Héroes?
La forma en la que nos describió me dio pausa por unos momentos. Fruncí
el ceño; rumiando sobre aquello. Podríamos considerarnos héroes;
teniendo en cuenta lo que había pasado?
-Si, obvio que somos papi. -Respondi, moviendome un flequillo de pelo de la cara. -Por eso los vamos a hacer mierda ahora.
Dos
Pokemon mas se unieron a los engranajes que habíamos hecho al punto con
nuestros ataques. Uno era... una versión mas grande del anterior; vaya
originalidad. El otro ya era otra historia; tenia un look que me daba
escalofríos, especialmente esa mascara. Dudaba que siquiera Yan quisiera
hablarle a uno de esos.
-Que están diciendo estos del Sínodo? -Pregunte, completamente perdido. -
Si, la vimos a Silva hace poco la muy vieja terremotera. Tenia un estilo
tan horrible como hace dos años; acaso la estaban buscando?
Sentí
como la luz que había creado el Doc seguia curandome; capaz seria buena
idea hacer tiempo así los demás les preguntaban a estos mamarrachos que
era lo que querían.
//Cuanto me curo?// [dice]0[/dice]
Sin esperar mi orden, Taako se lanzo de nuevo sobre el engranaje grandote.
-Yanananananana-Yanniiiick!- Hice un esfuerzo sobrehumano para no golpearme la frente con la mano. -Fah, los tienen re fichados.-
agregó después del comentario de Lumiose. Asentí algo incómodo,
realmente no me hacía mucha gracia que supieran quiénes somos, como los
locos de esa vez parecía haberme reconocido de algún lado. No tengo
ganas de volver a ser carnada.
-Creo que tenías razón con lo de las cadenas.- le dije cuando vi que ya estaban sacando otra, y más pokemon.
-No quiero saber dónde se las guardan.-
La nueva cadena fue directo a Nitta, aunque fue Iba quien recibió el
golpe de lleno. Por suerte Frost se encargó de decirle que se cuide y
vaya con el doc, los instintos de esta chica no habían cambiado en nada.
La morocha sin embargo estaba algo alterada, lo había notado en la
pregunta que acababa de hacer, pero ahora más tensa. Tal vez la mención
del Sínodo la había afectado encima, imagino que no era una revelación
que se supere fácil. Debería....
Recién ahí noté de entre las sombras que uno de los pokemon que
aparecieron no era otro engranaje, era un Yamask. Cierto, son del
desierto de acá, también los Sigilyph y.. creo que Fido. Aunque hacer
pelear a un pokemon así... Era una de esas sensibilidades solo mías,
sabiendo que suelen ser más conscientes de su pasado que otros tipo
fantasma, me costaba dar la orden de atacarlo.
Ellos no tenían el mismo problema, en seguida se lanzó contra Leti, pero
antes de que reaccione, Carlos se interpuso al grito de:-No, el wachín!-
Vi su figura desdibujarse por un segundo. -Qué hacés?!-
Estaba al tanto de que ciertos ataques podían afectar a un fantasma
humano, recordaba haber leído que era una forma de exorcizarlos a la
fuerza, aunque nunca se me hubiera ocurrido hacerlo, y menos hubiera
pensado en Carlos hiriéndose a propósito.
-Eso le iba a hacer peor a él que a mí, no?-
respondió. No estaba seguro, por la universidad no había podido
investigar mucho más al respecto en este tiempo, me preocupaba cómo lo
afectaría ese daño. -Vos dale!- me apuró.
Leti me miró esperando confirmación, el murciélago de Mint ya se le adelantado -S-sí, Astonish.-Levanté mi mano en dirección del Yamask, capaz después... podríamos liberarlo...
Nico
respondió efusiva y afirmativamente a ser héroes desde su horizontal
posición. Mirándonos bien podríamos hasta decir que somos superhéroes.
Nos recordaba a los de los comics que leía de niño (de esos usados que
podía conseguir en el orfanato). Nico puede volar, Ibaraki tiene una
fuerza considerable, Nitta sus ventiscas… Yo me veía más como Crobatman, él también era detective.
“Son los entrenadores de Lumiose.”
dijo uno y se me borró la sonrisa que había dibujado en mi cara mi
fantasía comiquera. No me gustó que nos reconocieran y, lo que era peor,
no me gustó que me reconocieran a mí. Soy un detective encubierto ¡por
todos los tapus! Lo mucho que podría perjudicar mi oficio el que se
publicara mi identidad secreta (hasta eso tengo de superhéroe). Había
que encargarse de estos tipejos y saber de dónde sacaban información.
Además de salvar al rehén, claro. Me llamó fuertemente la atención cómo
se pusieron al darse cuenta quiénes éramos. ¿Nos estaban siguiendo sin
saber nuestras identidades o ni siquiera nos seguían?
“Esto es mejor que el chico de Anistar, ellos nos van a servir seguro.” respondió el otro. ¿“Servir”?
¿para qué? No sabía si en realidad quería saberlo. No terminé de salir
de mis análisis que unas cadenas salieron volando hacia Nitta. Frost
salió disparado en su ayuda cual caballero de brillante armadura, pero
la joven de marcas carmesí se le adelantó. Recibió el ataque y Frost la
mandó a curarse. Me acerqué y me puse a la altura de mi colega de placa
con Lando a mi lado quien todavía tenía algo de hollín en la punta del
hocico, pero con una mirada recia muy distinta de cuando se relaja o
baila disco. Mi amigo se toma el trabajo en serio y más cuando se trata
de nuestra familia.
