Esto
se estaba poniendo jodido, levante a cianuro en mis brazos para que no
lo golpeara la tierra viva del gran pokemon y me di cuenta que se
parecia mucho al pequeño cianuro, ¿una tia lejana quizas?
//defensa// [dice]0[/dice]
Nico estaba bastante mal herido por lo que trate sus heridas.
-Como te hiciste esto?!- le pregunte, sin esperar una respuesta real.
//cure minor wound// [dice]1[/dice] Levante
a cianuro del piso nuevamente no iba a dejar que nada lo tocara, y baje
su cola con mi mano, juro que un pequeño sonido "chic chic" se escucho
salir del pokemon y salte como pude hacia un unown colgandome con una
mano, no queria que me alcanzara ningun ataque de ibaraki, y con la otra
apunte hacia el drapion mientras cientos de espinas salian disparas de
la boca de cian como la pequeña arma que era, mientras salem reia
maquiavelicamente.
En
un instante todo se desmoronó. La criatura aquella había sido
ridículamente rápida para su tamaño y había evitado ser herido por el
temblor que había ocasionado el pequeño montículo de arena de Ibaraki.
Tanto Samuel como los niños estaban en una situación peor, ahora heridos
y con necesitando atención urgente. Esta noche seguramente la pasaría muy mal... Ya
no tengo ganas de seguir con esto. Eso me lo dice mi coherencia. Pero
por otro lado... siento un impulso hace días. Algo que me lleva
adelante, de manera similar al momento que decidí en emprender este
viaje. Recuerdo cuando se lo comenté a mis papás y se quedaron mudos y
confundidos. Les costó un poco asimilarlo al principio -y creo que mi
papá casi se atraganta. Comentar ese tipo de cosas en el medio del
almuerzo no había sido muy buena idea-, pero luego terminaron
aceptándolo y me dieron la razón cuando les comenté mis argumentos,
aunque no todos eran realmente ciertos. Debíamos salir de esta
situación con urgencia. Algo me daba un poco de seguridad: la mujer
estaba siendo muy llamativa, esto podría alertar a más de una persona,
aliada o neutral.
El segundo terremoto tomó algo más de fuerza,
pero creo todos se alguna forma encontramos forma de ponerse al
resguardo del mismo, mientras yo permanecía a salvo sentada sobre mi
minior. Galahad se preparó, aunque creo que ninguno de los dos estábamos
tan seguros de que sus ataques pudieran ser efectivos. Sentía un poco
de culpa por estarle exigiendo demasiado. Pocas veces me subía a él por
un lapso de tiempo muy largo, su cuerpo no resistía tanto y eso
explicaba la falta de fuerza al momento de atacar. En lo que pensaba
eso, el pequeño trapinch salió de su pokebola y clavó su mirada en el
escorpión gigante, se había recuperado bastante rápido de su malestar
estomacal. Lo sostuve con las manos y comenzó a sacudirse furiosamente
para soltarse, intentando moderme varias veces. -No, no, es peligroso. No
pude llegar a devolverlo a su pokebola, dio un gran sacudón a un lado y
me hizo caér de Galahad junto a él, mientras gritaba con fuerza con su
boca apuntada a la tierra. Y ella pareció responderle.
Otro
temblor sacudió el piso, tal vez no habia sido tan fuerte como
esperaba, pero pude sentir el cuerpo de Baraddur sacudirse bajo mis
pies, el impacto habia hecho algo de daño, pero mi compañero parecia
estar en condiciones todavia.
Respiraba con dificultad, sentia
sabor a sangre, estaba agotada, lastimada y muy enojada, esta tipa no
solo habia mostrado ser una cobarde que se queria esconder atras del tal
Neron, sino que ahora era una hipócrita, hablaba de salvar vidas luego
de golpear a unos pobres nenes indefensos.
-Te
digo algo... sobre sobrevivir?... las veces que estubimos más cerca de
morir... fueron cuando intentamos escapar... aprendí a pelear-
Hablaba mientras levantaba la vista para ver a la tal Siva a los ojos,
por encima del pokemon que montaba, la imponente bestia mirandonos como
si pudiera aplastarnos sin dificultad.
-La puta madre.-
dije mientras veia cómo el enorme escorpion esquivaba el ataque de la
rubia, no podia creer que semejante bicho pudiera moverse tan rápido,
esta pelea se esta complicando demasiado para nosotros. La hippie me
habia gritado algo sobre diana, no estaba colgando del pajaro porque
quisiera, pero era eso o resultar herido en el ataque de la guardadora.
El resto de mis compañeros habian arrancado una segunda ola de ataques,
no había mucho que pudieramos hacer en este momento más que rezar por un
milagro, carajo que estamos en desventaja.
La hippie bajo de su
minior y liberó otra criatura, no tenia ni idea de donde la había sacado
esa especie de termita pero por lo visto estaba planeando algo, la
tierra volvió a temblar bajo nuestros pies. Desgraciadamente el ataque
arranco en todas direcciones golpeando hasta al pokemon de roomie y
dejándolo inconsciente. Mierda, ahora otro menos, pero quizás pueda
ayudarlo. Tomé la pokeball de Liz, no estaba seguro de cómo se tomara el
gesto roomie pero no tenia tiempo de sentimentalismos, estoy seguro de
que la emolga no le va a importar mucho. -Roomie, atrapa!- Indique mientras le lanzaba la pokeball, el muchacho la atrapo y entendió a lo que me refería.
Respire
hondo, ahora eramos diana y yo contra ese bicho, era la primera pelea
que teniamos juntos y quizas una de las más complicadas. -Esto no va a ser para nada lindo.- comente por lo bajo, sabia que el próximo ataque posiblemente me iba a dejar muy expuesto. –Tackle!.- ordene mientras levantaba mi mano hacia el Drapion gigante.
/Tackle 15 +(10) + 15/ [dice]0[/dice] Miré
seriamente a la entrenadora, me rondaba por la cabeza todo lo que había
dicho, Jamie, Neron, alguien de nombre Akshara, todos participes de
este plan en el cual quedamos pegados, correr en este punto de la vida
seria absurdo, nada nos garantiza seguridad. -Isaac parecía muy preocupado con lo que descubrió Julia, por que seria más seguro que ella este muerta?- Pregunté. si íbamos a morir que por lo menos nos de una explicación.
El
bicho gigante inesperadamente saltó contra una pared y evitó el temblor
del Sandygast. No había sido confundido por Leti ni el pokemon de los
niños, ésto se estaba complicando mucho. Su segundo ataque apenas nos
había alcanzado, pero sí le dio un golpe a Sam, y estoy seguro le quebró
algo. Cerré los ojos, no sabía por qué el ruido ése me había puesto la
piel de gallina. Había algo horriblemente familiar que no podía
distinguir. No cuando me rompieron la nariz, no cuando Cecilia se cayó
del tapial de mi casa y se quebró el tobillo, era otra cosa. Algo que
había estado presente esas veces también, algo anterior. Sacudí la
cabeza. No importa, estábamos cansados y heridos, había que terminar con
ese bicho e ir urgente al Hospital; o algún centro médico que no
estuviera rodeado de policías, idealmente. Sin darme cuenta terminé de
resbalar de la cola de la ardilla y caí el medio metro que me separaba
del suelo sin ninguna gracia, aterrizando sobre mi brazo. Bien, eso no
ayudaba la situación. Me levanté, el polvo pegado a mi ropa húmeda,
mientras la mujer seguía hablando.
-El lado perdedor no siempre es el equivocado.-
respondí ya frustrado con cómo nos estaba tratando. Tampoco estar en
desventaja asegura una derrota. No es que piense en perder, ni en
rendirme, a esta altura. -Y creo que la culpa
de que haya vidas en peligro no la tienen esos dos, la tienen ustedes
con todo el circo que están armando para mantener en secreto algo que,
por lo que dicen, va a pasar de todos modos.-
Era un modo
ridículo de pensar para alguien que habla y parece tener tanto
conocimiento de conflictos bélicos. Aunque ésto de solo sobrevivir y no
hacer nada a menos que les convenga parecía ser toda la ideología de los
Guardadores. No pude evitar preguntarme si Ehre estaría de acuerdo en
este caso, pero era por estas cosas que habíamos hecho un acuerdo.
