Los
entrenadores atacaron a la vez. Los ataques dieron en su blanco,
dejando al Granbull casi indefenso y acorralado contra la pared. Cuando
la criatura intento resistir el ultimo ataque, vio que sus patas estaban
pegadas al piso por el huelo que el Cubchoo habia creado con su brisa
helada. Eso dejo a la criatura indefensa, y cuando recibio el golpe del
Minior de Nitta. ya estaba lo suficientemente debil para caer fuera de
combate. Con un golpe seco el Pokemon se desplomo. Lejos de eso terminar
la amenza, Rosemary habia herido a Ibaraki y la chica se habia lanzado a
contraatacar, pero no solamente ella.
Maxwell saco un cuchillo y
se lanzo tambien al ataque. El golpe habia sido preciso, pero sumado a
eso, la chica del Gimnasio tropezo en el charzo de sangre que habia
dejado Ibaraki, lo cual la impulso torpemente hacia adelante. Eso habia
sido suficiente, el cuchillo ayudado con ese impulso se clavo en su
vientre mucho mas profundo de lo que debia. La mujer recibio varios
golpes antes, pero ninguno de tal gravedad. Su compañera la miro con
reproche. Rosemary maldijo en un suzurro y su figura comenzo a
deformarse. Ya no era una atractiva joven, sino que lentamente su piel
se arrugaba, sus ojos perdian luz. Era una anciana que apenas parecia
poder mantenerse por si misma, sostenia su viente ensangrentado con
debilidad.
-P-puedo aguantar en este estado...-
Se dijo a si misma. La herida del cuchillo deberia haberla matado, pero
por lo visto al cambiar su figura a una anciana, podia mantener mejor
su cuerpo a pesar de lucir mas fragil. La mujer cayo al piso de todas
formas pasados unos segundos, junto con el cuchillo de Maxwell.
-No...no podes.-
Dijo su compañera avanzando hacia ella. Regreso al Granbull a su
Pokebola e ignoro a los entrenadores, que apesar de estar heridos y
cansados, se quedaron observando. - Esa forma puede aguantar algo mas...pero, no tanto. Sabiamos a que nos ateniamos cuando firmamos el contrato con Gautier padre...- Dijo cerrando los ojos de su compañera. - No pensamos que mantener al chico alejado de este lugar podria ser tan dificil. - Miro a los entrenadores mientras se agachaba para cubrir a Rosemary. -
Continuen. Me superan en numero, es inutil que se los impida. Pero...Es
muy probable que esten involucrandose en algo de lo que no puedan
salir. Al igual que ella hizo. - Los entrenadores quedaron inmoviles.
La
puerta del hall se abrio, la luz los cego por un momento. Sintieron una
leve brisa detras de ellos y cuando se volvieron, las dos mujeres ya no
estaban ahi. El Hall quedo en silencio y ensangrentado. Los
entrenadores tenian heridas aun abiertas y caminaron con algo de
dificultad, pero a duras penas y mirando al piso con una punzada de
culpa, avanzaron. Un aroma a flores les llego de inmediato. El techo,
era de vidrio y eso era lo que causaba tanta luz, el sol entraba
directamente al gimnasio por los ventanales. Arboles de cerezo
convertian aquel estadio en un pequeño bosque encantado. El contraste
con aquel oscuro hall lleno de sangre, era notable. Sobretodo, el
contraste con los entrenadores parados frente a tal lugar con su ropa
sucia y ensangrentada.
-Oh...que es lo que ocurrio?- Una chica pelirroja les hablo desde lo alto de un arbol, estaba sentada en una rama. - Se ven terribles...y Rosemary? Bueno supongo que pasaron su prueba... - La chica dio un salto y cayo junto a los entrenadores, y dando pequeños saltos se puso delante de ellos. - Este es el Gimnasio de Laverre!
- La chica les enseño el lugar, que apesar de estar dentro de un
edificio, parecia ser un lugar silvestre lleno de arboles de los cuales
llovian petalos. En medio del lugar y elevado varios pisos, habia una
arena de combate. - Mi nombre es Circe, y ella es Lilith!
- Dijo señalando a una chica que no habian notado, estaba sentada bajo
un cerezo, su cabello era purpura y sus ojos de un negro tan profundo
que no parecia natural. La chica avanzo hacia ellos.-Mallory esta muy
ansiosa por verlos! Sobretodo por un reto colectivo, pero las reglas son
las reglas! Rosemary deberia acompañarnos, pero como parece que empezo
sin nosotras, nos toca.- Las dos chicas lanzaron al aire dos Pokebolas,
eran de color rosa con detalles en un color pastel. Las esferas se
abrieron en el aire y delante de ellas salieron dos criaturas. Una era
un Pokemon bastante extraño que movia sus manos como haciendo mimicas,
tenia apariencia de payaso. El segundo, era un Pokemon azul, alargado y
con orejas largas.
