La
primer oleada de ataques había dañado a los pokemons de la líder pero
aun se veían fuertes e imponentes, la diferencia de poder entre ella y
nosotros era demasiado evidente. Claramente era digna de su titulo como
líder. Junto con sus dos ayudantes formaban un equipo digno de ser
temido por los que no estuvieran listos, desgraciadamente nosotros
éramos ese caso.
-Que harían ustedes? - Dijo Mallory sin prestar mucha atención al combate.-
Si tuvieran que elegir entre lo que estan obligados a hacer, lo que
quieren hacer y lo que sienten correcto hacer...? Y si las tres cosas
fueran opuestas entre si? Oh, pobre Julia.
Claramente es la
posición en la que me encuentro hoy mismo, mi obligación es cumplir con
el contrato que hicimos con el sombrerero loco mugriento, mi deseo es
irme de este gimnasio tutifruti y de esta región de locos, lo correcto?
Ayudar al idiota enamorado.
El extraño pokemon con flores lanzó
un devastador ataque que prometía asesinar al mío en el mínimo contacto,
sin molestarme a esperar a que el ataque hiciera contacto saque mi
pokeball y regrese al oso. -Nunca tuvimos una chance, verdad?- susurré miraba a mi compañero dentro de la esfera. De verdad tenemos que trabajar para ser mejores.
Me saque los lentes de sol que había robado en la taberna de muerte y fije mi mirada en Mallory. -Qué haría en ese caso? Excelente pregunta.- Contesté a la líder tratando de sonar lo más confiado que pudiera. -Aun que me gustaría saber qué hizo julia.-
El
ataque se nos vino encima antes de que tuvieramos tiempo de reaccionar.
Un estallido de luz que se dirigió hacia todos nuestros Pokemon, con
una fuerza que dudaba alguno de ellos pudiera soportar.
Con un
jadeo de sorpresa levanté la Pokebola de Taako y le apunté con ella. El
rayo de luz roja se dirigió hacia él, pero antes de que pudiera conectar
el Litten saltó de su trayectoria, dirigiéndome una mirada de
indignación que me sorprendió. Volteándose hacia el ataque lo recibió de frente, sus patas delanteras apenas temblando mientras lo golpeó de lleno. Una
vez que se levanté el polvo pude ver que la mayoría habian guardado a
sus Pokemon antes de que el ataque conectara, como yo había intentado.
-Taako...
El
Litten dejó salir un bufido de ira e intentó lanzarle llamas al
Florges, aunque el fuego apenas logró salir de su boca antes de que su
cuerpo se tambaleara. Apenas podía mantenerse de pie. Esta vez la luz de
su Pokebola lo alcanzó sin problema. La miré en mi mano, y fruncí el
ceño.
-Terco de mierda, cómo el dueño. -No pude evitar sonreír.
A
mi alrededor vi como una rendición era inminente, lo cual la verdad no
me sorprendía aunque tenía que admitir que era decepcionante.
-Nunca dije que esto de ser un entrenador fuera lo mío. -Intenté sonreír, guardando la Pokebola de Taako en mi cinturón. -Y sobre lo que nos preguntaste, Mallory. Para mí no existe eso de la obligación, todos tienen la habilidad de elegir. -Me encogí de hombros. -El
problema está entre lo que uno cree que tendría que hacer y lo que
sería más divertido o placentero. Y yo ya sé cual de las dos elegiría
cada vez.
Atacamos
con todo, la pelea no debia durar mucho a este ritmo, gracias al cielo,
no creia poder resistir mucho más la presión del lugar, el polvo y humo
de los ataques se disipaba, revelando... al pokemon de Mallory
practicamente intacto... increible, apenas se lo veia afectado por toda
la oleada de ataques que lo golpeó. Luego comenzó a emitir un resplandor
enceguecedor, tanto que sentí que mis ojos dolian, luego, sentí ese
caracteristico latido de mi corazón, estaba pasando de nuevo,
otro más y sentí mi frente arder, mi cabeza a punto de estallar, el
area afectada por ese extraño suceso era mi frente y parte de mi rostro,
implicaba que Baraddur estaba obteniendo una fuerza fuera de lo común,
como en la pelea anterior, donde drenó al Pokemon azul de las chicas del
gimnacio.
El resplandór desapareció, Baraddur estaba en el campo
de batalla, se lo veia bien, milagrosamente parecia haber resistido el
ataque de luz, pero un segundo despues, colapsó, su cuerpo de arena
comenzó a desmoldarse, su apariencia clásica de monticulo decaia, como
una escultura en ruinas, algunos fragmentos de arena se desprendian, el
Sandygast caresia de fluidos corporales, pero yo sabia que ese era su
equivalente a sangrar, lo habia presenciado más veces de las que me
gustaria recordar.
