El
fin del combate acabo pero pero la mujer se despidió de forma siniestra
escribiendo algo en el brazo de iba me acerque para ver si estaba bien -
estás bien? - y mire la palabra escrita para anotarla y aproveché para
registrar la de religión está será ¿otra contraseña?.
Tras eso
seguimos a Sam por el alcantarillado en lo que un raro sonido llamo mi
atención, parece que iba lo sintió también es me pregunto si lo escuché y
le dije - si, ¿qué es?- me entraba la duda y preocupación tratábamos de
encontrar la fuente del sonido de manera disimulada como para no
asustar al resto y en eso vi una caja de esa provenía el sonido y se lo
indique a ibaraki, nos acercamos con cuidado por si las dudas tras
levantarla nos encontramos con dos ralts asustados en eso iba me miró
como buscando un consejo y le dije suavemente -Tranquila. Sienten las
emociones. Si pensas en algo feliz se lo vas a transmitir- y me puse a
pensar en algo me hiciera feliz en ese instante pensé en kaeru pero me
sentía mal pues sentía que le falle, pensé en fogosa y su madre pero el
no verla hiso que soltara una lágrima y después pensen en que todos
estuviera sanos, bien y justo a mi y pensé que con iba a mi lado era
feliz pues ella me gusta.
Parece que funcionó pues uno de los
ralts se acerco, iba me lo dio para sostenerlo pero parecía que está
quería estar con iba mientras que el otro me miraba a mi y le dije a iba
-Iba, parece que ella está más cómoda con vos- hicimos el intercambio y
seguimos al resto grupo al salir el aire fresco parecía renovarse
mientras nos alejábamos del pestilente lugar pero aún tenía que curar a
kaeru, mina y Oberon me han vigilado todo el camino nunca puedo ir sin
custodia jaja.
Me
sente contra una pared y encendi un cigarillo, heridos no heridos, nada
que pudiera hacer iba a sanar a todas esas personas, asi que solamente
me dedique a darle otra pitada al pucho.
-Como gustes señorita, por ahora solo quiero terminar este cigarrillo- le dije a la niña rubia.
El
ajetreo de la noche habia desaparecido del todo. El grupo de
entrenadores aun caminaba con dificultad, sobretodo despues de salir de
la alcantarilla. Nicholas y Yannick se habian alejado un tanto hablando
mientras el Phantump del joven flotaba lentamente en la noche, de igual
forma que Nitta y el muchacho nuevo se habian alejado y parecian tener
una conversacion que agito al Minior de la chica. Mint e Ibaraki se
habian quedado atras, al punto que los demas entrenadores solo los
vieron cuando unos minutos despues y luego de empezar a preocuparse, los
vieron salir de la alcantarilla sanos y salvos.
Samuel tropezo
con unas vias en deshuso, interrumpiendo el cigarro de Maxwell quien
tuvo que agarrarlo de un hombro para que no caiga. Unas gotas comenzaron
a caer, cuando los entrenadores notaron que el cielo nocturno estaba
lleno de nubes.
-Desde luego que esto iba a pasar...-
Murmuro el muchacho haciendole un gesto a Maxwell de que podia caminar.
El grupo sabia a donde dirigirse, el container que era la casa de Ian
estaba a unos metros entre aquel depocito. En lo oscuro de la noche
podian ver que dentro habia una luz brillando. - Me sorprende que conozcan este lugar...un amigo solia vivir por aca...de hecho...hey..-
El lider entrecerro sus ojos mirando el container de Ian, viendo que
en la entrada del mismo se encontraba una chica de pelo castaño y largo
sentada. La chica sonrio animadamente cuando los entrenadores se
acercaban. -...Entonces son ustedes...Pero por supuesto, que ese tonto no podia buscarse amigos normales.
- El lider emitio una leve carcajada y luego se palpo la herida de su
costilla. La sangre lleno su mano, el chico sonrio nuevamente, se
encogio de hombros y cayo en el fango mientras la lluvia empeoraba.
Los
entrenadores apenas podian moverse. La lluvia los tomo por sorpresa y
ahora no solo olian a alcantarilla y tenian heridas, sino que tenian
barro hasta las rodillas. El grito de Epiphone los puso en alerta,
aunque vieron que la chica corria alarmada por el muchacho que cayo en
el barro. Llevaba una sabana para cubrir su cabello de la lluvia, la
cual dejo cuando vio al muchacho en el piso. Entre ella y Maxwell
llevaron a Samuel al interior del container.