Sobrevivir para seguir por.. nada? Mejor que no esté afuera.
La tierra comenzó a temblar otra vez, está vez era un pokemon nuevo que tenía Nitta. -Vamos a tener que hacer eso de nuevo.- le dije a Liz. La ardilla no pareció molestarse en lo más mínimo, volviendo a bajar a mi lado para que me agarre de su cola.
Una vez en el aire bajé la mirada para darle otra orden a Leti cuando vi que había quedado inconsciente.
Qué... Cómo no me había dado cuenta de lo mal que estaba? Tenía.. que
cuidarlo. Apreté los dientes mientras lo devolvía a su pokeball antes de
que el ataque lo dañe más. Nunca se puede confiar en mí, no?
-Roomie, atrapa!- escuché a Frost, y andá a saber cómo mis reflejos alcanzaron para agarrar la pokeball que me tiró. Era la de Liz.
-Eh, ok, gracias.-
Los miré ambos, entendía la idea pero era raro. La ardilla me sonrió
esperando alguna orden. Mejor que no servir para nada en lo que queda
del combate, supongo. Suspiré agarrándome con más firmeza esta vez, ya
sabía qué convenía hacer. -Tail Whip.-
Y
otro... y otro... y otro sismo más... Esta guerra de movimientos
geológicos ya se había vuelto ridícula, a mi parecer. Podía enumerar
todas las cosas que no estaban teniendo en cuenta en este intercambio de
temblores (y que podía analizar más tranquilo ahora que colgaba de la
pequeña letra A): Estamos en un callejón y no se qué tan mal le haga a
los cimientos de los edificios que nos rodean, o a las cañerías, o a los
ninjas que debían de seguir atados en un rincón. Creo que nadie los
recordaba ya...
Mire a la razón por la que seguía sano y esta me miraba con su único ojo de una manera que mas que enojo parecía fastidio.
-
Lamento mucho todo esto. No me gusta involucrar inocentes en mis
asuntos, pero no vi otra opción.- Le dije mientras este revoleaba el ojo
como resignándose.
Veía otros separarse del piso con aves, otras
letras, un Zubat, el Minior, ¿una ardilla? En fin, todos se la
rebuscaron como pudieron, pero Drapion parecía implacable. Por alguna
razón sus ataques fallaban, a excepción del golpe que asesto contra los
pequeños y su Ralts. Esta mujer de asqueaba cada vez más con cada acción
que tomaba.
Analicé la situación una vez más y vi como Nitta
caía de su Minior y aterrizaba (de una manera sorprendentemente grácil)
sobre un ser anaranjado de unas fauces considerables. Era un Trapinch,
chiquito pero un Trapinch en fin. Los tenía vistos del engañoso desierto
de la isla Ula'ula. Parecía estar gritando hacia el suelo.
Aparentemente se va a sumar a la fiesta de sismos urbanos.
De
pronto mi mirada se centro en el unico par que no flotaba: La rubia y si
Sandygast. Actué lo más rápido que pude para protegerlos y las pinturas celestes y blancas dieron en el blanco
en el momento justo que la tierra empezó a temblar bajo sus pies. Pude
ver como el ser arenoso brillaba levemente de esos colores mientras se
separaba débilmente del piso.
Estuvo cerca. Espero este coso enorme caiga. Necesito una pausa y "A" descansar de su pasajero no deseado.
Toda
la batalla paso como un segundo para mi solo podía pelear con mina
incluso ella y Oberon me elevaron unos cm del piso mientras estaba
pasmado.
/bite 20+20/ [dice]0[/dice]
No
podía creer lo complejo del asunto yo pensé que me había alejado de la
ambición ciega de la gente con dinero y poder tal vez debería aceptar
que estoy condenado a vaga por lo fosos de brea que esala la
humanidad...
El olor de la pintura del desconocido hiso
que una voz cruel resuena en mi memoria...]Enserio piensas que tendrás
libertad te recomiendo que no leas más libros te llenan la cabeza de
fantasias absurdas, sabes que solo sales de este lugar para mantener a
padre engañado solo por eso sirves por qué tenías que venir por qué no
te moriste en el desierto. -has na sha f...(por que me haces es...)- *Golpe* Habla
bien inútil bicho raro padre debería gastar dinero en nosotros y madre
no en ti y tus malditos tutores no ve que son inutiles. -ho u nigue eta has na gichuse(yo no quería venir por qué me castigas)- *Golpe* Sigue balbuceando y hablando raro es placentero golpearte...
Pero
esa chica solo necesito pelear con una asesina y ahora pelear con esa
mujer para sacarme de mi jaula mental de nuevo ella pelea contra el
mundo del que yo escaba tal vez no es su objetivo más bien es la simple
supervivencia pero ella me gusta por qué me da esperanza de que si sigo
luchando contra lo que me amenaze algún día escaparé y espero que ella
esté a mi lado.
Bulldoze -> 20 (+10) + 20 (x2) + Sheer Force -> 90 de daño
Tackle -> 25 de daño
Bite -> MISS
Status
Light Screen -> Turno 3/5
Drapion cae
Trapinch gana +2 EXP Sandygast gana +2 EXP Skorupi gana +2 EXP Fletchling gana +2 EXP Skitty gana +2 EXP
Sandygast tiene +1 a DEF Minior tiene +1 a DEF Emolga tiene +1 SP DEF
Honedge sin HP Budew sin HP Tympole sin HP Gourgeist sin HP Phantump tiene 31 de daño Minior tiene 5 de daño Sandygast tiene 7 de daño Heatmor tiene 42 de daño Ibaraki tiene 13 heridas Yannick tiene 10 heridas Nico tiene 12 heridas Nicholas tiene 11 heridas Mint tiene 12 heridas Maxwell tiene 6 heridas
Los
temblores se detuvieron. Las sirenas de fondo seguian sonando y sus
luces se reflejaban en las paredes del callejon. Los niños sollozaban en
el piso, pero Samuel parecia tenerlos a salvo. La unica luz que no era
celeste y roja era la que emitia el Vivillion delante de ellos. El
escudo de energia verdoso desaparecio cuando el Drapion dio contra el
piso. En principio parecia intacto. Siva se bajo dando un salto muy
elegante. El Pokemon cayo inconciente sin mas. Los entrenadores seguian
malheridos, les costaba respirar y moverse.
-Algunos
de ustedes apenas pueden mantenerse en pie. Quizas no saben que yo no
solamente soy la Guardadora encargada de los saberes de la Guerra.- La mujer se paro frente a Ibaraki, la diferencia de estatura era pronunciada.- Tengo
a mi cargo a las fuerzas de Seguridad de Lumiose. Y mucha gente en la
Policia Internacional tambien, como es natural. Quizas Isaac y Kabir se
limitan a una catedral o un museo...pero los demas, tenemos funciones
mas importantes. Guerra...Politica...Medicina.
Samuel se
puso de pie, sin dejar a los niños al descubierto. Parecia estar atento a
lo que ocurria fuera del callejon, hizo una seña rapida a Kileo, que
por suerte el muchacho interpreto esta vez. La policia estaba
abandonando el lugar.
-Podria, si
quisiera, hacer que intervengan las mismas fuerzas armadas ahora mismo.
Incluso algunos de ustedes tendrian mas problemas que el resto si la
Policia Internacional se involucra.- Dijo la mujer deslizando la mirada por Nicholas, Kileo y Samuel. Parecia saborear el momento. - Pero
Akshara o Neron van a encargarse, tarde o temprano. De momento...soy
una persona de honor, pese a que seguro no lo consideran asi, por
sus...idealismos. Pero quizas si estudian tanto como yo, van a ver la
verdad. Como sea...
