenzó a girar y salió
disparado a la puerta blindada del centro. Mi cuerpo emprendió una caída
hacia atrás, que fue detenida por los brazos del chico rubio de antes.
Lo miré un segundo, ni le había prestado atención a su nombre.
Abrí la boca para decirle gracias, perolos
fuertes golpes que Galahad daba contra la puerta me interrumpieron y
obligaron a mi vista a orientarse hacia allí. Uno, dos, tres, cuatro,
cinco. Al quinto golpe, la puerta terminó de ceder y se rompió en cientos de fragmentos. Galahad volvió hacia mi, orgulloso de su fuerza. Entonces,
noté que Samuel también nos acompañaba. Un par de alas negras y blancas
se desplegaban detrás de su espalda. Me hacían recordar en forma y
color a las de un butterfree, pero no era algo en lo que me podía fijar
mucho en ese momento. -Te dije que no me siguieras... -comencé a
ponerme de pie, ayudada por el rubio de un brazo y de Galahad del otro.
Caminé hacia la puerta del centro pokémon- Dos de mis amigos están ahí
dentro y vamos a sacarlos -comenté- ¿Listo? -mi mirada giró hacia
Galahad, que comenzó a girar a modo de respuesta afirmativa. Tenía
miedo, debía reconocerlo. Tenía mucho miedo de mandarlo allí dentro,
pero ya no podría sacarle la idea de la cabeza- ¡Ve a su rescate,
caballero! El
minior entró el centro pokémon disparado, a gran velocidad. Su único
objetivo era dar con Maxwell o Ibaraki y sacarlos de allí aunque fuera a
los golpes.Apreté los puños, lo seguí y entré al centro, acompañada. El sitio estaba oscuro. -
¿Tu pokémon es de fuego, no? Algo de luz nos vendría bien -le comenté al
chico rubio. Luego le pediría que me recordara su nombre. No me gustaba
que se metiera en todo esto, pero si estaba con Kabir, era por algo...
Teníamos el tiempo contado. ¿Qué haríamos con el resto de la gente? ¿Y si la situación era peor de lo que esperábamos? Rosencrantz y Guildenstern.
No. Nadie sería ellos. No.
Por favor.
Galahad... Si de ti de dependiera... si pudieras hacerlo ¿Los salvarías a todos, verdad?
Al
abrir los ojos, pude ver a la chica que se alejaba a una velocidad
impresionante. Creo que he visto jinetes de Tauros que no alcanzan esa
velocidad.
“Creo que esa chica parece necesitar algo de ayuda.”
dijo Kabir refiriéndose a la chica Rapidash. Seguía acumulando
interrogantes antes de conseguir respuestas pero ciertamente la
seguiría. Como dije antes, acudiré al llamado de cualquiera que necesite
de mis facultades.
-Entonces hasta luego, mi peculiar Kabir.-
dije mientras me acomodaba el saco y la bandana (mis performance tienden
a desacomodar mi ropa). –Pero tomaré esto, si no te molesta. No te
preocupes por explicarme de que va la cosa, soy muy bueno resolviendo
acertijos.- Le guiñe un ojo y tome el paquete con los extraños objetos
que guarde en mi valija.
Saque la pokeball de Lando y apunte
hacia él – Sabés que no nos vas a poder seguir el paso compañero, lo
siento.- y con un haz de luz entro a la esfera. “Kileo, ¿no? Si podes seguirme el ritmo corriendo, vamos” me dijo el muchacho pálido. Me
di vuelta rápidamente y salí corriendo en dirección hacia donde iba el
aparentemente líder de gimnasio que ya se me había adelantado, aunque no
llegué mucho más tarde que él.
