Entonces
eso era. Lo que sea que vieron explicaba la desconfianza del resto
hacia la pareja que teníamos enfrente. Jaime por su parte me parecía que
estaba siendo demasiado iluso. No desconfiaba del todo en Julia por mi
parte, no creía que necesariamente fingiera mucho por interés. Por cómo
decía las cosas... Jaime debía haberla conocido por un periodo de tiempo
medianamente largo, o ser demasiado pasional. No era quién para
juzgarlo. -Sea cual sea el caso... -comenté en medio de aquel
ambiente tenso- ¿Qué es lo que harán? ¿Confiarán en la Julia en la que
ustedes creen? Lo doloroso que debe ser aquella sensación. El del
puñal en la espalda, derecho al corazón, destrozando ideas, sueños,
memorias. Podía imaginármelo, el sonido que hacía cada uno de ellos al
desgarrarse por el filo del arma. Levanté mi vista hacia el techo del
container. La lluvia golpeaba con fuerza contra el techo. Mis planes se
habían ido a la basura.
No estaba muy segura de a qué hora me
había despertado. No había mucha luz, pero debía de estar madrugando.
Sentía algo suave tocándome el rostro. Se asemejaba a un par de manos
muy pequeñas, afelpadas. Abrí los ojos y me encontré cara a cara con la
emolga, que me observaba con una sonrisa de muflete a muflete. En un
principio fue algo confuso, pero en cuanto Bryce apareció a su lado,
entendí qué era lo que estaba sucediendo. Quizá no estaba todo perdido. -
Ya -susurré, no debía despertar a nadie por nada del mundo- Tomen a
Diana, los veo fuera -y dicho y hecho, con mucho cuidado y andando lo
más que podía en puntas de pie esquivando las extremidades, torsos y
cabezas de los demás, salí fuera. Sí le pegué a alguien, lo siento
mucho.
Cuando el sol estaba comenzando a tomar presencia, nos
apresuramos para volver hacia el container. Como supuse, Lumiose de
madrugada, al menos por la zona en las que estábamos, era bastante
diferente que durante el día y la noche. Mucho más tranquila,
silenciosa, pero con algo de gente circulando. A lo lejos había podido
escuchar algo de música, debía de provenir de algún disco o algo por el
estilo. Aminoré la velocidad al acercarme al sitio, para no hacer
ruido alguno. Sin embargo, descubrí que mis cálculos respecto a los
horarios del sueño del resto no habían sido de lo más acertados y
Yannick, al menos, ya se encontraba fuera. La emolga y Bryce se
escondieron detrás mío, una aferrada a mi espalda, el otro colgando de
la cola de la primera sosteniendo la pokebola de Diana con la boca.
Sonreí incómoda, intentando caminar disimuladamente hacia el container. -
Buen día... -y en cuanto pude camine rápido con pasos cortos hasta la
parte de detrás del pequeño hogar. Mi suerte no era la mejor, ya que me
encontré con Mint a medio vestir y con el pelo húmedo, como si apenas se
hubiera bañado. Ok, eso no lo esperaba para nada. Me escondí tras lo
primero que vi, que creo quizá fue un poste de luz. Parecía medio
dormido, así que asumí que no notó mi presencia. En cuanto quedamos
solos, tanto la emolga como el cubchoo se asomaron, cada uno en por
encima de uno de mis hombros. -Ok, ok, ahora, adentro antes de que
el cubito se despierte -y ambos entraron por una ventana rápidamente. Lo
que me faltaba es que ÉL también estuviera despierto.
Dejé
pasar unos minutos y volví hacia donde el resto se estaba agrupando tras
el grito de Sam. Era verdad, algo había mencionado... Ian... ¿dónde
estaría algo? -Me parecía que algo de la ciudad le incomodaba...
-comenté intentando acordarme de sus nervios antes de ir al museo- pero
no pensé que podría ser tan grave... Sentía que no podría hacer mucho sobre ese punto, así que salté a remarcar otros temas que me preocupaban, además del músico.
-
La fiesta esta... ¿Cómo vamos a conseguir ropa? No creo que tengamos un
puesto de disfraces para salvarnos nuevamente. Aunque hablando de eso...
tenemos que tener en cuenta dos cosas: no sé que tan 'disfrazados' -usé
los dedos para marcar las comillas- deberíamos ir, temo que nos
reconozcan. Y por otro lado, música, bebidas y ropa elegante no me suena
a una combinación muy segura -me sentía un tanto incómoda pensando en
cómo podría ser ese lugar, más para los más chicos del grupo. De los
demás no esperaba que fueran unos santos inocentes, pero creo que tenía
la sensación de que íbamos a terminar en una suerte de antro y la idea
me espantaba- Y no quiero desvirtuar pero... ¿De dónde salió y qué vamos
a hacer con él? -señalé con un dedo índice hacia arriba. Por encima de
mi cabeza, a unos metros del suelo, Urien, Arturo y el unown L parecían
estar comunicándose de manera avivada. No sé en qué momento Urien había
salido de su pokebola, pero no podía decirle nada ya que parecía
bastante animado y no me correspondía.
De alguna manera, los
tres unown sonrieron a la par. Sí, ya sé que no tienen boca, pero ese
ojo puede ser mucho más expresivo de lo que creen. Se los dice alguien
que vive con una piedra desde chica.
Desperté
al día siguiente sintiendome bastante mejor, hasta que intenté
levantarme, sentí mis huesos tronar al moverme, me tomó un momento
recuperarme pero logré ponerme de píe y salir del container, todos ya
estaban afuera, pero no parecia haber ocurrido mucho.
Mint estaba
acomodadose la ropa, al parecer se habia terminado de vestir hace poco y
no parecia seguir teniendo la mugre que yo todavia tenia, el chico
nuevo, Kileo se habia presentado, y me parecia correcto agradecerle por
la ayuda de ayer. -Kileo, gracias por lo de ayer, yo me llamo Ibaraki y mi compañero, el Sandygast es Baraddur- Le dije mientras dejaba salir a mi compañero.
Me
alejé unos pasos, asumiendo que el olor de las alcantarillas aun se
sentia, y recordé a la pequeña Ralts que rescatamos con Mint, él estaba
acompañado por el otro, que asumí debian ser hermanos, el muchacho y el
pokemon parecian disfrutar la mutua compañia, la pequeña que habia
estado conmigo me miraba desde dentro del contenedor. Le hice una señal
de que se acercara pero para cuando me dí cuenta habia desaparecido,
intenté ver más adentro pero una leve voz llamó mi atención, la Ralts
estaba detras de mi ahora, levantando la cabeza para tratar de verme a
los ojos. Estaba sorprendida pero no tanto, habiamos visto a varios
hacer cosas similares antes. Me incliné para levantarla preguntandome -Que voy a hacer con vos?-
en voz alta. Nicholas me habia recomendado usar una pokeball si queria
cuidarla, pero, realmente podia cuidarla? desde que tenia memoria
Baraddur era el que me cuidaba a mi y no al revez.
Me incliné
junto a Baraddur presentandole a la pequeña en mis brazos, estabamos
metidos hasta el cuello en problemas, muchos problemas, pero por otro
lado me hacia sentir muy mal la idea de abandonar a la pequeña, no creí
que tuviera a donde ir. -Qué te parece? Crees que podamos con ella?-
El Sandygast asentía emocionadamente y me hizo señas para darle a la
pequeña que puse sobre su cabeza, al lado de su palita, mi compañero
comenzó a dar unas vueltas a mi alrededor y la pequeña parecia
disfrutarlo. Al menos alguien disfrutaria esos paseos de nuevo.