La mujer agarro la mano de Ibaraki, la
chica se sobresalto pero sus heridas no le permitieron actuar rapido. La
mujer escribio con la sangre que chorreaba del brazo de la chica una
palabra.
-Omodamos-
-Julia
y el joven Gautier..el muchacho esta tan cegado por el amor que no
dudaria en seguirle la corriente a la chica en lo que sea que ella haga.
El joven Gautier ignora quien era Julia, pero incluso si supiera que
ella era una Guardadora, que se infiltro en su casa para recolectar
informacion de una antigua tabla, incluso si supiera sobre los reales
intereses de su padre...el joven seguiria dando todo por ella. Es
triste, en cierta forma. La mujer desaparecio. No llegaron a ver
que ocurrio con ella. Pareciera como si la misma oscuridad de la noche
se la abria llevado. Lo unico que quedo de su rastro fue la palabra que
escribio en el antebrazo de Ibaraki.
Las patrullas se habian
ido. Los entrenadores quedaron solos en el callejon destruido, heridos y
aun casi tambaleando de dolor. El Lider de Santalune dio unas
indicaciones a los chicos del Ralts, parecian ser de la zona y poder
guiarse ahora que no habia peligro.
-U-Usted es el L-Lider de...?- Dijo la chica abrazando al Pokemon psiquico.
-Exacto,
y eso que hicieron queriendo atacarla...fue muy valiente. Totalmente
imprudente, y si estuviera en horario de trabajo me encargaria de que
jamas tengan una licencia de entrenadores oficiales. - Dijo el chico severamente.- Pero tienen suerte que estoy en mi dia libre.- Concluyo guiñandoles el ojo.
-Va-Van a estar bien?
- Dijo el chico mirando a los entrenadores, aun gravemente heridos.
Samuel les sonrio dandoles a entender que estaba todo bien. El Lider
sudaba y su remera tenia una gran mancha de sangre que parecia
agrandarse a cada segundo, pero aun asi parecia mantener la compostura.
-No se preocupen. Ustedes traten de no meterse en problemas.
- Samuel chequeo que los jovenes puedan regresar a la Avenida principal
sin problema, y una vez que estaban fuera de la vista su sonrisa se
apago levemente.- Supongo que mañana voy a
tener que chequear que no sean espias o algo asi,..agh...odio esta
ciudad, una noche sola y ya me estoy muriendo.- El Lider comenzo a inspeccionar el callejon hasta que encontro lo que buscaba. Una entrada a una alcantarilla. -
Bueno...vivi en esta ciudad lo suficiente para saber que...son un grupo
que caminando por las calles van a llamar mucho la atencion. Las
alcantarillas de Lumiose estan todas muy bien conectadas...y espero que
tengan a donde ir porque creo que en 20 minutos voy a desmayarme.- Concluyo el muchacho sonriendo y dando un salto hacia la alcantarilla.
El
trayecto fue realmente corto, pero no habia duda que preferian caminar
por las calles atestadas de gente que por una alcantarilla. El glamour
de Lumiose habia desaparecido en solo un segundo. Luego de media hora
caminando entre el agua podrida, lograron ubicarse. Salieron al
exterior, ahogados, heridos y con olor a sangre y a alcantarilla. La
bocanada de aire fresco los volvio a la vida. Estaban a solo una calle
de la estacion de Lumiose.
Todavía
estaba en el aire cuando la pelea terminó. Con esfuerzo incliné mi
cuerpo hacia abajo, planeando hasta que alcancé el suelo y puse mis pies
nuevamente en la tierra. Los músculos me protestaron fuertemente ante
el impacto. Traté de ignorarlo lo mejor que pude..
Apenas escuché
lo que la mujer nos dijo. Cuando agarró el brazo de Ibaraki estuve a
punto de lanzarme contra ella, pero vi que simplemente escribió algo en
su brazo y se dió vuelta para retirarse. La pelea había terminado.
Estábamos vivos. Habíamos ganado.
¿Entonces por qué...?
Dos
Pokebolas se sacudieron en mi cinturón, sacándome del estupor en el que
estaba. Las miré durante unos momentos, tratando de procesar lo que
estaba pasando. Con urgencia las agarré a ambas y las levanté hasta que
estaban frente a mi cara.
-Está bien, ya ganamos. -Traté de sonreír, sin mucho éxito. -Pueden descans-
Una
enorme explosión de luz me cegó, y sin poder evitarlo me tiré hacia
atrás mientras dejaba ambas Pokebolas caer. A través de mis párpados
cerrados pude sentir una fuerza impresionante, un calor seco y abrasante
que me envolvió entero, secando las partes todavía húmedas de mi ropa y
haciendo que dé un par de pasos hacia atrás. Cuando por fin pude ver de
nuevo levanté la vista, sintiendo cómo un escalofrío me corría por todo
el cuerpo.
Las luces de las Pokebolas no se habían extinguido,
cómo solían hacer, sino que se mantuvieron flotando frente mío durante
unos segundos, creciendo y creciendo hasta que finalmente explotaron una
vez más, levantando una nube de polvo a su alrededor. Volutas de humo
rojo bailaron alrededor de los cuerpos brillantes de ambos Pokemon,
entretejiéndose entre sí en una espiral que los cubrió enteramente. La
columna de humo y luz se expandió en un círculo, golpéandome en la cara
con una ola de calor casi dolorosa.
Dos pares de ojos rojos
cortaron a través del humo, cayendo en mi pesadamente. Lup y Taako se
hallaban uno al lado del otro, pequeñas ascuas girando alrededor de sus
nuevos cuerpos. La primera era ahora casi tan alta como yo, aunque su
sonrisa de dientes afilados no había cambiado para nada, y el segundo
era una versión algo más grande que el anterior Taako, aún fulminándome
con la rabia y la decepción en su mirada.
Tardé varios segundos en poder hablar.
-W-wow... -sonreí, dejando salir una carcajada áspera. -Se ven genial, pero... ¿Donde están sus alas? ¿Las están escondiendo?
Levantaron una ceja e intercambiaron una mirada de incredulidad.
-Ah... no importa. -Hice un gesto con la mano, tratando de evitar sus ojos. -Ya
les dije igual... ganamos, y eso. Les prometo que les voy a encontrar
algo para pelear después pero ahora... creo que necesito recuperarme.
Contrario
a lo que esperaba ninguno de los dos se quejó, por más que la decepción
era clara en sus caras. Después de un minuto de admirar sus nuevas
formas los devolví a sus Pokebolas y me giré hacia el resto del grupo.
El muchacho que se parecía a un vampiro salió de no se donde y nos dijo
que nos iba a llevar a algún lado. Acepté sin pensarlo dos veces.
Al menos sobrevivimos todos, me dije a mí mismo en un vano intento de deshacer el nudo que tenía en el estómago.
Atravesar
esas alcantarillas fue incluso peor que las dos peleas, si tenía que
ser honesto. Mi chal iba a necesitar demasiados lavados después de esto.
Por
suerte salimos cerca de la estación, y del container en el que estaban
los demás. Sin decir nada empecé a caminar hacia allá, esperando que los
demás me siguieran. Después de unos segundos de caminar escuché algo
parecido a un... chirrido?
Con curiosidad me acerqué a la fuente
del sonido. En una de las esquinas de aquella calle se hallaba un
Pokemon, saltando y agitando sus alas en un intento de atraer la
atención de los demás. Un par de personas se voltearon hacia ella y
miraron mientras hacía un extraño baile, rodeándose a sí misma con sus
alas mientras saltaba y cantaba con sus agudos chirridos. Algunos
ríeron, otros se dieron vuelta y siguieron caminando. Ni uno de ellos le
dió nada, ni siquiera unas palabras de ánimo.
Me le acerqué
rápidamente, sintiendo cómo algo dentro mío me pesaba dolorosamente.