Llegué justo para ver cómo la
chica comenzaba a desplomarse hacia atrás. Gracias a mis grandiosos
reflejos, pude ponerme en una posición para atajarla con mis brazos
antes de caer al suelo. -No se preocupe, joven doncella. Ya estoy
aquí para…- Mi frase fue interrumpida por su codo que se clavó en la
boca de mi estómago y me dejó momentáneamente sin aire. La chica me miro
extrañada e intento decir algo pero sus palabras fueron tapadas por el
ruido producido por un pokémon que embestía la puerta insistentemente.
Al parecer era el compañero de esta chica Nitta y no voy a negar que una
hermosa nostalgia invadió mi cuerpo cuando identifiqué a dicho ser:
¡Era un Minior! ¡Un pokémon de Alola aquí! Tenía ganas de retratarlo
pero la situación no era propicia. Tal vez su entrenadora me dejara
retratarlos a ambos más tarde. La ayude a ponerse de pie y dijo algo de
sacar del centro a sus amigos. Operación de rescate entonces.
“¿Tu pokémon es de fuego, no? Algo de luz nos vendría bien” me dijo.
-Sí, pero no me parece prudente enviar a mi amigo sin saber a lo que nos enfrentamos.-
Los cuchillos certeros y asesinos no se hicieron esperar y los recibí lo mejor que pude. //Resistencia// [dice]0[/dice]
Me saqué el cuchillo del brazo, ¿dios cuantos puede tirar de esos? y intente concentrarme.
//Cure minor wound// [dice]1[/dice]
Ademas de eso saque el corchito de uno de los frascos y me lo tomé.
**Tomar healing water**
Ibaraki
había caído, tanta fuerza perdida, pero prefería que durmiera y no se
lastimara... y Karen… estoy conteniendome, pero no puedo evitar
imaginarme escenarios en contra de mi juramento hipocrático. Entonces
el grupo lanzó una amenaza al aire, iban a lastimar a los pokemon del
centro si no nos entregamos. No podía ser, no podía creerlo,
sinceramente… no podia creer que fueran tan estúpidos. Que me garantiza
que no lastiman a los pokemon del centro, nada, la amenaza más vieja del
libro.
-HAHA, no puedo creer lo que escucho, ¿ustedes piensan
que vamos a negociar con una banda de lacras asquerosas como ustedes?, y
si lo hacen me voy a asegurar personalmente de tratar cada herida y
corte que puedan llegar a hacer- esa gente era un asco, una bazofia, un
parásito en la sociedad, amenazar inocentes, herir niños…
Corrí
por las escaleras hacia el segundo piso con el cuchillo en la mano
mientras le daba la orden a Salem de atacar a los maleantes.
La
serie de ataques lanzados por los entrenadores choco contra uno de los
Pokemon detras de Isaac. El hombre sonrio levemente y cerro sus ojos,
parecia estar recordando algo y recitando palabras en una voz inaudible.
Nicholas y Nico habian hablado con Isaac antes de lanzar sus ataques,
algo que parecia no haber sorprendido al Guardador.
-Disculpen,
estaba recitando una vieja oracion de la Deidad guerra de MeleMele, es
una costumbre que tienen en aquella isla antes de comenzar una batalla.
Una costumbre dejada casi en el desuso, pero como Guardador mi trabajo
es mantener estas religiones vivas, al menos en mi mente y en los
libros.- Se detuvo un momento en Nico.- Y
se equivoca, joven. Mi trabajo en este lugar no es ser cura, ni predicar
esta religion. Solo conservarla. La fe dominante cambia con los siglos,
mucha sangre corre y la fe de la gente se depocita de un lado a
otro...yo como Guardador soy en el encargado de conservar la eterna
memoria de la humanidad. No predico ninguna fe, pero a la vez veo la
verdad en todas ellas. Todas ellas son reales para quien crea en ellas.
Los
pokemon de Isaac flotaron levemente en el aire colocandose delante de
el, aun extendiendo sus manos hacia los entrenadores. El hombre se puso
de pie pesadamente y continuo caminando por los jardines. Parecia como
si no prestara atencion al combate a su alrededor, como si su mente
viera algo mas alla.
