No
sirvió de mucho lo que le dije a Carlos, Akshara en seguida se encargó
de la situación. No reconocí al pokemon, pero sí la oración que dijo
junto con la piedra extraña que usó en él. "Ejercito de los Dioses", estoy seguro de que Gabbie me había hablado de eso alguna una vez de...
(No
consideraba mis habilidades como una bendición ni como una maldición,
son simplemente otra parte de mí. Me han formado demasiado como para
separarlas de mi identidad, aunque supongo que eso es verdad de toda
experiencia. Mi relación con Alan, con los de Etganshe, con Gabbie. No
me servía pensar en quién sería si ciertas cosas no hubieran pasado,
prefería concentrarme en qué podía hacer con lo que tenía, de ahora en
más.)
Seguí
la trayectoria del pokemon ahora transformado y brillando, hasta donde
interceptó en un golpe a una de las personas que habían estado adentro
del cubo.
Entonces lo vi. El chico. Y su Estrella.
No.
-NO!-
Por favor... no.
El
mismo monstruo de mis pesadillas se alzaba por encima del chico,
eclipsando todo a su alrededor, irreconocible, incomprensible. Cada
pulsación de su masa me causaba una arcada. De un momento a otro dejé de
respirar, como si nunca hubiera sabido cómo hacerlo.
Creo que
caí de rodillas, esta vez no tuve las paredes de una cripta para
apoyarme. Aunque fuera la segunda vez que presenciaba algo así, no hubo
nada familiar; era incomparable con las madrugadas en las que me
despertaba en pánico, dudando de qué era real, temiendo que si miraba a
Ian su Estrella se vería como esto. Ese miedo era menos que un vestigio
de lo que me ahogaba ahora.
Quería acordarme de lo que había
hecho la última vez, había cerrado los ojos, había respirado profundo
diez veces como mi abuela me había enseñado. Tenía que dejar de mirar
esa cosa antes de perderme.
(A
veces se podían volver una molestia, como cuando defendí ese Phantump
contra el pokemon de Kevin y me rompió la nariz, como cuando Gabbie se
enojó porque no le había dicho que podía ver a su hermana, como cuando
accedí a volver a ayudar Alan porque Carlos lo estaba siguiendo, como
cuando vi la Estrella de Julia. Pero tuvo más que ver con mis acciones y
sentimientos que con mis poderes en sí, exceptuando el último caso.)
Arranqué
la mirada de la bestia y traté de ver a mi alrededor por la plaza, pero
todo estaba girando, apagado pero demasiado brillante. Las figuras que
entraban y salían de foco debían ser los otros, aunque había unas que no
reconocía... Un Frostlass? Un gran pez marron. Uno parecido al pokemon
blanco de Ibaraki pero con piernas, que... no, el Heracross estaba algo
más lejos, y Mavis junto a ella, pero estaba en el suelo. Esos... debían
ser Estrellas... Ariadne, Kabir y Akshara, no había visto las de ellos
antes. Pero no pude discernir más que cómo se veían, la cosa esa detrás
del chico era demasiado intensa, no me dejaba procesar nada más.
Pero
a diferencia de Julia, el chico éste no desapareció, llevándose esta
sensación con él. Cada segundo que pasaba en su presencia sentía que me
iba a morir, pero no lo suficiente, el momento parecía alargarse
infinitamente.
Un flash de luz a mi derecha, un borrón rosado.
Toussaint? Sí, debía ser él. No tenía la sensación de sus cintos pero el
ritmo de mi corazón se empezó a calmar de a poco.
Lo primero y
único que sentí en un principio fue la pulsera, el dolor intentando
ayudar a traerme de vuelta a la realidad, a mi consciencia. Me ardía
tanto que casi estaba causando el efecto contrario, entumeciéndome la
mano ya. Capaz era por la cicatriz que me había quedado por haber metido
el brazo en el portal, pero no sería raro que me esté lastimando en
serio de nuevo. Por lo menos me pude concentrar en eso, en algo físico.
Era innegable que el regalo de Leila me había salvado de mí mismo más de
una vez.
-Pibe?! Qué carajo te pasa?!-
me gritó Carlos. Sonaba demasiado distante aunque estaba en frente mío.
Hace cuánto estaba ahí, hablándome? Ah, debía haber sentido parte de lo
de recién.
-Perdón...- intenté decir. Tenía la garganta seca, todavía estaba jadeando, si había gritado, no me había dado cuenta.
No
sé cuánto tiempo pasó, no debe haber sido tanto como me pareció a mí,
en ese estado. El Gumshoos, Nico, se me acercó para ayudarme a
levantarme, al parecer nos teníamos que subir a una camioneta. Claro, la
evacuación... Seguíamos en peligro. Guardé a Ehre apenas pudiendo
agradecerle todo lo que acababa de hacer. Hacía un minuto estaba
confiado que íbamos a ir a donde fuera que hubieran llevado a Ian,
íbamos a arreglar todo. Ahora no podía ni mantenerme de pie.
(No
creía en el destino, ni en los dioses. Sin embargo, a veces, tenía mis
dudas. Coincidencias, lagunas en mi memoria. Por qué podía ver espíritus
en pena o la encarnación del alma de las personas, por qué escuchaba la
Carroza cuando era chico, por qué me dolía cuando lastimaban un
Phantump, por qué tenía esta conexión con Carlos aunque su muerte no fue
mi culpa, por qué me era tan fácil compartir las emociones de los
otros. Y conocer a Frost hizo que me diera cuenta que no era todo parte
de ser un medium. Tendría sentido creer que fui puesto en esta tierra solamente para ayudar a otros. A veces me cansaba ser así.)
Nos
subimos todos en la van de alguna forma. Era lejos de lo ideal, estar
atrapado en una caja de metal con... esa cosa. Por más que había logrado
calmarme un poco, no me dejaban de temblar las manos, me seguía
doliendo respirar; y no era solo la presencia ésa, no había vuelto del
todo a la realidad, seguía viendo las Estrellas de todos los presentes
dentro de la camioneta. Amontonados y asfixiante. Al menos me dejaron
que Touss suba conmigo, no me soltaba, estaba sentado en mi falda, y
aunque me ayudaba a mantener la compostura también aportaba a la
sensación de encierro.
Akshara y los otros estaban hablando de
algo, sonaba importante. Pero no podía terminar de entender nada, toda
mi concentración estaba enfocada en no entrar en pánico de nuevo. Me
pregunté a dónde estábamos yendo. Max y Cameron estaban en camino a otra
ciudad, pero no conocía la región como para saber si era cerca del
próximo ataque o no. Preocuparme por eso solo empeoró mi mareo.
-Che, al pibe éste ya lo vimos.- susurró
Carlos, como si alguien más lo pudiera escuchar. Apenas pude hacer un
sonido confundido en respuesta, sin quitar la vista de los moños de
Touss. -Cuando estábamos en la combi escolar, era uno de los que manejaba la máquina.- Podía ser, me había perdido mirando el portal, y lo que había sentido... -Creo que el que estaba con él le dijo Evan.-
-...Evan?- repetí algo aletargado.
-Evan-tot! Cuidado-tot!- gritó el Chattot en mi oído, haciéndome saltar un poco. Me había olvidado completamente que estaba en mi hombro.
-Gracias por la advertencia.-
respondí a ambos, refregándome los ojos. Consideré entonces que Julia
había estado casi catatónica cuando la encontramos, a este chico lo
habíamos visto moverse y atacar a través de la pared de energía. No
estaba seguro si eso significaba que estaba mejor o peor, si sería capaz
de las mismas cosas.
(Se
puede volver cansador vivir con un nudo en el estómago, subyacente,
esperando la próxima vez que las cosas salgan mal. A veces me preguntaba
cómo había empezado todo, porque fue así desde que tengo memoria.)
Traté de concentrarme nada más en respirar de nuevo.
De
nuevo nos quedamos sin nada. Ni el Pignite, ni la Emboar ni la maquina
de hacer Tepig. Pero bueno, ya tendríamos que estar acostumbrándonos a
esto, no es como si fuera la primera o la segunda vez que nos pasa. Lo
único que significa es que tenemos otro viaje delante de nosotros, algo
que ya sabíamos, aunque vamos a tener que terminar haciendo más de lo
que esperábamos. Mejor. Con el sueño que tengo me vendría bien un poco
más de pánico y adrenalina.
Me pase una mano por el pelo de la nuca y formé una sonrisa que apenas se me extendió a los ojos. -Ah... que mala leche. ¿Quién quiere preguntarle a Kabir cómo...?