Imágenes flashearon en frente mío, y me ví a mi mismo en su lugar,
haciendo trucos en la torre de Lumiose con una audiencia no muy
entusiasta. Un chiste, un idiota de circo.
-Che... a mi me gustó.
Dije
esas palabras sin siquiera pensarlas, mientras me arrodillaba en frente
del Pokemon. Ella simplemente me miró, ojos oscuros abriéndose como
platos mientras me observaba lentamente.
-Puede que necesites algo más de práctica... pero me encanta tu entusiasmo. -Le sonreí, buscando algo dentro de mi bolsillo que había estado guardando hace tiempo. -
Mirá... ¿Ves esté caramelo? Según lo que me dijeron es muy rico para los
Pokemon, así que tomalo. Consideralo mi pago por ver tu espectáculo, y
perdoná que no tengo plata para darte.
El Pokemon me miró
tentativamente, y con pasos lentos se acercó y me mordió el dedo con el
pico, de forma cariñosa mientras se tragaba el caramelo. Dejó salir un
alto chirrido de felicidad, sonriéndome.
Fue entonces que saltó
hacia mí. Me espanté por un instante, hasta que sentí sus garras
cerrándose alrededor de mi hombro derecho. Con cariño acercó su pico una
vez más y me acarició la mejilla. Me costó reaccionar por unos
segundos.
Limpiándome los ojos con la manga le devolví la sonrisa, sintiendo cómo al menos parte del nudo se comenzaba a desvanecer.
-Y bueno, si eso es lo que querés... -Le dije, acariciándole la cabeza con un dedo. -¿Te parece que te llame Sloane?
El monstruo púrpura cayó finalmente. Fue un alivio para todos y pude liberar a la pequeña letra de su momentánea carga.
-
Gracias y perdón otra vez. Ya vamos a volver a ver a Kabir para que me
explique de dónde saliste y porque pensaba que debía llevarte en toda
esta misión que tenía para mí. Serás parte del equipo por ahora.
Tranquilo. -Le dije al pequeño negro ser flotante que me miraba fijo con
su ojo, como evaluándome, mientras lo devolvía a su pokeball.
La
mujer empezó a alardear sobre todo el poder que amasa. "Guardadora"...
Esa palabra resonó bastante cuando la pronunció. Como si con solo
decirla se pudiera sentir el peso que conllevaba. No sabía su
significado, pero, por el semblante del resto, suponía que ellos sí.
Mientras recorría los rostros, noté que Samuel me hacía señas de que los patrulleros se dispersaban. Asentí levemente.
"Incluso
algunos de ustedes tendrían más problemas que el resto si la Policía
Internacional se involucra." Dijo la dama gris mientras cruzaba su
mirada intencionalmente con algunos de nosotros. Pude sentir como mi
cara se ponía seria casi como un reflejo.
"No intente amenazarme
señora. Ya muchos estuvieron ahí y no salieron victoriosos..." Pensé
para mis adentros. En otra situación se lo hubiese dicho, pero sentía
que esta ocasión era diferente así que guardé silencio.
Hablo
más, dijo más nombres, habló más, escribió algo en el brazo de la rubia
(cosa que me puso en guardia, pero pareció inofensivo) y desapareció.
Así sin más. Casi matando a la mitad, eso sí, pero se desvaneció. Igual
que las patrullas. Estábamos solos. Cansados, pero a salvo.
Luego de indicarle a los niños cómo volver, nos indicó a nosotros como escapar. También dijo que se estaba por desmallar...
Cuando
abrió la tapa de la entrada de la alcantarilla, pude sentir el
característico aroma que no te recuerda exactamente a los perfumes y las
colonias que venden por todo Kalos. Automáticamente miré mis zapatos y
suspiré resignado...
El líder de gimnasio dio un más que
acrobático salto hacia dentro de la alcantarilla para alguien con dos o
tres costillas comprometidas.
-Yo te ayudo. Después de sobrevivir
a ese Drapion, sería una pena que no saliésemos todos en una pieza
jajaj- Fingí una risa mientras pasaba su brazo sobre mis hombros para
ayudarle a caminar. Estaba aún MÁS pálido y comenzaba a preocuparme. El
resto parecía bastante entero, salvo por la rubia.
Salimos y no
podía estar más agradecido. El aire fresco era revitalizador. Estábamos
en algún terreno baldío. Desolado, que en estos momentos equivalía a
seguro. Ayudé a Samuel a sentarse contra una pared para descansar y miré
alrededor. La vi a Nitta, contemplando una de sus pokeball. Me acerqué
intrigado.
-Tengo felicitarte por el entrenamiento que le diste a
tu Minior. Ciertamente nos salvó el pellejo allá atrás jaja- Le dije
amistosamente mientras observaba la esfera entre sus manos. Era del
pequeño Trapinch que salió de la nada. Podía ver en su rostro ansias de
información. Conocía bien esa expresión. -Se exactamente cómo ayudarte
con tu incertidumbre. -Agregué. Nos fuimos a un lugar más reservado
para poder desarrollar mi arte con tranquilidad. Me miraba intrigada y
(fuera de mi sorpresa) desconfiada hacia cuanto podía ayudarla.
-
Un retrato. Así de simple. Ver algunos detalles en una pintura o dibujo
me permiten descubrir algunos datos ocultos del retratado. - Le dije
mientras sacaba unos pinceles, lápices y un cuaderno de mi valija.
Claramente tenía que demostrarle con hechos la veracidad de mis
habilidades.
-Voy a necesitar que lo tengas en brazos, por favor. Así será más fácil.
Comencé
a pintar mientras ella trataba de romper el silencio incómodo que se
generaba. Yo respondía simplemente con sonrisas sin desconcentrarme de
mi trabajo.
Mire el retrato. Cerré los ojos. Otra vez mi cabeza se llenó de información. Ya tenía lo que necesitaba…
El
cese del temblor significó también el final del combate. Con la derrota
de la criatura escorpión aquella, y la desaparición de la mujer, nos
quedamos completamente en silencio. Sus palabras... tragué saliva. Ni
siquiera pude reaccionar y moverme cuando se acercó a Ibaraki, ni yo ni
Galahad que ahora flotaba junto a mí. El trapinch por su parte bufaba
orgulloso y antes de que me diera cuenta, estaba haciendo un nuevo
agujero en el suelo. -No, no, no te sientes bien -lo tomé de atrás y
lo elevé en el aire. Me arrojó algunos mordiscones y Galahad se le puso a
un lado con una actitud para nada simpática. Se observaron en silencio
unos segundos. Se estaba evaluando el uno al otro, se observaban (lo
aseguro a pesar de ambos tener ojos bastantes particulares) y medían. El
trapinch se soltó de mis manos, se lanzó y aferró con fuerza a la
armadura del caballero, que empezó a sacudirse violentamente para que se
soltara. -¡No es momento de esto! ¡Galahad! ¡...Tra-trapinch! -pero ninguno de los dos tenía intención alguna de hacerme caso. El
minior comenzó a golpear al pokemon que le mordía contra la pared, pero
el otro parecía estar bastante decidido a no ser el perdedor de esa
ridícula batalla. -Ya, por favor -dije agotada y los devolví a ambos a
sus pokebolas. Tomó unos segundos que se calmaran, pero finalmente se
quedaron quietos- ¿Qué voy a hacer contigo? -pregunté observando al
trapinch que se había hecho una suerte de bollo para dormir, antes de
guardarlo dentro de mi bolso.
Estaba demasiado concentrada en mis
problemas, que me había olvidado del resto del grupo. Volteé a mirarlos
a todos. Estaban agotados, abatidos, bastante heridos. Mientras tanto
yo apenas tenía raspones y mugre. ¿Estaba siendo muy cuidadosa o
demasiada suerte...? Mi mirada bajó a la pulsera con el dado. Quizá es
alguna señal de que no debería estar aquí. No, ahora no. Troté hasta Samuel y lo revisé por encima, a simple vista me parecía que era el que en peor estado estaba. -
Maxwell -llamé al Doc, seria- ¿Podrías prestarle atención primero a Sam?
