Hubo
una perturbación en el aire alrededor nuestro, casi pude sentir una
fuerza divina caer del cielo y, un segundo después, Sloane cayó al suelo
como una bolsa de papas y piedras. Y plumas.
-Ah... -Susurré, decepción clara en mi voz. -Sabía que el infarto iba a llegar tarde o temprano.
Su
cuerpo inconsciente desapareció en una línea de luz roja, la cual fue
absorbida por la Pokebola en mi mano. Frunciendo el ceño la miré con una
expresión no muy mía, sintiendo algo en el pozo de mi estómago.
-Ey, no te hagas drama.- Sentí que Yannick me dio una palmada en el hombro. -Nos encargamos nosotros de lo que queda.
-Seh, nunca dije que esto de las peleas Pokemon fueran lo mío. -Sonreí, girando la Pokebola en mi dedo. -Está bien Sloane, seguro la próxima la vas a ganar.
Me
alejé un poco, hacia el costado de la pelea mientras la observaba. No
había mucho que hacer ahora que no estaba participando, y los demás se
habían ido hacia la ciudad.
-Eso de los ocho escudos suena raro... -Dije en voz alta sin pensarlo, mirando a Sam. -¿De donde vino eso? Hace rato estamos bien acá en Kalos, al menos que yo recuerde.
A
la vista del resto Debbie me llevaba de la mano, pero por dentro sentia
que preferia volver a pelear con el escorpión de 2 metros, busqué a
Baraddur y vi que el bulto desgraciado estaba disfrutando esto, lo noté
en su caminar, o arrastre, llamenle como quieran, era obvio que estaba
alegre.
Llegamos a un imponente edificio que era donde vivia
Debbie, un departamento en el decimo piso, antes de subir al ascensor
guardé a Baraddur, suponiendo que seria más comodo para todos, excepto
para mí, fue mi primera vez en un lugar tan alto y al principio se
sentia raro, estar a tanta altura y no verlo, pero aun así saberlo. Lo
más sorprendente era el interior del lugar, amplio para una sola
persona, pero no por eso más ordenado, parecia que habia terminado una
fiesta la noche anterior de la cantidad de cosas desparramadas por todos
lados, principalmente ropa y pequeños frascos.
Debbie se
disculpó por el desastre, no veia por qué, si era así como le gustaba,
bien por ella, pero no estaba de ánimos para hablar mucho. -Eh... nono, no queremos ser una molestia, solo necesitamos algo de ropa y nos vamos al centro pokemon a ducharnos y cambiarnos-
Dije tratando de sonar amistosa, pero no podia sacarme la idea de que
algo malo podia pasar en cualquier momento, y saltar por la ventana a
esta altura no sonaba a buena idea si algo nos atacaba.
Por otro
lado Nitta parecia más alegre que de costumbre, y para cuando me habia
dado cuenta, estaba midiendo ropa, al parecer buscando algo de mi talla,
dado que no paraba de traer prendas una tras otra -Y... por curiosidad... No tenes ningún compañero? Pokemon digo- Se me ocurrió preguntar mientras nos señalaba unas fotos en las paredes, tratando de pensar en otra cosa.
El
pobre de Sloane había caído por el ataque de la mariposa y no pude
evitar sentirme responsable, después de todo, yo los había arrastrado al
combate.
La respuesta de Samuel me dejo algo sorprendido, esa
razón para ser líder… era un motivo más noble de lo que él pensaba. Yo
tampoco había elegido esta profesión, esa noche en aquel lago, lo había
hecho por mi, la misma noche que cambie mi manera de ver el mundo y
Salem se volvio mi compañero. Su cuerpo frío e inmóvil… todavía me
atormenta el recuerdo.
-Somos parecidos entonces, yo tampoco
elegí ser médico, supongo que lo senti una obligación también. - dije
mientras acariciaba a Salem.
La
chica prácticamente nos arrastró a su departamento. El mismo estaba
abarrotado de ropa y artículos de belleza. Estaba todo muy lindo, pero a
mí sólo me interesaba una cosa y aproveché mí oportunidad.
-Disculpa, no quiero aprovecharme, pero ¿puedo usar tu ducha?
Esta
era una de las pocas veces en las que Galahad era correspondido en sus
saludos, bailes, soniditos espaciales, o lo que haya hecho según el
caso. Por su parte él continuó con sus intentos de comunicación con la
chica, mucho más entusiasmado y efusivo que antes, por no decir otra
cosa. Era bueno verlo animado y siendo él, y no hace como instantes. Sin
embargo me era imposible no preocuparme. Cuando cambiaba de actitud,
era porque algo realmente le afectaba.