Yannick
casi colapsó de cara al suelo. Me apuré hacia donde estaba, los demás a
mi alrededor al parecer muy distraídos escuchando lo que decían los
guardadores (algo sobre la van y que teníamos que salir de acá lo antes
posible). Me agaché a su lado y me puse su brazo alrededor de mis
hombros, levantándolo. Se volteó a mirarme y sentí un escalofrío. Había
algo raro en esa mirada, como si estuviera mirando a alguien detrás de
mi hombro en vez de a mi.
-Hey... ¿necesitas agua o algo? -pregunté con una sonrisa algo nerviosa. -Supongo que algunos estamos más cansados que otros. Ojalá el viaje nos de algo de tiempo para dormir, ¿eh?
No
me contestó. Una vez que lo ayudé a ponerse de pie parece que recuperó
algo de su balance ya que pronto se dirigió hacia la van como los demás.
Lo seguí de cerca,manos en los bolsillos, hojeándolo disimuladamente.
No pude evitar dejar salir un suspiro.
Sentí que había visto algo
parecido en él en algún otro momento. Igual, no me sorprende,
considerando lo que acaba de pasar. Si hay algo que noté en todo este
tiempo es que él se toma estos tipos de fallos muchísimo mas a pecho que
yo, o más incluso que los demás.
-Sabés... hace ya unos años, cuando estaba haciendo lo que podrías llamar "entrenamiento" de... bueno, lo que soy... -Empecé a hablar, más para mi mismo que para Yannick, aunque puede que me estuviera escuchando. -Estuve
bastante tiempo alrededor de Pokemon voladores, obviamente. Y en ese
tiempo noté algo raro. Alguna vez escuchaste... ah, es de algo que dijo
un tipo una vez, creo, que le preguntaron cual creía que era el tipo de
Pokemon más peligroso. Obviamente se referían a tipo de... bueno, tipo.
Pero el hombre respondió algo como "El tipo de Pokemon más peligroso es
el que es lastimado y acorralado" o algo así.
Ya casi estábamos en la van, y seguía sin tener idea bien que era lo que estaba diciendo.
-En mi experiencia eso es mucho más verdad con los tipo volador que con cualquier otro, aunque puede que sea algo anecdotal, -continúe diciendo. -Siempre
me pareció raro. Teniendo alas y una forma más fácil de escapar, en mi
experiencia noté que son los que más atacan a quien los estén
acorralando. Siempre me dejó un mal gusto en la boca eso. Pero bueno,
supongo que en eso somos diferentes a elllos o algo... -Fruncí el ceño. -No sé bien que punto estaba tratando de hacer con eso. Como sea...
La
mayoría ya se encontraban adentro de los vehículos, pero me quedé
afuera unos segundos más. Agarré la Pokebola de Sloane y la miré por un
rato.
-Capaz es liberador, para ellos. No me parece la forma más refinada, igual... -Dejé la oración en el aire, encogiéndome de hombros. -
Esto no tiene nada que ver con lo que estaba diciendo antes ni nada,
pero... nunca pude bien elegir entre las dos ideas. Un mundo donde la
gente siempre esta ocupada y uno donde tienen tanto tiempo que no saben
que hacer con él... las dos siempre me gustaron.
Sacudí la
cabeza; ¿de qué mierda estaba hablando? Ah, siempre me pasa esto cuando
no tengo nada para hacer excepto esperar, mierda. Me giré hacia Kabir
con algo de cansancio.
-¿Puedo seguirlos desde el aire? -le pregunté. -Podría usar esa perspectiva aérea.
Nuestros
ataques rebotaron contra el cubo sin hacer absolutamente nada de daño,
literal no había nada que pudiéramos hacer contra esas paredes de
energía pura, ya me había quedado sin ideas. La Guardadora nos miro
bastante extraño, no puedo culparnos por querer hacer algo a pesar de
que sea inútil, extendió su mano contra el cubo y de ella salió un rayo
dorado que golpeo fuertemente el cubo. Casi como si fueran de cristal
las paredes se pulverizaron bañándonos en unos pequeños brillos que se
desintegraban. El medichan de Akshara se materializo a unos metros de
ella, a pesar de no parecer una amenaza grande ese pokemon había podido
hacer lo que nosotros no.
Si perder más tiempo entre corriendo al
área que se había despejado, Ibaraki estaba dañada, posiblemente había
utilizado sus poderes de más, también estaba Kabir junto con su pokemon
fantasma raro cuyo nombre no recuerdo y el enemigo de turno, me pare
frente a la rubia listo para atacar cuando escuche un murmuro venir
detrás mio y una luz multicolor, me di vuelta justo para ver como el
pokemon tipo lucha tomaba otra forma. Sin titubear se arrojo contra el
muchacho de cabello azul dejandolo fuera de combate, lastima que no lo
daño más.
Agarre a Ibaraki de uno de sus brazos apoyando parte de
su peso en mi. -Vamos, hay trabajo para hacer.- la muchacha tenia su
mirada fijada en la nada. -Pero los otros…- dijo casi susurrando.- Me
tense mientras apretaba un poco los dientes, de nuevo se habían llevado a
alguien. -No hay nada que podamos hacer desde aca, por eso hay que
perseguirlos.-
Mire a todos ya estaban comenzando a caminar
hacia donde estaban esperándonos, salvo por Yannick y su fantasma que
parecían algo alterados, por suerte Nico se acerco a él, no creo que
pueda ayudarlo en estos momentos. No estoy seguro qué era lo que lo
alteraba pero si pude notar que tenia que ver con el muchacho de cabello
celeste.
Logramos entrar en la Van de alguna forma extraña, no
recuerdo que fueran tan amplias, bueno si recuerdo que la de Nitta lo
es, hablando de eso, cuando el Roomie se recupere de su estado
traumatico voy a preguntarle donde esta la que le presté. Me quede
en silencio escuchando la nueva información que nos acababan de dar,
navegar por esos portales? Pero qué querrian hacer dentro de ellos? Qué
mas puede haber además de una muerte segura ahí? Trate de obviar la
parte en la cual ellos también tienen un prototipo de pokeball con
ellos, algo me dice que más de uno no estaría contento en saber que eso
esta entre nosotros.
-Navegar a qué exactamente? Alguien tiene
idea de lo que buscan? Ya escuchamos a unos idiotas hablar sobre eso
pero creo que no tienen ni idea de lo que les espera ahí adentro.-
Sentí
como la barrera a mi alrededor cayó hecha pedazos, una figura de un
pokemon que nunca habia visto apareció casi de la nada, el resto del
grupo estaba afuera, Nicholas se acercó y me tomó del brazo -Vamos, hay trabajo para hacer.-
-Pero los otros…- Me ahogué con mis propias palabras, si nos ibamos no tendriamos manera de saber a donde se los llevaron, y por mi culpa...
-No hay nada que podamos hacer desde aca, por eso hay que perseguirlos.- Tenia razón, pero no por eso se me hacia más facil aceptarlo, me mordí el labio hasta que sentí sabor a sangre.
Subí
a un vehículo... no, me ayudaron a subir, apenas pude distinguir una
figura de cabello verde a mi lado, sosteniendome para no caer.
Habia
un tenue brillo a mi costado, era Mavis, sus manos apuntandome,
acaricié su pelo, en señal de gracias. El grupo hablaba sobre algo,
prototipo, no estaba segura a que se referian, pero los traidores de los
guardadores tenian algo muy malo, laverinto, seguia sin entender bien,
pero ya habia escuchado algo sobre eso.
Seguia viendo escenas de
lo que pasó en mi cabeza, el cubo a nuestro alrededor, los guardadores
atacandonos, Mavis llevandose a los que pudo fuera de la barrera y
despues... -Perdón...- No podia dejar de pensar en ellos -Samuel, Ian- era mi culpa -Perdón...-
No
se cuanto tiempo estube ahí lamentandome, pero fue suficiente como para
ver por la ventanilla y saber que ya nos habiamos alejado de ese
callejón infernal, seguro nos llevaban a donde fueran a aparecer esas
cosas y era seguro que fue a donde se llevaron a Ian y Samuel, y a donde
debia ir, todo fue mi culpa, de nuevo.
Miré a Yannick, estaba
destruido, y era mi culpa, Miré a Nitta, ella estubo en peligro, por mi
culpa, Epiphone habia sido secuestrada y ahora estaba en un hospital,
por mi culpa, mis primeros amigos, sufrian por mi culpa, diez años
tratando de hacerme fuerte y lo único que logré es seguir siendo debil y
lastimar a los que se me acercan.
Habia algo más cerca mio,
alguien... Busqué con la mirada, estabamos tan apretados ahí adentro que
mis compañeros habian regresado a sus pokeballs a la primera
oportunidad, pensaba que esa sensación de incomodidad era el no tener a
ninguno al lado, pero tenia tanto en que pensar que no la habia notado.