Parece grave. Luego a Ibaraki, por favor. Y lógicamente a los demás,
supongo... -deberíamos ir al hospital, pero ¿cómo íbamos a justificar
estas heridas?
Hablando de heridas y agotamiento...
-¡Ahh!
-mi mirada buscó a Frost. En realidad no a él, si no a quien debería
estar acompañándolo: a Diana. En un segundo estaba a su lado. La tomé
sin pedir permiso, en un abrir y cerrar de ojos, entre mis manos y
comencé a revisarla, mientras hablaba con un toque de angustia- Tiene
alas muy pequeñas como para tener que cargar con tanto peso, sinofender
-agregué entre líneas dirigiéndole una mirada fugaz a su supongamos
entrenador-, puede hacerle mal -luego de unos segundos, noté que estaba
todo dentro de todo en orden. Quizá le dolería al día siguiente, pero
estaría bien mientras no lo repitiera. Tenía que ver a Bryce para seguir
con nuestro plan. Cuando la devolví al hombro donde estaba, noté a la
pequeña ardilla voladora. Me sonreía, bastante simpática - Es linda -le
devolví la sonrisa- Luego quiero verla un rato. Primero debemos ponernos
a salvo.
Creo que sin necesidad de hablar demasiado, todos estábamos de acuerdo.
Preferiría
no recordar el trayecto que hicimos por las alcantarillas, pasé la
mayor parte del tiempo intentando no recordar donde estaba. Lo que
rescato, es que Samuel nos había enseñado un método práctico (horrible
pero...) para movernos por la ciudad sin llamar demasiado la atención.
¿Por qué nadie lo había pensado antes? Lo malo, no tenía la más mínima
idea de dónde nos encontrábamos al avanzar. Si bien mi sentido de la
orientación era bueno, no tener un horizonte, estar a oscuras y dentro
de un túnel que rebalsaba agua podrida no ayudaba en nada. Debía confiar
y luego intentar conseguir una suerte de mapa o algo.
Cuando
salimos, reconocí un lugar medianamente familiar. Debíamos estar no muy
lejos del hogar de Ian. No había sido mucho tiempo, pero creo que más de
uno quería simplemente llegar a un sitio donde tirarse a dormir.
Algunos tomaron asiento, otros se alejaron del grupo, creo que queríamos
tomar algo de aire y calma. Me hice a un lado y comencé a observar
la pokebola del trapinch, que dormía plácidamente patas para arriba. Una
de ellas se sacudía cada tanto. Debía tener un buen sueño. Se veía
tierno así. Pero la sonrisa que aquella imagen me generó en mi rostro se
borró inmediatamente. Quería uno, repito, era mi objetivo original ir
hacia el desierto, pero no podía ilusionarme, debía de tener un dueño,
de alguna manera había que explicar la pokebola... Suspiré. Sentí unos
pasos a mi espalda, y una voz. Era Kileo. Sonreía y en cuanto me giré
verlo, su mirada se posó sobre el pequeño objeto esférico que tenía
entre manos. Pareció entender la situación en la que me encontraba, y me
ofreció ayuda para saber sobre el pokemon desértico. Lo miré escéptica
¿cómo pensaba averiguar sobre él? Cartas de tarot, lectura de
entrañas... no, ya había dejado de creer en esas cosas. Y a pesar de su
apariencia ligeramente excéntrica, no parecía estar metido en el
ocultismo. Entonces... ¿cómo?
Me enseñó un par de pinceles.
Nos
adentramos en un callejón cercano, alejados del resto para poder
charlar con calma. Estaba dispuesta a ver en qué consistían sus métodos
para obtener información. Era bastante abierta al resto, a sus ideas, a
escucharlos, había leído sobre tantas cosas tan diferentes y tan
extravagantes para algunos que no tenía problema en conocer más. Aunque
era ansiedad de conocimiento... se había apagado hace tiempo. -
¿Dibujando? Bueno, debo admitir que no soy muy ajena a prácticas
similares -me pidió que no me moviera. Hace unos instantes me había
solicitado sacar al trapinch para poder tener una mejor referencia. Para
mi suerte y calma, dormía plácidamente: debía sentirse mejor. No quería
imaginarme si entraba a sacudirse y salía disparado al suelo listo para
hacer un túnel. -Por cierto, gracias por ayudarnos, lamento que te
hayas metido en esto. Espero que mañana ya lo olvides -la mirada que me
devolvió era completamente seria, intimidante. No hacía falta que me
dijera algo para entender que ese comentario no le había agradado en lo
más mínimo. Intenté cambiar de tema- Eh... ¿Eres de Alola, entonces? No
conozco esa región a decir verdad... El silencio se había vuelto un
poco incómodo, pero el gesto tenso del chico había vuelto a ser amigable
en segundos. En cuanto terminó, lo vi cerrar los ojos por unos
instantes y clavó su mirada en mi.
-Se escapó. Un caso poco
común, pero el abandonado es el entrenador, no el pokemon -me dijo con
firmeza y señalando al trapinch- simplemente le gusta estar sólo, creo. -¿Cómo puedo creerte? -le pregunté- No es por desconfiar, ni nada, pero para estar tan seguro de ello... Me interrumpió con un gesto y me guiñó el ojo. Creí ver una pequeña estrella salir disparada de entre sus cabellos. -
Mis dibujos son mucho más que arte~ -giró el cuaderno y me mostró el
dibujo. No estaba únicamente el trapinch retratado sobre la superficie,
sino para mi sorpresa yo también. Su nivel era bastante bueno, pero...
¿Por qué me había dibujado a mí también?- Están metiéndose en algo muy
grande y quiero saber qué es...y pareces confiable, así que creo que
eres una buena fuente de información. -¿¡Eh...!? -me puse de pie de
un salto. De pronto me sentí traicionada, observada, dudé de las
intenciones que él tenía. Me hizo un gesto para que me calmara, pero no
le hice caso- No hay forma de que puedas saber si no te digo--- -me
interrumpió. -Nitta Teratrel, de ciudad Violet. Nacida el 8 de
septiembre de 1969, grupo sanguíneo A+. Puedo seguir si quiero -me
sonrió como si jugara. Me quedé en silencio, atónita. Todo eso era cierto. -Te encantan las pastas, dormir con mareeps y estas viajando hace unos meses... Uhmmm.... -
Ya, ya entendí -me puse seria. ¿Qué era este tipo? Absolutamente todo lo
que decía era cierto. No era nada demasiado difícil de averiguar. Mi
origen y mi grupo sanguíneo estaban en mi carnet de identificación,
aunque también allí... Ya había visto bastantes cosas extrañas estos
días. Cosas que a mi pequeña yo le hubiesen encantando, pero en un
momento como este... -Aunque -Kileo retomó sus palabras y me sacó de
mis pensamientos- ¿Sabes? Algo me hace ruido con esto de 'Nitta' -sentí
que lentamente me colocaba contra la pared, ejercía supremacía sobre mí,
intentaba intimidarme. Sus movimientos fueron lentos, casi
imperceptibles, y así también lo fueron los míos, sumisos, silenciosos. A
pesar de llevarme muy poca altura, dos o tres centímetros a simple
vista, en ese momento, junto a la iluminación que oscurecía su rostro y
hacía brillar su espalda, sentía que era mucho más grande. Colocó su
brazo sobre mi cabeza, apoyado contra la pared. Y a pesar de aquellos
gestos, de aquella actitud tan sutilmente agresiva, sonreía y transmitía
simpatía. Pude llegar a ver algo: suma certeza, sinceridad y confianza
en sus palabras.
Abrió su boca y lo escupió de una vez.
El caballero salió en un instante, interponiéndose entre nosotros, alertado por el nombre que el pintor había mencionado.