Si bien en un principio se
vio incómoda con mis pedimos dotes actorales, como era de esperarse, la
ternura de Ibaraki y las palabras de Kileo le habían permitido entrar
en confianza, aunque tuve que dirigirle una mirada molesta al rubio, que
esperaba notase. Parte del plan era no revelar que no íbamos a una
fiesta… ¿Podría estar segura de que este chico cumpliría nuestro acuerdo
si detalles así se le escapaban? Volteé a ver a la chica, que a
pesar de todo parecían entusiasmada con la idea de ayudarnos con la
ropa. Antes de que me diera cuenta, se había llevado a Iba por la
fuerza. -.... Gracias por todo, Iba, y perdón por tenerte de muñeca,
de nuevo -procedi a seguirlas. Sabía que iba a volver a pasar, no podía
engañarme.
El departamento de la chica estaba un poco
desordenado, pero era de esperarse de alguien que al parecer vivía solo y
sin tiempo. Lo último que dijo no parecía cuadrar con su actitud
habitual, y la forma… quizá había algo ahí que no entendía, sin embargo
me había quedado picando un detalle de otra cosa que dijo en la calle,
antes de subir aquí. -No tengo mucha experiencia en esos asuntos -me
acerque a ella mientras observaba las fotos- pero no creo que seas
“descartable” como te dijeron. En todo caso lo único descartable son los
malos recuerdos y momentos… Si lo aprecias y ambos gustan pueden seguir
en contacto. Puede ser incómodo al principio… -me detuve intentando en
recordar mi experiencia personal. Mi caso probablemente difería del de
ella, pero…- pero si se llevan bien y confían en el otro quizá puedes
dar con una de las piezas fundamentales de tu vida -y que te ayude a
viajar entre regiones con su salamance, como a mí. -Como sea -intente
poner un punto y aparte en la conversación y me dirigí a lo que me
había hecho ruido -¿Porque no retomas la asesoría de modas? Ibaraki y yo
tenemos diferente contextura, altura, edad, creo que te damos
diversidad para trabajar -le sonreí- Si tanto te gusta no deberías
abandonarlo por completo -y al decir esto algo en mi se resquebrajó.
Debbie
se sintio algo mas comoda luego de la charla con Nitta, apenas se
distrajo de revisar y traer pilas de ropa para indicarle a Kileo por
donde quedaba el baño. Nicholas y Mint parecian los mas incomodos con el
lugar donde se encontraban, mientras que Jaime parecia estar a punto de
desmayarse al ver el desorden del departamento. En aquel transcurso de
tiempo mientras Kileo terminaba de ducharse, Ibaraki parecia haber
encontrado una o dos prendas con las que se sentia mas comoda que con el
resto de las que Debbie le ponia enfrente. Se trataba de un swater gris
con mangas estiradas, unas calzas negras y una bufanda de un gris muy
oscuro.
-Bueno...yo...no suelo usar esa ropa, de hecho ni sabia que la tenia en este lug...oh!-
Debbie se tuvo que callar cuando vio salir del cuarto donde Epiphone
estaba probandose su vestido. La chica lucia como una persona
completamente distinta, el vestido largo y el arreglo en el pelo no solo
la hacian lucir mas alta,sino mucho mas elegante y adulta. Jaime se
quedo boquiabierto mientras Epiphone se ocultaba en sus manos para que
no vean lo colorada que se habia puesto.
-Eh...eh...si...emh...bueno...
-Creo que quiere decir que te queda perfecto!-
Sonrio Debbie sacando del apuro a Jaime. Mientras la chica terminaba de
sacar todo su guardarropa, apenas habia sitio para caminar, por lo cual
Jaime se ofrecio a bajar a buscar la ropa adecuada para los hombres, ya
que solo necesitaban unos pantalones y unas camisas, cosa que era
bastante facil de encontrar. Nicholas sin embargo parecia tener algo que
hablar con Jaime, asi que lo acompaño.
Pasada una media hora,
los dos regresaron y las chicas habian encontrado la ropa adecuada, no
solo eso, sino que habian ocupado parte del tiempo en comenzar a
peinarse y maquillarse de forma apropiada.