-Hey...por que esas caras largas? Oh...Rosemary era nueva, pero esa chica tiene talento, miren lo agotados que estan!
Todo
habia terminado, posiblemente con uno de los peores finales, vi
claramente como el cuchillo de Maxwell se clavó en Rosemary, la chica
cambió de apariencia nuevamente, esta vez mostrandose como una anciana,
siguió de pie, pero solo un momento antes de caer. Su compañera se
acercó, diciendo que podiamos pasar.
Me quedé en silencio,
inmovil por un momento, puede que fuera nuestra enemiga, pero debia
guardar el mínimo respeto para quien habia perdido su vida. Según la
otra chica, ellas aceptaron un trabajo para el padre Jaime, así como
nosotros aceptamos trabajar para este último, si, era inevitable
enfrentarnos tarde o temprano, pero, habriamos podido evitar esto?...
La
puerta se abrió y las mujeres que cuidaban la habitación habian
desaparecido, respiré ondo y miré a Baraddur, el Sandygast tenia mucha
más compostura que yo, tal vez por ser un Pokemon, particularmente Ghost
y tener otra perspectiva de la vida y la muerte o simplemente era su
naturaleza. Mi compañero me devolvió la mirada, la cual no reflejaba
ninguna emoción en particular, probablemente desde su punto de vista,
era simplemente como pasaron las cosas y nada más.
Levanté la
mirada y miré al resto, no estaba segura de que significaban sus
expresiones. Luego sentí un leve dolor en mi mano derecha, ahora que
bajaba la adrenalina del combate, tomé conciencia de mis heridas, las
cuales eran sorprendentemente pocas, el doctor Maxwell habia curado gran
parte del daño durante la pelea y su frasquito hizo el resto, incluso
podia mover con mayor libertad mi mano derecha, normalmente cuando
pasaba eso, quedaba mucho más dolorida y lastimada, no podia mover con
comodidad la zona afectada por al menos varias horas. Recordé que dijo
que yo tenia un par más en mi bolso, busqué una y la bebí, los efectos
fueron casi inmediatos, los pocos cortes que me quedaban en el cuerpo y
moretones desaparecieron casi por completo, el enrojecimiento de mi
mano derecha habia disminuido notablemente, pensé en acercarme y
agradecerle nuevamente, pero en el camino, me topé con alguien más,
Mint, el chico que primero se habia lanzado a ayudarme, no lo habia
notado antes, pero era alto, bastante alto, o quiza era la diferencia
entre nosotros, dado que yo era más baja que la estatura normal.
Levanté
la vista y lo vi a los ojos, también debia darle las gracias, pero
entonces recordé haber escuchado que dijo algo cuando atacó a Rosemary,
lo que hizo que se me hiciera un nudo en la garganta...
-Ahhh... Mint... ehhh... esteeee... yo...-
No pude articular dos palabras juntas, decidí que era mejor dar media
vuelta y seguir. Bajé la vista y caminé en silencio. Baraddur me siguió,
mirando intercaladamente a mi y a Mint.
Pasamos a la siguiente
habitación, la diferencia entre ambas era abismal, esta era un bosque
dentro de cuatro paredes, casi podia sentir que estaba en el exterior,
debo admitir, el ambiente me daba algo de paz. Eso fué hasta que nos
recibieron las proximas encargadas del lugar, apenas habiamos pasado la
primer habitación y parecia que no tendriamos un respiro. Las chicas se
presentaron y dejaron salir a 2 pokemon. No estaba familiarizada con las
criaturas en sí, pero podia asumir que probablemente la de color azul
era de agua.
No estaba de humor para continuar peleando, pero
vivirme lamentando no iba a solucionar nada, y necesitaba una excusa
para despejar la mente. Miré a Baraddur, y le hice un gesto con la
cabeza, el Sandygast se adelantó al campo de batalla, listo para pelear.
Yo también me preparé, levanté los brazos para tronarme los nudillos y
noté que la sangre de mis brazos comenzaba a secarse, pegando la tela de
mi blusa a mi piel. Me la quité, dejando mis brazos expuestos al aire y
revelando una notoria cantidad de pequeñas cicatrices, así como una de
mayor tamaño en mi espalda, gran parte de la misma cubierta por mi
remera deportiva.
-Agotados? Nah, recién arrancamos, verdad gente? Tenemos trabajo que hacer-Dije, intentando alzar la voz y mi propio espíritu. Habia comenzado una nueva vida viajando y era muy pronto para dejarla. -Baraddur, Astonish a ese- Dije, señalando al Pokemon rosado de apariencia graciosa.
Me
quedé contemplando el vacío hall ensangrentado mientras masajeaba mi
hombro, la escena misma me recordaba a algo que ya había visto antes e
incluso vivido. Sacudí rápidamente mi cabeza evitando que los mismos
vuelvan a mi mente, no era el momento para recordar, no estamos en esa
situación. Murió alguien y no solo eso, alguien de nuestro propio grupo
ataco a otro, no soy quien para hacer juicios de valor, pero voy a tener
una charla poco amigable con hippie cuando esto termine.