Si bien el lugar era
en extremo pequeño para tener a mas de 10 personas dentro, la lluvia
los obligo a permanecer ahi bajo la luz de la vieja lampara de aceite
que Ian tenia. Las cajas con papeles estaban ordenadas ahora, incluso el
lugar olia a comida casera. Jaime se habia recuperado de sus heridas y
ahora estaba tomando un caldo en la precaria cama improvisada que habian
preparado. Con la llegada de Samuel herido, el joven Gautier entendio
que ese colchon ya no era su lugar y se levanto dandole lugar al lider
de gimnasio.
La tormenta que sacudio la noche empeoro en solo
minutos. Epiphone algo sonrojada retiro la destrozada remera de Samuel y
se encargo de revisar sus heridas, Maxwell vio que la chica sabia lo
que hacia asi que se concentro en el resto de sus compañeros.
Mientras la lluvia golpeaba contra el container, Jaime finalmente hablo, con algo de timidez.
-Supongo
que...siguen teniendo problemas con la gente de mi padre. Realmente lo
siento...no pense que...llegaria tan lejos, saben? Pense que...en el
fondo...- El muchacho no continuo hablando. Tapo su rostro con sus
manos y se encogio sentado en un rincon, avergonzado. Epíphone se sento a
su lado luego de limpiar por ultima vez la herida del Lider de
gimnasio.
-Creo que todos necesitan dormir...no? - La chica hablo en un tono tranquilizador mientras la lluvia golpeaba contra el container. - Hice caldo con algunas verduras...no creo que sea la gran cosa pero deben tener hambre.
- Los entrenadores se sentaron y comieron, el caldo si bien era simple
tenia un sabor a comida casera que les parecio muy nostalgico.- Umh...por
cierto, ordene un poco este lugar. Hay muchas cajas con papeles, muchas
con cartas de menu de un lugar llamado SilverSpoon, creo que el chico
que vivia aca trabajaba en ese lugar, no me explico como acumulo tantos
papeles de ese lugar...
Samuel se retorcio entre sueños cuando la chica menciono el nombre de ese lugar.
Adentro
del conteiner la lluvia sonaba como piedra contra chapa y el aroma a
inmundicia llenaba el lugar como para matar a alguien pero no sería
bueno lavarnos si no nos podemos secar.
Hice un espacio en mi
bolso y use mi abrigo como manta y colchón y acosté a kaeru. Oberon
entro en su pokebola para descansar y mina se durmió al lado de kaeru
para darle calor.
Empezamos a comer yo tenía hambre pero le daba
un poco de mi sopa a kaeru para ayudarlo a recuperarse y el me miraba de
manera que me expresaba que me calmara que estaría bien mientras lo
miraba sentía algo raro en mi cabeza como si me dijeran que calmara pero
sin palabras mire y veía al ralts que rescate con iba un mirada sería
que se mantenía mientras yo recibia el mensaje podía el estarme tratando
de desirme eso.
Mis idea cambiaron cuando ephipone mencionó
silverspoon y al ver la reacción de Sam ante su nombre,pense mmmm...
Interesante y si digo -Shadowball Nightclub- me pregunto si él sabrá
sobre el significado de la canción aún dormido puede serme útil ver su
reacción a la canción más que cuando despierto que podría tratar de
encubrirla.
Tome los papeles de Ian de mi bolso y me puse a
cantar "I'm not your hero" la letra tenía muchos conflictos por lo que
cantarla será complicado.
/Carisma+Canto/ [dice]0[/dice]
En
tono suave hablando aún que se que no me escucha dije -Lo siento si
molesto tu reposo pero Ian es un compañero y estoy preocupado el no es
descartable como un plato papel para dejarlo solo por qué se fue.-
Habia
pensado que por fin podiamos tener un descanzo, pero por supuesto que
no, habia comenzado a llover, Samuel se habia desmayado, y apestabamos a
drenaje. -Odio esta ciudad- Dije en voz baja para mi misma.
Por
suerte estabamos cerca de la casa de Ian y Ephipone vino a ayudarnos,
llevamos a Samuel al interior del container y luego entramos nosotros. -Preferis afuera o adentro?- Le pregunté a mi compañero quien apuntó a la pokeball de mi cinturón en respuesta. -Bien, hasta mañana.- Le dije mientras la utilizaba, no me agradaba, pero no habia mejor opción en este momento.