-Umh, bueno, creo que los talles son todos correctos...- Jaime dejo sobre el poco espacio disponible una pila de camisas de distintos colores, y otra pila de pantalones negros.- Conseguimos un buen precio, si.
Vivi
cayo...bueno, fue solamente mala suerte. Claramente, todas las batallas
tienen un porcentaje de habilidad y otro, muy grande, de suerte.
Mermelada estaba solo en el combate. Habiamos pasado por esta misma
situacion varias veces, aunque...
-Bueno, Mermelada...somos vos y yo nada mas.
- Dije mirando al Masquerain. El Pokemon me sonrio satisfecho,
presumido. El chico que perdio me pregunto sobre esa famosa frase...si,
bueno, venia en la descripcion del trabajo, pero siempre me resulto
encantadora.- Los ocho escudos de Kalos.
Es...una especie de dicho, mas bien. Los Lideres de gimnasio somos los
que, supuestamente, defendemos cada ciudad, cada punto de la region.
Supongo tenia mas sentido hace cientos de años cuando los Lideres eran
mas bien...terratenientes dueños de ejercitos, hoy en dia no creo que
sea mas que una frase hecha para hacernos quedar bien.
Mermelada
interrumpio mi charla volando sobre mi cabeza, no la caian bien los
fantasmas como ese Honedge, y no habia forma de que darle otra orden
fuera a evitar lo que estaba por hacer...
//Ominous Wind 10 + 25// [dice]0[/dice]
Un
miento empezo a soplar, pero esta vez mientras avanzaba hacia el
Honedge y el Skorupi, se iba tornando violeta y negro, con algunos
relampagos rojos entre sus nubes. Si, a Mermelada le gustaba el drama.
Debbie
traia ropa a montones, y de todo tipo, el lugar tenes más variedad que
una tienda, excepto tal vez por la escases de pantalones, y la variedad
de vestidos no parecia tener nada que dejara movilidad, correr con
cualquiera seria un problema. Por un momento desee que esta supuesta
fiesta termine bien y no tengamos que huir por nuestras vidas como en
los últimos días, pero con nuestra suerte, mejor buscar algo que me deje
estirar las piernas.
Encontré algo simple, y de tonos más
oscuros de los que al parecer la dueña de casa usaba normalmente,
esperaba que nos fueramos pero Kileo pidió poder usar la ducha, tal vez
estabamos abusando un poco de Debbie ahora, pero es cierto que teniamos
poco tiempo, mejor terminar con esto y seguir nuestro camino.
-Cuando salgas sigo yo-
Le dije mientras terminaba de tomar las prendas. En eso, Epiphone salió
de cambiarse y para sorpresa de todos, parecia una persona diferente.
El vestido era el mismo que vimos en la vidriera antes de venir aca, en
ese momento no me habia llamado la atención, pero en ella se veia
distinto, la misma chica no parecia la joven que conocimos hace unos
días, parecia más bien -Una prin... ce...- El ruido de la puerta del baño interrumpió mis pensamientos, por suerte. Tomé la ropa rápidamente y entré al baño.
Una
vez ahí me desvestí y al estar por abrir el agua me di cuenta que yo no
era la única que necesitaba limpiarse, busqué la pokeball de Mavis en
mi cinturón y deje salir a la pequeña Ralts, que estaba casi tan sucia
como yo -Bueno nena, aguantá la respiración un poco-
Le dije mientras abria la canilla y el agua caia sobre nosotras. Me
incliné para frotar su pelo, o lo que fuera que formaba el corte taza
sobre su cabeza, asumia que los demás necesitarian el baño por lo que lo
hice rápido y no tan delicadamente como deberia, pero el cambio fue
notorio, la Ralts habia recuperado algo de sus colores originales ahora
que no estaban tapados en mugre de alcantarilla. -Listo, mucho mejor-
La pequeña pokemon no parecia estar tan de acuerdo conmigo, pero eso
cambió cuando terminé de lavarme yo misma y nos secamos con una toalla.
Me
vestí rápidamente, o tan rápidamente como unas frágiles calzas me lo
permitian, regresé a Mavis a su pokeball, tomé un respiro y salí.
No
me agradó el comentario que Blake le había dicho a Debbie cuando tubo
problemas con el rompimiento pero tampoco era tan grave un modo de
consolar un poco desagradable pero era su modo.
Todo en el lugar era un desastre pero era blando para pisar tanto que hasta daba gusto.