Koffing, nos habia seguido, le habia prometido llevarla con su
compañera, y podia ver sus esperanzas destruirse en su mirada... -No te desanimes, te lo prometí- le dije acercandole mi mano. Tenia que llevarla conmigo de algún modo, pero no veia como sin...
Esperé a que terminaran de hablar de nuestro "trabajo", como si hubiera opción a estas alturas -Perdón pero...- dudé por un momento, debia decirles a los guardadores sobre Koffing? no dejaba de ser el pokemon de una traidora para ellos -Perdí la pokeball de... mi Koffing- Sentí nauseas diciendo eso, y pensaba que no podia sentirme peor -Hay algo que pueda hacer?- /Heal Pulse/ [dice]0[/dice]
El vidrio del auto estaba frío me ayudaba a calmarme un poco mientras escuchaba la historia inverosímil de Cameron. No
podía evitar voltear a ver cada tanto a Jaime y imaginarme la cara de
Epi si algo llegara a pasarle, no quería que sufriera mas de lo que ya
estaba sufriendo. "Se que esta bien" me repetía a mí mismo como
intentando convencerme inútilmente.
Avanzábamos lento, pero
seguro, al menos mas seguro que de haber tomado el subterráneo funesto, y
por suerte la oficial resulto ser mas comprensiva atenta que cualquiera
que nos hayamos cruzado en este viaje.
-Asi que cha cha, nunca
había escuchado un nombre asi, me gusta- Le dije con una sonrisa
forzada- Gracias por llevarnos, fueron un par de días complicados.
El
puente se acercaba y podían verse las luces de la ciudad y sobre el
mismo un portal comenzaba a abrirse, sabia lo que eso significaba...
Epiphone.
-Acelera Cha Cha, es una historia larga, llevemos a Jaime al hospital.
Cerré los ojos por unos instantes. Demasiadas cosas habían ocurrido en
un lapso de tiempo muy corto como para que pudiera procesarlas con
facilidad. Además... no, no debía pensar demasiado, no tenía que darle
la posibilidad a cualquier cosa negativa a asomarse en mi cabeza. El
ambiente a mi alrededor ya era lo suficientemente pesado como para
colaborar en hacerlo peor.
Íbamos un poco apretados en el interior del vehículo, yendo a un nuevo
sitio. ¿Cuándo íbamos a tener un minuto de descanso? Aunque... ¿iba
alguno a poder descansar luego de todo lo sucedido? Yannick apenas
parecía seguir vivo, Ibaraki seguramente estaba a punto de desmayarse, y
el resto no quería hablar demasiado, a excepción de Nico, que prefería
viajar fuera. No lo juzgaba, si fuera otro mi estado yo también lo
hubiese hecho.
Solo Galahad había quedado fuera, y estaba entre mis brazos y mis
piernas. Le había pedido que volviera a su pokebola pero se negó
rotundamente, y por más que intenté hacerlo a la fuerza, no hubo caso,
por no decir que empezó a amenazarme con romper el objeto con el que
deseaba contenerlo si insistía.
Sin embargo, al cabo de unos instante pude comprender porqué insistió.
Era parte de sus costumbres, una de sus formas de consolarme cuando yo
no deseaba que lo hicieran, o más bien, no decía explícitamente si lo
necesitaba.
Abrí ligeramente una de las ventanas del vehículo y saqué la mano, luego
el antebrazo. El aire circulaba con fuerza a nuestro alrededor, pero
poco a poco, cerrando los ojos una vez más y olvidándome de lo que
ocurría a mi alrededor por unos instantes... sentí que podía manejarlo.
El aire que rodeaba mis dedos fue tornándose suave, y lejos de arrastrar
mi mano con furia y a la fuerza, se desplazaba a mi alrededor como si
la acariciara. Solo allí, alrededor mío. ¿el resto podría percibirlo?
No, no lo creo.
Es como si pudiera leerlo, comunicarme con él. Denó se había ido en
medio de todo el caos del cubo, pero de alguna forma seguía presente,
dejándome un mensaje originado en el batido de sus alas.
Movía mis dedos con suavidad, como si estuviera tecleando en una máquina
de escribir invisible, o al menos así creía que veía desde afuera.
Sentí a Galahad moverse entre mis piernas y mi brazo libre, y a su
alrededor el aire cambió.
Ah. No era la primera vez. No era el primero. Cierto, esto llevaba
manifestándose un buen tiempo. Desde antes de que ella apareciera.
Desde antes de que ella desapareciera.
Y podía sentirla, su brisa, poco a poco tomando fuerza. Y...
Abrí los ojos y metí la mano rápidamente, asustada y sorprendida a la
vez. El atisbo de una brisa de otra persona había aparecido, muy leve,
muy suave, entremezclada... con la de ella. Estaba confundida.
-Apuremosnos -pronuncié con fuerza en medio del silencio.
Se seguía sintiendo extraño haber vuelto a Unova luego de varios años.
Me incomodaba, como la última vez que lo hice, así que esperaba que esto
se terminara pronto.
La comunicación que estaba teniendo con el resto de mis “compañeros” en
estos últimos días había sido escasa, por no decir nula. Medidas de
seguridad, insistían. Y claro, los incidentes que estuvieron saliendo en
las noticias... Esas cosas debían tenerlos ocupados, y por algo
confiaban en mi para encargarme de esto por cuenta propia.
Quizá simplemente confiaban en mi por los vínculos que teníamos.
No, si tuvieran que basarse en mis vínculos.. justamente no tendrían que
hacerlo. Asumamos que se guardan información, como yo lo hago, así que
si fuera el caso estaríamos a mano. Acepté colaborar con ellos porque
nuestros objetivos de alguna forma se cruzaban y eran, hasta un punto,
el mismo. Detenerla.
Se dio la casualidad de encontrarnos, de que insistieran, de que me
negara. Una breve colaboración de mi parte fue todo lo que obtuvieron.
Viví décadas alejada de... tradiciones, y no creía que eso fuera a
cambiar ahora. Hubiese preferido seguir sola, a decir verdad, pero era
una buena oferta.
No había sido muy difícil seguirle el rastro a los reclutas hasta
Celestial Tower. Eran nuevos, faltos de experiencia y muchos carecían de
la capacidad de borrar sus huellas y presencia por los sitios que
pasaron. A eso sumemosle que tenía más de una fuente de información
gracias a la alianza que había establecido y a que tengo dos pokemon con
buen olfato ayudándome en esto.
Había venido una sola vez aquí en toda mi vida, a acompañar a...
acompañarlos a dejar flores para un pokemon que tuvieron antes de
conocerme. Pensar que ahora me toca ir a dejarles flores a mi.
Sentí un tironeo de mi capa y volví a ponerme alerta. ¿Quién de los dos
había sido? Observé a los dos lycanroc que me acompañaban, pero ambos
desviaron la mirada en silencio, negando ser autores de ese tironeo.
-... ¿en serio? -les susurré- Creo que desde aquí avanzaré sola, pero no bajen la guardia.
Ambos, la forma nocturna y la forma diurna, asintieron antes de regresar a sus pokebolas.
No voy a negar que me sorprendí cuando me dijeron que esta torre contaba
con un nivel subterráneo, al fin y al cabo la gran mayoría ignora esa
información. Acceder había sido tan fácil como seguir los rastros, y
colarme sin que me notaran... no podía decir que había sido fácil hasta
salir con vida de esto.
Varías personas corrían de un lado al otro. No tenían esa ropa extraña y
esas máscaras y gafas y cosas llenas de tornillos y tuercas... al menos
no la mayoría. Si bien una gran parte del sitio estaba oscuro, pude
capturar bastantes detalles. Había hombres haciendo anotaciones,
hablando, corriendo apresurados, algunas pantallas iluminadas. Sin
embargo, algo captaba mi atención por encima del resto: algo enorme.
Estaba cubierto con mantas, y la mayoría de los sujetos iban y venían de
allí.
Me aproximé un poco más hacia aquella cosa, intentando no perder mi
cobertura. Ya tenía un par de dados preparados en una mano por si
llegaba a necesitarlos, pero como siempre, esperaba no tener que
hacerlo.
Aquella cosa... su forma, su altura, los mástiles... había estado lo
suficiente en uno como para reconocerlo cuando lo veía... la mejor forma
de titular a aquella cosa, era un barco.
-¿Para qué...?
Estaban construyendo un barco, sí, o al menos algo parecido. Estaba
segura. Personas entraban y salían de él, algunos se quedaban en su
superficie o hacían arreglos en la altura.
-¡Enciendan los generadores! -gritó un hombre de bata rasgada y lentes
de metal no muy lejos de mi. Creo que le colgaban varios cinturones de
cuero, tuercas y pokebolas de metal de la cintura.