- Iba, deja de hacerte herir sino la próxima
nos van a encontrar siguiendo el rastro de sangre… aunque bien hecho,
actuaste muy rápido.- le dije, levantándole el pulgar al final de la
frase. -Lando, asistí a Frost. Dale al engranaje más grande.
//Fire Spin 10 (+ 10 de STAB) + 5, al Klang//
[dice]0[/dice]
//Turnos que no puede escapar, 1 a 5 (1,2 - 3,4 - 5,6 - 7,8 - 9,10)//
Los
ataque los habían golpeado duro. Dos de los engranajes habían caído.
Kay se para en sus patas traseras y relincho con fuerza.
-¡Bien hecho Kay!- le grité al pokemon que estaba más feliz de poder recorrer dos metros sin caerse que de otra cosa.
El
campo seguía funcionando, pero las heridas se seguían acumulando. Vi
como una segunda cadena se dirigía a Nitta para ser interceptada por
Ibaraki.
Rapidamente corri hacia ella, sin esperar que se acercara e intente sanar sus heridas.
//Cure minor wound// [dice]0[/dice]
-
No te exijas tanto, Ibaraki- le dije mientras cerraba una de sus heridas
como podía con un hilo y aguja- Es bueno ver que todavía podemos
trabajar en equipo- les dije a todos en general, sin despegar la mirada
de las heridas de la chica- Vamos Kay, segui con tu racha y pegale al
Klang.
//Rueda de fuego// [dice]1[/dice]
Mire para atrás, intentando localizar a Epi.
-¿Epiphone estas bien?- le grité desde donde estaba.
Ibarako
sangraba. La cadena habia rodeado su brazo y ella intento apartarla,
pero un mal movimiento de su muñeca hizo que el hueso de su muñeca haga
un sonoro crujido. Maxwell alzo la ceja al escucharlo, era una herida
que podia traer secuelas si no se trataba rapidamente. Al otro extremo
del callejon, Yannick estaba por ser atacado por el Yamask del
enmascarado cuando algo invisible a los ojos de los demas entrenadores
se interpuso. La figura del espiritu de aquella persona que seguia a
Yannick se desdibujo un momento luego de recibir el ataque, incluso sus
extremidades parecian estar disolviéndose lentamente en un humo blanco
imperceptible.
-Que fue eso...? -
Dijo Cameron tocandose la cien. No tuvo tiempo de continuar la pregunta,
ya que los oponentes habian sido abordados por varios ataques de los
entrenadores.
Los distintos ataques y fogonazos habian iluminado
nuevamente el callejon. Las sombras de los entrenadores se desdibujaban
en las paredes cuando las llamas se apagaban, y como resultado de los
ataques, los tres Pokemon de los enmascarados habian caido al piso,
aparentemente inconscientes. Los enmascarados seguian aun con sus
cadenas enroscadas en los brazos, uno de ellos tiro de la que habia
atacado a Nico librando al entrenador, y el pesado anillo de puas
impacto contra el suelo.
-Siiva...- Murmuro con su voz distorcionada el primero de ellos. - De
haber sabido que estaba en Unova pudimos hacerle una visita...tener su
cabeza colgando de esta cadena habria sido algo hermoso de ver.- El hombre rio haciendo girar nuevamente su cadena, al igual que aquel que aun tenia agarrada a Ibaraki. - Pero no tenemos tiempo para eso, mejor...-
El enmascarado hizo una seña a su compañero que entendio. Una nube de
humo negra y roja comenzo a rodear la cadena del enmascarado, asi como
la de su compañero. Yannick y Nicholas sintieron que su piel se herizo
un por un momento, aunque no comprendian exactamente el porque. Cameron
estaba palido y aun sin poder articular palabra.
-Vamos a dejarles a este de regalo, ya tenemos a alguien mejor para reemplazarlo.- La cadena comenzo a girar dejando nubes de humo por donde pasaba.- Al menos...hasta que tengamos una mejor chance de agarrar a ese cantante de cuarta..
Entonces
ocurrio. Las dos cadenas se lanzaron rapidamente al ataque. Ibaraki
cayo al piso cuando el arma que la sostenia la solto para volver a tomar
impulso a atacarla. Una cadena rodeo a Nitta mas rapido de lo que
pudieron reaccionar sus compañeros, mientras que la segunda iba directo a
la chica rubia.
-Estas dos nos van a servir...
Entonces
escucharon un aterrador sonido. Un grito de dolor y una mancha borrosa
interponiendose a solo centimetros de la chica rubia. Epiphone salto
delante del ataque de Ibaraki y la cadena la rodeo por la cintura, unas
gotas de sangre cayeron al empedrado de la calle. La chica se habia
movido dando un salto con una acrobacia que jamas habian visto, habia
sido imposible ver a alguien moviendose tan rapido.
-Epi!! -
Grito Cameron corriendo seguido de Maxwell. Los enmascarados se
miraron, no habia tiempo de corregir el error ya que la nube de humo
negro los habia terminado de rodear, y para sorpresa de los
entrenadores, el humo reptaba con rapidez a traves de los eslabones de
la cadena.