-Baraddur...-
Dije con una voz debil, sintiendo algo gotear por mi frente, sudor?
sangre?, no importaba, ni me molesté prestar atención a eso, Baraddur,
mi hermano era más importante, corrí hacia el, la pelea olvidada, me
incliné a su lado, como ya suponia, estaba inconciente, intentó
resistir, pero fue inútil, levanté la mirada, vi como algunos tenian
pokeballs en sus manos, regresaron a sus compañeros antes de que el
ataque los golpeara? como no se me ocurrió... busqué desesperadamente la
pokeball de Baraddur en mi bolso y lo regresé -Perdón... perdón...-
Era todo lo que podia decir, como pude dejar la pokeball olvidada en el
fondo de mi bolso de forma tan irresponsable... no, la pregunta era,
como podia recordarla? jamas usaba esa endemoniada cosa, Baraddur era mi
compañero y mi hermano, siempre a mi lado, solo usaba la pokeball
cuando el lo pedia...
//------------------------------------------------------------------------------------ Nota,
no está sangrando, es sudor, pero notan las "marcas como runas" en la
frente y parte de la cara, zona de la sien, no llegan a los cachetes
Un
resplandor me hizo abrir los ojos de golpe. Ehre estaba en el suelo, ni
siquiera su cinto se movía y desde mi lugar podía ver una indentación
en su funda. Se me cortó la respiración, recordando la última vez que había pasado esto.
Era
un imbécil, me había distraído en la pelea por algo completamente
innecesario, un capricho. Ni siquiera había escuchado lo que había dicho
Mallory o mis compañeros. Algo de obligaciones?
El resto no
estaban mucho mejor: habían retraído a sus pokemon, y la rubia estaba al
lado de su Sandygast, desmoronado. La batalla había terminado en dos
turnos, no teníamos chance. Me acerqué a Ehre y pasé mi mano por la
funda, aún caliente donde había golpeado el rayo. Su cinto se movió un
poco y dejé salir un suspiro, estaba bien. Tragué saliva cuándo sentí la
textura de la marca bajo mis dedos, no sabía si eso sanaría
totalmente.
Este no es el tipo de peleas que ella quería... que merecía. La guardé y me quedé mirando la pokeball mientras me ponía de pie. Merecía que la tratara mejor, con más respeto. Que la ayudara a enmendar su pasado.
-No va a volver a pasar.- le murmuré mientras volvía a nuestro lado de la arena, sin siquiera voltear a mirar a Mallory.
El
combate había iniciado bien o eso parecía pero mallory dijo algo antes
que me causaba preocupación (Que harian ustedes? Si tuvieran que elegir
entre lo que estan obligados a hacer, lo que quieren hacer y lo que
sienten correcto hacer...? Y si las tres cosas fueran opuestas entre si?
Oh, pobre Julia. ) Osea que Julia puede estar en peligro en se metió o
mejor dicho en que nos metimos.
Mientras pensaba Mallory y sus
ayudantes hicieron su movida solo le tomo segundos mostrar su nivel con
un solo movimiento terminaría todo pero no podía ver a kaeru sufrir por
mi negligencia debí seguir mi camino lo debi dejar esto cuando supe que
era peligroso yo un inútil contra la líder o contra un complot secreto “
jajajajaja” eso diría mi familia pero yo soy quien te trajo a esto tú
no lo mereces kaeru, lo meti en su pokebola y lo saque de nuevo en mis
brazos le dije- tranquilo solo no quiero que te lastimes en vano mi
amigo- y le dije a Mallory- lo siento pero ni ganarte ni la información
no valen que mi amigo sufra en vano-.
El
calor de la batalla se habia apagado tan rapido como la luz lanzada por
el Florges habia arrazado. Los entrenadores detuvieron el combate como
pudieron, victimas del repentino golpe de realidad. La lider, quedo con
su expresion indecifrable mientras los jovenes regresaban a sus Pokemon,
frustrados y enojados con ellos mismos en algunos casos, resignados en
otros. La lider dio un paso al frente mientras sus asistentes regresaban
a sus Pokemon al combate. La pared de energia se deshizo al tacto con
la Lider mientras caminaba en el deteriorado campo de batalla. Entonces
sucedio lo que no esperaban: La lider les sonreia.
-Sus instintos no estan equivocados. .-
Mallory paso su mirada de cristalino color por cada uno de los
entrenadores. Luego su sonrisa desaparecio y volvio a su expresion
habitual, sin emociones.- Somos 8 Lideres en
Kalos. Todos tenemos un equipo de Pokemon dependiendo de que tipo de
retador viene. El equipo que use con ustedes, es de nivel medio. Sabia
que no estaban a ese nivel, pero queria que entiendan la leccion mas
importante de todas: Saber cuando dar un paso atras. No me decepcionan.
Se podria decir que concidero eso una victoria de su parte. - Las
asistentes de Mallory hicieron una seña a los jovenes para que estos la
sigan. La Lider se dirigia a un cuarto pasando unas amplias escaleras de
marmol al final del estadio.