-Avancemos.-
Dije seriamente mientras atravesaba la ilusión que había creado, esta
se disipo en una neblina gris en el momento en que la toque.
Llegamos
a la otra habitación, a diferencia del hall este era más iluminado y
boscoso, debo decir que su estilo natural me resulta más atractivo,
quizás sea la falta de sangre en el lugar. Ahora si espero que estas no
sean unas locas como las anteriores, si seguimos asi van a necesitar un
plantel nuevo de chicas transformistas.
-Alguien acá puede entrar de forma normal?-
Pregunté por lo bajo mientras una chica colorada bajaba de un salto,
enseguida pregunto por Rosemary, la ex-guia del gimnasio que acababa de
morir, no pude evitar tocar mis lentes tratando de ocultar mi expresión.
Por suerte siguió hablando como si nada, presentándose y a su
compañera, la cual también tenía un aura extraña como todas las mujeres
de este lugar. Solo espero que estas no estén tan trastornadas.
La
joven volvió a referirse al desafío de su jefa mientras soltaban dos
pokemons frente a nosotros, un Azumarill y un Mr. Mine, extraña variedad
tienen en este gimnasio.
-Hey...por que esas caras largas? Oh...Rosemary era nueva, pero esa chica tiene talento, miren lo agotados que estan!- De nuevo el nombre de la muerta, esto va a volvernos como un mal karma, ya lo puedo ver.
-Agotados? Nah, recién arrancamos, verdad gente? Tenemos trabajo que hacer.- Dijo Ibaraki, no pude evitar sonreír la locura de esta chica llega a otro nivel.
Liberé sin dudarlo al oso, no pienso quedarme a lamentar lo que pasó, simplemente voy a avanzar como espero hagan el resto.- Bryce, powder snow!- ordené mientras me sacaba los pétalos del hombro.
Pasó
demasiado rápido para que pudiera hacer algo. De hecho a decir verdad
ni siquiera estaba prestando atención a mis alrededores, demasiado
concentrado en la cosa horrible que teníamos adelante. Así que me llevé
la sorpresa de mi vida cuando volteé mi mirada y mis ojos cayeron sobre
el cadáver de Rosemary.
-Ah... ¿Qué? -Mi voz salió delgada, bastante más débil de lo que me hubiera gustado si hubiera podido controlarla, -¿Q... qué pasó?
Miré
a mis compañeros uno por uno. Una extraña sombra se había depositado
sobre el rostro de alguno de ellos, mientras que otros observaban el
resultado tan confundidos como yo. Nitta y Mint... los últimos de los
que hubiera esperado algo así. Tragué saliva y guardé a Lup dentro de su
Pokebola, sin decir una palabra.
-Yannick... yo si fuera voz borraría eso último... -Le mencioné al muchacho al lado mío, tono completamente serio, -Esto ya no es divertido. Y pensar que ustedes... no, no importa.
Sacudí
la cabeza y comencé a caminar hacia el otro lado de la habitación,
tratando de evitar mostrar mi decepción. ¿Por qué estaba enojado de
todas formas? Sabía muy bien que yo no tendría ningún problema en matar
si no tuviera alternativa. Aún así...
-Hey...por que esas caras largas? Oh...Rosemary era nueva, pero esa chica tiene talento, miren lo agotados que estan!
Volví
a la realidad ante las palabras de la nueva retadora frente nuestro.
Con un ademán despreocupado dejé salir a Litten, quien no parecía muy
contento al ser su descanso interrumpido tan rápidamente.
-Ember a... la abominación esa que parece un mimo. -Apunté con un dedo, sin muchas ganas. -Dale que ya llegamos a Mallory.
Qu...e
pa..pa.paso como pasó esto que hicieron o que hicimos yo soy culpable
yo no la quería matar ni si quiera la pude tocar pero el resto y nitta
ella por que pero no los detuve soy culpable yo solo quería proteger a
ibaraki pero por que y como terminamos en esto pero por que esta es la
oscuridad del mundo exterior y yo pensando por que que hemos hecho o que
han hecho en eso siento un balbuseo detrás de mi pero al darle vuelta
solo veía a ibaraki caminado en dirección contraria eso que fue pero aún
pienso en eso.