//Torn World Visiter: Este
entrenador puede ser absorbido por una nube de humo oscura que lo
transporta directamente al Torn World. Una vez ahí, este entrenador
puede moverse a su gusto y reaparecer en el mundo real cuando lo decida.
Si el Channeler permanece en el Torn World mas de 3 turnos comienza a
acumular 1 punto de Locura y recibe 1 Herida por turno. Estando dentro
el Torn World el Channeler tiene +3 exitos a cada accion Fisica y Mental
que vaya a realizar.//
El humo negro rodeo a Epiphone, la
chica aterrada miro a Nitta quien forcejeaba con las cadenas que la
rodeaban por los brazos. El mismo humo avanzaba hacia ella tambien.
Entonces, las chicas sintieron que sus pies ya no tocaban el piso, los
enmascarados se habian disuelto tambien en el lugar. Y, asi de rapido
como ocurrio, las dos entrenadoras desaparecieron del callejon.
Era
mi cuarta noche en aquella cafetería en la semana. Tenia una pista lo
suficientemente buena para aguantar aquel lugar, ademas, ya habia
conseguido un buen lugar y que el personal sepa mi pedido con solo verme
entrar. Habia tenido suerte que ninguno de los tipos a los que venia
siguiéndoles el rastro me haya notado observando con disimulo desde la
vidriera del cafe noche por medio durante espacio de un mes. No parecian
ser los crayones mas afilados de la caja, pero detras de uno o dos
matones asi siempre habia alguna mente algo mas macabra de la que si
habia que cuidarse.
Me habia negado a aceptar este trabajo desde
el primer momento. Ya no estaba para desbaratar a payasos disfrazados y
mucho menos ser seguridad privada de un niño rico, pero el habia
insistido. "Va a ser tu ultimo trabajo, despues te dejo libre mi Reina del Laberinto",
prometio al telefono esa mañana el muy hipocrita. Era cierto que desde
chica el me salvo de las calles y me entreno para que haga lo que hoy en
dia, hago mejor que nadie. Cuando le dije que queria renunciar, me dijo
que seguro era simplemente cansancio y me dijo que me tome un mes de
vacaciones, que no habia problemas. Y le jure que no iba a volver. No
habia pasado una semana de mis supuestas vacaciones, que ya me habian
llamado de nuevo con un trabajo. "Algo muy grave, no te llamaria si no fuera porque se que sos la unica que puede ayudar."
Sea
como sea, ya estaba en esto, habia tomado el primer taxi que encontre a
Nimbasa y recorria la ciudad de modo diario, solo con alguna que otra
escapada para dar mi reporte. En el camino en una de esas escapadas me
habia cruzado con esos chicos tambien, no podia ser casualidad. Eran los
que habian combatido en Lumiose y que habian entrado al Sinodo de esos
otros tipos raros con tunicas. Si ellos tambien estaban metidos en el
asunto, solamente complicaban mas el trabajo.
-Señorita Charlotte, su vino. -
Dijo el mesero trayendo mi segunda copa de vino blanco de la noche. Era
la mejor botella que tenian en el lugar, y el peor vino que habia
tomado en la ciudad. Le habia dado una de mis mejores identidades falsas
al muchacho, parecia buen chico y bastante ingenuo.
-Gracias encanto. -
Dije sonriendole de aquella forma. El chico se quedo embodo con la
bandeja en la mano, tuve que hacerle una seña para decirle como debia
poner la coma sobre la mesa. - Jonathan, verdad? Vamos, no seas timido encanto.
- Dije sacandome las gafas. Creo que el chico no tiro la bandeja solo
porque todos sus musculos estaban paralizados. Debia de ser su primer
empleo, barba de bohemio, estatura mediana, un agujero en la oreja que
indicaba que usaba un aro en sus horarios no laborales. Musico,
seguramente. Tenia ojeras que indicaban que dormia muy mal y comia peor
aun.
-N-no es eso, señorita. Es
que...hay lugares mejores en la ciudad, sabe? Usted parece una mujer de
mundo, de esas que salen en la tele. Por que viene a este lugar tanto? -
El chico hablaba mirando de reojo al mostrador, quizas con miedo de que
su jefe lo mire entablando conversacion con una cliente regular. - Por favor no le diga al encargado que dije que...- me rei de su comentario y el pobre chico no tuvo mas opcion que mirar al piso como un niño castigado.
-Ay ay Jonathan...su fuera 10 años mas joven no te dejaria escapar.-
Le sonrei llevando mis labios a la copa de vino sin despegarle la
mirada. De esas miradas que van a mantenerlo despierto por muchas
noches. - Vengo a este lugar...por la vista.
- No era mentira, despues de todo. El chico miro extrañado, pero dudo
que haya estado escuchando algo de lo que decia, seguia con su mirada la
marca de labial rojo que habia quedado en la copa.
Me habria
gustado seguir hablando con el chico, al menos para levantarle el animo.
Seguro esta charla habia sido lo mejor que le ocurrio en toda la
semana. Pero dos personas salieron de la nada en medio de la calle y
cruzaron hacia el galpon que tenia en la mira. Iban con ropa identica,
pero eran de ese tipo de personas que si uno no les presta atencion,
podian pasar completamente desapercibidos. Los mas dificiles de
encontrar. Detras de ellos, iban dos chicas. Y...bingo, cadenas. Me puse
de pie.