La escalera conducia a una
habitacion muy elegante, un ventanal cubria toda la pared, y desde lo
alto del arbol donde estaba aquel Gimnasio, se podia ver todo Laverre,
incluso gran parte de Kalos. Habia una biblioteca enorme que cubria toda
la pared opuesta al ventanal, en donde se encontraba la puerta en donde
los entrenadores entraron.
-Julia.
- Dijo la lider, sentandose en una pequeña silla ornamentada frente al
ventanal y delante de una mesa redonda. En aquella pequeña mesa reposaba
una tetera, unos cuantos libros y una caja de madera. - Diganme...que
los convencio de seguir las pistas del joven Gautier? No parecen estar
solo por el dinero. Si asi fuera, no los juzgaria. Pero algo me dice
que...es otra cosa. - La Lider contemplo la vision de toda su
ciudad y calmadamente agarro la caja de madera. Se acerco a Nicholas,
que estaba mas cerca, y le extendio la caja. Con duda y algo de temor,
el entrenador abrio la caja.
-Guardadores...-
-Julia
era miembro de un selecto grupo. Los Guardadores son casi una leyenda.
Viajan por el mundo, recolectan leyendas, religiones, historia...desde
tiempos inmemoriales. Su tarea era registrar leyendas perdidas en esas
ruinas. Esa joven Guardadora vino a mi, pidiendo informacion de la
familia Gautier. Una familia muy rica, que de algun modo se hizo con una
exquisita pieza de coleccion...unas ruinas perdidas de un templo muy
antiguo. Pero para Julia esa pieza era mas que un adornor, y se
obseciono por conseguirla. Ahi conocio al joven Jaime.
Dentro de la caja, habia algo mas. Una esfera negra y verde. La DuskBall
se abrio al insante al sentir movimiento en el exterior de la caja. Un
rayo de energia violeta libero una pequeña criatura. Los entrenadores
solo habian oido hablar de ellas en leyendas, en escrituras olvidadas y
en museos. La criatura brillo un segundo, y todos vieron una imagen en
su cabeza por un segundo.
El
Unown se quedo plantado frente a los entrenadores. Habia dejado de
emitir aquel resplandor. Su ojo los miraba de una forma que pudieron
interpretar al instante: Buscaba a su dueña, buscaba a Julia tambien.
-Ella
me entrego esta caja antes de ir a hablar con la Asamblea. El ultimo
dia que vio a Jaime. No me dijo si recupero la tabla de escrituras de la
mansion Gautier. Quizas eso hizo y regreso a su vida de Guardadora sin
mas...o quizas...- Mallory hablaba para si misma mas que para los
entrenadores. Se detuvo y miro al Unown que aun daba vueltas alrededor
del grupo de entrenadores. - Todo lo demas que Julia transcribio esta con los Guardadores. Ninguna persona que no sea de esa secta jamas piso su Asamblea.
El
combate finalizo con una retirada unánime al parecer esa era la opción
correcta pues Mallory le agrado nuestra decisión nos mirábamos kaeru y
yo no entendíamos que pasaba pero dedimos seguir con la situación
seguimos a la líder.
Llegamos a la más hermosa biblioteca que
haya visto quería examinar cada libro de punta a punta entonces la líder
reveló una caja en la que había una pokeball y también nos mostró una
carta la leí y me alerte kaeru también entendía que esto era enserio
pero me despertó mi curiosidad de investigador decidí examinar la carta
con más atención.
/Investigación+logica/ [dice]0[/dice]
Mientras
examinaba la carta veía al Pokémon de la pokeball de recién un unown U
era increíble yo quiero uno parece que le pertenece a Julia tal vez
debamos llevárselo pero mejor no digo nada y sigo viendo la carta tal
vez halla algo util.
Mallory
dijo algo luego de terminada la pelea, al parecer dijo algo como que
era una prueba, que más daba, Baraddur estaba herido, por mi culpa,
queria irme de ahí, ir a un Pokemon Center y que curaran a mi hermano,
era lo único que me importaba ahora, miré al grupo, todos habian
guardado a sus Pokemon y guardado sus pokeball, claro, el dispositivo
era la herramienta básica de los trainer, habia visto usarlas muchas
veces, pero para mi habia sido una molestia... en realidad no, solo era
algo para que Baraddur no pudiera ser capturado por algún entrenador que
pasara por el bosque y lo viera, desde mi punto de vista, no era más
que eso, una seguridad... supongo que era hora de empezar a usarla como
corresponde, deberia tenerla más a mano, más ahora que mi querido
compañero estaba en ella. Intenté ubicarla en mi cinturón, recordaba que
algunos de los patanes del Lost Hotel llevaban sus pokeballs a la
vista, pegadas a sus cinturones, jamás me habia preguntado como lo
hacian, pero ahora era cuando, logré hacerlo, era de hecho muy simple, y
sin más me levanté, Mallory y el grupo habian comenzado a moverse.