Me
acerqué de nuevo a ellos tomando una pokeball de mi bolso, debia
admitir que eran útiles para viajar pero detestaba esas cosas, recordaba
lo tristes que se veian los pokemon de los tipos del Lost Hotel
encerrados ahí dentro, bueno, asumia que nadie seria feliz siendo usado
como pelota de pool. Le acerqué la pokeball a la pequeña -Escuchame, no tengo nada que darte, solo esta pokeball y un nombre, pero si queres venir con nosotros sos bienvenida- Concluí dejando el botón a su alcance. La pequeña lo tocó con su mano y fue absorvida por el aparato. -Bienvenida a la famila, Mavis-
Baraddur
y yo volvimos con el grupo, alcancé a escuchar a Sam decir que era
amigo casi hermano de Ian, pero esta vez no fue como la anterior, no me
sentia cómoda con esa revelación, luego hablaban algo sobre una fiesta
salvaje, eso sonaba peor, habia visto fiestas salvajes y no eran algo
que me entusiasmara, cerveza barata, gente gritando, haciendo volar
mesas, altoparlantes a todo volumen, santo cielo, esta ciudad se
esforzaba por ser detestable.
Nitta preguntaba que como
conseguiriamos ropa para la fiesta y que no le parecia muy segura, no
sabia a que se referia, veniamos de estar por morir unas 2 veces por día
durante 4 días, no podia ser mucho peor, y mencionó el puesto de
disfraces de Karen, lo que me recordaba un pequeño gran problema.
-Sin contar lo que les decia anoche-Continué luego de Nitta -La última casi hermana de Ian casi me mata en el centro pokemon ayer, te suena el nombre Karen, Samuel?-
-Qué carajo?-
exclame levantandome sobresaltado ante el golpe que acababa de sentir
en mi estomago, el osezno de hielo estaba encima mío riéndose, podría
decir que estoy sorprendido pero no. -Vossss, no podías dormir unas horas más?-
me quejé, desde cuando sale solo de su pokeball? Antes de poder seguir
sentí que algo aterrizaba en mi cabeza, reconocí esas patas enseguida,
era diana… Esto ya se esta poniendo raro. Escuché un ruido familiar, era
la ardilla, venia volando en dirección a mi cara con su sonrisa de
maniaca. –Me va a doler.- cerré los ojos
al tiempo que la criatura se chocaba contra mi haciéndome caer al piso,
por suerte el bolso amortiguo mi cabeza. Tome con mis manos a la emolga y
la levanté. -Acaban de armar un sindicato y esto es una protesta? No esperaba que me traicionaras asi Dii-
comenté, la pequeña pájaro aterrizó al lado mío, no tenía idea de cómo
carajo había pasado pero casi todos mi pokemons estaban afuera. Como
pude me levante del suelo y junté mis cosas mientras mint entraba sin
remera...-Vengan todos, hay que hacer algunas presentaciones. Y vos ponete una remera, te vas a morir de hipotermia-
Sali
de container seguido de mis pokemons, lo que pensaba hacer era algo muy
impropio de mi pero era de las primeras cosas que nos enseñaron en la
academia, crear lazos con tus compañeros de equipo. En la calle si pasa
algo ellos son los que van a cubrir tu espalda ante del peligro y
viceversa. En este caso ahora ellos son compañeros entre si, y más
importante, mios, tengo que confiar en que me cubran las espaldas y
devolverles el favor. Igual, no dejo de sentirme como un pelotudo
haciendolo, pero si nenes de 10 años pueden, entonces yo también. Libere
a Hollow, el único que faltaba por salir, el pequeño fantasma se
materializo frente a mi, parecía estar en mucho mejor estado que ayer.
Las criaturas se empezaron a mirarse entre sí, algunos de ellos
ignoraban la existencia del otro hasta recién, aunque diana parecían
mirar con odio a la rata y Bryce, quizás por la diferencia de tipos o la
pelea de ayer. Me senté en el piso como para estar más cerca de ellos,
respire hondo mientras me refregaba los ojos, aun no me había despertado
del todo. -Normalmente los haría formarse en
fila, pero dudo que algunos de ustedes manejen el concepto de formación o
el de respeto a la autoridad.- al decir esto último mire fijo a Bryce que solo se limitó a reírse, oso psicópata.-
En fin, voy a hacer esto rápido y ahorrarme el discurso emocional que
todos sabemos no es mi fuerte. Cuando diga si nombre levanten su
pata/ala/brazo fantasma, me entendieron?- Todos los bichos
asintieron con la cabeza, incluso la posible causa de mi muerte, raro.
Comencé a nombrarlos uno por uno, iniciando por Diana quien levanto su
ala, claramente sintiéndose tan boluda como yo y culminando con el
pequeño hollow.
-Genial, esto salió mejor de lo que esperaba, nadie termino herido, son un grupo muy hermoso, etc etc. Que no se cort…- No
termine de decir lo último que el ruido de una camioneta frenando
detrás de nosotros nos interrumpió. Me di vuelta rápidamente, tanto mis
pokemons como yo estábamos en alerta hasta que vi el logo en el
vehículo, era un Pidgeot azul, debajo de él estaba escrito en letras
amarillas “Pidgeot Transport”, quién estaba recibiendo correo acá? Un
hombre con uniforme de cartero bajó de la camioneta mientras buscaba
algo entre los papeles de su tabla. -Hay algún señor Gross aca? Nicholas Gross? Tengo un paquete para él-
Dijo el hombre mientras leía el claramente mal escrito papel, me golpee
la frente sabiendo que solo existía una persona capaz de encontrarme
acá y mandarme algo. -Es Frost el apellido.- Le respondí acercándome al cartero seguido de mis pokemons. -Lo lamento señor Frost, su madre le envió algo.-
el tipo rio mientras me pasaba para que firme la recepción de la
entrega. No tenía idea de lo que podía ser pero viniendo de esa mujer
podía esperarme cualquier cosa, desde un libro sobre el poder de las
estrellas hasta ropa interior.
El cartero regresó de la parte trasera de su camión sosteniendo una caja con agujeros a los costados. -Perdon la demora, hubo que pasarlos de la jaula, son muy tranquilos, casi ni se quejaron.-
comentó, me quede mirándolo sin entender un carajo de lo que estaba
hablando, qué carajo me mando esta mujer? Me mando algo vivo por correo?
Ay no, decime que no me mando lo que yo creo. El hombre dejo la caja a
mis pies, le devolví sus papeles firmados y asi como vino se fue
mientras liz lo saludaba. Me agache frente a la caja, estaba apenas
cerrado y se podía escuchar el ruido de algo moviéndose adentro. Con
mucho cuidado tome la tapa de la caja, mis pokemons se habían reunido
alrededor del paquete y miraban con curiosidad, retire la caja y
encontré dos pequeños pokemon dentro, eran dos eevees, uno tenía una
cinta rosa en el cuello y el otro una celeste. -Ay no, me los mandó.- las dos criaturas me sonreían desde ahí.
Flashback
-Nickyyy podes venir un momento?-
El pequeño niño de 7 años dejo sus juguetes en el suelo, camino
despacio mientras bostezaba, las marcas de ojeras en sus ojos mostraban
que había dormido poco y estaba cansado. Los últimos días había estado
teniendo problemas para hacerlo, no podía parar de verlos, cientos de
ellos deambulando por todos lados de la ciudad y su casa mirando
perdidamente hacia todos lados. Había pasado días enteros en su
habitación bajo las sabanas con miedo a que en algún momento alguno lo
notara.