-Querido, creo que esta noche voy a dejar esa copa a la mitad.-
Dije dandole dos veces el precio de lo que habia consumido y poniendome
las gafas de nuevo. Los tipos del galpon tenian a dos de las personas
que me cruce hoy, todo cerraba, tenia que encontrar a sus compañeros.
-M-mañana a la misma hora? - Dijo esperanzado de una nueva conversacion el pobre chico-
-Oh...No creo que nos volvamos a ver por un tiempo, Jonathan.-
Murmuraban
demasiadas cosas, pero no nos daban respuestas concisas. Ahora no era
momento, teníamos que lograr que se fueran y dejaran en paz al sujeto
que tenían apresado. La multitud de ataques que hicimos contra sus
criaturas los aniquiló. Me sorprendía, sin embargo, que utilizaran
pokemon de nivel bajo para algo como un secuestro... Aunque claro no
siempre esperan cruzarse con tanta gente de una.
Sin embargo, lo que sucedió no era algo que ninguno de nosotros esperara.
Un
humo espeso comenzó a rodearnos y antes de que me diera cuenta, las
cadenas por fin me alcanzaron. Ahogué un grito apretando los dientes,
mientras que Omolon me miró y saltó atacar las cadenas, mordiéndolas sin
resultado alguno. Por más que forcejeara no había forma, no podía
soltarme y aquellas cosas cada vez apretaban más rápido.
Dolía... dolía demasiado. Un dolor físico que pocas veces había sentido. Y era prácticamente esconderlo. Y
Epiphone también había sido apresada. Me miró aterrada, y no pude
responderle de forma alguna. Parecía que no quedaba otra. ¿Y el resto?
Ah, el resto estaba a salvo, nos llevarían a nosotras. No quería saber a
dónde, no quería saber qué nos harían. -Si van a... llevar a alguien... -comencé a decir en medio del dolor- Que sea solo a mi... -pedí, pero era inútil. Con
mis manos intenté alcanzar el bolso donde estaban las pokebolas, pero
apenas podía moverlas. Quería dejarlos, salvarlos, pero ellos en
cambio... Omolon y Lulu me miraron y se acercaron a mi. Se aproximaron a
mi bolso y sus pokebolas reaccionaron al gesto, devolviéndolos dentro. -No... no otra vez -dije observando hacia donde ellos estaban- No quiero que suceda otra vez... -pero ellos se negarían a irse.
El humo cada vez nos rodeaba más, se agotaba el tiempo.
Observé a Ibaraki, herida, sangrando. Detestaba verla así. ¿Por qué tenía que estar metida en esto?
Busqué
a Nicholas. ¿Qué iba a decirle ahora? Nada. No tenía caso, era el colmo
de mi frustración. Si no volvía a verlo... era mejor, al menos para él.
Supongo. -¡Cuídenme esto! -grité mientras sacudía la cabeza de un
lado al otro con fuerza, hasta que el gancho cedió. El ornamento que
colgaba de mi pelo cayó a unos metros de mi, no muy lejos de los demás-
Por favor... Es lo poco que me queda de ellos, de todos...
El mi
rostro se veía el dolor. El desconcierto. No hubo tiempo para nada más.
Antes de que llegara a transmitir algo más, antes de que se llegaran a
alcanzarme, desaparecí.
Y mi visión se tornó oscura. Y lo que vi a continuación... no podía describirlo.
Reenira, más vale que estés al final del camino, o no te perdonaré absolutamente nada.
Apreté
los dientes y ahogué un grito de dolor al sentir como mi brazo casi se
salia de lugar. Maxwell y el resto se acercaron a ayudarme, queria
decirles algo pero me costaba respirar y mantener la calma para evitar
más daño. El grupo aprobechó una oportunidad y remató el combate.
Habiamos ganado, pero...
-Estas dos nos van a servir...-
-Epi!! -
Fueron segundos y cuando terminó, Epiphone y Nitta habian desaparecido... - Nittaaaaa! Epiphoneeee!-
Grité al callejón esperando que pudieran responder, pero nada... Me
levanté con dificultad, y fui a más adentro del callejón, el lugar
estaba completamente vacio.
-AAAAHHHHHHH!!!!!!!!!- Grité a todo pulmón mientras pateaba un tacho de basura cercano...
~≈ Ω ≈~
≈ Ω ≈
~≈ Ω ≈~
~ Ω ~
-dhh-
Sentí un golpe, o algo parecido, sabia que era que perdí el control y
me estaba pasando boleta, sumado a mi brazo que ahora estaba casi
entumecido, era mucho, tenia que volver con el resto, antes de
desmayarme...
Caminé de nuevo hasta la van de Nitta, apoyandome
contra la pared como ayuda para caminar, me sentia mareada, enferma,
terrible. Kiran, Baraddur y... Mavis? estaban esperando, ella debió
salir de su pokeball en algún momento sin que la viera, pero no estaba
bien, temblaba y se alejaba de mi a medida que me acercaba. Era mi
furia, estaba afectandola.
Golpeé la pared con mi brazo bueno,
ahora tambien dolorido, y le dí una patada, necesitaba descargarme o
ambas ibamos a explotar, traté de recobrar un poco el aliento. -Tenemos...-hablar ahora era una tortura-Tenemos que encontrarlas...- Apenas podia pensar, mi mente estaba en blanco, no sabia que hacer.