Una
vez en la nueva habiación donde nos encontramos, Mallory procedió a
darle una caja a Nicholas, contenia un papel y una pokeball de colores
raros. Algunos se pusieron a intentar leer lo que parecia ser una carta,
mientras de la pokeball salió un pokemon muy extraño, no se parecia a
ningún pokemon que halla visto antes, seria tal vez algún Pokemon
legendario? No era importante realmente, estaba más preocupada por
Baraddur, inconcientemente me encontraba acariciando su pokeball, ahora
fija en mi cinturon.
El pokemon misterioso al parecer era
psiquico, dado que mostró unas imagenes en mi cabeza, imagenes de lo que
parecia ser el y Julia, la runa flotante al parecer queria mucho a su
compañera, podia simpatisar con el sentimiento, pero mis preocupaciones
eran otras de momento.
La
resistencia que Galahad opuso al final de todo no fue tanta. Cuando
giró a mi alrededor antes de comenzar esa última batalla me imaginé cuál
era el problema: estaba molesto porque quería irse a dormir. Dicho y
hecho, eso hacía cuando observé su pokebola una vez la conmoción había
pasado. Supongo que sucumbió ante el sueño muy rápido no solo por el
cansancio, sino porque así no podía pensar en su derrota.
Los
consejos que daba Mallory, que ahora nos sonreía, podrían bien aplicarse
a mi minior, pero también a mi. Era difícil dar un paso atrás cuando tu
voluntad solo quiere ir adelante. Guardé el objeto que tenía en mis
manos dentro de uno de mis pequeños bolsos. Suspiré aliviada, parecía
que por fin tendríamos un momento de calma después de lo que había
pasado en la última hora. Recordé el cuerpo de Rosemary y un pequeño
escalofrío recorrió mi espalda. No era momento de pensar en ello. Luego,
más tarde, fuera del gimnasio, lejos de todo.
No presté mucha
atención al resto y me detuve a observar el sitio. Cuando subimos y nos
encontramos frente a aquel enorme ventanal, me aproximé a este no solo
para apreciar la vista, sino para ver si podía recuperar una noción de
dónde nos encontrábamos. Logré distinguir lo que parecían ser algunas
rutas, incluyendo por la que vinimos. Esperaba que esas imágenes
quedaran bien guardadas en mi memoria y que pudiera darles uso luego. La
voz de Mallory me sacó de mis pensamientos y me incorporé al resto. No
pude ver el momento en que había sacado la caja, ya estaba abierta y en
manos de Nicholas, creo que todo el grupo se colocó a su alrededor para
leer la carta en lo que la líder de gimnasio continuaba con la historia. No
había escuchado nunca aquel nombre...'Guardadores'. Tenía sentido si
eran una suerte de agrupación secreta. Pero algo me decía que más de una
vez los tuve que haber tenido cerca. Sí, sentía como si así hubiese
sido. Alguna mirada que intercambié alguna vez, alguna palabra,
inclusive haber chocado con alguno de ellos cuando era más joven...
Sentía como si mi mente me quería llevar a algún recuerdo... cerré los
ojos intentando facilitarle la tarea pero una imagen que evidentemente
no era mía me desconcentró, acompañada de un fuerte resplandor. Elevé mi
mirada para buscar la fuente y no esperaba encontrarme con lo que allí
estaba.
-Unown... -susurré. No le presté atención a lo que decía
Mallory, en ese momento para mi solo existía ese pokemon. Lo noté
angustiado, su vista iba a un lado al otro y giraba alrededor nuestro,
mi cuerpo y mirada lo seguían, no quería perderle el rastro por más que
era poco probable que se alejara. Estaba buscando a su compañera-
Debería estar muy feliz de verte -comencé a decir al observarlo- pero
viéndote así... no puedo evitar sentir mucha tristeza.. No sabía si
él iba a responder o si siquiera me estaba escuchando. Pronto imaginé a
Galahad en esa misma situación, solo, buscándome, aunque... pensándolo,
él seguramente en vez de girar alrededor de un grupo de desconocidos se
los hubiera llevado por delante en lo que me buscaba. Sí, no me
sorprendería que hubiera más de una fractura de huesos en el proceso.
Fuera
como fuera, sentí el impulso de sacar al minior de su pokebola.
Detestaba interrumpir su sueño, pero creía que esto era importante, así
que procedí. Al salir Galahad cayó como peso muerto al suelo haciendo un ruido notable. -Perdón por eso -pedí disculpas a la líder, o a quien fuera que estuviera hablando en aquel momento. Enseguida
tomó flote y soltó un largo sonido, similar a un bostezo. Se me acercó
lentamente, seguramente el rostro tras su corteza no era para nada
amigable. -No te enojes, no te enojes, esto es importante. Mira
-señalé al unown- ¿Recuerdas cuando íbamos a las ruinas Alfa y te
enseñaba las inscripciones en la pared? Te decía que esos eran pokemon
que estaban protegiendo el sitio, pero te ibas flotando para otro lado
porque te aburría. En esta ocasión, su interés no era poco. Galahad
observó a la pequeña criatura en silencio y luego se giró a mirarme,
para observar mi rostro que reflejaba una dicha enorme, los ojos
iluminado. Era el rostro de una mujer que estaba realizando uno de sus
sueños de niña. Me tomó por sorpresa. En un segundo apareció a un
lado del unown, mirándolo y emitiendo sonidos, intentando comunicarse.