Ésta
era una parte de la ciudad que no conocía y hubiera preferido que
siguiera así. Estaba todo oscuro, con un olor a decaimiento que ni en
los cementerios se encontraba, el camino era demasiado angosto y me
sentía ahogado. Si hubiésemos comido algo en todo el día hubiera querido
vomitar. Encima Samuel parecía ser el Líder de Santalune. Ésto ya se
estaba volviendo ridículo, aunque me caía mejor que los dos anteriores
que habíamos conocido, y no pareció especialmente preocupado por todo lo
ilegal que estábamos haciendo. Me ofrecí a ayudarlo a bajar hasta la
alcantarilla, pero el rubio se encargó. Mejor, no me quedaba nada de
fuerza honestamente. La verdad no lo recordaba de cuando viví en esa
ciudad, tampoco me importaban demasiado esas cosas, pero capaz me podría
sacar una duda... Nah, qué le vas a preguntar? "Sabés por qué alguna gente de tu ciudad me mira mal? Sabés si pasó algo con mi familia, conmigo específicamente?" Habías salido de otro mal momento, capaz te imaginaste todo eso. No exagerés, Yanny. Lo último me vino a la cabeza con la voz de Alan. Suspiré. Al menos de algo sí estaba seguro.
Traté
de distraerme pensando en todo lo que había dicho la mujer, sabía que
había que leer entre líneas todo lo que dijera. Más allá de sus amenazas
explícitas. Los Guardadores, Nerón, la tal Akshara... y todavía no
sabíamos qué mierda descubrió Julia. Pero al parecer al final Jaime
tampoco. Pausé ante eso. E igual el tipo haría lo que fuera por ella...
No puedo decir que no lo entienda. Capaz ya era hora de ponerlo al tanto
de todo, si al parecer él era una pieza "valiosa" para su padre
mientras creamos que Julia sigue con vida. Pero con quién iba a hacer el
cambio, con el Sínodo? Ellos tienen que hacer control de daño,
demasiada gente exterior se estaba enterando de su existencia, pero qué
ganaría el viejo? Necesitaba a la chica para algo? Cuales eran sus "reales intereses"
según esa mujer? Dios, esa Guardadora nos dio tanta información y toda
era inútil sin contexto. Por qué no nos había matado, si le quedaba tan
cómodo. Lástima... No, honor, según ella. Está bien, le habíamos ganado técnicamente...
Qué diría Ehre de eso?
De
repente me di cuenta que me sentía desprotegido, sabiendo que mis dos
pokemon no podían pelear. Era raro, solo había tenido a Ehre por menos
de dos años, antes nunca tuve un pokemon, mi familia tampoco; pero me
había ya acostumbrado a confiar que ella me podía proteger si venía el
caso. Previo a todo ésto no me metía en situaciones en las que ella
pudiera quedar fuera de combate, solo estaba ahí por si algo en mis
trabajos de campo salía mal. Este quilombo no era algo en lo que me
había metido solo, también la afectaba a ella y la promesa que le había
hecho... Teníamos que hablar con Frost. No quería molestarlo, ya debía
venir cansado con lo mucho que había abusado de sus poderes hoy y lo
hechos mierda que estábamos, y parecía también haber discutido con
Nitta. No quería agregar un tema mío a todo lo que estaba pasando, pero
si posponíamos esta charla solo iba a causar más problemas.
-Podemos.. hablar ahora?- Le indiqué que nos alejáramos un poco del grupo cuando salimos de la alcantarilla. -Necesito que saques a Hollow. Es un segundo, y sí, es necesario, confiá en mí.- Cuando
lo hizo dejé salir a Ehre también. Ella nos miró a los tres pero no
hizo ningún movimiento brusco, no sé si entendió lo que pretendía o si
estaba aún muy debilitada para intentar atacarlo. Di unos pasos atrás y
les di ambos pokemon su espacio. La espada emitió un ruido como una
vibración suave, como golpear un diapasón;
no un ataque, era una de las pocas veces que se comunicaba por sonido.
El Phantump asintió en respuesta. Otro zumbido, el Phantump miró a Frost
un segundó y negó con la cabeza. Hicieron eso por un rato, una especie
de conversación.
Mientras ella no me podía escuchar, le hablé a Frost. -
En vida fue Emilie Annora, Subgenerala de la Gendarmerie del Shabboneau
Castle durante el Siglo XV, bajo el escudo de la familia Villard-Antón.- recité de memoria. -
Y todo eso lo sé porque lo investigué con su ayuda, y ella lo reconoció,
o me ayudó a encontrarlo. No me importa lo que creas al respecto... O
bueno, si me importa.- Solté una risa sin ganas. Obvio que me
decepcionaba que la única persona con mis habilidades que había conocido
no pensara como yo. -Pero no es tan relevante. Nada más quiero evitar que el tema se complique.-
Me levanté la manga de la campera, exponiendo la marca que había dejado
al tomarme con su cinto. Se veía peor de lo que dolía, como una larga
quemadura y moretón envolviendo mi brazo, pero mañana seguramente ya
desaparezca. Yo sabía eso, era medio injusto usarla por efecto, pero
necesitaba que me tomara en serio. -La tuve que
detener en la Catedral, porque tampoco le gustó que usaras un Phantump
para pelear. Pude convencerla que confíe en vos por ese combate, pero
necesitábamos hacer ésto para que no vuelva a pasar.- Volví a bajar la manga y me detuve a mirar a Hollow un segundo. -No creas que soy tan noble como ella tampoco.- dije con algo de vergüenza, en voz más baja. -
No es solo que no me gusta que uses lo que estoy seguro es el espíritu
de un niño, también es um... Cuando un Phantump se lastima, siento..
dolor. Físico.- Hablaba tan bajo que estaba murmurando. -Siempre asumí que era algo que le pasaba a todos los Mediums pero.. claramente no, y ahora no sé qué mierda pueda ser.- Me pasé una mano por la cara y respiré profundo. Hacía mucho que no hablaba de eso, y otras veces había terminado mal. -
Ya sé que no te puedo pedir que no uses un pokemon de tu equipo en la
situación que estamos. Solamente.. espero que entiendas por qué
reaccioné así ayer. Y lo respetes.-
Lo consideró unos segundos. -Y yo ayer baje como a 4, creo que pudiste empezar por ahí.-
bromeó. Fue un intento de levantar un poco el ánimo de la conversación,
lo que no le debía salir naturalmente, pero mi primer pensamiento fue
que esta vez iba a terminar igual que la anterior. Que me estaba
boludeando. -No hay forma de evitar eso? Estas cosas evolucionan o algo?- siguió.
No
me di cuenta que lo estaba mirando fijamente hasta que dijo eso último,
ni que estaba apretando los puños. Traté de relajarme un poco, ya había
visto hoy que le importaba. -Em, sí... No me
pasa con los Trevenant así que.. supongo que la evolución es una opción.
Si es que Hollow está de acuerdo... Ah, evolucionan por intercambio,
viste el árbol ese gigante que tenían las chicas? Es eso.- Me crucé de brazos algo incómodo ante lo otro. -Y.. queseyo, no les iba a decir que no los ataquen por un tema mío, cuando nos estaban por matar.-
-Como te dije ayer, prometo tener cuidado y cuando llegue el momento creo que voy a necesitar tu ayuda.- dijo después de mirar la pokeball de Hollow por un momento.
Asentí mirando el suelo. -Gracias.-
apenas susurré. No sabía cómo reaccionar, había salido bien. Demasiado
bien. Estaba tan aliviado que hasta me sentía un poco perdido.
Ehre
se nos acercó después, parecía satisfecha con lo que había hecho. Nos
observó a ambos unos segundos y finalmente hizo una pequeña reverencia a
Frost, poniendo su cinto al frente e inclinándose para adelante. -Todo en orden?- pregunté algo nervioso. Ella giró en su lugar en afirmación. -Muy bien, podés descansar entonces.- La guardé y me agaché para estar a la altura de Hollow. -Debés estár de acuerdo con pelear a su lado.- le hablé al pequeño fantasma haciendo un gesto con la cabeza hacia Frost. -Es la única razón por la que Ehre permitiría que sigan.- Él asintió de nuevo. Le sonreí antes de que el roomie lo guardara. Era un mejor comienzo.