Baraddur
y Kiran se acercaron preocupados, Mavis siempre estubo más conectada
conmigo desde que la encontramos en Lumiose, sentir mis emociones ahora
debia ser insoportable. Cerré los ojos un momento tratando de calmarme.
/Heal Pulse/ [dice]0[/dice]
Al abrirlos de nuevo, ella estaba ahi en frente, sus manos extendidas apuntandome, sentí su habilidad haciendo efecto. -Mavis... Gracias-
Ella me dió lo que necesitaba, un momento de calma, no podia quedarme
ahi parada y dejar que se llevaran a Nitta y Epiphone. -Tenemos que buscarlas, Mavis, volvé a tu pokeball, necesitas descansar- Le dije regresandola a su pokeball, la verdad esperaba que eso evitara que me sintiera por un rato. -Kiran, vos tambien, si aparecen de nuevo esos tipos te llamo- Y regresé tambien al Growlithe para volver con el resto, espero que alguien tuviera una idea.
Nuestra
combinación de ataques dejo fuera de combate a los Pokemon de los dos
enmascarados. Taako, despegando los colmillos del engranaje que acababa
de derretir parcialmente, salto hacia atrás con una elegancia que no
hubiera creído capaz de alguien tan crudo como el y aterrizo al lado
mio, una sonrisa orgullosa en sus labios.
-No tenes mucho estilo que digamos... -Le dirigí una sonrisa. -...pero siempre puedo contar con vos para pegar duro.
El
Torracat dejo salir un bufido exagerado y se negó a mirarme, pero note
su postura relajándose. Mire al otro lado del callejón donde los dos
tipos seguían ahí parados; la pelea había sido mas fácil de lo que
esperaba, aunque igualmente divertida. Una vez mas sentí el aura curativa del Doc cubriéndome el cuerpo y cerrándome las heridas. Supuse que ahora que habíamos ganado iban a tratar a escapar o...
-Estas dos nos van a servir...
Paso
tan rápido que no pude reaccionar. En unos segundos las cadenas se
cerraron alrededor de Nitta y Epiphone. Forcejearon por un momento que
pareció eterno y, justo antes de desaparecer, Nitta sacudió la cabeza y
tiro algo hacia nosotros. Di un paso hacia adelante pero antes de que
pudiera alcanzarlas desaparecieron, y junto con ellas los tipos
enmascarados.
Todo se volvió un caos; el grito de Ibaraki sonó
distante mientras mire el punto en el que habían desaparecido, mi cuerpo
congelado. No... este tipo de cosas no se suponían que iban a pasar;
teníamos que tener una pelea difícil pero justa, y al final ganaríamos y
esperaríamos a la próxima. O... había estado equivocado sobre Nitta? No
era ella...?
No, por supuesto que era. Ella podía interactuar
con el viento de la misma forma que yo. Trague con dificultad y cerré
los ojos, concentrándome. Inmediatamente el mundo se desdibujo a mi
alrededor y no escuche nada mas que la brisa a mi alrededor, la cual me
susurro como si fuera una vieja amiga. La brisa de Nitta era
inconfundible, si tan solo pudiera rastrearla...
Absolutamente
nada. Era como si se hubiera desvanecido del mundo, no solamente de la
parte de la ciudad en la que estábamos. Me gire a ver a los demás;
claramente confundidos y consternados, alguien tenia que hacer algo...
Devolví
tanto a Taako como a Hurley a sus Pokebolas y libere a Sloane. La
figura imponente del Fearow estaba algo apretada en el callejón, pero
eso no importaba. No íbamos a quedarnos acá mucho tiempo.
-Puedo llevar a una o dos personas mas. -Les dije a los otros. -Voy a volar alrededor de la ciudad y ver si puedo rastrearlas o... algo.
//Guia+LiderazgoPkmn, a ver si podemos encontrarlas// [dice]0[/dice]
-No!- Grite
con todas mis fuerzas mientras corría hacia Nitta, había sido cuestión
de segundos, un momento de descuido fue todo lo que basto para que ellos
se la llevaran y yo solo me había quedado quieto mirando como había
sucedido, paralizado sin poder hacer nada para evitarlo. Quizás si le
hubiera dicho que se quede en la van esto no hubiera pasado, ella no
quería venir pero igual le insistí que teníamos que hacerlo, que tarde o
temprano vendrían por ella, en estos momentos solo me arrepiento de
haberla convencido.
Caí de rodillas frente al adorno de la chica y
lo tome con mis manos, miles de sentimientos comenzaron a invadirme,
enojo, tristeza, odio, desconcierto, el mundo a mi alrededor parecía
moverse en cámara lenta, escuche un grito y ruidos de algo metálico
golpeando contra el suelo, incluso algunas voces atrás mío. Podía
sentirlos acercándose cada vez más a mi, empecé a respirar cada vez con
más dificultad, como si se me estuviera cerrando el pecho, mi cabeza
también parecía estar por explotar en cualquier momento, miles de
susurros empezaban a invadir mis oídos mientras cada vez mas figuras
blancas se materializaban frente a mi.