Nicholas llego hasta la cocina de la casa donde su madre
lo esperaba con una sonrisa, la mujer se agacho hasta estar a su altura y
acaricio su cabello. –Te acordas de lo que estuvimos hablando el otro día?- el niño asintió con la cabeza. - Bueno, creo que encontré una solución a tus problemas, por lo menos hasta que aprendas a controlarlo.- Nicholas sonrió emocionado al escuchar eso. -Te parece si vamos al patio? te esta esperando allí.-
El
pequeño salió corriendo hacia el patio ansioso por descubrir cual era
la idea de su madre, miro para todos lados hasta que encontró algo que
nunca antes había visto. -Veni, vamos juntos -
Dijo su madre mientras lo tomaba de la mano, caminaron hasta llegar al
lado del árbol donde la criatura dormía. Nicholas nunca había visto una
criatura asi, era negra y con unos aros amarillos en su cuerpo. El
pokemon abrió sus ojos al sentir que se acercaban -Nicky, te presento a Milo.- El umbreon se acercó al pequeño y con su cabeza acaricio el brazo del niño. -Este pokemon es bastante particular, los aros en su cuerpo pueden brillar en la noche y se cree que espantan a los fantasmas.-
-Entonces no se me van a acercar?-
preguntó Nicholas con una sonrisa. -Mientras estes con él ellos no se
van a acercar!- el niño asintió alegremente mientras acariciaba la
cabeza del umbreon.- Pero vas a tener que seguir practicando conmigo, Milo no siempre va a estar ahí para protegerte!-
Levanté a uno de ellos para mirarlo más de cerca, el parecido a él era impresionante, no pude evitar sonreír un poco al verlo. -Saliste hermosa a tu papá, espero que no estés loca como tu mamá.-
Devolví a la eevee a la caja, esta tomo algo del suelo y me lo dio, era
un sobre negro con nombre escrito en una elaborada caligrafía
plateada. -Dramática como siempre.- Abrí el sobre, dentro había dos papeles, tome primero el que parecía ser la carta en si.
Querido Nicky: primero que nada, como estas? Llevo 2 semanas sin
noticias tuyas, acaso te gusta jugar con la salud de tu pobre y anciana
madre? (Ni se te ocurra decir nada sobre mi edad!) Para que conste, ya
se de tu pequeña aventura, las estrellas me lo advirtieron, solo espero
que te encuentre bien y tus amigos te estén cuidando, podes confiar en
ellos, mis astros. Ahora pasemos al otro tema, quizás me estes
odiando por enviarte a los gemelos pero algo en mi me dijo que debía
hacerlo, Milo y Ella estuvieron de acuerdo en que podrían ayudarte a vos
y alguien más, confían en tu juicio para que encuentres un entrenador
apropiado para cualquiera de los dos. Te extrañamos, cuídate y esperamos que vuelvas a casa pronto. Atte Mamá.
Pd: No, no podes llamarlos Sara y Katunga, deja que el entrenador elija el nombre. Ya te conozco.
Pd2: Milo te manda un regalo extra!.
Pd3: Podes confiar en vulpix!
Sonreí
al terminar de leer la carta, a veces extraño sus locuras diarias y a
esos dos bichos, después de todo había crecido junto a ellos. Busque en
el sobre el otro papel, al tocarlo me di cuenta que era una foto.
Saque
mi billetera y guarde la foto allí, mamá se habia equivocado esa vez,
Milo siempre va a estar cuidandome. Regrese la carta al sobre y la deje
en el bolso, tenía que contestarla antes de que me olvide. Levanté la
caja con ambos Eevees adentro, creo que tenia idea de que a quien podía
darle el otro. -Diganme una cosa, a alguno de ustedes les gustan los universitarios con ojeras?-
La
noche pasó rápido, cosa que lamenté un poco ya que disfruto dormir
pasada la mañana. Esta no fue la ocasión ya que me desperté bastante al
alba, tal vez mi inconsciente quería que le terminara de dar la vuelta a
este asunto. Nitta ya me había puesto bastante al corriente, pero
algunas cosas todavía no estaban claras. Saque una pequeña libreta de
mano en donde suelo anotar cosas. Todavía seguía abierta en la página en
la que dibuje rápidamente a la mujer que nos intentó asesinar a base de
sismos el día anterior. Adorable. Hice una pequeña lista de datos y
nombres. Repasé las cosas que tenía anotadas de antes. Nada. Iba a
necesitar que alguien conectara estos hilos, aunque debía esperar un
poco ya que la mayoría estaban dormidos y, los que estaban despiertos,
no estaban.
Creo que justamente Nitta y el chico de pelo verde
jade. El chico de campera universitaria tampoco estaba y se podían oír
ruidos afuera. Parecía como si estuvieran golpeando un mono con una
calabaza, raro... Como duró poco, no me alarmé tanto.
Me levanté
y me estiré un poco. Estar acostumbrado a dormir en el suelo no quiere
decir que le deje de hacerle mal a tu espalda.
Pronto se
despertó el muchacho de los lentes de sol (o, más bien, todo su equipo
lo despertó) y el chico de pelo verde volvió (y podría jurar que posó en
la puerta) habiendo tomado un baño, aparentemente.
Seguía
sentado de piernas cruzadas en el suelo, preparando mis cosas. Había
vuelto a teñir mi mechón, esta vez de azul eléctrico. Y me disponía a
volver a mi análisis de los datos cuando un tronido horrible me hizo dar
vuelta. Era la chica rubia, cuyos huesos no parecían estar teniendo la
mejor de las mañanas. Se dirigió a mí para agradecerme la ayuda y se
presentó como Ibaraki. Seguidamente introdujo a su compañero, el
Sadygast, como Baraddur.
-Un placer. Ya lo dije, estoy ahí donde
necesiten de mis habilidades y me parece que ustedes van a necesitarlas
por un tiempo- le dije de manera amistosa. -Y es un gusto estar cerca de
alguien de tu especie. Me hacen sentir un poco más cerca de mi hogar. -
dije sonriendo al montículo de arena que se acaba de materializar al
lado de su entrenadora.
"Ah... eh, bienvenido al equipo,
Killua." me dijo alguien recién amanecido desde el fondo del container.
Saludé con la mano de manera amistosa. -Gracias, ciertamente parecen un
grupo divertido, salvando las veces que intentan matarnos. - bromeé.
Salí
a estirar las piernas para que el aire fresco me activara el cerebro o
algo. Tal vez pintara un poco, sí. Me llevé mi cuaderno anillado y me
senté en una piedra y empecé a hacer bosquejos de lo que veía como aves,
vías de tren, pilas de bolsas de basura, una camioneta de entregas con
su conductor dejando una misteriosa caja a los pies del chico de gafas.
Levante una ceja. -Meh, cosas de Kalos. - Seguí en lo mío.
Lando salió sólo a tomar aire también.
-
Buen día, amigo mío. ¿Te sentís mejor ahora? - El Heatmor asintió
alegremente e hizo algunos ruidos de satisfacción. -Te tengo buenas
noticias: Si mis cálculos son correctos, tu nivel ya te debería permitir
usar Fire Spin. ¿Qué te parecería practicarlo?
En eso, vi como
el chico de la campera me llamaba. Me acerque y nos formamos como en una
ronda. Me dio la bienvenida y asentí sonriendo, expresando lo más claro
que pude mi interés.
Aparentemente el siguiente punto a tratar
para conseguir más pistas sobre el paradero de esta señorita Julia era
una fiesta en lugar llamado “Club Silverspoon”. Fiesta salvaje, ropa
elegante. Curiosa combinación.
-Si me permiten aportar ideas,
creo que sería más practico el ir en grupos más reducidos. Caer ocho
personas, sin invitación a una fiesta no es la manera más adecuada de
infiltrarse. Créanme, tengo experiencia en esa área. - dije, mientras
acomodaba mi pelo orgulloso de ambos: Mi experiencia y mi cabello. - Un
grupo puede entrar como invitados y otro como trabajadores del lugar, no
sé, músicos tal vez. Algo que no llame la atención. Imagino que no les
debe de hacer gracia la idea de dividir al grupo después de los sucesos
de ayer, pero creo que es la mejor opción.
Nitta remarcó el punto
de la vestimenta (cosa que no era problema para mí ya que siempre visto
presentable) y preguntó sobre el unown L que ahora flotaba sobre
nuestras cabezas acompañado de los otros dos de su especie. ¿Cuándo
había abandonado su pokeball Artu? Pequeño escapista. Parecían felices
de reencontrarse en un ambiente más tranquilo (y sin estar cargando
entrenadores). No vi razón para devolverlo al dispositivo. Me limité a
admirar las formas que trazaba sus vuelos en el aire.