En ese instante las cosas se agitaron más que antes. Varios se alejaron
de la cosa, unos pocos se quedaron encima. De pronto el suelo vibró y un
enorme destello iluminó el sitio por un segundo. Me cubrí con mi capa
instintivamente el rostro pero rápidamente me la descubrí, ignorando los
fragmentos de cemento y tierra que cayeron a mi alrededor como
resultado del temblor. Otro ruido prosiguió: una mezcla de festejos,
gritos, un ronroneo constante y fuerte que provenía de aquel barco...
-¡Funciona! -muchas voces se volvieron una sola, pronunciando esa única palabra una y otra vez.
-¡Podremos acceder al laberinto! -gritó alguien, solo- ¡Podremos obtener lo que nos negaron tanto tiempo!
-¡Sí! -festejó la voz unísona una vez más.
Aquella cosa... ¿A dónde mierda pensaban ir con eso? Sentí algo
apretarme el pecho. No, odiaba esta sensación. Era de esas otra vez, de
esas que se daban una vez cada tanto. Eran de esas sensaciones que
indicaban que miles de destinos acababan de ser cambiados. Aire,
necesitaba aire, bajo tierra había poco. Debía irme. Debía irme. No, no
importaba, era consciente que por más que me apresurara, aquella
sensación iba a perseguirme no por días, si no meses, incluso años.
Más de una vez lo había hecho.
Tengo que avisarles a los demás, sí, también tengo que pensar en ello.
No solo huir, no debo huir, no debo huir, debo correr, debo apresurarme,
debo ir, eso, ¡eso!
Me detuve en seco, de manera inconsciente. Mi mente le dio la orden a mi
cuerpo de detenerse. Había recordado algo. Algo más que había venido a
hacer aquí. Registré los alrededores del sitio, casi mareada, con
transpiración corriendo a los lados de mi rostro. Celebraban, ignorando
totalmente mi presencia. Miré, una, dos, tres veces, hasta que
finalmente mi mente recapacitó y mi cuerpo volvió a moverse, volvió a
correr.
No sé en que momento sucedió, pero Picard y Piers salieron a ayudarme,
ellos me sacaron fuera de aquel lugar. En mi cabeza solo había lugar
para una cosa: la certeza de que mi hermana no se encontraba allí.
Habian
pasado...22 dias desde mi cautiverio. Aunque sin ventanas para poder
ver la Luz del Pilar era muy dificil poder decirlo a ciencia cierta. La
gente extraña que pasaba a cada hora a dejarme esa pasta horrible que
consideraban comida se veia mas alterada ultimamente. Claro, dejaron una
puerta abierta y desconocian cuando o si es que podia cerrarse. Me
diverti mucho viendo como quisieron activar el control principal de mi
Triozax para navegar dentro del Laberinto. Por milagro no habian dañado
nada de la nave, si bien no iba a poder adentrarse por mas de dos horas
en el Laberinto, eso bastaba para volver a casa.
-ɐsɐɔ...- C'thegra se reiria si llamara a aquel lugar casa. Pero estando confinado a este lugar, cualquier cosa es mejor.
La puerta de mi prision se abrio. Era extraño porque aun no era la hora
de que me entreguen mis alimentos. No, algo mas pasaba. Entraron tres
muchachos, jovenes y cubiertos con aquellas capas, caminando torpemente
cargando un cuerpo. Eso era nuevo, no habia tenido visitas en mucho
tiempo, pero mientras tumbanan a la persona a mi lado me entro un
horrible miedo. Alguien mas? Estaba seguro que no habia nadie conmigo
cuando se abrio el portal en, pero quizas encontraron a alguien mas de
mi cuartilla. Respire profundo el aire hediendo de la prision y me
acerque al cuerpo.
-Quieto! - Dijo el guardia, una criatura
salio de la oscuridad. Garras filosas. La criatura, pequeña y negra puso
sus garras en mi cuello. Entendi de inmediato que no debia moverme. Me
aleje unos metros y pude ver el rostro de la persona a mi lado. Era un
muchacho, de cabello dorado. Curioso color. Senti un poco de alivio
cuando vi que respiraba y abria lentamente sus ojos. Los guardias,
satisfechos comprobando que habian dejado al prisionero con vida, se
fueron cerrando nuevamente la prision.
Me acerque al chico, efectivamente respiraba. Estaba algo aturdido asi
que tuve que ayudarlo a sentarse. No tenia heridas graves, pero aun asi
le costo bastante centrar su mirada. Creo que debio ver algo que lo
asusto, porque retrocedio varios pasos cuando me observo a los ojos.
- ˙ɐɔɐ ɹod ǝp ʎos ou ʎ sʎɹɯƎ oɯɐll ǝW ¿uǝᴉq sɐʇsǝ 'ʎǝH - Este chico...era como los otros que senti en este lugar. Era un Faller. -ɹᴉuǝʌ ɐ ɐʌ lƎ˙˙˙oʇuᴉɹǝqɐ˥ lǝ uǝɹqɐ ᴉs˙˙˙ɹǝɔɐɥ ɐ uɐʌ ǝnb ol uǝqɐs oN .-
No podia decir si me entendia o no, pero voy a interpretar su desmayo como que no, no lo hacia.
"...podriamos decir que estamos presenciando la ira de las deidades, esto esta pas-"
-Click-
"-stamos seguros de que esto coincide con la fecha del estreno de la pel-"
-Click-
"-uy posiblemente se trata de un portal a otros mundos, es algo que nadie nos esta dic-"
El ruido lejano de varias voces saliendo de un televisor se fue
atenuando lentamente. El cuarto estaba en completa penumbra pero las
voces podian oirse a pocos metros, asi como pasos, ruido de muebles. No
parecian estar en un lugar muy pequeño. La primer respiracion fue la mas
dificil. el aire algo denso de una habitacion cerrada con tantas
personas dentro y el clima del verano de Unova no habia sido una buena
combinacion. Los primeros momentos de panico y desorientación se
hicieron notar con movimientos bruscos de parte de algunos de los
ocupantes de las camas que estaban muy pegadas unas a otras en aquella
habitacion. Ruidos metalicos, de tela y algun crujir de huesos sumado a
quejas de algun dolor.
-Imagino que no pueden dormir mas...- Se escucho una voz calma del otro lado de la habitacion. El abrir de la puerta y el sonido del switch encendiendo la luz.
Los jovenes se encontraron en una habitacion alargada, varias camas una
junto a la otra en fila y al final de la habitacion una puerta. Tenian
un fuerte dolor de cabeza, la misma ropa que llevaban la noche anterior
(o la que recordaban llevar). Estaban adoloridos, pero extrañamente con
mucha mas vitalidad. La persona del otro lado de la puerta era Kabir,
lucia algo preocupado y con unas marcadas ojeras bajo sus ojos, pero aun
asi se esforzo por sonreirles a los entrenadores que aun seguian algo
desorientados. El Guardador les abrio la puerta del lugar, dejando ver
que en la otra habitacion habia un gran salon con una mesa y una gran
pantalla delante. El piso negro lustrado a la perfeccion casi era un
espejo, y al final del gran salon veian un ventanal mostrando que
estaban en algun piso elevado de una torre, mostrando debajo una ciudad.
Sentada en una butaca frente a la pantalla se encontraba Akshara,
elegante y seria, observando con expresion de hastio la pantalla dando
vuelta de un canal a otro mostrando las ultimas noticias.
Especificamente de la noche anterior. Moviles a Nimbasa, gente en el
ahora cerrado puente Sky Arrow, una oficial de policia que iba camino a
Castelia.
La guardadora apenas despego su mirada de los entrenadores, que aun algo
aturdidos trataban de mirar a su alrededor tratando de definir donde
estaban. El lugar parecia una especie de museo, con varias vitrinas
pegadas a la pared con jarrones y objetos que parecian bastante
antiguos.
Una puerta se abrio al final de un largo pasillo, un ascensor habia
llegado desde pisos inferiores. Tres personas caminaban con paso animado
hacia el salon donde se encontraban los jovenes, pudieron reconocer a
una de las personas, se trataba del Dr. Dare quien se limpiaba el sudor
de la frente con un pañuelo mientras caminaba al lado de un muchacho con
tunica de guardador. La tercera persona era un hombre alto, de cabello
negro muy oscuro y barba prolijamente cortada. Una medalla relucia en el
nudo de la corbata gris que llebaba dando el toque elegante a su traje
negro azulado.
-Con que...son ellos? - Dijo el hombre del
traje, su voz parecia tener su propio eco. La guardadora asintio
poniendose de pie. Paso la mirada por cada uno de los entrenadores con
algo de indiferencia y luego suspiro, haciendoles una seña para que se
sienten en las butacas que estaban dispuestas a lo largo de la mesa.