-Basta.-
Murmure llevando mis manos a mis oídos para tapar esos ruidos de
lamentos, cerré mis ojos con fuerza, quería que todo esto parara, no
verlos más, solo quería abrirlos y encontrarme en el campo, viendo el
atardecer junto con la Hippie después de un día de trabajo, volver a
esos días. Apreté con más fuerza mis palmas en mis oídos tratando de
tapar las voces que parecían aumentar cada vez más, la tristeza de ellos
se unía a la mía y parecía hundirme cada vez más en la oscuridad.
-BASTA!-
Grite con todas mis fuerzas mientras mi sobra se disparaba en todas las
direcciones cubriendo el callejón por completo para luego volver a mis
pies, se había distorsionado en una enorme mancha que se movía para
todos lados como tentáculos que comenzaban a extenderse sobre mis
piernas hundiéndome ella. Quede en silencio completamente en transe sin
poder hacer nada mientras era devorado por mis propios miedos,
-Nicky, jamás dejes que las sombras se alimenten de tus miedos o se
harán más fuertes que vos. Mantéenlas siempre a raya, pensa en tu luz
interior, en tu propio sol.- abrí mis ojos estaba completamente oscuro todo, no podía ver nada más alla de mi. -No, no puedo quedarme aca, no los puedo dejar solos. Dejenme ir!- Grite
entre medio de todas las sombras, tenía que salir de este lugar como
sea, no podía quedarme aca atrapado en mi mente, el resto necesitaba mi
ayuda si íbamos a recuperarlos. Una luz rojiza comenzó a brillar frente a
mi estire mis manos hacia ella con todas mis fuerzas, sentí como unas
cintas envolvían mi brazo, era mi forma de volver, tenia que recuperar
la conciencia, la luz se hacía cada vez más intensa hasta que termino de
envolverme.
Abrí mis ojos nuevamente, estaba en el callejón
oscuro, apoye mis manos en el pavimento frió jadeando. Las dos criaturas
me miraban con preocupación, Amelia se lanzo hacia usando su cabeza
para levantar la mia, sus ojos lavanda se clavaron en mi, la gema roja
en su cabeza ahora brillaba levente por la luz del cielo, extendí mi
mano y acaricie el costado de su cabeza. Toto también se acerco a mi
envolviendo las cintas de su cuerpo en mi brazo y apoyando su cabeza en
mi hombro, me quede en silencio junto con los dos pokemons, había
perdido el control de mis poderes y casi termino perdido por ello. -Tenemos que recuperarlos, hay que traerlos todos a casa.- Comente a los gemelos, aunque ahora que habían evolucionado podías distinguirlos perfectamente asintieron con la cabeza.
El
sonido que hizo la mano de Ibaraki fue como un golpe a mi
subconsciente, de nuevo ese ruido. No pude distraerme mucho, en un
segundo los tipos habían agarrado a Nitta y Epiphone, que se había
interpuesto en el golpe con un salto como el que había mencionando
Cameron. Mientras seguían hablando, un humo envolvió a los 4 y sus
cadenas. Sentí... lo mismo que esa vez, que venía sintiendo estas
noches... No, no era igual, era muy similar, pero no del todo. Aún así
esa sensación me hizo detenerme.
Y en lo que tardé, desaparecieron, no sin antes dejarnos un insulto a Ian y el pibe que tenían agarrado antes.
-Eso no salió muy bien.-comentó Carlos algo desganado. Que se vaya acostumbrando. Si somos héroes, no somos de los que suelen salir victoriosos.
Nos
quedamos en silencio en el callejón, un silencio que Ibaraki se encargó
de romper. Y Frost. Lo sentí también, sin darme cuenta vi su Estrella
ahí, cambiando de nuevo, una ola de emociones chocando contra el chico
que había caído de rodillas.
Esto fue porque yo me quise bajar.
No.
Sacudí la cabeza y apreté los dientes, no era momento de pensar así.
Traté de recomponerme, él necesitaba todo mi apoyo ahora mismo.
La
pokeball de Toussaint se agitó con fuerza hasta que salió, mirándome
preocupado, pero en seguida volvió su atención a Frost. Amelia ya estaba
a su lado, intentando llamarle la atención, pero parecía haber entrado
en un trance. Touss se le acercó lentamente y comenzó a refregar su
cabeza contra su hombro, envolviendo uno de sus brazos con los cintos.
Desde la evolución hacía eso para calmarme, y ahora intentaba lo mismo
con él. Todo lo que pude hacer fue agacharme a su lado mientras su
respiración se regularizaba. Nunca lo había visto así y la verdad no
sabía cómo ayudar, apenas atiné a poner una mano en su hombro hasta que
volvió en sí. En esos segundos sentí tanta energía fluir que me preocupó
más de lo que admitiría; la pulsera en mi muñeca quemaba de un modo muy
diferente, frío, aunque todavía haciendo de conductor.
-Tenemos que recuperarlos, hay que traerlos todos a casa.- dijo al fin.
No
pude evitarlo, lo acerqué en un medio abrazo incómodo, nada iba a
ayudar realmente. Pero... esa sensación que me dio el humo... Algo me
dice que... -Ya no están cerca.- dije en alto para que todos escucharan. Sin embargo Nico salió volando a buscarlas por los alrededores. -Hey vamos... vamos a lo de Mint por ahora.- Lo ayudé a levantarse. -Mañana a primera hora seguimos buscando a estos hijos de puta y los hacemos cagar.- Ya estoy sonando como Kevin. -Mientras... sabés que Galahad y los otros no va a dejar que le pase nada.- intenté consolarlo, inútilmente.