Samuel
salió quejándose y diciendo algo de un tal Ian. Y expresó ávidamente que
no le agradaba esta ciudad porque iba a matarlo. Ayer casi se cumple,
no podía culparlo. En lo personal, esta ciudad me estaba resultando más
interesante de lo que pensaba encontrar.
Key
entro al container medio nervioso al ver tanta gente, y le indique que
se recostara en un rincon, el ponyta asintio y se recosto en el lado
contrario al que le ordene. Deje el maletin junto y este empezo a
vibrar, parecia que al pequeño huevo dentro le gustaba estar cerca del
corcel.
La charla se habia dirigido hacia Jaime que comenzo a
lagrimear legitimamente y todo mi resentimiento hacia el desaparecio en
un abrir y cerrar de ojos, soy un panqueque que quieren que les diga,
pero no puedo con la gente que llora frente mio, quiero ayudarlas con
todo mi ser siempre que sucede.
Le acerque mi pañuelo al pobre joven.
Al
dia siguiente me levante como siempre, tarde, las mañanas no son lo mio
definitivamente y me dedique a preparar mis menjunjes.
//hacer potas// [dice]0[/dice]
//cuantas// [dice]1[/dice]
Cuando termine ya estaban todos en sus asuntos, escuche el ruido de un auto, pero ya se habia ido cuando sali a ver. Key seguia durmiendo como chancho patas arriba con el pequeño Salem arriba, no los desperte, total teniamos tiempo.
El
bueno de Yannick comenzo a comentar algunas cosas de lo que habian
vivido cuando nos habiamos separado. Remarcando ciertos puntos sin pelos
en la lengua. Cuando termino le pregunte si me podia dar mas detalles y
me dijo que habia obtenido otra de las contraseñas entre otras cosas,
le agradeci y me dirigi a Kileo extendiendole la mano.
-Doctor
Goodman, si tenes una herida o un hueso roto soy tu hombre, pero trata
de no lastimarte en lo posible- le dije con una sonrisa incomoda la
ayuda nunca sobra, pero no queria que saliera lastimado.
Yannick
seguia indagando sobre Ian, me parecia extraño que se preocupara por
alguien de esa manera sabiendo que lo habia conocido hacia apenas unos
dias, a menos que... Nah me dije a mi mismo, no creo que puede ser
eso... Mhhh
Parecia que todo indicaba que la siguiente pieza del
misterio de Julia estaba en un cafe que celebraba una fiesta esta noche,
esos eventos me ponen incomodo y nervioso, no se si bailar o charlar
con alguien y si me quedo solo en un rincon siento que la gente me
juzga... Me gusta como va vestida la gente eso si, pero no me puedo
quedar mirando porque seguro piensan que soy raro o algo asi.
Mire a Epiphone, parecia preocupada por algo.
-Estas bien?, te veo medio desanimada desde hace un rato- le pregunte preocupado.
Jaime
parecia debastado. Epiphone abrio los ojos grandes cuando se menciono a
su padre. La chica dio un paso atras tapandose la boca, asustada, pero
aun asi se volteo a ver a su amigo, que lucia incluso mas shockeado.
-Es-espia? No...pero...Julia era...-
La mension de las tablas antiguas de la familia Gautier hizo que el
joven deje de hablar. Por un momento parecia que iba a caer desmayado,
pero luego simplemente se sento en el piso, con la mirada en el piso.
Epiphone se acerco a el, pero el muchacho no reparo en ella. - Las tablas de Tanoby... - Los entrenadores vieron que lagrimas comezaron a caer por sus mejillas. - Mi familia tiene una gran...coleccion de artefactos...ella las menciono al pasar unas veces...pero...
-No es momento, Jaime. - Dijo Epiphone a su lado.- Ella te amaba. Estoy segura. Yo...vi como te miraba, y como la mirabas vos...eso...eso no puede fingirse.-
La chica sonrio, pero apesar de ello, los entrenadores notaron que ella
tambien estaba llorando. El muchacho hizo oidos sordos de sus palabras,
lo cual borro la sonrisa de la chica. Sacudio la cabeza y miro a los
entrenadores.- Mi..mi padre...que clase de...trato, hizo con Julia? Que recibio a cambio y...por que?
Los
Unowns danzaban sobre la cabeza de los entrenadores, trazando un
perfecto circulo alrededor de Jaime. Los jovenes habian visto el flyer
del club al cual debian ir esa noche, y algunos parecian bastante
emocionados ante la persepectiva de visitar una fiesta nocturna de
Lumiose. Los que eran de la ciudad conocian ese club de nombre, se solia
llenar de gente de clase alta y las fiestas solian extenderse durante
toda la noche. Si bien era un club nocturno, la clase social de la gente
que asistia hacia como requisito ir bien vestido. Como resultado, era
sabido que cuando se veia gente por las mañanas tambaleando y en traje,
salian de aquellas fiestas.
-Suele ir mucha gente a esas fiestas, dudo que les parezca raro ver a ocho personas en un grupo.- Dijo Samuel entrando en el container respondiendo a lo que comento Kileo sobre como ingresar en la fiesta.- Pero si deberian ponerse ropa de marca o minimamente elegante, se fijan mucho en eso.
Yannick
le pregunto al Lider de Santalune que era lo que ocurria en esta
ciudad, que habia hecho que Ian tenga que abandonar el grupo. El
muchacho delgado estaba por comenzar a hablar, cuando Kileo pregunto
quien era Ian, para empezar. Samuel rio.
-Oh...bueno...Ian es un rompecorazones local.- Dijo sonriendo, aunque al poco tiempo su sonrisa disminuyo. - Emh...veran...el va a matarme si les cuento mucho...pero es justo que sepan algo. -
Samuel se sento sobre una pila de cajas. Jaime se habia retirado del
container en silencio, mientras Epiphone se forzaba a levantar los
platos restantes y ponerse a limpiar, con la mirada clavada en el piso. -
Veran...nosotros trabajamos en esta ciudad por
un tiempo. Trabajamos para alguien...un...amigo, podriamos decir. Cada
uno de nosotros tenia un talento, entonces nuestro...jefe, nos busco por
eso mismo. Quisimos abandonar esa vida, pero nos resulto bastante
dificil. Sobretodo, porque ademas de estar metidos con...los bajos
fondos de Lumiose, por asi decirlo, algunos de nosotros teniamos motivos
eh...personales, para seguir en ese...mundo. No puedo hablar mucho mas
al respecto sin el permiso de Ian, pero nosotros logramos cortar los
lazos y salir de esa vida. Nuestro jefe no estaba nada contento cuando
intentamos irnos, pero...bueno, supongo que todos son descartables en
ese mundo.- Concluyo el muchacho con una sonrisa algo amarga en el rostro.
Ibaraki
comento lo que habia ocurrido la noche anterior, y menciono el nombre
de otra amiga de Ian, cuando le pregunto al lider si conocia a Karen,
este se puso mas blanco de lo que ya era.
-Ka...ren-
Cada letra parecia que le costaba horrores. - Eh...ah...Ian, si Lumiose
no te mata lo voy a hacer yo- Dijo el muchacho mirando hacia el techo- Matarte? Si hay algo que Karen no puede hacer es matar a alguien...es una chica muy dulce. Quizas demasiado...- Samuel puso los ojos en blanco en señal de cansancio. -
Trabajaba con nosotros, tiene sus...talentos, claro. Los tres eramos
bastante unidos...pero bueno, tuvimos algunas diferencias
personales..je...momento...no te hablo de mi, no? Lo que sea que te haya
dicho es mentira. Yo siempre le aclare que no queria nada serio y...eh,
bueno, nada.
Me
quedé mirando a Samuel un momento cuando terminó de hablar. Respiré
profundo y me pasé las manos por a cara. Por dios, parece que los
eligiera a propósito. Casi me podría avergonzar de lo poco que me
importaba qué hacía antes comparado con cómo lo había afectado, pero no era la primera vez que conocía a alguien tratando de salir de un mal lugar, ni la primera vez que me interesaba demasiado
con ese alguien. Y yo lo convencí de volver acá, cada vez metía más la
pata en estas situaciones. Creo que tendría que bajar un cambio en
serio, a este ritmo. Mejor que se haya ido entonces, pensé largando un bufido, la iba a cagar de todos modos.