Este viaje estaba recordándome muchas cosas que había enterrado por una razón. Capaz estaba bien que ya enfrente algunas.
Me acerqué a Samuel cuando Frost se fue a hacer algo más. El doc había intentado curarlo un poco pero todavía se lo veía mal. -Hey,- lo saludé, apoyándome en la pared al lado de donde había quedado sentado
-es bastante choto que hayas quedado pegado con todo esto por querer
ayudarnos. No sé si podamos devolverte el favor de algún modo pero creo
Maxwell puede curarte bien así no tenés algún problema público por cómo
estás.. si eso afecta tu status. Y podés quedarte en el container cuanto
necesites pero.. no dijiste que tenías que hacer algo hoy a la tarde?
Ah,- recordé lo que habíamos escuchado en la avenida -si sos el Líder de Santalune... Te ibas a encontrar con el Líder de acá, no? Blake?-
No
estoy seguro cómo pero ella sabía sobre mi y de las complicaciones que
podía generarme si me mandaba en frente con la policía internacional, si
bien estoy de licencia sigo formando parte de la fuerza, por lo que si
me entrega podría tener muchos problemas, violamos más de 20 leyes solo
en Laverre City como para 5 años de prisión. La mujer se acercó a
Ibaraki, creo que todos nos tensamos por un segundo, si la atacaba podía
ser su fin, tomó su brazo y comenzó a escribir algo usando la sangre a
manera de tinta. Luego de eso siguió hablando sobre Julia, los Guthiere y
otro nombre que había repetido muchas veces, quizás sea otro de los dos
guardadores. Estoy seguro que nos esperan dos peleas más que están
lejos de ser fáciles.
Suspire aliviado al ver cómo la mujer desaparecía entre las sombras al mismo tiempo que las sirenas de los patrulleros cesaban.-Por fin.-
Creo que todos habíamos tenido demasiadas emociones para una vida.
Diana aterrizó en mi hombro, me limite a acariciar su cabeza con mi
dedo. -Ey.- La voz de roomie me sacó de mi
trance, me di vuelta y el muchacho me arrojo la pokeball de Liz, la
tome al mismo tiempo que la ardilla comenzaba a trepar por mi cuerpo
hasta mi otro hombro, pude sentir como la pájara soltaba un pequeño
ruido de protesta. - Gracias por salvarme con eso.- agradeció, parecía algo nervioso, cómo que quería decirme algo. Ah, cierto, Hollow.-No hay de que.- respondí mientras la emolga lo saludaba sonriente, este bicho es un golpe a mi páncreas.-Supongo que tenemos que hablar pero más tarde, hay alguien más que quiere gritarme seguramente.- Excusé señalando a la hippie.
La
chica comenzó a caminar en mi dirección, tengo que dejar de poner a
diana en mi hombro, creo que la invoca o algo. Se acercó hacia mi y
volvió a tomar a la fletchling, el pájaro emitió un ruido de protesta
mientras me miraba reprochando, solo atine a hacerle un gesto con la
mano indicando la posible condición de locura de la hippie. -Tiene alas muy pequeñas como para tener que cargar con tanto peso, sinofender.-
Me roba mi pokemon y me dice gordo…Volvio a dejar al pokemon en su
lugar, pude sentir el reproche de en la mirada del mismo, este bicho me
va a sacar los ojos mientras duermo, lo sé. Liz en cambio le sonrió de
oreja a oreja, la cual le devolvió la sonrisa mientras amenazaba con
volver por ella.
-Bueno señoritas, nos divertimos mucho hoy pero no creo que ninguna quiera estas ahí adentro.- Señale con mi cabeza la tapa que acababa de abrir Samuel. Tome las pokeballs de cada una y las regresé. -Por cierto, buen trabajo el de ambas.- Las criaturas me sonrieron (o lo que sea que biológicamente puedan hacer) desde adentro.
Entramos
en las alcantarillas, el olor horrible fue lo primero que me llamo la
atención. Ya puedo imaginar mi autopsia. Causa de Muerte? Haber sido
atacado por un slowking? No, una mujer loca con fanatismos sísmicos? Ja,
ya quisiera. Viajar por kilómetros de alcantarillas con olores de
dudosa procedencia? Claramente si, qué carajo come la gente de esta
ciudad? Empecé a abanicarme con mi mano tratando de disipar la peste
hasta que me acorde del tipo nuevo que había apareció. Ian 2.0 modelo
pintor. - Por que adoptaron a otro Ian mientras no estábamos?-
Me quejé a medida que avanzábamos. El tipo rubio de bandana se dio
vuelta e inocentemente me saludo con un “Alola”, definitivamente es otro
hippie para la colección. Mint a Ibaraki se habían separado un poco de
nosotros, me detuve unos momentos hasta que regresaron con dos pequeñas
criaturas iguales, solamente negue con la cabeza, no voy a ser yo quien
les explique que no deben tocar cosas en una alcantarilla.
-Pensé que moría.-
estiré un poco mientras contemplaba el lugar, extrañaba el contaminado
aire de la superficie, estábamos cerca de la estación y por ende del
conteiner, en estos momentos necesitaba una buena siesta, y 3 duchas
pero eso ultimo no era posible. Roomie volvió a acercarse a mi,
debíamos retomar nuestra charla que había dejado pendiente. Me pidió que
saque a Hollow, lo mire extrañado pero accedí ante su insistencia, la
pequeña criatura se materializo frente a nosotros, yannick también saco a
su pokemon, la espada nos miro a los tres deteniendo su mirada frente
al pequeño árbol fantasma. Su entrenador retrocedió unos pasos como para
darles lugar, un poco más escéptico imite sus movimientos. Ehre comenzó
a vibrar? Supongo que ese era su equivalente a hablar ya que Hollow
parecía estar respondiendo, quizás porque ambos son del mismo tipo o mis
hemorragias internas me están haciendo delirar. Roomie me hablaba
mientras los pokemons parecían distraídos, empezó a contar sobre la
supuesta historia de Ehre cuando estaba viva, quién había sido, para
quién había trabajado, me limite a asentir con mi cabeza, realmente no
conocida de la historia de Kalos como para poder aportar nada relevante.
El muchacho levantó su manga para mostrarme una especie de quemadura,
parecía reciente. -La tuve que detener en la
Catedral, porque tampoco le gustó que usaras un Phantump para pelear.
Pude convencerla que confíe en vos por ese combate, pero necesitábamos
hacer esto para que no vuelva a pasar.- explicó, no me canso de ganar enemigos, ahora también los pokemons me odian.
Yannick
siguió hablando, esta vez sobre si mismo, por lo visto tenía una
conexión extraña con los Phantump, algo de lo cual yo carecía, me
pregunto qué otras cosas podía hacer él que yo no? Los Hex somos más
complejos de lo que aparentamos. Lo que me recuerda que anoche golpee
como cuatro en nuestra pelea. Genial, ahora me siento culpable.-Y yo ayer baje como a 4, creo que pudiste empezar por ahí.- trate de bromear, la comedia jamás fue mi fuerte. -No hay forma de evitar eso? Estas cosas evolucionan o algo?- El entrenador me miro un poco serio ante mi pregunta, pero luego se relajó
-Em, sí... No me pasa con los Trevenant así que.. supongo que la
evolución es una opción. Si es que Hollow está de acuerdo... Ah,
evolucionan por intercambio, viste el árbol ese gigante que tenían las
chicas? Es eso.- contestó mientras se cruzaba de brazos parecía estar algo incomodo. -Y.. queseyo, no les iba a decir que no los ataquen por un tema mío, cuando nos estaban por matar.-
Mire la pokeball de Hollow, es bastante tentador tener algo asi de
nuestro lado pero aun no es el momento justo, todavía nos falta más
tiempo. -Como te dije ayer, prometo tener cuidado… y cuando llegue el momento creo que voy a necesitar tu ayuda.- Para mi sorpresa él me agradeció.