Miré
al resto, lidiando con la situación como podían. Todavía teníamos que
encargarnos del pibe lastimado. Supongo que no vamos a poder dejarlo en
alguna plaza y hacer una llamada anónima al hospital, como hicimos con
los de Etganshe aquella vez. Además capaz nos ayude a entender qué kaoc'h era lo que estaba pasando.
-Alguien ayúdelo a subir.- les pedí y me dirigí al lado de conductor de la van. No creo que ninguno de nosotros duerma bien, pero lo íbamos a necesitar. -Deomp dezhi, neuze.- murmuré, más tratando de ponerme a mí mismo en movimiento que al resto, forzando que mis manos no tiemblen.
La
batalla parecía a nuestro favor con la caída de los Pokémons de
nuestros enemigos, enserio parecía que teniamos oportunidad pero con
rapidos movientos se llevaron a nitta y epiphone en lugar de ibaraki
dejandola herida y desvaneciendose en humos carmesi.
Yo me quede
pensando que sentir por un lado me sentia mal de que casi se llevaran a
iba y por el otro nada creo que no me importan la verdad o el hecho de
que se las llevaran compensa el dolor con el alivio de que no fuera
Ibaraki debo pensar que es importante. Pero, debo arreglarlo no quiero
que se sienta mal le dare su espacio un momento y arreglare esto.
Me puse a revisar el lugar en busca de pistas sobre los atacantes con mina. /Investigacion+Inteligencia/ [dice]0[/dice]
Tras revisar el lugar fui a ayudar al herido para subirlo a la van. -¿como te llamas? ¿recuerdas en que dia año estamos?- Preguntas basicas para saber si esta estable. -hay que ver si el no aparece en la informacion que nos dieron por algo lo atacaron-
Cual
espectáculo de magia de mal gusto, Nitta y Epiphone desaparecieron tras
una nube de humo oscuro y rojizo junto con su secuestradores, dejando
atrás solamente al sujeto sin identificar, un par de gotas de sangre
producto del daño de las cadenas y un amuleto arrojado por la granjera
antes del transporte que ahora reposaba en las manos de Frost. Estaba
totalmente desconcertado, no lo vi venir. Ya no me había gustado para
nada que encadenaran a Nico, pero ¿llevarse a uno de los nuestros? No,
no lo toleraba. Entre todos esos pensamientos, un golpe fuerte, seco y
caliente impactó en mi mejilla. En frente mío tenía a Lando que me había
dado un lengüetazo de fuego para nada suave. El que hubiese visto esa
escena esperaría ver mi cara marcada, pero Lando posee la capacidad de
controlar sus extremidades flamígeras para evitar quemaduras como muchos
tipo fuego. Me saco de mi shock. El Heatmor me miraba fijo con
severidad en los ojos. Estaba agitado por la pelea, pero también porque
estaba furioso. Él tomó mucho afecto por Nitta y sus Pokémon. Podía
entender a la perfección lo que sentía. Mi palma dolía y en ese momento
me di cuenta como estaba apretando el puño. Abrí la mano e intenté
relajarme.
-Tranquilo, no hay nada que puedas hacer ahora. Volvé y
tratá de descansar. Vamos a encontrarlas. Y gracias por todo, amigo. -
podía ver como seguía muy inquieto aún en su pokéball.
El
panorama era… bueno, estábamos derrotados en varios sentidos. Pensé en
acercarme a Frost pero Yannick ya estaba con él acompañado de los
gemelos. No necesitaba más gente alrededor. Cerca de ahí estaba Ibaraki,
también con frustración en los ojos.
-La vamos a encontrar,
tranquila.- le dije al acercarme. -Esto es… una mierda, la verdad, pero
nuestra ventaja hay dos detectives profesionales en el equipo y
encontrar gente es parte del oficio. - seguí, poniendo mi mano en su
hombro. Me hubiese gustado sonreír para simular que todo estaba bien y
bajo control, pero no. No porque hubiese sido tratar a Iba de tonta y
porque no tenía la menor intención de sonreír. -Te sugiero que vayas con
el doc y atiendas esa muñeca, después de que revise al chico
desconocido.
Mint parecía estar revisando cada detalle con
minuciosidad aunque no sé qué rastro podría llegar a encontrar. Juntos
subimos al chico herido a Celeris. Volví a salir y me apoyé contra la
Van. Miraba como Nico buscaba desde lo alto. Yo pensaba. No había visto
nunca esos humos, pero los conocía bien por las historias de mi padrino y
sabía que lo que Yannick había sentenciado antes era cierto: Ya estaban
lejos de nuestra posición. Esperaba Mint pueda sacarle algo de
información al herido cuando despertara. Podía ser que nos diera una
pista de dónde encontrar a las chicas. Aunque me temía eso no iba a
pasar ese día.
Epi,
con una agilidad y velocidad sobrehumana, saltó frente a Ibaraki, la
cadena la rodeo por la cintura, su sangre salpicó el suelo, y mi mirada
se llenó de ira y desesperación. Otra cadena salió disparada hacia Nitta
y la envolvió con sus fríos eslabones, carentes de todo sentimiento.
Un
mal presagio… una incomodidad, un nudo en el estómago y la garganta.