-Espero hayan descansado. - Dijo secamente
la mujer. Kabir se sento a su lado y por su mirada se notaba que iba a
hacer las veces de interprete de lo que la Guardadora queria decir. El
guardador se aclaro la garganta, acercando una taza y una tetera. La
guardadora tapo con su mano la taza antes de que Kabir le sirva, lo que
genero un silencio incomodo.
-Emh...quizas se esten preguntando...muchas cosas. Por favor, ponganse comodos.
- El guardador con su voz tranquilizadora hizo una pausa antes de
seguir hablando. - Anoche, luego de que estabamos escapando, un portal
mas se abrio. Akshara...es decir, miembros de Daemones, consideraron que
lo mejor era mantenerlos fuera de peligro y...
-Esporas.- Dijo en tono divertido el hombre alto de traje, quien habia estado callado y de pie observando la ventana hasta el momento- Innecesario,
en mi opinion. Pero algunos opinaron que lo mejor era mantenerlos
dormidos todo el viaje asi guardaban fuerzas. Tuvieron un dia muy largo.
-Me disculpo de corazon por no consultarles antes pero creo que...
-Suficiente- Corto Akshara. Kabir alzo una ceja. El Guardador tenia una calma que podia helarle la sangre a cualquiera que lo mire. -
Estabamos transportando tambien a un potencial enemigo y a personas
buscadas por nuestros enemigos, cambiamos de rumbo a un lugar mas
seguro. Lo logico era transportarlos de la manera mas segura posible.
Estan a salvo y es lo que importa.- Dijo la mujer, esforzandose por sonar lo mas preocupada posible, cosa que no le funcionaba.
Las noticias en la pantalla mostraban lo ultimo que los entrenadores
habian visto. Un portal identico al de Lumiose abriendose sobre el
puente Sky Arrow. Las fuentes decian, que el portal podria haber sido
fuente de un fenomeno meteorologico, otros se dedicaban a decir que era
un tipo de promocion para algun espectaculo, otros medios menos serios
hablaban de un hecho similar en Lumiose y relacionaban ambas cosas.
-El portal, no fue tan estable como el de Lumiose. Colapso a los pocos minutos, sin victimas...pero...-
Kabir miro a Akshara quien asintio.- Algunas de esas cosas escaparon,
los acolitos que enviamos pudieron frustrar que todo rapidamente pero...
-Con perdidas minimas. - Atajo la Guardadora, cosa que incomodo a Kabir. Era claro que se referia a que algunos habian perdido la vida.- No
podemos saber cuantas de esas cosas escaparon, ni si estan bajo el
control de nuestros enemigos actualmente. Tambien, sabemos que van a
intentar abrir nuevamente ese portal, por mas que estemos previniendo,
no podemos cerrar el puente y controlarlo se nos hace muy dificil.
Tambien esta el detalle...- Esta vez fue Kabir quien miro con dureza a la Guardadora- La gente que tienen secuestrada, es un potencial peligro.
-No quisieramos que esto se nos vaya mucho mas de las manos. No queremos alarmar a toda la region.- Dijo el hombre del traje sin dejar de mirar a la ciudad por el ventanal- Por lo que estamos contando con todos los involucrados para que nos ayuden a apagar estos incidentes lo antes posible.
-Nos tomamos la libertad de traer sus cosas,
tambien.- Dijo el Dr. Dare, visiblemente incomodo.- Todas sus
pertenencias estan tambien en este lugar...por cierto, uno de ustedes
tenia un fosil bastante interesante...me tome la pequeña libertad de...- Dijo el hombre sacando una Pokebola de su bolsillo y mostrarsela a Kileo.- Tengo colaboradores conmigo que estaban muy interesados en el proceso.
-Akshara.- Dijo el hombre de traje, caminando
con pasos que resonaban en el salon.- Creo que fue demasiada informacion
para ellos, sumado aque recien estan
recuperandose. Esta ciudad es hermosa, creo que seria adecuado que
puedan tomar algo de aire fresco si asi lo desean. Aseguro que en mi
ciudad, nada malo les va a ocurrir.-
-Imprudente, ellos son...-
-Akshara, estoy de acuerdo que quizas necesiten
un tiempo para procesar..todo esto. Ademas tenemos que ver cual va a
ser nuestro proximo movimiento...a no ser que, ellos tengan un plan
mejor.- Insistio Kabir, mirando al grupo, se podia ver un dejo de culpa en su mirada.
La
ráfaga de viento que pasó por el interior de la camioneta fue más que
bienvenida, necesitaba aire. Pero no fue solo porque habían abierto una
ventana, me di cuenta, el aire se movía casi con propósito. Giré la
cabeza y, por supuesto, Nitta tenía su mano afuera. Pero la entró en
seguida, parecía asustada por algo que habrá sentido. Eso... solo podía
empeorar la situación. Noté entonces su pulsera brillar, con mi visión
actual las gemas parecían menos inocentes... Pero había algo más,
teniéndola tan cerca en este estado... había algo además de su Estrella,
el Spewpa erizado nuevamente, había... dos figuras casi transparentes
en sus hombros. No llegaba a distinguirlas pero... Miré al Chattot en mi
hombro. Sí, eran aves, eran fantasmas de dos pokemon seguramente
voladores. Se las veía... tal vez preocupadas? Me era difícil discernir
estando así. Y la verdad, no sabría cómo arrancar esa conversación, ya
iba a ser suficiente con Cameron.
Por eso en un principio no le dije a Gabbie que veía a su hermana.
Decirle que el único familiar que aparecía en el solo portarretratos que
tenía, a veces estaba parada en la esquina del cuarto mirándola con
decepción y me incomodaba, no es algo que me saliera. Sobretodo sabiendo
cómo se ponía Gabbie cuando le llevaba la contra.
Y cuando se enteró fue peor, la verdad no sé si la ayudó, y me costaba
pensar en tener que pasar por algo similar con Nitta. Bah, están en esa
cosa con Frost, capaz ya lo sabe, parece tener esas inclinaciones.
Quise empezar a hablar, obligando el bilis en mi garganta a disminuir,
prestar atención a la conversación. Pero sentí la boca seca, respirar se
hacía más difícil que antes, a pesar del esfuerzo que estaba haciendo y
la compañía de Touss. No fui el único que lo notó, las otras voces en
la van también se fueron apagando. Antes de que me diera cuenta, perdí
el conocimiento.
Me desperté de golpe, como era imposible acostumbrarme, jadeando. A mi
alrededor todo era oscuridad. Y de repente una secuencia de resplandores
fuera de foco en la altura. Esto era lo que quedaba, de lo que siempre
hablábamos?
Michelle... La dejé de ver en cuanto
Gabbie empezó a mejorar, y ambos asumimos que al fin había podido seguir
adelante. Pareció ser la única forma, Gabbie me hizo prometerle, a los
gritos, que no iba a usar ninguno de mis métodos normales para ayudarla.
En gran parte sospecho que fue rencor, pero creo que también era por
cuestionar lo que significaría. A veces parecía no decidirse qué opinar
sobre lo que yo hacía con los fantasmas. No la culpo, Mich era la única
persona en quien confiaba desde...
Entre el eco de mi respiración y mis latidos sonándome en los oídos, no
podía escuchar nada más, pero hubo una presión en mi costado. Levanté la
mano y toqué el pelaje, más corto aunque igual de suave que antes, era
Toussaint refregando su cabeza contra mí. Tardé en reconocer que la
sensación que tenía en la garganta no era humo, era algo más. Tenía que
estar vivo, todavía sentía la pulsera quemándome, y el dolor en todo mi
cuerpo era demasiado real.
Pero no podía ver dónde estaba para terminar de calmarme. Estaba en...
una cama? Podría ser peor. Me sentía solo y a la vez abrumado por esas
luces, esas... Estrellas. Me pude enfocar, eran las Estrellas de los
otros. Al menos parecíamos estar todos... No, faltaba Max. Poco a poco
comencé a hacer memoria de lo que había pasado. Ellos se fueron al sur y
el resto... no estábamos en una camioneta?
-Eu.- Alguien chasqueó los dedos en frente mío. Lo podía ver a pesar de la oscuridad, Carlos. -Ya terminaste?-
Me pasé una mano por el pelo, sin poder dejar de temblar. -Creo... Dónde...?-
-Los noquearon y los trajeron acá. Tendrían que formar sindicato por cómo los están tratando.- quiso bromear pero me daba cuenta que no le hacía tanta gracia. Además seguro podía percibir mi desesperación.
Suspiré, intentando recordar los ejercicios de respiración que me había
explicado Dom. 4. 7. 8. Seguía con esa sensación de que se me estaba
escapando algo. No me tendría que estar preocupando por Gabbie, estaba
bien ahora, la había visto, había rearmando su vida. Y si no estaba
bien, tendría otra gente en la que confíe para ayudarla... O al menos
espero que así sea, es lo que me prometió. Ya no tenía derecho a
recriminarle nada.