No creo que la criatura le interesara realmente, sino que lo que le
importaba saber era... ¿Qué tenía tan de maravilloso para mi una letra
flotante?
Reí ligeramente ante lo peculiar de la situación. La
edad debía estar comenzándole a jugar en contra al caballero, que no
recordaba todo lo que le había enseñado en el pasado.
Las
respuestas llegaron de forma inesperada, cómo estas solían hacer, y yo
simplemente me quedé quieto escuchando la explicación entera y leyendo
de reojo la carta que ahora Mint tenía en sus manos. Tuve que observarla
durante un buen rato para descifrar lo que decía porque en serio, que
mierda le pasó al papel.
Los contenidos de la carta no eran
importantes. Tampoco lo era la misión de Julia o el Pokemon
aparentemente legendario que flotaba en frente nuestro de forma casi
mística. No tenía ningun tipo de contexto, nada que hiciera que me
importara los detalles de esta nueva revelación, y eso me puso tan feliz
que podría haber llorado. Casi.
Estos últimos días me había
sentido demasiado involucrado con estos quilombos, hasta el punto en el
que sentía una mínima cantidad de preocupación por la hija de
Thernadier, la cual no era parte de nuestro grupo. Y eso no era bueno;
las únicas personas dignas de mi afección eran aquellas que estaban
paradas alrededor mío, aquellas que habían peleado a mi lado desde que
nos encontramos en aquel colectivo. Todos los demás eran poco
importantes, sólo memorias distantes sin nombre que apenas tenía que
fingir conocer hasta que consiguiera lo que necesitaba.
Tenía que
volver a aquello que me prometí a mí mismo. Por fin las cosas habían
comenzado a salir bien; era parte de algo legendario, algo de lo que muy
pocos podrían alardear. La naturaleza en sí de la aventura me daba
igual; mientras yo y mis nuevos amigos terminaramos siendo parte de ella
yo aceptaría cualquier contrato, cualquier demanda mientras ésta no sea
lo suficientemente inhumana.
-Por dinero, ¿Eh? -Pregunté, poniendo las manos detrás de la cabeza y sonriendo. -Tenés razon Mallory, la verdad eso no me interesa en lo más mínimo. Lo que estoy buscando...
//Flashback//
La puerta del departamento se abrió, dando lugar a un joven de cabello
marrón y puntiagudo vistiendo un chal. Entró a la habitación con paso
feliz y una enorme sonrisa en su cara. La luz del pasillo apenas ilúmino
el interior; la mitad derecha del lugar se encontraba limpia y
brillante, mientras que la otra estaba sucia y llena de cosas alrededor
del piso. En esta última se hallaba una mujer ligeramente mayor que el
joven, sentada en un puff y bebiendo de una botella de vino.
-Te tardaste hoy. -Habló la mujer, frustración reflejándose en su voz. -Ya no hay más comida.
Nico se encogió de hombros, entrando a la habitación y apoyándose contra la pared, aún mostrando una sonrisa.
-No hay problema, siempre puedo comer mañana. -Se llevó una mano por el pelo, dejando salir un suspiro. -Que día complicado... no tuve muchos espectadores hoy, puede que sea por el clima feo.
La
mujer frunció el ceño en su dirección, y su mirada reflejó suficiente
odio para paralizar a un Tyranitar. Nico no pareció darse cuenta, o
quizá lo ignoró.
-¿A quién te pensás que estás engañando? -Preguntó, vaciando el resto de la botella. -
¿En serio crees que la gente va a verte planear cómo un Emolga idiota
alrededor de la torre de Lumiose? Seguro la mayoría se cansó de ver tus
estupideces más de una vez.
Nico dejó salir una carcajada aguda, lo cual estremeció a la mujer quien no esperaba aquella reacción.
-Ah, Mari... -Negó con la cabeza. -¿Siempre mala onda, eh? ¡Eso te va a hacer mal a la piel!
Las manos de la mujer se cerraron en un puño.
-Dios, cómo odio esa sonrisa roñosa, no importa lo que haga siempre está ahí cuando te miro. Me pone enferma... -Su mirada se alejó del muchacho, hacia la pared contraria. -
No entiendo que estás tratando de lograr. Toda la gente a la que nos
acercamos se termina enterando del tipo de personas que somos, ¿Para qué
seguís intentando? No entiendo...
La sonrisa del joven
tembló durante un instante casi imperceptible, aunque la mujer no logró
notarlo. Nico dejó salir un suspiro y sus ojos reflejaron algo dificil
de determinar. Algo profundo y oscuro y no enteramente placentero.
-Es una lástima que te hayas rendido ya... -Negó una vez más con la cabeza, manos en su cintura. -Supongo que no puedo contar más con vos.