Segui
caminando, desgraciadamente el día de “Hablar con Frost” no había
terminado, aun tenía una charla futura con Jamie. A todo eso hay que
sumarle que estoy herido, cansado, con cero paciencia para lidiar con
él, su novia muerta o desaparecía y su mejor amiga, pocahontas del
bosque. Ah y no olvidemos a los hombres su padre, que nos miran desde
las sombras. -Señores, apuremos el paso, hay alguien a quien le tengo que gritar un par de cosas.- comenté mirando para todos lados buscando señales de algo que nos vigilara.
/Percepcion + deteccion (le estoy buscando un murk a alpar)/ [dice]0[/dice]
La
pelea por fin habia terminado, pero la mujer no parecia preocupada,
simplemente estaba parada ahí, habiendo atrapado mi golpe como si nada.
La miré fijamente, habria sido una situación desesperada si no fuera
porque no parecia tener intensiones de seguir peleando. Se movió, usando
su otra mano para escribir algo en mi brazo, para luego desaparecer.
Estaba
agotada, no sabia que me mantenia de pie, bueno, de hecho era
posiblemente el agarre de Baraddur a mis pies, cosa que recordé cuando
mi compañero pareció dejar de brillar de tonos claros y volvió a tocar
tierra, el chico rubio que nos acompañaba habia usado sus pinturas de
nuevo, debia agradecerle cuando recuperara la voluntad de moverme. Pero
primero debia bajar de la espalda de mi compañero y apoyarme contra una
pared.
El resto del grupo hablaba mientras los autos fuera del
callejón nos iluminaban, Mint se acercó, preguntando si me encontraba
bien, mientras revisaba las letras en mi brazo, traté de calmar mi
respiración para responderle -Estoy... Bien...-
Un ruido me sacó de mis pensamientos, Samuel habia movido una tapa de
alcantarilla y saltó dentro, el resto parecia no estar seguros si
seguirlo o no, pero comenzaron a bajar por el agujero.
Miré el
agujero maloliente casi prefiriendo que la tal Siva viniera de nuevo y
nos rematara, pero al no ser una opción me resigné a entrar, Baraddur
parecia estar a punto de entrar tambien. -Ni se te ocurra- Le dije justo antes q tocara una de las paredes del pozo podrido -Apestás por una semana cuando tocas los charcos de cerveza y vino barato, y la que tiene q aguantar la peste soy yo-
El Sandygast me miraba mientras tomaba su pokeball, cosa que me
desagradaba, pero la peste de esa alcantarilla creo que era peor. Lo
devolví a la pequeña esfera y la puse en mi cinturón antes de entrar.
El
olor dentro de ese nido de ratas asqueroso era peor todavia, ya sentia
ganas de vomitar desde la mitad de la pelea contra el escorpión de 2
metros, este lugar solo lo empeoraba, por suerte, hacia un tiempo que no
habiamos comido nada. Caminamos por unos minutos que parecian eternos,
me quedé un poco más atras del resto, estaba cansada y tratar de
seguirles el paso solo haria que me agitara y tubiera que respirar ondo,
cosa que no pretendia hacer.
Unos momentos despues, al pasar por
una esquina sentí algo raro, no podia explicarlo, era como si algo nos
estubiera vigilando, pero no solo eso, sentia algo, soledad? tristeza?,
estaba podrida, de esta ciudad de mierda, de que a cada lugar que ibamos
nos quisieran matar, pero eso me producia más frustración que otra
cosa, nunca realmente me habia sentido sola, o no le habia dado
importancia. Me detube inconcientemente y me di cuenta de que Mint
tambien se habia detenido, tal vez... -Sentiste eso?- Le pregunté en voz baja, tratando de disimular.
-Si, qué es?-
Respondió. De nuevo, un leve ruido de golpe, tratamos de buscarlo
disimuladamente, hasta que Mint me señaló en dirección a una esquina con
una caja de cartón debajo de un desagüe donde caia una gota de agua. -El sonido viene de esa caja, iba- Concluyó, a lo que asentí.
Nos
acercamos con cuidado a ver que era. La imagen que vimos era increible,
en esa caja habia 2 pequeños pokemon, similares al que tenian los
chicos que salieron del centro con nosotros, uno de ellos parecia estar
tratando de proteger al otro, ambos se veian muy sucios y asustados.
Algo
me golpeó en ese momento, no sabia que podria ser, pero sentí que no
podia dejarlos ahí, solos y abandonados, miré a Mint, que por suerte
parecia saber más sobre estos pequeños -Tranquila, sienten las emociones, si pensas en algo feliz, se los vas a transmitir-
Pensar
en algo feliz, si, seria muy facil, desde que habia comenzado todo
esto, habian intentado matarnos al menos 2 veces por día, casi vi morir a
mi hermano, una traidora me dejó inconciente y... No, tenia que dejar
de pensar en eso ahora, podia asustar a los pokemon, momentos felices,
momentos felices, cerré los ojos inconcientemente tratando de recordar,
algunos momentos con Baraddur, buscando bayas en el bosque, trepando
arboles, pasando la noche bajo las estrellas, no eran mucho realmente,
pero eran los momentos tranquilos que podia recordar. Luego, un par de
imagenes volvieron a mi mente, el gimnacio de Lavarre, cuando Mint
intentó animarme, el museo y... esta mañana.
Estaba segura que
mis mejillas no podian estar más rojas en ese momento, pero al menos,
parecia que habia funcionado, el primero de los pokemon se estaba
acercando con cuidado a nosotros, acerqué mis manos con cuidado y lo
levanté, sus pequeños brazos se extendian tratando de alcanzar los mios,
luego de levantarla se la pasé al joven a mi lado para poder acercarme
al otro.
El otro en cambio seguia hecho una bolita en un rincón
de la caja, acerqué mi mano lentamente, pero parecia no importarle.
Toqué su pequeño hombro con cuidado, apenas levantó la mirada, si habia
sentido mis emociones entonces por qué no reaccionó como el otro? Tal
vez, era como lo fui yo hace años? Definitivamente no podia dejarlo ahí,
decidí levantarlo con ambas manos y acercarlo a mi pecho.
Mientras
me ponia de pie nuevamente notamos que el pokemon en brazos de Mint me
miraba extendiendo sus brazos en mi dirección, mientras el que yo
cargaba parecia mirar a los ojos al joven a mi lado.-Iba, parece que ella está más cómoda con vos-
Dijo Mint levantando al pequeño pokemon en sus brazos, por otro lado el
que yo tenia no parecia importale pasar a manos del muchacho. -Mejor vamos, este lugar es deprimente-Dije en voz baja, no pudiendo evitar sonreir levemente.
Cuando
al fin logramos salir de esa desgraciada alcantarilla no podia creer el
alivio que sentí, una bocanada de aire fresco que necesitaba
urgentemente. El resto hablaba entre ellos, yo preferí esperar un
momento sola, necesitaba un descanzo. Mientras, la pokeball de mi
cinturón se abrió y Baraddur salió de nuevo, mirandome con preocupación.
-Estoy bien- Le dije, aunque en parte era mentira.
Me acerqué al resto una vez que las charlas parecian calmarse para preguntar -Entonces, qué hacemos ahora?-
La pequeña seguia acurrucada en mis brazos. Al verla recordé otro
problema que teniamos, Maxwell, lo busqué y me acerqué a él, doctor y yo
nos miramos por un momento, ambos recordabamos lo que habia pasado en
el centro antes de que nos atacaran, queria decirle algo respecto a sus
acciones, pero ya era tarde para hacer algo al respecto -Tenemos que avisarles a los otros sobre Karen- Concluí.