Una
vez adentro me senté en un rincón, alejada de Mint para evitar otro
momento incómodo, deje a la pequeña Ralts en mi regaso un momento y me
disponia a quitarme mi saco mojado cuando volví a ver mi brazo, y la
palabra escrita que comenzaba a borrarse con la humedad, la primera
letra era dificil de reconocer. -Omo... da... mos- Tardé un momento en leerla bien, era una palabra que nunca habia escuchado o visto.
-Gente, que hacemos con esto?- Pregunté arremangandome y extendiendo mi brazo para dejar a la vista la escritura.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Intersección de turnos con respuestas adecuadas. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Seguimos
hablando mientras comiamos un plato de sopa, aparté unos pedazos de
verdura para la pequeña pero ella estaba más interesada en el caldo del
plato, la pobrecita parecia tener mucha sed.
Estaba
ensangrentada, empapada, frustrada y agotada, realmente queria poder
dormir de una buena vez pero hice un esfuerzo para tratar de prestar
atención a la charla del grupo, y debia advertirles de algo más.
-Tenemos
otro problema más, una chica, Karen, la conocimos con Mint y Nitta, la
vimos hoy en el centro pokemon, dijo que queria ayudar a Ian, pero creo
que trabaja para el padre de Jaime, me atacó despues de que hablé con
ella y le conté varias cosas, aunque ella ya sabia la mayoria y creo que
no le dije nada importante... Espero- Dije al grupo, claramente no estaban contentos de enterarse de más problemas. -Soy una tarada, me mintió, dijo que estaba preocupada por Ian, y le creí...- Concluí, sintiendome cada vez peor.
-Odio kalos.-
murmuré mientras la lluvia golpeaba el container, me había sacado la
campera al entrar en el mismo para evitar que la humedad pasara a mi
remera, ya había tenido suficientes duchas por un día como para sumarle
neumonia. Tenia en mis manos un plato con algunas verduras y caldo que
había preparado Epiphone, apenas a tomado uno o dos sorbos, estaba
concentrado observando a Jamie con su característica mirada de pelot...
Respira Frost, no podes mandarlo a la mierda todavía, primero tenes que
mandar a su viejo al otro mundo. Siguiendo mi propio consejo tome una
bocanada de aire, lo próximo que le diga podía ser decisivo. -Vos sabias sobre Julia, verdad? Quién realmente era, te lo dijo tu padre.-
Dije mirándolo fijamente, de más esta decir que era inútil que nos
mienta, la guardadora se había encargado de revelarnos la verdad. Pero
eso me llevaba a otras preguntas, desde cuando lo sabia? Desde que nos
contrato? Antes?
Antes de que pudiera decir algo la voz de la
rubia me distrajo, estaba extendiendo su brazo frente a nosotros, la
sangre seca formaba una palabra, Omodamos, la tercer palabra para entrar
al sinodo, solo nos faltaban dos.-Alguien anote eso.- comenté viendo a la rubia alimentar al nuevo bicho de corte de taza que habia encontrado en las alcantarillas.-
Por cierto, si queres cuidar mejor a ese pokemon te recomiendo que lo
guardes una pokeball, con nuestra suerte seguro esto explota o algo.-
Volví
a darle otro sorbo al caldo antes de que se siguiera enfriando, la
lluvia arremetía cada vez más fuerte contra el metal del lugar y me
estaba sintiendo más cansado, el día de hoy me había dejado totalmente
agotado en muchos nuevos niveles. -Y julia sabia de Thenardier, es más, ella lo contrato para que te envié a reunirte con alguien a club SilverSpoon.-
Me quede esperando las respuesta de ambos jóvenes, lo que fuera que
vayan a decir podría cambiar mi perspectiva de cómo los estuve mirando
hasta ahora, quizás me había confiado demasiado y resultaron ser menos
inocentes de lo que parecían.
Todos
los días esto se ponía peor, toda esta gente dependía de mi y no podía
hacer mas que fumar, la adrenalina de la pelea se había ido y solo me
quedaban mis miedos e incertidumbres. Las manos me temblaban y me
costaba horrores sostener el pucho, no era que no quería ayudar, no
podía, tenia que serenarme, extraerme de la realidad, mis habilidades no
sirven si no estoy sereno, pero Samuel choco conmigo y me fue imposible
relajarme.