Los ojos de ambos se encontraron, y la sonrisa de Nico envió un escalofrío violento a través del cuerpo de la mujer.
-¿Ya te olvidaste? -Preguntó, voz jovial. -Gente como nosotros... estamos desnudos sin nuestra sonrisa. Te haría bien recordarlo antes de que el mundo se olvide de vos.
//Fin Flashback//
-Lo que estoy buscando... -Bajé la mirada hacia el piso, tratando de mantener aquella sensación fría fuera de mí. -Es que la gente conozca mi nombre. Nada más, nada menos.
Mallory
nos sonrió y felicitó nuestra... sensatez supongo. No esperaba esa
reacción de ella. Cuando levanté la mirada la vi: A sus espaldas había
una mariposa enorme, con el mismo porte real que ella; los colores
violetas y lilas de sus alas parecían reflejar la luz del techo de
manera imposible, coronándola con unos destellos dorados y rojos en las
puntas.
-Seh, ni a nivel medio llegábamos.- me
reí desganado por lo bajo. Hasta a mí me costaba creer en un pokemon
definiendo como sería una persona, pero podía darme cuenta cuando una
persona estaba "en sintonía" con su Estrella.
Para mi sorpresa
nos guió a una habitación que daba a todo Laverre y sus alrededores para
hablar de lo que le habíamos pedido. Siempre me había preguntado cómo
sería la vista desde acá, el gimnasio era mucho mas grande de lo que
parecía por afuera. Mientras intentaba reconocer calles y negocios desde
esta perspectiva, Mallory comenzó a hablar. Por qué seguía interesado en esto? Plata
principalmente, sí, pero eso no alcanzaba para lo que acabábamos de
pasar. No sabía realmente. Era una excusa para viajar y tener algo que
hacer, aunque no necesariamente lo que tenía en mente cuando me fui de
casa. Capaz estaba medio cansado de andar solo. -Conveniencia y curiosidad, supongo.- dije más bien tratando de explicármelo a mí mismo.
Y
como para agregar a éso último, la Líder le entregó una caja a Frost.
Mientras veíamos la carta en su interior, se puso a explicar sobre los
"Guardadores" y el rol de Julia. Así que no todo era flores y corazones
para la chica de Jaime.. No lo podía culpar por el mal gusto, Arceus
sabe que he tenido situaciones chotas. Aunque con menos conspiración
apocalíptica.
Una pokeball extraña que no había notado en la
caja comenzó a moverse y liberó un bicho bastante raro. Me sonaba
haberlo visto antes, tanto como las runas con las que Julia había
escrito su nombre en la carta. En un flash, una imagen apareció en mi
mente, y al parecer en la de todos; era el compañero del que ella había
escrito, y la buscaba. No era sólo la memoria visual, fue acompañada por
un sentimiento de anhelo por un reencuentro. Uno que no sucedería
pronto. Me froté los ojos con los dedos y suprimí un escalofrío, hacía
tiempo que no se me metía algo en la cabeza, fea experiencia.
Después
de todo, Mallory había resultado ser confidente de Julia y la familia
de Jaime tenía razones de sobra para querer que nadie la busque.
-Ninguna persona que no sea de esa secta jamas pisó su Asamblea.-
finalizó la mujer. Bien exclusivos. Me quedé analizando todo lo que nos
acababa de revelar. Primero tendríamos que ir a contarle ésto al pibe y
ver si seguía interesado en encontrar a Julia. Pero si insistía...
Tomé aire y decidí. Sí, dale, ya dijiste que cruzaste el horizonte hace rato.
-Y usted sabría dónde empezar a buscarlos?- pregunté a la Líder.
Guarde
mis lentes nuevamente mientras seguía a Mallory por las escaleras junto
con el resto del grupo, sus palabras aun resonaban en mi cabeza, si ese
había sido su poder en nivel medio no quiero imaginar cual será su
verdadero poder. Caminamos unos cuantos escalones hasta llegar a una
habitación, debe ser la única de todo este lugar que me resultaba
atractiva con la hermosa viste de Kalos desde el ventanal, casi hacia
que no odiaría tanto a este lugar lleno de locos.
-
Diganme...que los convencio de seguir las pistas del joven Gautier? No
parecen estar solo por el dinero. Si asi fuera, no los juzgaria. Pero
algo me dice que...es otra cosa.- preguntó ella mientras veía por el ventanal.
En
mi caso el dinero nunca había sido una opción, mi instinto de
supervivencia era lo que me había llevado a aceptar la oferta de la
banda de vagabundos, no tenía un deseo mas altruista que salvarme a mi
mismo, ya esas ideas habían quedado enterradas meses atrás tuve mi
accidente.
La mujer tomó una caja de madera y me la entregó, no
pude evitar sentir desconfianza mientras la abría, las cabezas de mis
compañeros se me acercaron por encima y debajo de los hombros, con estos
idiotas cerca seguro si era una bomba o algo estaríamos todos muertos,
no pude evitar aclarar mi garganta, haciendo que todos ellos
retrocedieran un poco. Esta gente necesita urgente el concepto de
espacio personal y seguridad. Me calme al ver que solo había una carta
en ella, de nuevo todos se acercaron, no pude evitar negar levemente con
la cabeza mientras miraba para arriba.