-
Es más de lo que debería haber pedido.- dije forzándome a sonreír.
-Gracias Sam y uh, felicitaciones? Por haber salido de todo eso. Espero
que no te lo hayamos cagado.-
Me dirigí a la puerta cuando Frost
entró al container sosteniendo una caja con.. pokemon? Dio un vistazo al
ambiente del grupo, Jaime y Epiphone llorando, Ibaraki discutiendo con
Samuel sobre la tal Karen, y me preguntó de qué se había perdido. Le
conté brevemente todo intentando no expresar demasiado y agradecí que no
haga ningún gesto ante la mención de Ian.
-Qué onda ésos?- Señalé a los cachorros. -No creo que los hayas encontrado por ahí.-
-Ellos son Sara y Katunga.- respondió completamente serio y no pude evitar reírme un poco. -Bueno, no. Pero me los mandó mi madre, pensó que podrían ayudarme así que me voy a quedar con uno.- Dejó la caja en el suelo y levantó a uno de los bichos. -Para tu suerte te tocó Katunga, me parece que se va a llevar bien con vos.-
-Oh... ok. Tu madre suena como una persona.. atenta.- No iba a cuestionar cómo sabía en qué andábamos. -Eh, seguro que me lo querés dar?-
-
Ella dijo que confie en vulpix y no sé porqué lo asocié con vos. Pero te
advierto que voy a matarte si le pasa algo. Ah y lo del nombre es
opcional.-
Me quedé congelado. Vulpix? Dijo Vulpix, sí. Lo miré. -Como.. supiste... Viste mi Estrella?!- pregunté
algo ofendido tratando de mantener la voz baja. Sabía que no todos
tenían la cortesía de preguntar, pero no me gustaba que no me pidan
permiso para algunas cosas, ya había tenido mucho de eso.
-No tengo idea de qué hablas, eso es cosa de ella, así como lo mio es... bueno, otras cosas.- dijo simplemente.
-Ah.- Bajé la mirada al bicho, avergonzado. -Ok, perdón es... No importa.- Sacudí la cabeza. Otra diferencia, sí, debí sonar como un idiota.
Acaricié
al pokemon, era incluso más suave de lo que parecía y no se movió más
que para acercar su cabeza a mi mano. Apoyé el bolso en el suelo y me
puse a buscar la única pokeball que me quedaba, pero primero encontré el
paquete que nos había dejado el pájaro ayer, con esas de color raro. El
pokemon las miró interesado. -Supongo que es lo mismo.- me
encogí de hombros y se la acerqué, el pequeño fue absorbido sin
problemas. Cuando levante la vista, la otra eevee estaba llevándose una
en la boca -Ey no no dejá eso.- Corrió hasta Frost, dejó la ball a sus pies, y fue absorbida también. -Dejá, es tuya de todos modos.- me resigné.
Algunos
seguían hablando de cómo arreglarse para la noche. No me encantaban ese
tipo de lugares ni esa clase de fiestas, capaz en otra época, pero
igual sonaba mejor que ir al Hospital a que nos intenten matar de nuevo.
Y si lo necesitábamos... -Yo conozco un lugar.-
dije en voz alta sin pensarlo. Me miraron. Ah, que mal. Puede que fuera
porque no me veía como el tipo de persona que se arregla muy seguido...
o jamás; esa ironía nunca pasó desapercibida para nosotros dos. A decir
verdad, si existía la muy real posibilidad de que nos fuéramos a morir
uno de estos días... Me gustaría hablar con ella una última vez. No
habíamos quedado muy bien. -Es una.. peluquería sobre el Boulevard Sur. Si mal no recuerdo también tenía salón de belleza.- Me miraron aún más raro. -Em, alguien que conozco trabaja ahí. Capaz.. nos haga descuento?-
No porque me conozca, pero tal vez por ir de a tantas personas. Eso o
me iba a tirar el primer secador de pelo que tuviera a mano por la
cabeza.
Antes de salir le hice una seña a Frost. -Contales lo del unown y Thenardier, después poneme al tanto vos, necesito hacer algo.-
Un problema a la vez. Afuera busqué a Jaime, estaba agachado, todavía
sollozando creo. No había habido modo de decirle esas cosas de forma
linda, pero igual me sentía responsable al menos en parte por cómo
estaba. Las palabras de Nico no lo animaron mucho, capaz... podía
intentar algo diferente.
-Jaime.- Le llamé la atención lo más suave que pude y me senté a su lado. -No me quiero meter más en tu relación, si te quiso o no, pero...- Tampoco puedo no pensar en las circunstancias en las que se conocieron. -
No es buena idea dejar que alguien sea toda tu razón para hacer las
cosas. Sé lo que es cuando encontrás a una persona y sentís que es la
primera que te entiende, la primera con la que conectás de verdad... Eso
no significa que va a ser la única.- Lo miré fijamente a los ojos a pesar de que era un poco raro, le estaba hablando a él o a mí mismo? -Si algo le pasó a Julia o las cosas no salen como hubieras querido... vas a tener que seguir con tu vida igual.- Le di la pokeball del Aipom que acababa de atrapar. -
Nosotros nos podemos encargar de.. todo ésto que está pasando, y de
buscarla, si todavía querés. Pero no tenés que sentirte como que no
podés hacer nada. Para bien o para mal, sos parte de ésto, es tu vida.- Presioné
el botón de la pokeball liberando el mono sonriente, aunque no parecía
demasiado feliz con verme y se subió al hombro sano del muchacho. -Al menos te podés proteger solo ahora, si no estamos. Y creo que te va a hacer bien un poco de compañía más alegre.- Traté de sonreírle también a pesar de todo. -Lo que sí, vas a tener que ponerle un nombre.- Le dije mientras me levantaba y me alejé antes de que pudiera responder nada.
Me
senté fuera de su vista y saqué al eevee, yo también me tenía que
encargar de lo mismo. El bicho se dejó levantar sin quejas y lo puse en
mi falda para acariciarlo. Un nombre... -Katunga no te gustó, no?- Arrugó su hocico en disgusto. -Ya me parecía. A ver...- No
sabía mucho de elegir nombres, pero sentía que había mucho peso en eso.
Ehre lo habíamos decidido con ella, una especie de rebautismo; y Leti
lo eligió Ian... Lestibournes en realidad... Me pregunto si tendría
algún significado.... -Algo con K? Kurt.. Kirk.. Keith.. Kev--
mi garganta se cerró alrededor de ese nombre. Mierda, por qué me vino a
la mente? Capaz era un signo de avance, que pueda pensar en al menos su
nombre sin sentir miedo. Cerré los ojos fuertemente un segundo y cuando
los volví a abrir, el pokemon me miraba algo confundido con su cabeza
inclinada a un lado. No pude evitar sonreír. -O mejor otra letra, ya tenemos a Kileo, Kaeru y Kay. Ah y Kabir y Karen.-
Me dio más gracia de lo aceptable, seguramente porque buscaba una
excusa para pensar en otra cosa, en algo un poco más lejos de casa.