De pronto aparece Oberon a calmarme y yo le sonreía en respuesta lo mejor será sanarlo el se esforzó mucho
/Inteligencia+MedicinaPokemon/ [dice]0[/dice]
No
podía sacarme de la cabeza lo ocurrido pero espero que seguir pueda
ayudarme a olvidar pero hay algo claro en mi mente no puedo confiar en
nadie del grupo pensaba en nitta pero no se que pensar de ella ahora
seguimos a la siguiente habitación que parecía un bosque en una caja y
no escontramos con dos chica nuevas lista para desafiarnos pero lo mejor
será preguntarles algo - señoritas ustedes han firmado algún contrato
para que no podamos llegar contra Mallory- tengo que saber esto antes
que nada pero también debo contribuir pensaba que Pokémon usar al pero
derrepente green salio de su pokebola y antes de decirle algo se lanzó a
tacklear hacia azurril
Siempre
me había jactado de la velocidad de Galahad, desde que lo conocía, de
como a pesar de estar en su forma meteórica podía ser bastante rápido.
Pero se notó que no era suficiente. A pesar de que pude apartarlos el
uno del otro, el cuchillo ya estaba en el abdomen de la mujer. Nadie
puede soportar ese dolor, nadie, mucho menos alguien que estaba herida
previamente desde varios puntos. Sé que mi minior pudo haberle
lastimado, roto un brazo -experiencia que tengo bastante presente-, pero
el impacto no pudo haberla matado, y sin embargo, allí yacía el cuerpo.
Impotencia.
Eso era lo que sentía. No era ni culpa, ni dolor, mucha impotencia, y
pronto comenzó a elevarse dentro de mi la sensación de furia, pero hice
lo posible por controlarlo, no era algo natural en mi. Galahad volvió a
mi lado para intentar calmarme y se volteó al resto. Él también podía
sentirlo, la mirada de desprecio ajena, de desconfianza: 'Tu la golpeaste, fuiste una de las últimas', sí, pero no la única. 'Lastimaste a Maxwell también, eres una traidora', sí, lo hice, en un intento de evitar que cometiera un error. Sacudí
la cabeza, no tenía sentido razonar en esa situación, no iban a
escucharme, y no podía hacer nada realmente ¿Arrojarme dramáticamente a
intentar salvarla? Apenas sé cosas básicas de primeros auxilios y hay
que admitirlo, no había nada que hacer. La experiencia me lo dice.
La muerte tenía ganas de recordarme su existencia bastante seguido.
Levanté
la cabeza y seguí al frente, guiada por el aroma y los rayos de luz,
que bien extrañaba, no soy una persona que disfrute del encierro.
Galahad me siguió pegado a mi cuerpo. Lo conocía, él no sentía culpa
realmente, sus intenciones habían sido buenas, pero cuando desea es
bastante insensible. Alguna vez me dijeron que eso era un sinónimo de
ser fuerte. Detestaba a aquella persona, pero algunas cosas de las que
me había enseñado eran ciertas. -Parece que tendremos que continuar solos -susurré con él al lado.
La
nueva ubicación renovaba un poco el alma. Solo un poco. No pude
apreciarla, y tampoco tuve que hacerlo porque no era la primera vez que
veía un escenario como aquel. Johto estaba lleno de sitios así. Era algo
nostálgico... Estaba cansándome de ver a estar mujeres haciéndose
pasar por jóvenes. Galahad también. Seguramente dentro de su mente
estaba pensando algo así como 'Si tengo que pelear al menos pónganme objetivos de mi interés, así me puedo lucir un poco ante tan bellas damas', pero sabía tan bien como yo que no sería así. Quería que esto se terminara de una vez. -
Gala -le dije a mi minior- tengo un plan pero... -comencé a susurrarle,
lo más cerca posible de lo que fuera su oído. luego de escucharme se
apartó de mi e hizo un montón de sonidos en señal de protesta. Me dió la
espalda enojado, al menos así me animaba un poco, actuando normalmente-
Ok, si no te interesa colaborar asumo no te importará estar tres días
metido en tu pokebola -a veces tenía que tratarlo como un niño, por más
que fuera mayor que yo. Se volteó lentamente y emitió algunos sonidos
más, que podría traducir como 'Pelearé porque me gusta, no porque vaya a participar de tu plan'.
Ambos sabemos bien que lo harás querido, lo sabemos muy bien.
De
un momento a otro, la mujer que había atacado a Ibaraki estaba en el
suelo, perdiendo sangre y cambiando de forma. Finalmente se dejó de
mover.
-Es muy probable que estén involucrándose en algo de lo que no puedan salir. Al igual que ella hizo.- dijo la vieja, cubriendo el cuerpo de su compañera.
No sé en qué momento guardé la cámara. Ya no tenía sentido ésto. En qué me estaba metiendo? "Mientras no haya que matar a nadie..." había
dicho esas palabras anoche, hacía menos de un día. Bajé la mirada y
noté que me temblaban un poco las manos, apenas sentía el cuerpo. Tantos
muertos y nunca vi a alguien morir. Miré al resto pero no podía
distinguir sus expresiones. No entendía por qué sentía culpa también.
Culpa o miedo. Responsabilidad de mandar a otra persona a algo en lo que
me negaba a pesar hace tiempo.