Termine de leer la carta
bastante sorprendido, guardadores? En carajo nos estábamos metiendo? La
líder comenzó a explicarnos más acerca de la extraña orden, lo que
hacían y más importante, cómo jamie y su familia se habían metido en
todo eso. Se ve que habían comprado o robado algo que no debían y ahora
quieren cubrir sus huellas, eso explicaría la negación a su relación con
Julia. Aunque ahora podía ver exactamente lo que la Líder nos había
preguntado, el deber de la mujer como guardadora, su preocupación sobre
el descubrimiento que hizo y, lo que me hace vomitar, su amor hacia
Jamie. Definitivamente esta chica iba a necesitar hacer terapia con todo
eso.
La caja volvió a agitarse y dirigí mi mirada de
inmediato a ella, una dusk ball que no había visto se acababa de abrir,
de ella salió un pokemon que hacía años había visto en libros, un unown.
La extraña criatura nos emitió mentalmente una imagen de ella con
Julia, por lo visto en otras épocas habían sido compañeros. Tome la
pokeball de la criatura y me la quede mirando por unos segundos, casi me
daba lástima buscando a su compañera. Por otra parte, esto no podía ser
casualidad, julia seguro había dejado con este unown como un plan de
contingencia para encontrarla.
-Por lo menos encontró una letra de su nombre.-
Dije, el extraño pokemon continuo flotando alrededor de nosotros
mientras roomie le preguntaba a Mallory donde estaba la secta diabólica a
la que Julia pertenecía.-Y que hay de vos pequeña letra voladora? Sabes donde esta esa secta?- Le pregunte a la “U” voladora, quizás le hubiera ofrecido comida pero no veo que sea físicamente posible para esta cosa comer.
No puedo evitar sentir que nos estamos metiendo en algo que es mayor a nosotros.
“Diganme...que los convenció de seguir las pistas del joven Gautier? - nos preguntó Mallorie.
//Flashback//
La
luz anaranjada del crepúsculo acariciaba todo Goldenrod y como si fuera
el pincel de un artista, se encargaba de darle color al lienzo que era
la ciudad. Las calles y edificios habían perdido su característico color
blanquecino y mostraban orgullosamente los tonos cálidos que
acompañaban esa “hora dorada”. Para el que sabía escuchar, el ruido que
caracterizaba la jungla de asfalto se apagaba por unos minutos, y se
podía disfrutar de un silencio exquisito que relajaba todos los
sentidos, mientras los últimos rayos de sol brindaban un poco de su
calidez, que no era sofocante como al mediodía ni tan poco que creara un
frio en el cuerpo.
La torre de radio se cernía imponente en
medio de la ciudad, con sus cientos de pisos y sus grandes torres de
transmisión. Una maravilla arquitectónica para algunos, una forma de
entretenerse para otros, pero para Maxwell era otra cosa, representaba
el único lugar en el que podía disfrutar de ese conjunto de sensaciones,
que solamente le podía brindar Goldenrod. Ahí sentado en la cornisa del
anteúltimo piso de aquella torre, mientras leía un libro se sentía en
paz.
Ese era el momento que más le gustaba a Maxwell, más que
cualquier otra cosa en el mundo, pero estaba incompleto y el sabia
porque.
De pronto un joven de cabello negro asomo su cabeza desde
el techo del edificio y se deslizó por las ventanas hasta sentarse
justo al lado del joven.
-¿Me extrañaste?- le dijo con una sonrisa sarcástica. -Puf, no concibo la vida sin vos- le dijo, cerrando el libro y poniéndolo a un lado. El joven recién llegado metió su mano en la campera, y sacó un envoltorio algo mojado que le entregó a Max. -
Toma tu helado, y te aviso que no bajo mas cien pisos para conseguirte
uno, fuma como una persona normal- le dijo mientras sacaba un cigarrillo
del bolsillo, se lo llevaba a la boca y lo encendía haciendo reparito
con una mano. -Nunca voy a fumar, no ves que es malo para la salud- le dijo mirando la puesta de sol. -
Ya, ya, solo los populares como yo lo hacemos y los nerds como vos,
toman helado de aranja- le dijo mientras exhalaba una bocanada de humo. -Este nerd, al menos no va a tener cáncer cuando tenga treinta- dijo con una sonrisa malévola y dándole una lamida al helado. -
Ya, igual de eso no me preocupo- dijo mientras tiraba algo de ceniza por
la cornisa- Voy a tener al mejor medico a mi disposición- dijo riendo. -Primero me tienen que aceptar- comentó señalando un gigante campus a la distancia. -Bueno, hablando de eso…- el joven dejó el cigarrillo y volvió a meter la mano en la campera de la que sacó una carta arrugada.
“Universidad Privada de Goldenrod” decía en el membrete, estaba abierta.