-Esas criaturas son seres humanos encarnados en Pokemon. - Dijo sin mas, Yannick y Nicholas se miraron, sabiendo a quienes se referian. - Al
menos esa es la creencia. Erebismo, se llamaba...si...- Isaac llevo su
mano a la cien, recordando con dificultad.- Creian que la forma
definitiva de los humanos no era esta que vemos hoy en dia, sino que
encarnar en un objeto o en otra criatura era nuestro equivalente de
"evolucion". Curioso, no es asi? Los Erebistas desaparecieron hace
varios siglos, si no me equivoco no queda nadie de dicho culto
actualmente con vida. Divago, disculpenme. .- Isaac hizo un ademan con su mano, los Beheeyem interpretaron la orden.
//Hidden Power - Tipo Fairy - 15+15 - a Phantump// [dice]0[/dice]
//Hidden Power -Tipo Electrico - 30 + 30 a Litten// [dice]1[/dice]
Hola, mi nombre es Samuel y tengo una mariposa en mi espalda. Juro que algun dia ese va a ser el titulo de mi biografia.
Si
habia algo en lo que era realmente malo, era en controlar mis nauseas.
Por eso cuando vi a aquella chica descomponerse, no pude evitar sentirme
mareado tambien. Estomago debil, una pesima cualidad para un lider de
Gimnasio. Aunque claro, habia sido lider por...cuando? Un mes? Tuve solo
dos combates oficiales, uno habia sido contra Ian asi que no contaba
realmente. Por cierto ese bastardo se llevo la medalla incluso cuando
acordamos que no iba a darsela para no tener mala reputacion.
"Sam, necesito que vengas a Lumiose, algo grande esta por pasar y necesito que Blake este alejado de todo"
Esas eran las primeras palabras que escuche de mi amigo en semanas
despues de aquel combate en Santalune. Si no fuera porque es mi mejor
amigo, lo habria denunciado por acoso telefonico. No me dio mas
detalles, pero me dijo que hable con Karen, que le dejo el resto a ella.
Cuando pudimos dejar la banda de Blake y comenzar realmente nuestras
vidas, lo ultimo que pense era que iba a tener que volver a esta ciudad y
meterme de nuevo con...bueno, la banda de Blake. Samy, todos somos descartables.
No, Blake. Por mucho que esa filosofia nos haya salvado la vida en
aquella posada mugrienta y en tantas otras veces, nosotros 3 logramos
ver mas alla.
Aterrisamos luego de varias cuadras de vuelo al
raz del piso. Por suerte, mi Vivillion blanco era el mas rapido que
tenia, pero tambien era el que mas conocia mis mareos, asi que no solia
levantar mucha altura. La chica enfermiza estaba a solo unas cuadras, y
el chico raro del Heatmor me seguia (de hecho, me mantuvo muy bien el
ritmo). Quizas es el mareo del vuelo pero...esta atacando la puerta del
centro Pokemon?
-Hey! - Aterrice
con el Vivillion en mi espalda y posando la mano en el piso para
estabilizarme. Habria sido una gran entrada de no ser porque tambalee al
ponerme en pie. - Que est...? Ah diablos.
- La puerta del centro estaba abierta por el ataque del Minior. Pude
ver que era lo que ocurria. El centro estaba a oscuras, luces de
emergencia, y una decena de entrenadores corrio por la puerta cuando el
Pokemon la abrio. Huian en panico, algo habia pasado? - El chico rubio
se adelanto unos pasos una vez que los entrenadores mas asustados
huyeron. El centro estaba a oscuras, pero habia gente, podia sentirlos,
por asi decirlo. - Hey, cuidado. -
Vivillion se quedo en mi espalda, estando alerta. Di un paso adelante.
No habia nada de peligro en el pasillo chico que conectaba el hall
principal con la puerta del exterior, asi que le hice una seña al chico
rubio para que entre. Me miro extreñado. No parecia entenderme. Hice una
seña un tanto mas obvia, pero me miro sin entender de nuevo. Soy pesimo
en esto.