Me estaba empezando a acordar de por quién me tenía que preocupar
realmente, cuando la puerta se abrió y se hizo la luz. Me tapé los ojos
instintivamente, la intensidad amenazando a causarme otro dolor de
cabeza de nuevo. Aunque pudiera ver la habitación, todavía me sentía
mareado, el amplio espacio no hacía nada para aliviar la sensación de
encierro.
-Imagino que no pueden dormir más...- se escuchó la voz de Kabir en la entrada.
-Posta nunca te vi dormir tanto, palmaste como un tronco.- comentó Carlos.
Y por una vez en la vida, hubiera preferido no hacerlo. -Creo que fue demasiado.- murmuré.
Fue más tiempo para pasar en mis pesadillas. Había estado cansado, sí,
todos lo estábamos. No solo por pasarnos todo un día corriendo y siendo
atacados. Aún así, sabía perfectamente que si me hubieran dado la
elección, no la habría tomado. No después de lo que pasó con Ian. Ese
pensamiento se sintió como una piedra en el estómago. Me paré como pude y
seguí al Guardador hasta la sala. En cuanto crucé el umbral, un aleteo
se dirigió hacia mí. No llegué a reaccionar antes de que el Chattot se
posara en mi hombro. -Ah, ahí estabas.- dije aliviado, sin poder llegar a sonreír.
Logré caminar hasta la mesa y sentarme si caerme, antes de que llegaran
las otras tres personas. Aunque Touss seguía a mi lado, mi visión no
estaba bajo control todavía. Por suerte sus Estrellas eran completamente
normales: Un ave alta, gris y negra, otro escarabajo gigante pero
marrón y con dos cuernos, un.. dragon? demasiado angular y tosco. Miré
más detenidamente la sala, tratando de concentrarme en otra cosa antes
de perderme analizándolos, otra razón por la que no me gustaba hacerlo
así. Estábamos en un lugar tan pulcro, comparado con donde habíamos
pasado los últimos dos días, que me ponía incómodo. Acá es donde
planeaban todo mientras a nosotros nos arrastraban olas por la calle? Me
di cuenta que Ariadne no estaba ahí. Capaz no me debería extrañar si
había decidido seguir por su cuenta. Era el trato después de todo.
Escuché mientras nos explicaban en más detalle lo que Carlos ya me había dicho. -Están a salvo y es lo que importa.- sentenció Akshara. No pude evitar largar una risa desganada. Evel-just, ahora les conveníamos. “Sin víctimas” excepto por las “pérdidas mínimas”
de los acólitos, como si no contaran. Le eché una mirada al Guardador
joven que estaba con ellos, esperando alguna reacción. Pensé en Evan por
un segundo. Seguro lo encerraron, y lo agradecía en parte pero... Entre
ese comentario, y lo que había escuchado que dijeron con su compañero
cuando nos atacaron, sentía una... solidaridad, mínima. Nuestras vidas
valían casi lo mismo para ellos. Akshara tenía ese pokemon que podía
romper la barrera y sin embargo esperó a último momento para usarlo.
Kabir intentaba suavizar los golpes y en otra situación me hubiera dado
simpatía, lástima su posición, pero ahora me parecía llanamente
hipócrita.
Llamaron nuestra atención a las noticias en el televisor, una pantalla
gigante. Entre las opiniones que circulaban, hubo quienes lo
relacionaban con lo del Lumiose. Seguramente alguno de esos tendría
lazos con Nadia y su causa. Estaban obteniendo lo que querían, a un
precio. Ya se les había ido de las manos. Sentí una punzada de ansiedad
cuando mencionaron que habían revisado nuestras cosas, hasta que me
acordé que había roto y tirado su carta.
-Creo que fue demasiada información para ellos.-
dijo el hombre desconocido, otro Líder. Mi cuerpo entero tuvo una
reacción ante eso, como una ola rodando, amenazando a romper. Insistió
en que tuviéramos el día libre para recorrer su ciudad. Completamente
segura, por supuesto, por si había alguna duda.
Kabir estaba de acuerdo con darnos tiempo para “procesar” lo que nos dijeron. Todo lo que nos dijeron. Las migajas de información que nos permitieron.
-Plan?- devolví la palabra con un tono que no reconocí como propio. -Nosotros? No, pero estaría buenísimo que nos dijeran el de ustedes de una vez.-
Toussaint se me acercó más, notando la perturbación, agarrándome con sus cintos. No me relajó en lo más mínimo.
-A ver...- quise organizar mis pensamientos, masajeandome los ojos con los dedos.. -El chico ése que agarramos ayer... Evan. Su Estrella Guardiana.. era como la de Julia, cuando la encontramos en el Sínodo.- levanté la voz para que todos escucharan bien. -Por
eso reaccioné así anoche. Hay algo muy.. mal en él. Es como si su alma,
su presencia.. hubiera sido corrompida completamente. Pero Julia actuó
sola, no? No hay razón por la que él estaría igual... Creo que
deberíamos hablar de esto ya.-
-Ya-- el Chattor comenzó pero lo chisté. No podía dejar que me interrumpa en esta situación. -...tot.- terminó por lo bajo. Una idea serpenteaba en mi inconsciente, algo que no quería comenzar a considerar todavía.
-A menos que ella haya establecido alguna
conexión especial con el, el Laberinto, era? Y por eso pudo abrir el
portal de Lumiose ella sola, por eso fue más estable. Capaz él también
tuvo un contacto más directo, pero siguió vivo, no fue suficiente.
Estaba claramente más consciente que Julia pero sus Estrellas se veían
igual de mal. Y si para abrirlos solo necesitan que hayamos sido tocados
por un ataque, no entiendo por qué no lo usarían directamente a él
entonces.- estaba empezando a hablar más rápido ahora, sin pensar demasiado, necesitaba que estuviéramos todos en la misma página.
Si pudiera escuchar sus pasos, hubiera notado que Carlos se había alejado un poco de mí.
Respiré. No lo podía bancar más. -Por qué nos
llamaron a nosotros de vuelta? Dijeron que era porque conocíamos a Jaime
y la amenaza era similar pero, en serio? Ustedes sabían cómo hacen
funcionar esas máquinas? Obviamente lo saben ahora. Nos dijeron que esto
no tenía nada que ver con los Guardadores, y resulta que dos facciones
están involucradas. Nos mandaron a llamar hace un mes, les dieron todo
el tiempo del mundo para que se organizaran. Esos enmascarados son unos
pelotudos pero por lo menos realmente creen en lo que hacen, ustedes ya
ni sé. Y honestamente ahora mismo siento que somos Rattatas de
laboratorio y me cansé de que nos estén llevando de un lado a otro sin
explicarnos bien qué kaoc'h hacemos acá.- me empecé a desesperar. -Sabes qué, Iba, no tendrías que haber pedido perdón.- le dije de pronto a la chica, recordando cómo había estado ayer.
-No es tu culpa, no es culpa de ninguno de nosotros, estamos haciendo
lo que podemos con casi nada. Qué ayuda nos dieron hasta ahora? Una
tarjeta para el subte, donde no podemos sacar nuestros pokemon y nos
atacaron todas la veces que lo usamos. Nos dijeron que buscáramos una
persona pero no nos dieron un lugar seguro para dejarla. Nunca nos
contactaron cuando se empezó a ir todo a la mierda, hasta que no los
llamamos nosotros mismos. En cualquier momento de los últimos dos días
nos podríamos haber cagado muriendo y no se habrían enterado, pero ahora
decidieron que nos tienen que cuidar? Ni siquiera deberíamos estar
metidos en esto de nuevo.- Excepto yo, el resto no tenía ninguna razón para seguir, más que un sentido de deber fuera de lugar. -
Estamos en no sé qué lugar, cuando dijeron que nos queda un solo día
para arreglar este quilombo; perdimos a Celine; Max y Cameron están
llevando a Jaime envenenado a un Hospital donde además la tienen a Epi,
pero capaz los maten apenas lleguen; y ahora Ian y Sam van a ser usados
para-- Se me hizo un nudo en la garganta. Ahí estaba. Podía tener
mis sentimientos encontrados a veces sobre la Estrella de Ian, pero no
se comparaba en lo más mínimo con la idea de no poder verla nunca más,
que simplemente estar a su lado me descompusiera. Que él se volviera
parte de esas pesadillas recurrentes con las que me ayudaba. -...Qué les van a hacer?- dije
casi en un sollozo, dejando caer mi cabeza en mis manos para evitar las
miradas de los demás. Los cintos de Touss se ataron con más fuerza en
mis brazos, pero de poco sirvió.