Salem lamió mi cara, sabia que estaba al borde del colapso y esa era la única forma que conocía el pokemon para calmarme.
Ayudé a Samuel a no caer, estaba verdaderamente mal herido, por suerte la “base” estaba cerca.
Las
lluvia nos azoto sin compasión, pero el container ya estaba a la vista y
parecía ser que el líder conocía a Ian, hacía rato que no pensaba en el
pobre chico, que le habría pasado...
Al llegar Epiphone me ayudo
a entrar al pobre hombre y pude ver finalmente los rostros de todo el
grupo, Frost y Yannick parecian conformes por alguna razón, Nitta tenia
cara de preocupada, Iba y Mint tenían cado uno un pokemon en brazos y
podía jurar que la niña exhibió una sonrisa por un segundo, y por ultimo
Kileo, al que le había dicho que se alejara de nosotros, y que me había
ignorado completamente, supongo que cada uno elije como quiere morir.
“Las personas mas interesantes se encuentran en las circunstancias más extrañas”
Tanta razón tenias Zack.
Epiphone
lo recostó en el colchón y me dijo que podía cuidar bien del pobre
hombre, me di media vuelta, pero no pude evitar recordar flashes de como
este recibía heridas y el sonido de sus pobres huesos, volví hacia el
hombre, me saque el sombrero y las vendas que había traído del centro.
“Concentrate idiota, concentrate!”- sonaron esas palabras ajenas en mi cabeza. Samuel había caido inconsciente entonces aproveche para vendar el torso que la chica se había encargado revelar.
“Concentrate,
respira bien estúpido, no hay tiempo para los nervios en el campo”- de
nuevo sonaba esa voz, la conocía bien, la voz del que me había enseñado
todo lo que sabia.
Coloque mis manos sobre las vendas, brillaron por un segundo, pero no logre el efecto, me odiaba a mi mismo.
“Un inutil! eso es lo que sos!”- esa voz de nuevo...
Volvería a intentar en unos minutos, por lo menos las vendas detendrían el sangrado los suficiente.
“-Gente, que hacemos con esto?”- escuche decir a Ibaraki. -
Guardarla junto con la otra, para entrar al sínodo y terminar con esta
mierda de una buena vez- le dije- disculpe el lenguaje señorita- añadí
al final
Pero si las peleas que quedaban iban a ser todavía más
complicadas que la ultima debía hacer algo antes. Saque la pokebola de
Salem del bolsillo interno del saco, hacia mucho que no la veía, era muy
antigua, gris y con una pequeña rosca roja en un extremo, ya hacia mas
de diez años que la había usado por primera, y única vez, para atrapar a
Salem. Al verla el pequeño pokemon se trepó a mi cabeza y le dirigió un
bufido, a ambos nos traia malos recuerdos, pero la necesitaba, era mi
única manera de comunicarme de manera segura. Giré la rosca y la luz del
último triángulo se apago, mientras volvía a guardarla en mi saco.
El
silencio reinaba en el lugar, Jaime se decidió a hablar e hizo el papel
victima, ya no le creía, nos había engañado, la rama no cae muy lejos
del árbol después de todo, no pude evitar pensar.
Entonces Ibaraki habló de nuevo y contó lo sucedido con Karen.
“-Soy una tarada, me mintió, dijo que estaba preocupada por Ian, y le creí…” -
Nos engaño a todos, no es culpa tuya- le dije mientras buscaba mi
paraguas, todo caballero necesita uno, dentro del maletín y me ponía el
sombrero. Salem inmediatamente se escondio dentro del saco, le había
cosido un bolsillo grande dentro para que durmiera cuando llovia hace ya
un tiempo.
Y mientras la chica nos ofrecía un guiso, que olía bastante bien, me dirigí a la puerta.
-
Guardenme un poco, voy a salir un segundo, si alguien me cuenta lo que
paso mientras nos separamos, se lo agradecería.- les dije abriendo la
puerta del container y el paraguas, me quedaban unos minutos.
La
tormenta arrecia. Las gotas golpeaban sobre el paraguas, tocando una
sinfonía relajante y calmada para aquel que sabía escuchar.