Empece a hacer una mimica que en mi cabeza, y les
aseguro, en la cabeza de todo el mundo, indicaban que no habia peligro.
Tampoco entendio. Volvi sobre mis pasos y me puse delante de ambos
chicos.
-NO HAY PELIGRO! - Grite.
-Hay alguien en la puerta! Tiren a matar, no tenemos tiempo!
-Ah, desde luego.
- Dije poniendo los ojos en blanco. Vivillion actuo mas rapido que yo,
por suerte. Bien podria dejarle el gimnasio de Santalune a el y les
aseguro que nadie me extrañaria.
//Cuchillos a Maxwell//
//Cuchillos a Ibaraki//
Una
barrera de energia verde se puso delante mio y del chico rubio. La
chica del Minior estaba a unos pasos mas atras, fuera de peligro, no
hacia falta la proteccion. Por un segundo, pudimos ver dentro del lugar
con mayor claridad. Una chica rubia tirada en el piso, a su lado un
monticulo de arena viviente cubriendola. Un chico con una gabardina
negra y algo ensangrentado, con un Skitty persiguiendo su propia cola.
Tres cuchillos rebotaron contra la barrera de luz. Armas.
Mi expresion cambio. Ok, no es un juego.
-Trajeron
mas gente? Veo que quieren que esto sea una matanza. Bueno, Neron nos
esta pagando, pero nadie dijo que no podemos divertirnos matando a un
par mas...- En el balcon del centro los pude ver.
-Son tres. Armados. Muchas dagas. No tienen Pokemon. No vieron a la chica, pero a nosotros si. - Le suzurre al chico rubio, esperando esta vez haber sido claro.
Los
ataques de nuestros pokemons impactaron contra una de las criaturas del
monje no tan monje. Señor, decídase si trabaja aca o no, realmente no
me interesa lo que se dedica o si predica alguna religión, quiero
encontrar a Julia, ponerle un moño y tirársela por la cabeza a Jamie
mientras corro de este lugar para nunca más volver. Quizás caiga a
visitar a Roomie cuando se mude con Ian y tengan millones de fantasmas
en el patio o lo que sea que le guste.
Durante la pelea roomie se
puso a mi lado, se veía un poco extraño, incluso podría jurar que el
ojo de su espada me miraba con odio, creo que después de la pelea se va a
venir sobre maltrato infantil o algo así. El monje siguió moviéndose
por el jardín, casi pareciera que le importaba muy poco que lo
estuviéramos atacando, cualquier entrenador se hubiera ofendido bastante
ante su actitud, por suerte nosotros no.
-Esas criaturas son seres humanos encarnados en Pokemon. –
soltó sin más, claramente refiriéndose a Hollow y Ehre. No pude evitar
compartir una mirada con Roomie por un momento, ya habíamos tenido la
misma charla anoche y también hoy al mediodía, supongo que también la
vamos a tener si salimos de este lugar vivo. Isaac continúo hablando,
esta vez explicándonos sobre una creencia, Erebismo, y cómo creían que
la forma final de los seres humanos era reencarnar en objetos o en
criaturas como nuestros pokemon, supongo. Revolee los ojos ante su
comentario, el tipo es un charlatán y encima no responde nuestras
preguntas, quiero a Julia no una clase de historia. El hombre hizo un
gesto con su mano y los pokemon comenzaron a atacar, lo que me faltaba.
Un
rayo de energía rosada se dirigió directo a Hollow, antes de
interceptarlo la espada de Yannick se interpuso entre ambos recibiendo
el daño. Me quede quieto unos segundos casi sorprendido de la actitud de
la espada y como se movió sin que su entrenador se lo pidiera,
definitivamente no voy a zafar de otra charla. -Gracias-
dije mientras concentraba mi mirada en la pelea, sea lo que sea que
pase con él no tengo ganas de arrancar ahora. Estire mi mano hacia el
pokemon más herido, el brillo verde de mi mano volvió a encenderse, no pude evitar la sonrisa que se formaba en mi rostro, por eso odiaba tanto estos poderes, me hacían diferente.