-
Bastaa-dije mientras extendía mi mano para acariciar a la criatura
encima de mí, no necesite abrir los ojos para saber que era Amelia,
tenia la misma costumbre de Milo, despertarme lamiéndome la cara. Abrí
los ojos rápidamente al darme cuenta de la situación, flashes de lo que
había sucedido en las ultimas, horas? Días? Vinieron a mi mente, yo no
debía estar dormido y con Amelia despertándome. –qué carajo?-Dije
mientras me sentaba de un salto, mala idea. La cabeza me daba vueltas,
empecé registrar el lugar con los ojos, me alivié al ver a la Hippie en
la cama de al lado, también estaba el roomie con Toto, parece que había
tenido otro de sus sueños, también estaba el Fantasma que había
adoptado, un día vamos a tener que tener una charla al respecto.
Primer problema, estamos todos? Si, veo a todos. Segundo problema, dónde
estamos? Lo último que recuerdo es haberme subido a la van con Akshara y
Kabir, luego ya no recuerdo más nada. Que buena idea es escuchar a los
sectarios, dijo nunca nadie, admito que en ese momento era la mejor de
las opciones, escapar o morir.
-Imagino que no pueden dormir mas...-
La voz de kabir me sacó de mis pensamientos, el guardador encendió la
luz de la habitación, podía notar su cara de cansado, después de todo lo
que estaba ocurriendo. Por otro lado gran parte de esto era culpa suya,
no directamente pero si de su organización, en parte eran responsables
de lo que paso en lumiose city y no les bastó con ello que siguieron
investigando a esas criaturas.
Respiré profundo mientras me volvia a poner mi campera, contras de
dormir vestido, después te agarra frio. Caminé seguido de Amelia, aún no
me siento al 100% de mis capacidades, mejor tener un respaldo por si
algo pasa, total, algo siempre pasa. Con las manos en los bolsillos
camine hacia a la puerta, el resto del grupo me siguió. Del otro lado
nos esperaba sentada Akshara viendo una enorme pantalla, por lo visto no
lograron contener muy bien la situación, realmente era bastante
complicado de lograr a estas alturas, no sé quienes eran los nuevos
idiotas estos, pero algo era seguro, no saben donde se están metiendo.
Sentí el ruido de un ascensor abriéndose, al final del pasillo habían
llegado tres personas. Una de ellas la reconocí, era el dr dare, los
otros dos ni idea, solo que uno era un sectario y el otro un tipo
exageradamente bien vestido, aunque la medalla en su corbata me daba una
pista, debía de ser un líder, pero de esos de verdad, no como Sam. El
tipo paso su mirada sobre nosotros y luego suspiro, devolví su mirada
levantando mi ceja esperando poner mi mejor cara de “vos tampoco sos tan
copado eh”. Tome asiento en una de las butacas tratando de quitarle
importancia.
Comenzaron la charla ellos, realmente no creo que nosotros tengamos
mucho para aportar, por lo visto nos habían drogado inútilmente, cómo si
en estos momentos pudieran sorprenderme. Oh, ahí esta, Akshara tratando
de fingir que le importamos, ni el ex del roomie se atrevió a tanto. La
conversación duro un par de intercambios más, permanecí en silencio con
los brazos cruzados gran parte de la misma. No había mucho que pudiera
aportar en este momento.
Estaba por hablar cuando el roomie comenzó a hablar, si no lo estuviera
viendo diría que no es él, estaba bastante enojado, incluso Toto lo
había notado. Extendi mi mano sobre la cabeza del Sylveon, acariciándolo
le hice señas con la cabeza de que suelte a Yannick, no iba a servir en
estos momentos.
Espere a que el roomie terminara de hablar o mejor dicho, de repartir
verdades entre todos los presentes antes de hablar. Me pare de mi
asiento y me estire un poco, claramente no me estoy volviendo más joven.
–Después de lo que dijo Yannick realmente no hay mucho más para
aportar. Hay uno grupo de idiotas tratando de abrir portales por toda la
ciudad sin saber lo que les espera del otro lado, ya lo vimos en
persona. También se llevar a uno de los nuestros y tenemos que
recuperarlo.- Puse mi mano sobre el hombro del Roomie, no soy el mejor
dando apoyo emocional, él lo sabe, yo lo sé. Amelia apoyo su cabeza
contra la pierna de él. –Ahora, el plan es simple, tenemos que recuperar
a nuestros no-secuestrados compañeros y luego recuperar al que si
secuestraron, después nos queda ir por estos idiotas antes de que
destruyan el mundo. Van a ayudarnos de alguna forma?- terminé, sentí
como una de mis pokeballs se abría, Liz comenzó a mirar por la
habitación buscando algún objeto útil. –Lo que ella rompa no pienso
pagarlo.-
Caí
como una bolsa de papas. No hubo aviso y apenas tuve tiempo de dejar
salir un suspiro antes de que mi cuerpo se dejara por vencido. Supongo
que tenía sentido. Había estado empujando mis límites bastante duro
últimamente. Eso fue lo último que pensé antes de caer inconsciente. Y
lo último que sentí...
Pánico. Vértigo. Cómo el de estar cayendo infinitamente.
///Flashback: Between a Rock and a Hard Place///
El impacto de su espalda contra la pared fue tan intenso que el joven
sintió como perdía la consciencia durante unos segundos. Y como siempre,
esa sensación fue acompañada de otra mucho peor, mucho más terrible. La
sensación de caer como si en un vacío. Sin ningún viento para detener
su caída.
Cuando volvió en sí, sintió alivio, aunque no duró mucho. Por alguna
razón no podía moverse. Parecía que su cuerpo estuviera pegado a la
pared detrás suyo.
Tardó hasta abrir los ojos y encontrarse con aquella mirada para recordad la situación en la que estaba.
-J-Jo...
Pero no había caso. No podía hablar, no podía moverse, apenas podía
respirar. La energía psíquica pegándolo a la pared era tan fuerte que
sentía como si hubiera un agujero negro dentro de su pecho.
-¿Qué pasa? -preguntó la voz, tratando de
sonar intimidante, aunque no paraba de quebrarse. Era la voz de alguien
que había estado llorando no hace mucho. -¿P-
por qué no llamas al viento a que te ayude? ¿¡Eh!? ¡Dale, mostrame lo
especial que sos! ¡Evitá que te aplaste como un panqueque, hijo de mil
puta!
-P-por fav... ¡AGH!
El tirón se volvió aún más fuerte dentro de su pecho. Ya no podía
respirar. La rabia en la voz de la chica sonaba distante, como al final
de un largo pasillo.
-No... Ya me cansé. No vas a usar tus palabras para engañar a nadie nunca más. -La fría resolución en el tono de su voz era lo más aterrador que el joven había escuchado en mucho tiempo. -Voy a darte exactamente lo que me pediste ese día. Espero que lo disfrutes.
...
El momento en el que recuperé la conciencia, salté de la cama como
impulsado por un resorte, como un Meowth al que le hubieran agarrado la
cola. Una voz me hablaba. Parpadeé varias veces pero lo borroso no se
iba de mis ojos. Podía sentir el latido de mi corazón en mis oídos tanto
como el sordo dolor en todos mis músculos, especialmente las piernas.
Tardé varios segundos en darme cuenta de la situación en la que estaba.
De lo que había pasado. De que la voz hablando detrás mío pertenecía
a...
Creo que la incredulidad y las caras de ofendidos la compartíamos entre
todos, aunque me costó enfocarme en los demás. Al menos... al menos
estábamos juntos. Pero no...
Agh. Me masajeé las sienes con los dedos, ojos cerrados fuertemente.
Claro. Estos hijos de puta nos habían noqueado. Justo cuando pensé eso
explicó lo que había pasado y porque tuvieron que hacer lo que tuvieron
que hacer. La verdad estaba impresionado. Kabir hasta sonaba sincero
considerando la caradurez de las palabras que salían de su boca. Eso me
hizo reír. Bueno, no risa, mas bien una mini carcajada. Y aún así cuando
abrí la boca para hablar, no había ni una pizca de humor en mi voz.
-No vuelvan a hacer eso -susurré, de hecho tan bajo que dudo que me hayan escuchado-, No hay cosa que odie más que ser noqueado sin... Agh. Encima no sueño yo asi que...
Sacudí la cabeza. No, esto no importaba ahora mismo. Los escuché decir
unas cosas más, y justo cuando estaba empezando a enfocarme en serio en
la realidad, pasó.
-Creo que deberíamos hablar de esto ya.
Nunca había escuchado ese tono de voz viniendo de Yannick. Lo que siguió
fue... bueno, no sé exactamente como lo llamaría. No diría que explotó,
pero hasta yo pude sentir que la avalancha de indignación, preguntas y
apenas disfrazados insultos eran algo que hace mucho quería dejar salir.