Todas estas sensaciones familiares se quedaron ahí, como vecinos sin
invitación, atormentandome en un momento eterno que se repetía una y
otra vez.
Lancé un grito ahogado.
-NO...! otra vez no...
Todo
se movía en cámara lenta, no, el tiempo se había detenido, yo estaba
corriendo, pero no me movía y el humo avanzaba por la cadena. El rostro
de Frost, su terror, su impotencia, su enojo, mezclados en una amalgama
que creo recordare por siempre.
Mi mano se extendió intentando
alcanzarlas, no inconsciente, sino guiada, por algo más allá que mi
determinación, que mi deseo, era una sensación que no podía explicar, no
ahora al menos. Pero así como las caprichosas manecillas del reloj se
detuvieron, volvieron a girar y lo unico que quedo fue miedo,
desesperación y una mancha carmesí en el suelo de aquel callejón.
Las sombras como el llanto de un niño, invadieron el lugar y nos envolvieron en un réquiem de tristeza y soledad.
Los
sentimientos de Frost me alcanzaron, no, me avasallaron, mientras un
ruido fuerte, de metal golpeado se perdía en el ambiente, y me hacían
recordar la verdad que no quería asimilar.
-Se llevaron a Epiphone… y no pude hacer nada.
Las
sombras se Frost se juntaron con mi negatividad y me consumían. Mi
cabello volvió a su verdadera esencia oscura, aquella que había perdido
el dia que todo cambio, el dia que conoci a Salem y decidí que mi vida
iba a ser para los demás y no realmente mía.
Mi respiración se agitaba, y ella estaba ahí, por supuesto que iba a estar ahí... ¿porque siempre está ahí?
-Siempre voy a estar aunque no quieras. -Crista...
El aire se fue de mis pulmones, y mi boca había perdido las palabras que tanto conocía.
-
No te pierdas Rata, ¡aprendiste a controlarlo! ¡recuerda! la
desesperación, el dolor, la perdida..., la esperanza, la felicidad, la
bondad… el bien y el mal son diferentes caras de la misma moneda.
-No vale la pena...
-No seas Idiota, que los sentimientos del joven no te consuman. Mostra tus dientes, hasta las ratas los tienen.
Sus palabras retumbaban en mi, siempre que lo necesitaba estaba ahí para mi, como el padre que siempre quise.
-Es verdad, yo se quien soy. Y no voy a enloquecer aca, perdoname Crista.
Mi cuerpo se había llenado de un sudor frío, jugar para ambos lados del espectro no pensé que me iba a afectar tanto.
-Yo no te obligue a aprender.
-Lo sé, fue decision mia.
Nuestra conexión de perdió, volví al mundo físico, el que verdaderamente importaba y mi cabello volvió a la normalidad.
Nico rápidamente ofreció a llevar a alguien para inspeccionar el lugar, no lo dude y extendí la mano.
-¡Si vamos, no pueden estar muy lejos!
Pero
sabía que no podía, al ver la mano de Ibaraki… sino la trataba ahora,
quizás no la pueda volver a usar… y no podía hacerle eso.
-¡Nico,
anda no pierdas tiempo, toma mi gear, si encontras algo llama
enseguida!- le dije mientras le lanzaba el aparato a sus manos.
Yan
por su lado quería esperar, pero yo sabía que no podían mantenerse
mucho tiempo en ese estado y alejarse, teníamos una mejor chance ahora.
Me
dirigí hasta Ibaraki mientras me alejaba de Frost, ahora Yan estaba a
su lado e intentaba consolarlo. No me imagino por lo que debe estar
pasando.
La van… era imposible no pensar en Nitta en Epiphone…,
pero tenía que mantener la compostura si entraba en pánico, se
extenderia a todos los demás.
Kileo estaba hablando con la chica.
-Iba déjame ver esa mano, no se ve muy bien- le dije con una de las sonrisas falsas más mediocres de mi vida.
Todo mi cuerpo quería salir corriendo a buscar Epi.
Iba
me extendió la mano y la tome con delicadeza. Vi como una mueca de
dolor se formó en su rostro, estaba quebrada en decenas de piezas y el
hueso se había astillado. Vi a militares llorar y patalear como niños
ante la misma herida, era una chica extremadamente fuerte.
-Voy a
necesitar que me ayudes Iba, es una herida muy complicada para mi solo-
le dije mientras la invitaba a sentarse- Cerra los ojos y concéntrate
en el dolor, en tu mano, en tu brazo… ¿vez como tu cuerpo combate la
herida? decile que me deje ayudar, que no me detenga. Podía sentir su
dolor, como si fuera mio y es que verdaderamente era mio.
Lo
que la gente no sabe es que para curar heridas con tu propia fuerza
vital, el ser del médico tiene que entenderla, y para eso la reproduce
en su propio cuerpo para después sanarla, en ese momento sentis el mismo
dolor. Pero cuando es una herida que va mas allá de lo que podes ver,
necesitas la ayuda del otro.
Su brazo comenzó a brillar con el
amarillo distintivo de mi aura, y su muñeca volvió a su posición con
unos cracks, mientras el hueso comenzó a regenerarse.
-Sos una chica muy fuerte Ibaraki y no lo digo por la herida-
Me dirigí a la Van y al chico que habíamos encontrado.
- Salgamos de acá, no es buena idea quedarse quietos.