Sacudí mi cabeza rápidamente mientras recuperaba mi calma de siempre, que no es tan calma después de todo. -Hollow, de nuevo Faint al mismo de antes.- Definitivamente quiero terminar esto y poder largarnos de acá, tengo que saber cómo están los otros.
-Todas ellas son reales para quien crea en ellas.- Si,
al fin y al cabo... qué es una religión más que creencias y reglas,
interpretación de devotos. Los únicos que pueden saber con certeza son
justamente con los que no me puedo comunicar, quienes no se quedan.
No esperaba lo que dijo de ese culto, "Erebismo".
Nos miramos con Frost un segundo, a él no parecía importarle demasiado.
Pero.. sonaba parecido a muchas cosas que había considerado, me
extrañaba no haberlo escuchado antes. Hubiera realmente disfrutado
hablar con este hombre en otras circunstancias, su Sociedad tenía tanta
información que me podría sacar dudas... Observé a Ehre, sabía lo que
era, no tenía dudas de eso al menos. Me pregunto si en la época que
estuvo viva todavía existiría la secta. Habría creído en algo de eso?
Por cómo terminó... Hubiera cambiado algo? Casi todo lo que sabía
de ella era por lo que había conseguido leer: una figura remarcable, lo
suficiente para que haya archivo de su vida y muerte pero no para que
fuera perdonada por lo que hizo. Saber que una decisión, una
palabra, puede definir tu otra vida... Con ese conocimiento, con mi
visión, yo tendría que estar tomando mejores decisiones hace mucho. O
iba a importar el momento de la muerte nada más? Que últimamente se
sentía como una parecencia demasiado cercana, más que de costumbre.
El movimiento de Ehre me hizo volver a la realidad, había interceptado el ataque
que iba a Hollow sin problemas. Muy bien, no esperaba menos de ella.
Respiré más tranquilo. Cuando se volteó a verme después de eso, solo
asentí. -Fury Cutter, al sano.-
//Fury Cutter 10 + 10// [dice]0[/dice]
-Gracias- dijo
Frost simplemente, mientras volvía a concentrar su energía en uno de
los pokemon. Una de esas cosas que él podía hacer y yo no, una de varias
diferencias entre nosotros aparentemente, pero si íbamos a seguir había
que concentrarnos en lo que teníamos en común. El entumecimiento de mi
brazo había empezado a desaparecer, dando lugar al dolor puro de la
presión que me había ejercido. Era un dolor diferente al contacto con el
cinto, más real, más bien me hacía acordar a... Masajeé mi brazo y la
punzada en vez de distraerme, hizo que pensara más en él, en esa vez.
Seh, con un Phantump de por medio de nuevo, por eso. Estaba confiando en
que fuera diferente, no solo Frost, sino todos en el grupo... no tener
que tragar sangre por horas porque ninguno me quería llevar al sanatorio
sin una excusa, para que no se haga cargo, y sentir ese sabor en la
garganta por una semana después, incluso mientras fumaba. Ruego tener mejor ojo para la gente ahora.
El
Guardador obviamente no respondió nuestras verdaderas preguntas, pero
algo más estaba mal. Estaba demasiado calmado, ni interesado en el daño
que sus pokemon recibieron. Podría tener más, otro pokemon más fuerte,
otro plan... Sabíamos que no iba a ser fácil pero al menos esperaba que
fuera rápido para ir al Centro.
-Y Julia,- me dirigí al hombre -encontró algo que iba en contra de esa verdad individual? Algo que impidió su imparcialidad como Guardadora?- Si
podíamos guiar por ahí el tema, por lo menos sacarle algunas palabras
sobre qué habían hecho con una bala perdida como ella...