~ flashback ~
El sol de primavera entraba brillante e intenso esa mañana. El muchacho miraba hacia afuera desde la cama deshecha, en la lejanía se distinguía la silueta de la Prism Tower.
-Pasa algo?- preguntó una voz femenina, segundos después entró la chica al cuarto. -Medio tarde para que sigas en la cama.-
El muchacho se volteó a mirarla, el sol reflejado en su piel oscura contrastaba con las rastas rosadas y la remera blanca varios talles mayor que ella.
-No tengo derecho a quedarme dormido de vez en cuando?- Formó una sonrisa que no llegó a sus ojos.
La chica se apoyó en el marco de la puerta. -Lo que no tenés derecho es a mentirme tan descaradamente.- respondió en su característico tono cuando quería decir algo serio pero lo hacía pasar por una broma.
Él se quedó en silencio ante eso.
-Dale, tengo una hora antes de ir al local.- Se sentó a su lado en la cama. -Qué pasa?-
-No sé cómo decir esto sin sonar loco.- murmuró.
-Yachu, ya cruzamos ese puente hace rato.-
Se mordió el labio dudando antes de contestar. -En el gran esquema de las cosas... Creés que nuestras almas valen algo?-
La chica soltó una carcajada pero en seguida recuperó la compostura. -Empezando el día para arriba, al parecer.-
-Es que...- el muchacho bajó la mirada, organizando sus pensamientos -tiene que haber algo como almas, no? Por algo hay fantasmas. Cualquiera puede ver un pokemon fantasma, pero solo yo puedo ver a las personas. Y hay muchos pokemon fantasma más. Y algunos de ellos eran personas. Eso significa que las almas de los pokemon son más fuertes? Que valen más?- Se pasó la mano por el pelo, respirando un poco agitado. -Qué pasa si lo único que le sigue a la vida es quedarse en éste mundo? Sino, quién se queda? La mayoría de la gente cree que fuimos creados por un pokemon. Qué dice eso de nosotros?-
-La mayoría de la gente...- repitió luego de unos segundos, -como yo?-
El muchacho suspiró. -Sabés que no quise decir eso.-
-Mirá, a mí me enseñaron que estábamos bastante bajos en la jerarquía, lo que es medio gracioso cuando lo pensás bien.- se rió. El muchacho intentó devolverle la sonrisa, aunque se veía claramente angustiado todavía. -Pero no podes dejar que esas preguntas te pongan así.- Tomó su mano. -Tenemos valor sin importar qué pase después de nuestra vida.-
-Y entonces qué haces?- respondió, su voz aún tensa.
-En algún punto... todos creemos lo que nos haga sentir mejor. Ya sea porque queremos creer que todo tiene un significado o porque queremos creer que no hay retribución por las cosas que hacemos.-
El muchacho hizo una mueca. -Bueno, tampoco es que creo que no hay NINGUNA consecuencia solo porque no existe un dios--
-Ya sé, ya sé, no voy a fingir que entiendo el quilombo de creencias que te armaste por tus poderes.- Hizo un ademán con la mano libre. -A eso voy, no podés forzar algo que no te cierre, no importa lo que te diga. Yo quiero creer que mi hermana está en un mejor lugar, no te parece?-
Él se quedó en silencio, mirando sus dedos enlazados.
-Supongo.- soltó por lo bajo después de unos segundos.
-Dale, arriba.- dijo la chica en un tono más alegre. -Encontré una receta de panqueques que te va a encantar!-
Le dio un beso en la mejilla y salió del cuarto. El muchacho se quedó mirando la puerta un rato, y respiró profundo antes de seguirla.
~ fin ~
Me gustaría creer en algo así ahora mismo.
La sala siguiente no ayudó a mi estado, la luz y los árboles hacían que todo pareciera aún más como un sueño.
Las
chicas que nos recibieron dijeron algo, creo que mencionaron a la
anterior. Intenté concentrarme en lo que estaba pasando pero tenía un
nudo en la garganta y un millón de cuestiones que había intentado
ignorar para poder vivir con mis poderes.
Liberaron unos pokemon
en frente nuestros y algunos atacaron. Encontré a Ehre flotando a mi
lado, esperando alguna señal. Había sido una muerte limpia para ella? No
parecía ofendida. Capaz tendría que confiar en su juicio. Le asentí,
sin saber qué hacer, y ella volvió a producir ése sonido metálico, esta
vez hacia ambos bichos.
Todo
pasaba en cámara lenta y mi mente volaba a mil calculando las
posibilidades. Si solamente cortaba un tendón que evitará que se moviera
con libertad podría evitar que la chica se moviera, en el peor de los
casos la sanaría, si eso haría, usaría la medicina para curarla y
terminariamos con el asunto. Con este pensamiento me lancé hacia
Rosamary, pero el mundo a veces no nos sonríe, y lo que pasó a
continuación… me atormentara lo que me queda de vida.