Cerré
los ojos y por un segundo pude sentir que me encontraba en un mundo
aparte, lejos de Neron, lejos de Jaime, lejos de los guardadores y sus
asesinos, un mundo que era mio y de nadie más. Pero toda fantasía
siempre llega a su fin y las preguntas me atormentaron como siempre la
hacían cuando tenia un segundo para pensar ¿Valia la pena todo lo que
estaba haciendo? ¿valia la pena dejar todo atrás solo por el?
Ya hacía un año que no me contactaba con nadie y este era el ultimo viaje que me quedaba.
Mire el gear, diez segundos…
-”Lo grandioso de drago-express, es que no importa donde estés, si tenes la plata, en unos minutos...”- pensé.
Por
una milésima de segundo una pequeña silueta pudo verse sobre la luna,
entonces pestañee y la lluvia se detuvo por un momento alrededor del
pokemon que había aparecido frente a mi. Era un gran dragón, de rostro
amable y cuerpo regordete del cual colgaba un pequeño bolso.
-”Entregan”- pensé admirando el monstruo.
El
pokemon metió la mano en el pequeño bolso sacando una pequeña carta, y
una pokebola que me extendió con su pata haciendo un sonido de “uu”. La
carta era lo que esperaba, pero la pokebola era algo extraño, nunca
habíamos acordado eso.
El dragon hizo otro “uuu” esperando algo, aun con la pata extendida.
-Oh si disculpa- le dije saliendo del trance que me causaba admirarlo.
De
inmediato saque una carta mía y se la entregue, el pokemon la tomo con
cuidado, la guardo en el bolso y salió disparado hacia los cielos, trate
de seguirlo con la mirada, pero me fue imposible, su velocidad era algo
de otro mundo, la gente dice que los dragonite pueden darle la vuelta
al mundo en 16 horas, y verdaderamente les creo.
Abrí la carta y la lei detenidamente, eran unas pocas palabras como habíamos acordado, palabras que me llenaban de tristeza.
“Querido
John, ella empeoro y ya no puede cuidarlo más, espero que sepas lo que
estas haciendo. Esta va a ser mi ultima carta, volve pronto” “Pd: me alegra que estes bien, te quiero”
Arrugue la carta con todas mis fuerzas, y me preparaba a tirarla, pero la guarde en el saco.
Entonces
vi la pokebola en mi mano y libere al pokemon, sabia que la lluvia le
gustaba, porque le hacía cosquillas en la piel y lo relajaba, a pesar de
ser un pokemon de un tipo completamente contrario.
Cuando la luz
de la esfera se disipo, el corcel comenzó venir a toda velocidad hacia
donde me encontraba dando pequeños saltitos, pero se tropezó y se
enterró de lleno en el barro. Relincho de felicidad y se levantó para
volver a intentarlo, pero hizo dos pasos y volvió a tropezarse, uno
pensaría que era por el lodo que resbalaba, pero no, el tenia la
habilidad de resbalarse en cualquier superficie.
-Nunca vas a
cambiar Kay- dije riéndome mientras me acercaba y el pokemon volvía a
incorporarse sin dejar de relinchar como loco.
-Kay no grites- le dije ahora corriendo.
El barro enseguida se secó del cuerpo del pokemon y la tierra cayó al suelo.
Cuando
estuve finalmente a su lado no pude evitar abrazarlo fuertemente, las
lagrimas se me escapaban, no podía dejar de pensar en la carta.
-Todavía me acuerdo cuando me quemabas, ¿te acordás?
-¡Iiiiih!
-
Veni, tengo gente que presentarte- le dije mientras volvía al container y
abría la puerta- Key, el equipo, el equipo, Key- les dije.
Samuel
no debió haber escuchado mi pregunta, o estaba demasiado cansado, o no
podía hablar del tema. Como sea seguimos caminando. Mientras nos
acercábamos al container empezó a decir algo y pareció reconocer el
lugar.
-Estás hablando de-- no llegué a darme vuelta que el muchacho había caído al piso.
Al
rato estábamos todos sentados adentro del container, embarrados de
nuevo. Con alguien desangrándose en el colchón de nuevo. Había demasiada
gente para el tamaño del lugar. Si mañana volvemos a terminar así,
duermo afuera aunque llueva. La mezcla entre el olor a podrido que
teníamos encima y el amontonamiento casi me saca el apetito, pero me
tuve que obligar a comer un poco. Por lo menos por modales.