Casa... -Estamos a principio de Noviembre.- Levante
la vista al cielo mientras pensaba. Cómo era eso que decían las
historias que leía en casa de la abuela? El mes oscuro... -Toussaint!- exclamé mirando al eevee, quien levantó sus orejas con interés. -Te parece?- Él asintió. -Muy bien, entonces es hora...- Me levanté y liberé a Ehre y Leti. -
que se conozcan. Ehre, te debés haber dado cuenta que tengo más compañía
desde hace unos días. Él es Lestibournes, o Leti, y él es nuevo,
Toussaint.-
Ehre hizo su usual reverencia, pero Leti tomó
su cinto como si le estuviera dando un apretón de manos y no pareció ser
afectado por el contacto. Raro. Toussaint se acercó y se les refregó a
ambos. Entonces me di cuenta que era el primer pokemon "vivo" en mi
equipo, curioso ver lo bien que se relacionaba con los otros dos. -Por cierto,- saqué el casquito que había venido ayer en el regalo, -quién quiere ésto?-
Ehre lo tomó con su cinto, pareció pesarlo un segundo... y me golpeó
con él en el brazo. El mismo brazo que me había agarrado ayer. -Ouch, era necesario?- me quejé frotándome el golpe, ella dio una vuelta en su lugar. -Bueno, todo tuyo.- Estiró su cinto y quedó colgado de su empuñadura. -Muy lindo, señora.- bromeé.
La guardé antes de que reaccionara a ese comentario o me iba a volver a
golpear, y esta vez con razón. Los otros dos por su lado se habían
puesto a jugar.
Los iba a guardar cuando se nos acercó un ave haciendo volteretas en el aire, atrás venía Nico. -Ah, te tenía que buscar.- le dije revisando mi bolso de nuevo y sacando su regalo. -Éste era tuyo.-
Parecía estar de mejor humor hoy y me agradeció con su clásica sonrisa,
pero no pude evitar sentir que ya no encajaba. Me fijé alrededor para
asegurarme que no hubiera nadie más. -Che Nico, no me digas nada si no querés.. pero... Ayer en la Catedral y después estuviste actuando.. raro.- Su
sonrisa cayó por un segundo y sentí un escalofrío, que espero haya sido
solo la brisa que parecía acompañarlo a todos lados. Toussaint bajó las
orejas, y se escondió atrás mío.
la
situación al esplicarle las cosas a los dos no era buena para ellos me
sentía mal, el qué se enterasen de todo, parecía afectarles mucho pero
no puedes vivir en una ilusión no es sano pero tampoco creo que está sea
toda la verdad pues lo que hemos escuchado no a sido más que la
información más superficial esto es simplemente la punta del iceberg aún
nos queda mucho para llegar al fondo.
En eso ví al pobre chico
irse bastante afectado del container lo seguí no quería que hiciera algo
peligroso a causa de su estado emocional.
Fui y lo alcance, lo
agarre del hombro tras que el terminara de charlar con yannick y se
alejara y le dije - sé por lo que estás pasando, la desilusión y el
sentirte traicionado - respire y continue- déjame que me presente
completo mi nombre es Mint Kagami y pertenesco a la gran familia Kagami
conocida por tener poderosos entrenadores en su familia por generaciones
y blah, blah, blah- es molesto la introducción.
- pero bueno
como me vez pertenesco a un poderosa familia o mejor dicho que
pertenecía esa familia si se le puede decir pero sufrí mucho en ella y
escape la única razón de que este vivo se debe a que el más poderoso de
la familia me quería - no puedo decirle que es mi padre no sé cómo
reaccionaria - y solo podía participar en los eventos en los que estamos
aparecía en los demás sólo estaba en mi habitación/calabozo sufriendo
miles de maltratos casi mortales y escape por una razon por que quería
ser feliz aún que abandonase a las únicas personas que me ayudaban a
sobrevivir y tras liberarme de esas cadenas y lazos encontré alguien por
quien vivir pero resumiendo pase muchas cosas feas y tú también puedes
hacerlo y sobre lo que dicen de Julia y te digo que no creo que no le
interesaría si no te habría pedido ayuda a que no entiendes verdad vos
nos lo dijiste su última frase fue : la líder lo sabe o algo parecido no
me acuerdo pero con eso ella te dijo que la siguieras si no le
impotaces no te habría dicho nada y ubiera desaparecido cual fantasma
de un día para el otro por lo que levanta el ánimo lucha por ser feliz y
encontrar a esa persona especial si no fue mutuo y te digo que no
sentirías está sensación- le sonría lleno de pasión por la palabra que
dije.
Salí
a tomar aire después de que todos nos pusiéramos relativamente al día,
seguido de el intento número veinte de hacer que Jaime deje de llorar.
El muchacho me había empezado a caer un poco mejor desde la noche de
disfraces, pero yo tampoco podía hacer milagros; si el flaco quería
desvelarse por Julia hasta que se muriera no iba a ser yo el que lo
detuviera.
Me apoyé contra la pared del container desde afuera,
las voces de los demás reberberando desde adentro. Lo que había dicho
Yannick todavía me daba vueltas, y no entendía por qué. No dedicar tu
vida a una sola persona...
Miré hacia arriba, hacia la torre de
Lumiose en la distancia, siempre brillante. Debí haberme quedado así por
un rato, porque cuando volví en mí y cerré los ojos me empezaron a
picar.
¿Y sí son más de una persona? Una parte de mi mente me preguntó.
El
melodioso chirrido de Sloane me sacó de mis pensamientos. Giré la vista
hacia el Spearow, la cual seguía prendida de mi hombro y me acicalaba
el pelo con su pico. Sonreí y le rasqué la cabeza.
-¿A vos también te rechazaron acá? -Le pregunté, sin esperanza de que me contestara. -Eh, la ciudad es muy chica para nosotros. Ya vamos a encontrar un mejor escenario.
Noté
que Yannick había salido hace un rato antes que yo, y ví como tuvo una
discusión con Frost de la que sacó... un Eevee. Huh. Le dí un rato para
que introduzca a su nuevo miembro al resto del equipo antes de
acercarme. Sloane volaba detrás mío, sus alas emitiendo una leve sombra
por encima mío.
Antes de que pudiera decir nada me saludó y me
dió un paquete; apenas lo recordé del día pasado, cuando casi nos
habíamos muertos. Examiné lo que había adentro y asentí; eso sería útil
para Lup o Taako.
-Gracias, no sé que haría sin ustedes. -Sonreí, dándole una palmadita en el hombro.
Yannick me miró por unos segundos antes de hablar de nuevo.
-Che Nico, no me digas nada si no querés.. pero... Ayer en la Catedral y después estuviste actuando.. raro.
Mis
dedos se congelaron sobre su hombro, y por un mínimo insante sentí como
lo apretaban fuertemente, antes de dar un paso hacia atrás,
sosteniéndome una mano con la otra. Sin darme cuenta la sonrisa que
había formado se desvaneció completamente, y un silencio pesado cayó
alrededor nuestro. En la distancia ví un grupo de al menos siete Murkrow
volando, cómo si una ráfaga de viento los hubiera espantado.
Tragué saliva, tratando de calmarme. Tenía que actuar.... tenía que ser...
-Ha... te gusta preocuparte mucho por la gente, veo. -Sonreí de nuevo, tratando de que mi voz sea tan gentil como fuera posible. -Gracias,
sos un buen amigo, pero estoy bien ahora. Lo de ayer... seguro fue
producto del cansancio y de todas las heridas, nada de lo que tengas que
preocuparte.
Pude ver en su mirada que no logré convencerlo completamente, así que decidí cambiar de tema.
-Por cierto, ¿Cómo se llamaba la peluquería esta que mencionaste? -Pregunté, y por suerte no tuve que fingir mi entusiasmo. -¡No puedo esperar a pasarme por ahí! Y obviamente conocer a la persona de la cual hablaste.
-Coiffure Clips se llama.
-Ah... -me agarré la pera con una mano. -Creo que pasé por ese lugar antes... se veía medio cheto, pero si vos confias entonces yo también confío.
Con eso dicho le agradecí una vez más y me dí vuelta hacia el container, una gota de sudor cayéndome por la frente.