Lo
primero que pensé cuando vi a uno de esos aliens atacar fue que ese
ataque se veía muy, muy fuerte. Lo segundo fue que estaba sorprendido de
la velocidad de mis pensamientos considerando que eso que se nos venía
encima era electricidad.
-¡Plan B!- Grité, tirando una de mis Pokebolas hacia adelante, de la cual apareció mi nueva adquisición. -¡Merle, vos podés!
//Defensa de Merle// [dice]0[/dice]
El
pobre capullo con patas recibió el ataque entero sin moverse. Era claro
que le había dolido bastante, pero el Budew simplemente infló el pecho y
se la aguantó, frunciendo el ceño al bicho que lo había atacado.
El
problema fue Taako, que se giró a mirarme con tal odio que casi tuve
que dar un paso hacia atrás. Nunca había visto a un Pokemon tan ofendido
en mi vida, y no andaba con ganas de averiguar que tipo de retribución
un orgullo dañado me traería. Sin pensar dos veces le apunté con su
Pokebola, regresándolo a ésta.
-Perdón... te prometo que te voy a recompensar con comida después.- Sonreí nerviosamente. -¡Merle, hagamos que éste cuente! ¡Stun Spore al que no está tan dañado!
//Stun Spore al 2do// [dice]1[/dice]
Mientras
tanto el cura, o Guardador cómo me había corregido, siguió hablando
sobre su trabajo y las responsabilidades que caían en alguien cómo él.
Parecía muy apasionado acerca de ésto, más de lo que esperaba de alguien
de su calaña.
-Tus objetivos suenan bastante nobles, admito eso. -Dije, tratando de buscar las palabras correctas para lo que iba a decir. -
Pero... ¿No te parece medio en vano mantener vivas todas esas religiones
de las que hablás? Si ya murieron no hay mucho que solamente una
persona pueda hacer al respecto. -Me encogí de hombros, no tenía idea de porque estaba diciendo aquello, simplemente era algo que me salió de adentro. -
¿No sería mejor tratar de hacer que evolucionen y se conviertan en algo
nuevo que pueda competir con el Arceism, o como mierda se llame? Sé que a
un hombre cómo vos no le gusta la idea de comparar religiones con
negocios, pero... -Trate de evitar sonreír, sin mucho éxito. -A veces hay que hacer lo que se tiene que hacer, ¿No?
Podia
ver un jardín a mi izquierda, un pequeño patio con cesped y algunas
flores bien cuidadas, pequeños arbustos decorados con hermosos colores,
el viento llevaba el delicado aroma de algunas hasta donde nos
encontrabamos, frente a mi se encontraba una mujer, de apariencia joven,
no podia estar segura, su rostro era difuso, pero la piel de sus manos
se veia suave y delicada, su largo cabello lacio caia tocando el suelo,
formando un manto del negro más puro que podia imaginar, la mujer se
encontraba sobre sus rodillas pero su contextura daba a entender que era
delgada y de baja estatura.
Entre nosotras habia una gran mesa
cuadrada... no, no era grande, era una mesa chica, parecia grande porque
yo era chica, la mujer que me acompañaba servia una taza de té
alcanzando facilmente los elementos repartidos por toda la mesa,
prestando especial cuidado a cada uno de sus movimientos, era casi
hipnótico, hasta el vapor de la tetera parecia armonizar con sus
movimientos, en una danza que solo ella podia interpretar.
Sus
ropas eran exoticas, pero no realmente llamativas, eran de un color
simple, austeras, pero el diseño general era ajeno, mangas amplias, tela
que parecia holgada, una prenda que se podia comparar a un cinturon
pero era extremadamente grueso, llegaba desde arriba de su cintura hasta
su pecho, lo que hacia dificil apreciar su figura, pero algo me decia
que era una mujer esbelta.