En parte me sentí algo orgulloso. Ya era hora de que dejara de
preocuparse por los sentimientos de los demás y lo dejara salir todo.
Pero por otro lado...
Ugh, dios, ahí está de nuevo, pensé, frunciendo el ceño. No, no hay otro
lado. Eso es lo que tenía que hacer y listo. Cerrá el orto, Nico.
-...Qué les van a hacer?-
Sentí algo en el pecho, un tirón o algo así, al escuchar la
desesperación en su voz. Traté de convencerme de que esto aún era bueno,
que si era bueno para él entonces...
No, tenía que distraerme de alguna manera. Pensar en esto después.
Acababa de levantarme y a decir verdad estaba más que de acuerdo con
muchas de las cosas que acababa de decir Yannick. Por lo tanto...
-Miren... voy a ser honesto -dije, rompiendo el silencio-.
Si no fuera por ustedes Guardadores hay muchas cosas que no habría
conseguido o experimentado. Pero a decir verdad... si, estoy un poco
harto de que nos tengan con una correa tan corta. Sé que dicen que con
cada libertad aparece otra restricción, pero...
Dejé salir un suspiro. Lentamente, pasé mi mirada por cada uno de los Guardadores, parando cuando cayó en Kabir.
-Los otros dos no tienen que pretender. Está bien. Sé que nuestras vidas les importa un carajo y tres cuartos. Pero vos.... -Hice énfasis en la última palabra, mostrándole a Kabir una sonrisa que no se extendió hasta mis ojos. -A
vos si te importa. Todo te importa. Te importa tanto, de hecho, que
seguramente tus colegas lo consideran tu falla letal. Bueno, esa será su
opinión. ¿Sabés cual es la mía? Yo creo que el hecho de que si te
importe pero que tus acciones no sean para nada diferentes que las de
tus amigos Guardadores te hace un hipócrita muy grande.
Esperé un segundo para ver una reacción, aunque también para calmarme a
mi mismo. El enojo se me estaba empezando a notar en la voz. Pero eso no
era lo que necesitaba ahora. Ahora mismo....
Cerré los ojos y respiré hondo. Cuando hablé de nuevo, el usual entusiasmo ya había vuelto a mi voz.
-Pero bueno, creo que nunca es demasiado tarde para cambiar -dije, esta vez mostrando una sonrisa genuina-. Creo
que todos tenemos una u otra razón para ayudarlos, así que no tengan
miedo de que nos rebelemos todavía. Pero... danos algo, ¿si? Una ayuda,
un recurso... algo. Si de verdad querés hacer una diferencia y no
convertirte en lo que seguramente estás temiendo convertirte... Danos
una mano. Confianos con algo, como nosotros les confiamos a ustedes
nuestras vidas tantas veces.
//Carisma+Empatía, hacerle sentir algo a Kabir (?//
[dice]0[/dice]
Donde
estoy... estabamos en la camioneta de... AHHHHHHHH mi cabeza, que habia
pasado anoche? estaba acostada en... una cama? pero... a donde nos
llevaron... el puente... EL PUENTE! dahhh, intenté levantarme pero me
mareé, quedé ahi recostada tratando de evitar que mi cabeza se partiera
al medio, pensar era una tortura... pero el silencio era un alivio...
silencio... miré a mi alrededor intentando moverme lo menos posible,
pude distinguir a algunos pero intentar ver bien en la oscuridad hacia
que se me partiera la cabeza.
Respiré profundo, intentando calmarme, pero poco a poco los recuerdos
comenzaron a volver, la explosión, el bar... el ataque en el callejón...
Maxwell... la camioneta... la koff... donde estaban la Koffing y
Mavis?... llevé la mano a mi cintura, buscando mis pokeballs, ahi
estaban, una, dos, tres y... cuatro? tenia cuatro... Me levanté
sorprendida, por qué tenia... perdí el equilibro y casi caigo al piso,
pero una pequeña oleada de arena me atrapó y me dejó suavemente en el
suelo, Baraddur habia estado debajo de la cama todo este tiempo. -Gracias, compañero-
No podia ver bien la expresión del Sandygast en la oscuridad pero sabia
que debia haber estado preocupado todo este tiempo, fuera cuanto
fuera... pero ahora tenia que tratar de ver que habia en mis pokeballs
con la poca luz que habia, en ese momento la puerta se abrió, cegandome
con la luz que entraba.
-Imagino que no pueden dormir mas...-
Tardé en reconocer a Kabir, quien nos llevó a otra habitación donde
estaba Akshara quien no se vea distinta de cada vez que la
encontrabamos, y seguramente esta vez tampoco implicaba nada bueno. Los
guardadores hablaban entre ellos, sobre como nos trajeron hasta acá,
contra nuestra voluntad, era de esperarse que nos trataran como ganado, o
peor, como equipaje.
Habia un par que no parecian guardadores, pero seguro eran personas
importantes en este asunto, autoridades de la región, pero me era
dificil mantener la atención cuando reconocí al chico de túnica que
estaba con ellos, hacia meses que no lo veia, y la verdad no lo
extrañaba, nunca nos llevamos del todo bien, pero teniamos conocidos en
común y si era un guardador entonces...
-El chico ése que agarramos ayer... Evan. Su Estrella Guardiana.. era como la de Julia, cuando la encontramos en el Sínodo.-
Yannick comenzó a hablar más fuerte, y podia sentir su voz resonar en
todo el cuarto, habia pasado, finalmente explotó, hasta hoy no lo habria
creido posible pero toda persona tiene un punto de quiebre.
Siguió explicando, para abrir portales era necesario una persona
alcanzada por un ataque de esas cosas, cuantos de nosotros habiamos sido
golpeados? Lumiose, ayer, Yannick tenia razón, si lo sabian desde hacia
años, por qué nos estamos enterando ahora, por qué no nos contactaron y
nos dijeron antes de traernos a esta región, habriamos podido estar
preparados, habriamos podido evitar todo lo que pasó... al final Yannick
colapsó, preocupado por Ian y el resto. -...Qué les van a hacer?-
Era cierto, qué les iban a hacer esos enmascarados pero habia algo peor. -Qué van a hacer los guardadores despues de que los salvemos?- Nadie dijo nada por lo que supuse que no me entendieron -Los afectados... estaban vivos cuando abrieron los portales, piensan matarlos despues de salvarlos para que no sean un peligro?-
-Ibaraki, los guardadores no somos monstruos-
El chico de túnica claramente no le gustó mi opinion, nunca compartimos
opinión, pero esta vez no era una discusión menor, y él no estaba para
detenernos.
-mmmMMrRrrnnNNiieeaAa... -
murmuré mientras volvía al mundo de los vivos de lo que, creo yo, es la
peor resaca que haya sentido. Me dolía todo y me iba acordando de cada
cosa que habíamos pasado desde que llegamos a Unova como cada costoso
movimiento que hacía.
“Imagino que no pueden dormir mas...” dijo suavemente la familiar voz de Kabir, la cual pude reconocer al instante. Ya saben, detective.
- ¿Qué hora es?... ¿Qué año es? - pregunté con desconcierto. Sentía como si hubiese dormido un año... y dos meses.
A mi alrededor todos se iban recomponiendo y a medida que se despertaban
podía sentir como se iban impacientando con todo lo que nos decían los
guardadores. Nos trajeron medio engañados y prácticamente no nos
ofrecieron asistencia... sus reacciones eran lógicas. Tenía mis
preguntas para los que nos “rescataron”, pero me permití dejar que el
resto se expresara mas tranquilo. Además, no me sentía con las energías
para discutir ya que no probaba bocado hacía días.
“Por cierto, uno de ustedes tenía un fósil
bastante interesante...me tome la pequeña libertad de... Tengo
colaboradores conmigo que estaban muy interesados en el proceso.” Las palabras del Dr. Dare me terminaron de espabilar y apenas pude emitir palabra mientras me entregaba la pokéball.
- ¿Cómo...? eh... Gracias. -
Sabía que no era el clima para eso, pero debía verlo con mis propios
ojos. Apreté el botón del dispositivo y una criatura de casi dos metros
me miraba fijamente. Con un movimiento de la cola tiro uno de esos
jarrones antiguos que teníamos alrededor. Casi morimos tres veces ayer,
no estaba como para disculparme de nada con esta gente.
En ese momento note mi equipo estaba completo y tenía un huevo de sobra.
- ¡Nitta! - dije dándome vuelta de manera anticlimáca. - Vos sabes de pájaros. Tengo algo para vos. - dije mientras sacaba el huevo que tenía aun en mi valija. - Todo tuyo. Seguro sale un Pikipek hermoso. -
Volteé de nuevo hacia el fósil viviente que se estaba escarbando los dientes con una garra. - Ya lo tengo. Kyber. - dije despacio para mí mismo.