-Como cara… ¡¿La abriste sin mi permiso?!- le dijo exaltado. -Tranquilo, tranquilo, entraste- dijo exhalando una última bocanada. Maxwell suspiro. -
¡Dame ese cigarrillo!- dijo mientras le sacaba el pucho de la mano y le
daba una buena aspirada, inmediatamente comenzó a toser. -Haha, con calma, de a poco hermano, tenes que disfrutar el sabor. Maxwell inmediatamente le dio una palmada en la espalda que hizo al joven de pelo negro tambalearse. -¡La puta madre Max, mira si me caigo! Max rió a carcajadas Ese momento verdaderamente era perfecto
-
Supongo que respuestas como todos…- dije mientras sacaba un atado de
camerrupts y encendía uno, ya hacia mas de cinco años que no tocaba uno.
Los
entrenadores aun seguian mirando de forma extraña al Unown que flotaba
en el aire, cuando finalmente rompieron el silencio, excepto Maxwell e
Ibaraki que no emitieron comentario. Nitta y su Minior habian sido los
primeros que se acercaron al Unown. La criatura se vio intimidada al
principio, pero luego parecia haber entrado en confianza lentamente. De
forma amistosa, el Pokemon se puso cerca de la entrenadora, mirando con
recelo a los demas. Nicholas se acerco tambien a el, pero no se mostraba
tan amistoso con el joven.
-El Sínodo de Guardadores....como dije, nadie que no pertenezca a ese clan sabe mucho de ellos.
-Dijo Mallory lentamente. Mint habia dejado de examinar la carta de
Julia, sin resultado. Resignado, regreso el maltratado pedazo de papel a
la caja. - Yo personalmente, solo conoci a dos
de ellos. Y ambos de Decimo Segunda Generacion. Es decir...de los mas
jovenes o inexpertos. Julia era muy reservada, claro...el otro Guardador
se llamaba Kabir. Lo conoci en Lumiouse City. Y...todo parecia indicar
que ahi es donde su Sinodo recide. Despues de todo, que mejor lugar para
esconder algo que en medio del lugar mas concurrido de la region? -
Cuando la Lider nombro la ciudad Capital de Kalos, la expresion de
algunos entrenadores cambio, algunos se notaron sorprendidos, otros
intrigados, en el caso particular de Ian, se puso completamente palido.
Mallory
se acerco a los entrenadores, y se puso de pie frente a ellos. Sus
asistendes habian abandonado el cuarto, por lo que eran los unicos
presentes en aquel lugar.
-Esas
personas que intentaron asesinarlos...fueron enviados por Neron Gautier,
el padre del joven Jaime. Pero, si van a Lumiouse, seguramente tengan
al Sinodo de Guardadores en su contra tambien. Kabir es un hombre bueno,
pero el no puede otorgarles proteccion. Los Guardadores solo salen de
su monasterio cuando el Sinodo les encomienda una mision, la de Kabid es
de las mas mundanas...es un simple vigia del Museo de Lumiose. Julia
era una simple traductora de leyendas. Pero en el monasterio se
encuentran los conocimientos acumulados de siglos y siglos. Las primeras
generaciones de Guardadores no estaban contentos con Julia, y mucho
menos lo estaran si exponen a toda su sociedad. No voy a decirles que
hacer. Pero como hicieron en esta batalla de gimnasio...sean prudentes.
Escuché atentamente la explicación de Mallory, y salí con una sola duda.
-¿Qué es un sínodo? ¿Es cómo las cosas esas que tenes adentro de la nariz?
Esbozé
mi sonrisa nuevamente, consternado de que la había dejado caer durante
un momento. La hora de sentirme mal y recordar el pasado había
terminado, y era hora de que volviera a ser yo mismo y trabajara en
caerle bien a los demás.
-¿Lumiose, eh?
Sería lindo visitar casa de nuevo. Y sobre todo ese quilombo con los
guardadores, estoy seguro de que mis amigos acá van a pensar en algo
para que encontremos a Julia. -Puse las manos en la cintura, pose relajada. -
Entre las manos mágicas del Doc, los puños de Ibaraki, los poderes
satánicos de Frost, el romanticismo de Mint, la campera hermosa de
Yannick, el meteorito flotante de Nitta, el magnetismos sexual de Ian y
mi hermosura adónica no hay forma de que no resolvamos este misterio.
-No creo que la palabra adónica signifique lo que crees que significa. -Alguien susurró detrás mío.
-
En cualquier caso, creo que les voy a dejar las preguntas relevantes a
los demás. Lo que sí, si en algun momento te pinta tomar un café o algo
parecido... -le guiñé a Mallory. -Estaría feliz de intercambiar tips de belleza y fashion y cualquier cosa que quieras.
//Carisma+Empatía a todos en la habitación// [dice]0[/dice]
-Ah, y hablando de manos mágicas... -Le hice cejitas al Doc mientras señalé mis heridas. -Necesito un poco de ayudita acá.