No se cuanto tiempo estubimos frente a
ese humilde jardín, el tiempo parecia no fluir, el aroma del té a mi
lado comenzaba a sentirse por sobre las flores. Miré a la mujer, su
rostro seguia siendo difuso, pero sus labios eran pequeños y delicados,
curvados en una cálida sonrisa, no pude evitar devolverle una sonrisa
propia, aunque obviamente una nenita no podia esperar competir contra
esa imagen casi celestial, todo lo que podia hacer era disfrutar poder
estar al lado de ese pequeño sol que me iluminaba.
El viento
volvió a soplar, y con el pasar de la brisa, la imagen a mi alrededor
comenzó a desaparecer, la mujer comenzó a mover los labios, no, estaba
hablando, pero no escuchaba su voz, ni el más mínimo susurro, pronto, la
imagen de la mujer también fue borrada por el viento...
Por
un momento estaba en la total oscuridad, pero pude escuchar un sonido
en la lejania, un agudo silbido en el aire, un impacto sofocado, un
gemido de dolor, sonidos que eran conocidos, pero el último habia sido
el que más conocia, un sonido aspero, similar a cuando un papel se rasga
o un rastrillo pasa sobre la tierra, arena, arena en movimiento...
/Baraddur Defiende/ [dice]0[/dice]
/Harden/ [dice]1[/dice]
Abrí los ojos, algo desconcertada, comenzaba a recordar, Karen, las esporas de su pokemon, habia caido al piso, pero...
Dejo abierto el final del post, dado q no puedo saber que va a pasar en el entorno hasta no terminar la ronda. Recordatorio: Rubia -> 5 heridas de la ronda anterior, el sandygast la cubrió DESPUES. Sandygast -> full HP menos este ataque que SI cubre.
Acertamos
muy bien nuestros ataques pero su contrataque esta lleno de poner es
obvio que era un fuerte contrincante espero que los Pokémon de mis
compañeros lo resistan.
En eso escucho a Nico decirle al
guardador que lo que hace no tiene valor lo que hace al conservar las
religiones que e están perdiendo y le dije - una cosa como te sentiría
si te dijiera que tú platillo favorito un receta tuya no es tan buena
que hay uno mejor y más popular y que es igual de mal que muchas otras
que no le llegan que debería unise o cambiar a vos te gustó cómo es,
puede que la gente diga que el otro es más rico y popular pero tú crees
en el tuyo, crees que es el mejor para vos y tal vez lo sea para una
persona que no lo a probado entonces que dejaras de prepararlo solo por
qué no le gusta a la mayoria, solo por que sean pocos los que crean que
es mejor- tome un respiro.
- las religiones se basan en
historias, leyendas y relatos que han pasado el tiempo tal vez su
significado para nosotros no sea tan especial pero para quienes lo
originaron si y tal vez lo sea para la persona que aún no lo conoce y
que sigue en búsqueda-
Volví a respirar mire Kaeru y este volvió a lanzar BubbleBeam.
Subía
las escaleras al segundo piso, por alguna razón que no entiendo, pero
si dejaba que siguieran atacando, quizás le daría la chance a Ibaraki y
aquellos entrenadores a escapar.
Cada paso que daba sobre los
escalones me revolvia el estomago, era verdad que había entrenado para
esto, pero se me fruncio el ojete al ver que eran tres, con uno podria,
dos quizas, pero tres ya era algo que seguramente no la iba a contar,
pero tenia que hacer algo y era el unico ahi.
Ya estaba en el segundo piso y intente sonar lo más convincente que podía.
-
¡Bajen todos entrenadores y diríjase a la salida que encuentren abierta,
yo me voy a encargar de distraerlos!- les grité a todos con las fuerzas
que tenia tomé a uno de los entrenadores que salia de la remera- Hay
una chica inconciente abajo llevala afuera por favor- le supliqué.
Me dirigí a Salem siempre fiel en mi hombro.
-Salem te necesito por favor, ¡si esta es nuestra última sinfonía que sea la mejor!
El pokemon asintió y con una sonrisa comenzó a cantar en dirección de los ninjas.