Ibaraki
nos leyó la palabra que la mujer había escrito en su brazo, sonaba como
otra contraseña. Tres de cinco no está tan mal, supongo. Luego nos
contó de una chica que habían encontrado en el Centro, al parecer había
usado el conocer a Ian como excusa para acercarse y atacarlos.
-No es tu culpa.- intenté consolarla. -Es razonable, no sabemos dónde anda ni qué está haciendo ni a quién conocía en esta ciudad.- Ni en qué estaba metido antes, si era amigo de un Líder.
Miré
a Samuel... No creo que él sea el mismo caso, sino hubiera arrancado
por ahí. Y estaba demasiado herido para que fuera un buen plan. O ése
justamente era el plan. Siquiera podíamos creer que era realmente el
Líder... Sacudí la cabeza. Estaba pensando en muchas cosas al mismo
tiempo y no tenía sentido.
Frost mientras interrogaba a Jaime y
Epiphone sobre lo que habíamos averiguado hoy. Pasé mi mirada por todos
los del grupo terminando en Nico, él también apenas había tocado la
comida. Se me ocurrió algo. Puede que fuera el encierro y la humedad que
estaban haciéndome considera la pulmonía como una mejor alternativa. El
ambiente tenso ahí adentro tampoco me dejaba tranquilo.
Antes de
que pudiera decir nada, el doc se excusó y se dirigió a la puerta. Noté
un leve tremor en su voz y me incorporé un poco, pero ya estaba fuera.
Claro.. todos dependíamos de él. Capaz después... Me volví a dejar caer
contra la pared y suspiré, agarrando el plato con más fuerza. Un problema por vez, me recordé,
no siempre podés estar ahí para todos. Ni siquiera necesitás hacerlo,
en realidad, pero obvio sos así. Es lo único que sabés hacer. No podía imaginar la responsabilidad que sentiría Maxwell, con sus habilidades.
-No tienen que hacerse cargo de las cagadas de sus familias. Pero sí de las suyas.- me dirigí a Jaime y Epiphone. Traté de no pensar en la última vez que dije eso. Veces. -Si hay algo que no nos están diciendo, algo que nos afecte, es momento de que hablen.- Los miré, mi tono fue más cansado de lo que hubiera querido.-Nosotros elegimos meternos en ésto, pero por favor, ya tenemos muchos misterios para que ustedes agreguen.-
No
dije mucho al volver, y una vez que la lluvia empezó a caer con
violencia guardé a Sloane en su nueva Pokeball (Había elegido una de mis
MoonBall ya que le parecía bonita) y me tapé el pelo con el chal. No
que haría mucha diferencia, ya me habían casi ahogado una vez hoy.
Apenas
escuché lo que dijeron Jaime y Epiphone mientras me sacaba el chal, la
chaqueta y las botas y las dejaba en un rincón para que se secasen.
Acercándome a ellos agarré un plato y empecé a comer sin demasiado
entusiasmo. Al parecer teníamos ya un par de esas contraseñas, y era
posible que tuviéramos que ir a un hospital dentro de poco.
Buena excusa para irme a dormir temprano.
-Va a salir todo bien. -Les dije tanto a ellos como a mis compañeros, sonriendo levemente. -Hay que recuperar nuestras fuerzas nomás.
Dicho
eso me retiré a una esquina del container y me acosté de cara a la
pared, dejando salir un largo suspiro al apoyar mi cabeza contra el frío
suelo. Podría haber hecho más, podría haber interrogado a Jaime y ser
útil al equipo, pero realmente no me sentía con ganas por ahora.
Mañana volvería a ser el Nico de siempre. Pero por ahora...
Ni siquiera terminé mi pensamiento antes de caer en un sueño profundo.
Apoyé
una mano sobre Galahad. Él interpretó la señal y simplemente se limitó a
apartar a Kileo de mi con un empujón suave, dándome espacio para
alejarme una corta distancia, y detenerme dándole la espalda. Galahad se
mantuvo al lado del rubio, revisando cada uno de sus movimientos,
amenazante. Me acaricié un brazo. -No vuelvas a decir ese nombre por
favor, renuncié a él hace mucho tiempo -yo misma pude notar una cierta
pena enredada entre las palabras que pronunciaba. Giré un poco a
observarlo con el rabillo del ojo. Noté que abría su boca, pero lo
detuve, imaginándome lo que diría a continuación- No. Dime Nitta por
favor. Escuchar... y recordar sobre Morgana de manera tan explícita
no me había puesto del mejor humor. Suspiré, intentando expulsar de mi
interior cualquier tipo de sentimiento negativo. ¿Qué tanto más podría
saber este tipo? No tenía realmente nada que ocultar a los demás,
excepto detalles pequeños ¿quizá? para algunos, pero no para mí. Volteé
por completo, y desde mi sitio, a unos metros de distancia, le comuniqué
con total seguridad: -Estoy agradecida por que me ayudaras. Te diría
que te alejes de este grupo, y dudo que lo hagas ya que no puedo
ignorar dos cosas: por un lado, estabas con Kabir, y por otro lado...