Ya sea por
mala suerte o cosa del destino Rosamary había resbalado y el arma blanca
le había perforado el estómago. La chica se tomo el vientre con ambas
manos y yo simplemente solté el arma asustado, inmediatamente un golpe
con una fuerza descomunal me dio de lleno y rode como si fuera un muñeco
de trapo, creo que rodé una vueltas por el piso hasta que me detuve,
era Galahad.
Me levante lo mas rapido que me dieron las piernas y corrí hasta Rosemary.
-
Mierda, mierda, mierda, solo tengo que llegar hasta ella y cerrar la
herida, solo me tengo que acercar y concentrarme, solo tengo que hacer
eso, solo eso- me decia desesperadamente, aunque sabía que era
imposible. Cuando llegué ya era tarde la chica había vuelto a su forma
original y la vida se había escapado de sus ojos. Tras eso, una luz
apareció y ambas habían desaparecido.
Toda mi preparación, todos mis conocimientos no habían servido para nada.
Entonces
entendí la actitud de Nitta y porque me había golpeado. Ella quería
evitar lo que había pasado, quería que no cometiera semejante error,
quería arreglar las cosas de otra forma y yo había actuado
impulsivamente, y este era el resultado.
Me quedé ahí sentado mirando la mancha escarlata donde estaba el cuchillo ahora tirado, absorto en mis pensamientos.
-Nitta yo…-
intenté mascullar, me había olvidado del señorita, quería decirle que
no era mi intención, que me perdonara, que solo quería ayudar a Ibaraki,
que ella nos había atacado y la hubiese matado si no haciamos nada,
pero sabía que era una verdad a medias.
No la culpaba, es más, le agradeció por haberlo intentado.
Todos
siguieron como si nada, parecía que no les afectaba en los más mínimo,
pero habíamos matado una persona, es decir yo había matado una persona.
¿Valia mas la vida de Ibaraki que la de esa mujer?.No lo sabia, lo unico
que entendia era que no me podia mover, seguía ahí sentado, esperando
que alguien me salvara, que me sacara de ahí.
Caí en un abismo
negro y solo podía ver lo que pasaba por una pequeña ventana. Usando
toda mi fuerza de voluntad pude decir tres palabras.
-Yo los alcanzo…
Y me quedé ahí sentado mirando como todos se perdían entre la luz de la nueva puerta.
-Hey, doc.- Ian se habia dado vuelta antes de cruzar la puerta. - Es peligroso quedarse solo ahi.
- Dijo el muchacho sin mas mientras caminaba hacia la habitacion. El
grupo habia comenzado a combatir contra las dos nuevas rivales, pero
estaban en silencio.
El Mr. Mime de Lilith habia recibido dos
fuertes golpes, mientras que el Azumarill parecia estar menos dañado.
Los petalos de cerezo caian por todo el lugar, cayendo tambien sobre los
entrenadores y sus Pokemon. Las entrenadoras del gimnasio sonreian,
ajenas a lo que habia pasado en el cuarto anterior, sin aquella mirada
sadica de las dos personas que habian encontrado antes. Si bien los
entrenadores atacaron al mismo tiempo, en un principio se los veia poco
coordinados.
-Hey, eso de antes fue muy valiente, un dia de estos vamos a tener que pedirle clases de combate a Ibaraki, de todas maneras..- Dijo el muchacho del gorro poniendo su mano sobre Mint. - Algo
me dice que eso iba a ocurrir de una forma o de otra. Nos atacaron a
matar, ella se resbalo intentando defenderse y empeoro el golpe...pero
si no fuera asi, les aseguro que ahora mismo estaria tratando de
matarnos. - Dijo el muchacho mientras se ponia a silbar como habia
hecho antes. El grupo se sintio algo mas relajado, ayudado porque
Maxwell comenzo a salir del cuarto anterior y se unio a la batalla.
El
sonido metalco del Honedge de Yannick barrio con los dos Pokemon del
frente, dejandolos al raz del piso, mientras el Minior de Nitta
comenzaba a girar sobre si mismo. Los demas ataques dieron directamente
con los oponentes, con algo mas de coordinacion que antes.
Los
oponentes se reagruparon y comenzaron su ataque una vez que las
entrenadoras analizaron a quienes atacar primero. El Mr. Mime se lanzo
primero impulsado con fuerza, moviendo sus brazos, a su alrededor
comenzaron a aparecer varias hojas de color brillante. Las hojas
danzaron y se lanzaron directamente hacia el Minior que aun estaba
defendiendose. Un segundo antes del impacto, el Whisbur de Ian se
interpuso en el ataque.
-Gregory, cubri!
- El Pokemon del musico recibio el ataque y luego volvio junto con su
entrenador. El Azumarill cargo contra el Litten de Nico, corriendo
directamente y comenzado a emitir un destello azul tras el.