Jaime
se fue a comprar la ropa para volver unas horas después al ver la ropa
tan genérica me sentía con ganas de prenderla fuego siempre e usado ropa
de calidad hasta mi ropa actual esepto por mi abrigo era ropa muy cara.
Tome
la ropa y fui al baño pero al llegar me encontré con iba que salía del
baño ella se veía muy bien parecía un chica dulce a pesar de que ella
sería capaz de romperme el brazo y una cosa cruzó mi mente con un
relámpago entonces se me ocurrió algo que pensaba hacer hace tiempo pero
estaba nervioso tenía el corazón hecho un bollo - ehh... Iba - cómo
decirlo - ehh... Iba - vamos dilo - eh.. iba te..te gustaría ir a la
fieesta- DICELO!!! - como mi CITA!!!- me tape la boca, por qué grite o
por dios, no me puedo mover ayuda.
El
comentario de Sam me sorprendió, o al menos tanto como algo obvio
podría haberlo hecho. ¿Cómo no había pensado en eso antes? Era obvio lo
que los ocho escudos significaban si me hubiera puesto a pensarlo.
Aunque a decir verdad mi lengua siempre se ha movido más rápido que mi
mente.
Todas las historias y títulos tienen raíz en algún lado, pensé con una sonrisa.
Se
me vino una imagen a la mente. Sam vestido en armadura medieval con
espada y escudo, defendiendo la región junto a su mariposa la cual
también tenía armadura. No pude evitarlo; me largué a reír. Fue una risa
profunda y salvaje, el tipo que no se puede contener y suele levantar
algunas cejas alrededor mío. Tuve que poner una mano en mi estómago para
calmarla, y unos segundos después noté la mirada de mi compañeros en
mí, aunque sutilmente.
-Ah... perdón. -Dije entre carcajadas. -No me estoy riendo de la pelea, eso sería muy forro. Ustedes sigan nomás.
No
tengo idea de cómo había hecho Epiphone para arreglarse sola tan
rápido, pero viendo cómo era y de dónde venía, era de esperarse que
tuviera habilidades como esa. -¡Unos arreglos más y listo! -dije
aproximándome a ella. Admitía que el vestido le quedaba precioso. Volteé
a ver a Ibaraki para llevármela a ella también a terminar con los
detalles, pero parecía algo incómoda con Mint enfrente. Intenté hacer un
análisis rápido de la situación en lo que Galahad daba vueltas
alrededor de Epiphone emocionado. La chica parecía bastante
confundida, y no le salía ninguna palabra de la boca aunque no
intentara. La tomé por los hombros para asistirla y me dirigí hacia
Mint: -A las damas no se las agarra con la guardia baja -mi tono era
un poco de reproche, pero divertido- Dale unos minutos -completé con una
sonrisa y me llevé a Ibaraki hacia otra habitación, tomando a Epiphone
en el proceso, y creo que Debbie también nos siguió.
-Bien
-comencé a pronunciar con ambas manos en la cintura, sobre una cama para
que todas las mujeres presentes me escucharan y prestaran atención.
Pensándolo bien tendría que haber ido por todas las pokémon hembra del
resto de la party, pero lo dejaría para luego- Primero que nada -de un
zapetón, cubrí a Galahad con la funda de una almohada. Eso derivó en él
quejándose furioso, como era de esperarse- Ahora sí podemos continuar
tranquilas. Debbie, te encargo completar los detalles del maquillaje de
Epiphone. A Ibaraki debemos hacerla parecer como si tuviera algunos años
más, temo que no la dejen entrar. Pero no exageres. Por mi parte... Soy
la única sin vestuario definido, así que con permiso -y dicho esto, de
un salto descendí de la cama y comencé a hurgar entre las prendas.
Cada
tanto escuchaba a Galahad estamparse contra la pared y a alguna de las
otras chicas gritar o algo al esquivarlo. Después de 4 o 5 veces,
desistió y se quedó tendido en una cama.
Luego de un rato pude
dar con algunas prendas. Eran cómodas pero dentro de todo elegantes y
creía que podrían serme de utilidad. Una la había elegido
específicamente en honor al caballero, aunque sabía que le molestaría al
enterarse. Se sentía bien poder desprenderme por un largo rato de mi chaqueta y del resto de mi ropa de viaje. Era momento de cambiarla... -
Ok, ahora por el peinado -me aproximé a un espejo, me solté el pelo y
comencé a prepararme. Algo brillante llamó mi atención y mi mirada se
vio desviada hacia un objeto que descansaba por encima de un mueble. Lo
observé con un poco más de atención. -Eso es... ¿una cámara instantánea? -pregunté con un poquito de polvo de estrellas en los ojos.