-Bueno, supongo que le debo una pokeball a roomie.-
pensé mientras levantaba la esfera con el eevee, ahora definitivamente
tenía que ponerle un nombre, algo que vaya con ella. Me quede pensativo
por unos momentos hasta que sentí como algo se colgaba en mi hombro. -Emooo.-
dijo la pequeña ardilla mientras asomaba su cabeza. Diana también
aterrizó en su lugar de siempre seguida de byce que se colgó de mi
pierna casi haciéndome perder por completo el equilibrio.-Es mucho pedir
que no trates de tirarme 5 minutos?- me queje, el psicótico nuevamente
se limito a reírse en mi cara, solo atine a revolear los ojos. Hollow,
el único con el concepto de espacio personal, apareció flotando adelante
mío. Liberé a la eevee en mis brazos, gracias al cielo no tengo otro
bicho más, no me queda ningún lugar libre. -Señoritas, nene fantasma y Bryce, les presentó a su nueva compañera, Amelia.- dije mientras introducía a la eevee al resto del equipo.
-Contales lo del unown y Thenardier, después poneme al tanto vos, necesito hacer algo.-
-Ya escucharon a Roomie, los adultos tienen que hablar de negocios.-
Comenté a mi equipo mientras los regresaba, tenia que hablar de temas
serios con el resto de la gente y no podía hacerlo pareciendo un
perchero pokemon, o sea. cómo carajo le explico a alguien sobre el fin
del mundo con un emolga que no para de sonreir? Imposible, solo dejé a
Amelia afuera, quería estar un rato más con ella. -
Aca entre nos, te diría que o te quedes cerca de Eliza, nunca confíes en
alguien que sonríe tanto. Tampoco a Mint, me da miedo. - La
pequeña cachorra solo se rió ante mi comentario sacando una leve sonrisa
antes de tener que volver a mi expresión natural de cara de orto.
Camine
hasta una de las cajas que adornaban este basurero cuadrado que Ian
llamó hogar, me fije que fuera lo suficientemente solida como para
aguantar mi peso antes de sentarme con el eevee en mi regazo, casi me
sentía un villano de alguna película de acción de esas que hacen 4
versiones y siguen siendo malísimas. -Podrías dejar de limpiar un segundo?-
interrumpí a Epiphone, necesitaba que me escuche, además este lugar
necesita que le tiren una bomba y arrancar de cero para ser habitable. -
Cuando estuvimos en la catedral tuvimos una visión. La consonante
flotante nos mostró a Julia hablando con tu Padre, ella le ofreció una
absurda cantidad de dinero para que vos vayas SilverSpoon a encontrarte
con alguien. Tu padre se negó, dijo que vos estabas fuera de sus
negocios, pero julia insistía que ibas a estar bien y era para
protegerte. Es todo lo que sabemos.- terminé de explicar mientras acariciaba a Amelia, solo espero que ella si me escuche no como el otro. -Pero si me preguntan a mi, creo que Ella lo quería de verdad a tu deprimente amigo.-
El amor no será una de las cosas que más sepa reconocer, pero si la
verdad y Julia estaba diciéndola. Ella estaba cuidando al idiota de
Jamie a su manera, era entendible que no le hubiera contado todo.-
Ahora si pudieras hacerle entender eso al otro seria genial, parece que
además de rico es sordo selectivo. Además, tendría que estar un poco
más alegre, ya no se tiene que fumar a su familia.- Me detuve un segundo a mirar a la muchacha, quizás no me estaba entendiendo del todo. -Digamos que ahora es como este eevee, tiene un futuro lleno de posibilidades y formas, es momento que él elija la suya.-
-Pasando a otro tema, rubio hippie con la A voladora.- Dije mirando al artista que jugaba a la peluquería.-Por esas casualidades no te dieron una carta junto con el unown? Creo que venían con el combo.-
No podia ser cierto, Samuel habia confirmado lo que temia, conocia a Karen y eso era malo, a menos que... -Si
estamos hablando de la misma Karen, pelo azul y que al parecer puede
desaparecer y aparecer de repente, entonces... Lo siento, pero no puedo
confiar en vos- Concluí finalmente, no me agradaba decirselo, pero tampoco era buena mintiendo ni fingiendo. -Por querer confiar en ella casi me matan, no... ya no se en quien confiar, no se si puedo confiar en alguien- Dije mirando al resto, principalmente pensando en Maxwell, Epiphone y Jaime.
Me
sentia enferma, descompuesta, sofocada, tal vez era la situación de
mierda, o tal vez el olor de la alcantarilla que todavia tenia pegado,
no lo podia saber con seguridad, pero sabia que tenia que alejarme, me
retiré de ahí, no estaba segura si Samuel habia dicho algo pero tenia
que irme, necesitaba aire.
Me senté a varios metros del
contenedor, de espaldas a una pared y me quedé ahí, Baraddur estaba en
frente mio, mirandome con preocupación. -Ya no sé que hacer...-
/------------------------------------------------------------------------------- Intersección de turnos, acordado con limonera, queria continuar pero brainfart /-------------------------------------------------------------------------------
¿En
qué tenía que ver Julia con Epiphone? ¿Realmente valía la pena ir al
club? Quizá no buscar al resto de los guardadores de manera directa nos
podía dar un alivio. Me gustaría poder caminar por la calle un buen rato
sin que nadie intentara asesinarnos. Lo peor era que me estaba
empezando a acostumbrar a la idea de que tenía que vivir en alerta
constante. Por favor, no. -Pssch -sentí que me llamaban con un
pequeño susurro a un lado mío. Kileo me observaba. Me pidió con un
gesto, en silencio, que me aproximara a él. En lo que Frost continuaba
explicando lo sucedido en la catedral, me hizo una consulta- ¿Puedo
saber cómo se llaman todos? -cierto, eran muchas personas y no todos se
habían presentado. Asentí y comencé a explicarle, también en voz baja: -
Bueno, a Iba y a Maxwell ya los conoces. Y a mí más de lo que me
gustaría -me sonrió. Sentí el impulso de golpearle el rostro. No Nitta,
calma, calma, paz y amor- El chico del chal es Nico, le decimos Chalman a
veces. El de la campera universitaria y ojeras que fue tras Jaime es
Yannick. El que no entiendo porqué sigue semi desnudo es Mint. Y el que
habla ahora es Nicholas, o Frost -volteé a mirarlo a este- Sus pokemon
son todo lo maravilloso que él no es -Kileo se quedó observándome ante
ese comentario, con una mano en el mentón- ¿Qué? Es un chiste, tenemos
algunas diferencias, pero sí prefiero a sus pokemon -El rubio de Alola
invadió mi espacio personal una vez, acercando su mirada fijamente a la
mía- ¿Qué-é? -en eso, el susodicho que daba una conferencia se dirigió
al rubio, y nuestra breve conversación en voz baja concluyó allí.
-
Quizá sea una buena idea ir a donde dijo Yan -comenté luego de que
terminaran de hablar- Insisto en que deberíamos cambiar nuestra
apariencia lo mayor posible. Algunas prendas y pelucas servirían, o
sombreros en el peor de los casos -intenté buscar opciones. Realmente me
preocupaba el hecho de tener que ir a aquel sitio- Epiphone, la llamé
¿Querés ir ahí? A este club.
No me había fijado en que Ibaraki
estaba cruzando algunas palabras con Sam. Noté un cambio en su tono y
expresión. ¿En serio estaba diciendo que no podía confiar en nadie? Miró
a su alrededor, como si estuviera buscando en alguien una respuesta.
Sin darnos mucho tiempo salió del container rápidamente. -Iré a hablar con ella -le dije a los demás sin mirarlos y salí a buscarla.
No
estaba muy lejos, por suerte, me preocupaba que se hubiera ido
corriendo o algo por el estilo. Era lo que menos nos faltaba. Me senté
cerca de ella, pero a cierta distancia como para darle algo de espacio.
Esperé unos segundos para ver si deseaba iniciar la conversación pero
ante la negativa, decidí comenzar por mi lado. Era una chica joven,
estaba pasando posiblemente una época complicada, adolescencia y eso, y
creía que necesitaba ayuda. -Estamos con completos extraños, lo sé
-empecé a decir sin mirarla, en voz baja para intentar relajarla- Pero
aún así, en estos pocos días creo que de alguna forma u otra pudimos
cuidarnos los unos a los otros ¿no? -crucé miradas con su sandygast.