//Aqua Tail 30 (+10) + 40 // [dice]0[/dice]
+1 dado por Huge Power
[dice]1[/dice]
Tras
los arboles, los entrenadores vieron un puente rojo, que conducia al
estadio principal. El puente, hermosamente decorado, conectaba esa parte
de la arena con la parte principal, rodeada por un hermoso y cristalino
arroyo interno. En medio del puente, parada y observando la pelea,
pudieron ver casi como si fuera un espejismo, a la Lider de Laverre.
Mallory estaba observando la pelea, con su rostro clavado en los
entrenadores.
La
batalla comenzó, teniamos ventaja numérica pero por alguna razón no
podia dejar de sentirme incomoda, podria ser el evento previo, todavia
no lograba quitarlo completamente de mi mente, pero no, era algo más,
era como cuando vimos a Mallory fuera del gimnacio, instintivamente
quise mirar a los alrededores para confirmarlo, pero logré evitarlo, si
era cierto y se encontraba cerca, corria riesgo de perder la compostura,
de nuevo, si sumaba eso al estres mental que tenia ahora seria
demaciado, no lo soportaria.
Hice lo posible para enfocarme en la
pelea, ví al pokemon con peinado de medias atacar con lo que parecian
hojas mientras Gregory se interponia, Nicholas levantó una mano que parecia brillar,
apuntando al otro pokemon, este último se lanzó al ataque contra el
gato que habia liberado Nico, el cacheton violeta se veia cansado, era
momento de frenar al otro, necesitabamos terminar rápido, necesitaba
fuerza, no era una situación de vida o muerte como la anterior, ni como
otras que ya habia vivido, pero era vital terminar esto y seguir.
Nunca
habria pensado que esperaria esto, siempre pasó cuando perdia el
control o cuando mi vida o la de Baraddur estubo en riesgo, algo en mi
se activaba y Baraddur ganaba una fuerza que no podia explicar, nunca
creí que desearia que eso ocurriera en un momento cualquiera, estaba
dispuesta a aceptar el dolor con tal de poder terminar pronto esto e
irnos, seguir adelante y tratar de dejar atras este gimnacio, un segundo
despues, sentí como mi corazón dió un potente latido, otro y sentí mi
hombro comenzar a arder, llevé mi mano a la zona instintivamente, otro
latido y no pude evitar dar un grito de dolor. Baraddur volteó,
reocupación en sus ojos, lo miré, se dió cuenta de que pasaba y asintió.
Respiré profundo y dije...
-Baraddur, Absorb al azul-
Retirando la mano de mi hombro para señalar al conejo redondo, por
suerte, no parecia haber sangre en mi hombro ni mi mano, pero la zona
afectada estaba rojiza, con forma de extrañas marcas.
Por
un momento pensé que el ataque dirigido directamente a Galahad sería
parte de una estrategia enemiga para detener nuestro plan, y en todo
caso si así lo hubiese sido el pequeño pokemon liloso y gracioso de Ian
nos protegió, permitiendo a mi minior completar lo poco que le faltaba
para comenzar con su ataque. -Gracias... por eso -comenté mirando
pero sin voltearme al músico, no sabía si realmente podría dirigirme con
normalidad al resto del grupo, pero si había accedido a ayudarme era
que él, al menos, permanecía de mi lado por ahora.
Galahad emitió
algunos sonidos mientras giraba y se aproximaba lentamente a mi, en
señal de queja, resistiéndose inútilmente a no colaborar. -No te
preocupes -le repetí algo nerviosa- Recuerda -tragué saliva-, un
caballero es capaz de muchas cosas pero con apoyo, ¡de muchas más!
Y
dicho esto, Galahad tomó impulso y salió disparado hacia mi estómago,
el cuál mantenía cubierto con mis brazos y manos, como si intentara
atajarlo para reducir el daño. Del golpe salí algo impulsada hacia atrás
pero logré mantenerme en pie luego de un tropiezo. Era doloroso, pero
sabía que con ello su ataque ganaría más potencia. Mi compañero había
hecho mucho por mi todos estos largos años, tenía que apoyarlo de alguna
manera.
En su fila de ataque seguían el Mr. Mime y el Azumarill.
Dio primero contra el pokemon antropomórfico y al rebotar se dirigió
hacia el roedor/conejo acuático. Por algún motivo esa criatura había
sido parte de algunas de mis pesadillas de pequeña y sentía una culposa
satisfacción en poder devolverle el daño que me había ocasionado
mientras dormía.
Estaba llegando a ese punto... Realmente quería que esto terminara. Había mejores cosas que hacer.
-Doc venga a jugar, no me haga volver a contarlos cada vez que nos movamos.- dije
mientras veía como este se incorporaba a nosotros, el ánimo se había
alivianado un poco más luego del discurso de Ian. Estos chicos tienen
que aprender a abstraer sus sentimientos o van a terminar pasándola muy
mal, la familia de Jamie sabe de sus planes y por lo visto no van a
dudar en arruinarlos.