P.D: No tengo idea de en qué momento aprendió el nombre de Debbie, pero who cares-
No
puedo creer que estoy yendo a comprar ropa para estos idiotas, solté un
suspiro cuando entre en el ascensor junto con Jamie, la puerta se cerró
y por unos minutos descendimos con el muchacho en un incomodo silencio.
Seamos realistas, los dos sabemos que no soy del tipo de persona que
hacen charlas casuales, además de qué hablaríamos? “Hey, qué te gusta
hacer cuando tu viejo no te trata de matar?” “Secuestran mucho a tus
novias?” “sos tan boludo como creo o solo es un personaje?” Claramente
no puedo decirle lo que pienso en estos momentos. El ding del ascensor
fue un alivio para ambos, le indique que pasara primero, había algo que
quería intentar sin que el supiera. Cuando el muchacho avanzó unos
metros me apoye en la puerta del ascensor para que no se cerrara,
respire hondo mientras cerraba mis ojos, realmente no me gustaba hacer
esto pero era mejor saber de una.
/Skill: Spirit World/
La
luces a mi alrededor comenzaron a titilar, abrí los ojos justo cuando
quedaba el ascensor a oscuras, mire hacia Jamie, el lugar estaba rodeado
de fantasmas pero ninguno era el que buscaba. Por ahora solo me quedan
dos teorías, Julia esta viva o no esta siguiendo a Jamie si murió. Cerré
mis ojos nuevamente, las luces volvieron y comencé seguir al muchacho
sin que se diera cuenta de lo que acababa de hacer.
Volvimos al
departamento cargando una pila de ropa para el resto del grupo que se
había quedado papando moscas, excluyo a las mujeres que ya tenían donde
robar la ropa o, mejor dicho, tomar prestada. Dejamos las bolsas sobre
la mesa y comencé a sacarlas una por una para que el resto del grupo
elija una. -Compramos lo que encontramos, si les gusta bien y si no, jodanse, solo vamos a usar esto una vez.-
dije mientras tomaba la camisa que había elegido para mi. Me saque mi
campera junto con la remera y las guarde en el bolso, no iba a
necesitarlas por un rato, camine hacia el baño pero justo Mint se había
encerrado en él para hacer una escena luego de haber invitado a Ibaraki.
-Lo que me faltaba.- Golpee un par de veces la puerta pero no obtuve respuestas, lo único que falta es que se haya muerto ahí adentro. -Plan B.- susurre dirigiéndome hacia donde estaban las demás mujeres-
Toque
la puerta de la habitación y espere a que me respondieran, lo último
que necesito es un ojo morado por un error, cuando me respondieron abrí
la puerta, ya había visto a Ibaraki junto con Epiphone cambiadas, me
sorprendió ver a hippie con su vestido, tosí un poco para recuperar la
compostura. -Mint esta encerrado en el baño y me gustaría poder tomar una ducha antes de cambiarme, alguien puede decirle algo?- Mire hacia abajo unos segundos recordando que no llevaba remera antes de darme vuelta e irme sin sentirme un boludo. -Ah y hippie, a ambos nos queda bien el verde.- Señale mientras levantaba la camisa que llevaba en la mano.-
Ah
mierda, realmente no esperaba que esa cosa supiera un ataque tipo
fantasma. Por lo menos la otra mariposa había caído pero ésto me quitaba
la posibilidad de cubrir al escorpión del doc. Aunque.. me metí medio
forzado por algo egoísta... ellos contaban conmigo.
De algún modo Ehre logró esquivar el viento.
Tuve que obligarme a no pensar en la última vez que la saqué para un
combate en el que sabía no teníamos chance. Pero no podía traicionar su
código por mi miedo y guardarla, ella confiaba en mí... Entonces Nico
empezó a reírse. Fue extrañamente reconfortante, lo que sea que le había
dado gracia lo estaba divirtiendo en serio, no era esa alegría forzada
que había notado estos últimos días. No pude evitar sonreír. Estábamos
cerca y no estábamos solos, podíamos lograrlo.
-Alistate.-
le indiqué. La verdad no estaba nada seguro de mi estrategia ahora,
igual había que intentarlo. Necesitamos que aguante otro ataque de esos.