Nunca pensé que podría ver tanta preocupación en un montículo de arena.
Ibaraki por su parte parecía enfrascada en sus preocupaciones. Estaba
bien, debía tenerle paciencia, pero había algo que no podía negar- Debo
ser sincera, que no puedas confiar en nadie me duele un poco. Me
preocupé mucho cuando nos enteramos de los problemas en el centro, y en
las peleas anteriores -hice memoria a las acciones que la chica había
tomado durante los últimos días. Difería mucho de lo que podía esperar
de alguien de su edad. No podía subestimarla... sentía que tenía mucha
más fortaleza que yo para muchas cosas, pero no dejaba de preocuparme
por el hecho de que parecía estar sola a tan corta edad. -Iba...
-comencé. Me tenté a preguntarle por su familia, sobre los motivos de su
viaje, pero sentía que estaría tocando un punto muy sensible, por algún
motivo- No, nada. No puedo decirte que confíes en mí de un día al otro,
pero... ¿Qué te parece si me cuentas sobre ti? A cambio pregúntame
cosas que quieras saber de mi. La confianza muchas veces tiene que ser
ciega, pero si puedo ayudarte a abrir un poco los ojos para que te
sientas más segura, lo haré con gusto.
Me
sente en un sillon viejo y desgastado que habia afuera de los
containers, parecia que alguien lo habia sacado para tirarlo, pero para
mi era un lujo en esa situacion.
Key habia salido del container
tambaleandose por el "sueño" con Salem a cuestas. El pequeño iba
agazapado como si fuera un mini jinete, esta semana estaba con el tema
del oeste por alguna razon. Llego hasta donde estaba y se hecho en el
suelo.
-durmieron bien?- les pregunte esperando una respuesta que sabia q no iba a llegar.
Saque la pokebola de cian y lo libere. El pequeño demonio violeta miro para todos lados nervioso esperando.
-tranquilo, hoy no tenes que pelear con nadie- le dije con una sonrisa.
Saque un cigarrillo y lo encendi en la crin de Key.
-Cian, el es key, va a estar con nosotros ahora.
Ambos asintieron, como saludandose.
Exhale
un pequeño aro de humo y key hizo lo mismo, pero en vez de un aro una
pequeña estrella que choco con el aro disipandolo por completo.
-presumido- le dije
-iee- rio el pony
Desde donde estaba podia ver a todo el grupo, discutir, consolar, charlar. Todos estaban en la suya,
-un pequeno ojo en la tormenta, supongo que nos lo ganamos- me dije
Uno,
dos, tres aros de humo y key no tardo un segundo en atravezarlos con lo
que parecian ser pequeñas flechas humeantes. Tenia una sonrisa de lado a
lado.
Salem empezo a arañar el sillon mientras cianuro se
peleaba con un ratata que se comia un cacho de algo que seguramente no
era comida.
Los deje ser.
Se podia ver a todos desde donde
estaba algunos discutian otros charlaban. Capaz si nos hubieramos
conocido en otras circunstancias...
El
Aipom que Yannick le dio a Jaime Gautier se subio rapidamente a su
hombro. El Pokemon sonreia mientras despeinaba el cabello del chico.
Jaime sonrio por primera vez desde que lo habian visto por primera vez.
El joven Gautier se puso de pie, el Aipom se puso en su hombro
comodamente mientras Mint se acerco a hablarle tambien.
-Gra-cias...si.- El joven parecia algo abochornado. - Es...una suerte que pudiste escapar de tu familia, Mint. Mi padre no va a dejarme escapar tan facil, creo...hey!- El Aipom comenzo a despeinar nuevamente a Jaime una vez que este se habia acomodado el pelo de nuevo. - Creo
que vas a llamarte Kelsier. Y...creo que estamos en un punto en el cual
no tenemos alternativa mas que continuar buscando...pero...esta vez voy
a ir con ustedes. Quiero ser el primero en saber toda la verdad sobre
Julia, aunque...aunque sea algo que no me agrade encontrar.
Jaime
salio con su nuevo Aipom a dar unas vueltas alrededor del abandonado
depocito del lugar. Epiphone lo siguio con una mirada preocupada. Nitta
saco a la chica de sus pensamientos preguntandole que opinaba sobre el
club nocturno al cual se suponia que tenia que ir.
-Mi..mi padre hizo un trato para que yo vaya ahi...es mi deber.-
Dijo con un tono de voz tembloroso. - Yo tambien necesito saber que
pretendia Julia...eh...- La chica miro de reojo hacia la puerta, donde
Jaime acababa de irse- ...ella...no podria decirse que eramos amigas...pero...solo con verme ella...se dio cuenta...y...- Epiphone se sonrojo. - ...dijo que yo era mucho mejor persona para el que ella...yo...no creo que eso sea asi. - La chica escondia la mirada de Nitta y continuo limpiando haciendo caso omiso- Tengo que ir a ese club y averiguar que queria Julia de mi ahi.
Una
vez que la chica se puso a terminar sus actividades de limpieza, no
volvio a hablar con nadie. El pequeño container lucia mucho mejor con
solo unas horas de limpieza de la chica.
Samuel estaba algo
apartado hablando con Ibaraki luego de que le preguntara por Karen. La
expresion del Lider de Santalune cambio por completo cuando la chica
hablo. La sonrisa le desaparecio del rostro y su mirada se volvio algo
mas fria. Por primera vez hablo en un tono serio, propio de alguien de
su posicion.
-Sabes. Con esa frase te habrías ganado un puesto de honor trabajando con mi anterior jefe.- La voz de Samuel sono en todo el container, algunos entrenadores se dieron vuelta a ver que ocurria.- No
estoy pidiendote que confies en mi. Si tuviste alguna diferencia con
Karen, se podria decir que la tuviste conmigo tambien. Ella, Ian y yo
somos casi una familia. - El lider retomo su sonrisa y comenzo a caminar hacia la puerta- Supongo
que...tengo que ir al Gimnasio de Lumiose a hablar con cierta persona.
Quizas esta noche me de una vuelta por ese club y me asegure de que
sigan vivos asi Ian no me puede hechar nada en cara.
Desde la "comodidad" de mi asiento pude escuchar las palabras de samuel hacia Ibaraki, habia enojo en su voz.
"Familia" era la plabra que resonaba en mi cabeza.
Era
verdad, Karen nos habia atacado, pero ella venia de ese mundo extraño y
sin piedad que se seguia mencionando, era entendible su reaccion, y
aunque guardaba mis rencores, en el fondo sentia que todo habia sido un
malentendido.
Me dirigi hacia Samuel dando pasos largos para alcanzarlo, le hize una seña a cianuro para que me siguiera.
Lo detuve del hombro
//persuacion+manipulacion// [dice]0[/dice]
-
Samuel...- suspire- Disculpala, es solo una adolescente, sabes que a esa
edad no pensamos lo que decimos, trabajas en un gimnasio todos los dias
te deben llegar chicos malhumorados, rebeldes y que no tienen idea de
lo que quieren ni donde estan parados- le dije con una sonrisa
melancolica -dijiste que Karen e Ian son tu familia...
Mire a todos un segundo y reflexione sobre esa palabra.
-
bueno, ellos son la mia, he curado sus heridas y arriesgado mi vida por
ellos, y ellos han hecho lo mismo por mi. Si le decis eso a Ibaraki me
lo decis a mi tambien.
Deje un segundo para que se hiciera a la idea.
-
Pero te digo esto no para intimidarte sino para que me entiendas,
necesito la fuerza para protegerlos y se que me podes dar un poco o
almenos a cianuro -prosegui mientras el pequeño escorpion se afilaba las
garras- se que sos un lider muy fuerte del tipo bicho y quizas puedas
compartir alguna mt con cianuro o la barrera que usaste para proteger a
esos niños- pero si tu honor no te deja...-
Puse mis dedos indice y pulgar en mi boca, el silbido sono y key se levanto como pudo y corrio hasta mi.