El resto del grupo había atacado en
conjunto al mimo raro, este se defendió lo mas que pudo pero había
quedado bastante herido por todos nosotros, solo espero que no se nos
pase la mano como recién. Por otro lado el conejo azul se dirigió con
toda hacia el pokemon de chalman, pobre de esa cosa cuando lo alcance el
ataque.
El oso se dio vuelta a mirarme esperando mi orden, solo me limite a asentir y este se lanzó de nuevo al ataque.
No
pude evitar sentir una mirada clavada en nosotros, comencé a mirar para
todos lados buscando qué era lo que me producía esa esa sensación. Me
llevo unos segundos notar a Mallory parada en medio del puente que
seguía, no era nuestros pokemons lo que ella observaba, estaba viéndonos
a nosotros. No puedo evitar pensar que quizás ella sabe lo que pasó
antes, digo, no es como que un charco de sangre sea lo más normal en un
gimnasio.
-Bueno, supongo que solo hay una forma de saberlo.- Dije mientras estiraba mi mano hacia el Azumarill, un brillo verdoso la rodeó, no sé qué tan legal sea pero por otro lado habíamos matado a una mina, ya las reglas habían dejado de tener sentido hace rato.
Indignado.
Esa fue la expresión que noté en el rostro del Litten mientras éste
observaba el devastante que se le venía encima. Aquél huevo de pascua
con patas se había impulsado hacia Taako cubierto en una energía
azulada, y juzgando por la absurda cantidad de poder y velocidad que
tenía no había duda de que si el ataque conectaba, sería letal.
Así
que me sorprendió que indignado fuera la única emoción que mi Pokemon
mostró. Cómo si no pudiera creer que algo tan estúpido y adorable fuera a
matarlo en aquél lugar. Y con esa indignación también había una amarga
aceptación, la de un bicho que sabía que las cosas solían terminar de
esa manera para los que no eran suficientemente fuertes. Dignidad en
muerte era algo con lo que solo los fuertes podían contar.
Sentí
mi cuerpo moverse por sí solo. La indignación del Litten fue reemplazada
por sorpresa cuando me puse frente a él, brazos extendidos hacia los
lados y espalda apuntando al extraño Pokemon azul. No pude evitar reírme
ante lo estupefacto que estaba, al menos hasta que el ataque conectó.
//Resistencia// [dice]0[/dice]
Decir
que fui disparado hacia el suelo hubiera sido una forma simple de
ponerlo. El impacto me dejó completamente sin aire, y mi vista se
oscureció durante unos segundos mientras mi cuerpo era expulsado al otro
rincón de la arena. Caí de cara al suelo, y estoy bastante seguro de
que tragué algo de polvo.
Con dificultad me puse de pie, nunca
olvidando mi sonrisa. En frente mío Litten me miraba con los ojos
abiertos como platos, su cuerpo inmóvil.
-¿Por qué la cara larga? -Susurré, tratando de evitar caer al suelo de nuevo. -Somos compañeros, y hay que cuidarnos las espaldas entre sí.
Mi mirada se dirigió al otro lado de la arena, hacia la lejana figura de Mallory.
-Che, jefa... -Me dirigí a ella, ceño fruncido. -
Perdoná que me metí en la pelea pero creo que te la debemos por los
problemas que nos estuviste dando. Decile a tus chicas que no se zarpen
tanto, mi amigo acá es medio fragil. Ah, y todavía me debes esos tips de
fashion.
Con eso dicho me volteé nuevamente hacia la pelea, y apunté al bicho azul que nos acababa de atacar.
-Devolvámosle un poco de lo que nos dió, Taako. Ember!
Otra
habitación, otra pelea. Me había obligado a mi mismo a moverme después
de la palabras de Ian, pero no podía evitar sentirme así, como una
mierda. La batalla había iniciado en el momento en que pisamos el lugar.
Solamente me senté en un extremo de la arena y Salem se acurrucó a mi lado mientras se refregaba con mi mano buscando cariño.
-Son tan puros- me dije a mi mismo melancolicamente
Los
mire a todos y observe como nico recibia un fuerte golpe del raton azul
que lo dejo empapado, ¿como era que podian estar tan despreocupados de
lo que había pasado? ¿No les importaba? ¿O era yo el anorma?
Entonces
Salem se aparto por su cuenta y se dirigio al combate. Me sorprendio a
el no le gusta pelear en lo mas minimo. Me miro por su pequeño codo un
segundo y despues a los oponentes, abrio su pequeña boca y comenzó a
cantar.
//Sing// [dice]0[/dice]
El siempre cantaba
cuando veía que me sentia desanimado, una melodia dulce, pura y
relajante que me hacia olvidar por un segundo todos mis problemas