tienes a Arturo. Me miró confundido. -El unown. Negó con la cabeza, creo que no me estaba entendiendo. -¿....La letra flotante....? Ahí me entendió. Luego volvió a mirarme con bastante duda. -
Ah. El nombre. No sé, Urien, Arturo, reyes, la idea vino sola -levanté
los hombros- Ahora. Estoy dispuesta a explicarte algunas cosas, pero a
cambio, quiero que me digas qué haces con un unown y qué es lo que
realmente quieres. Supe que con un mínimo gesto en su rostro que aceptaba mi propuesta. El intercambio de palabras volvió una vez más.
Nuestra
charla se vio interrumpida por la lluvia. No tenía una noción muy clara
de cuánto tiempo habíamos pasado hablando, pero ambos entendimos que
estábamos muy separados del resto. Me imaginé a dónde habían ido y guié a
Kileo hasta metros del container, donde nos encontramos que Sam estaba
desplomado sobre el suelo y el resto ya hacía lo posible por atenderlo. -
No... -troté hasta donde estaban los demás, y si bien no pude hacer
mucho, los acompañé al interior del conteiner. Tanto el trapinch como
Galahad habían vuelto al interior de sus pokebolas apenas se largó a
llover, y aún así y todo el espacio era mínimo. Me sentía como si
estuviera en un tren en horario pico.
El clima dentro del
precario hogar era tenso. Además de heridos y agotados, el grupo que
había quedado en la iglesia miraba con... ¿desconfianza? a Epiphone,
especialmente. Algunos tampoco parecían completamente estables, quizá el
término correcto era 'agotados mentalmente'. Nico durmiendo, el Doc
directamente había salido a la lluvia. La imagen de Morgana volvió a mi
cabeza. Pero no como un dulce recuerdo como había sucedido durante
halloween, sino como alguien que me observaba con desprecio, disgusto.
¿Acaso...? Perdí parte de la conversación y noté que sostenía un
caldo en mis manos. ¿Cuándo lo había agarrado? Maldición. En estos
momentos... me vendría muy bien permanecer abrazada a Galahad y
olvidarme de todo por un rato. Pero sabía que esa no era la forma. No
era bueno, tener ese deseo dos veces en tan corto lapso de tiempo.
Compostura, compostura. Concéntrate, Nit. -¿Karen? ¿Estaba con
ustedes? No la vi al llegar al centro... -comenté hacia Ibaraki- No me
había dado impresión de ser una 'mala persona', no dudo de lo que dices,
pero... -mi mirada recorrió el container, terminé en el Sam que
descansaba en la cama. Muchos se jactaban de lo grande que era esta
ciudad, pero dar con un amigo de Ian demostraba lo contrario- Tengo una
mala sensación sobre esto. Samuel está con nosotros por mi culpa, y de
cierta manera terminó así por lo mismo. Podría haber sido otra persona,
pero fue él ¿Por qué? -sentí una pequeña vibración en la muñeca, pero no
noté nada raro en la pulsera que llevaba en ella.
La carta del regalo, el destinatario. Me di cuenta. Me estaba olvidando de algo.
Mi
charla con Nitta se cerro con el estrépito de la lluvia. Se sentía
refrescante después del aroma a desperdicio del que habíamos escapado un
rato antes. Me tape con mi valija multiusos y me dirigí hacia dónde iba
el resto. Era una especie de refugio, un container más bien. Pude ver
como ayudaban a entrar a Samuel al lugar, el pobre ya no había resistido
y parecía haberse desmallado (espero sea solo eso). Entré último
cerrando detrás de mí el portón de chapa. Recorrí el entorno con la
mirada: Pilas de papeles, cajas, un colchón que parecía estar cambiando
de dueño. Allí recostaron al convaleciente Líder de gimnasio. El doctor
(Maxwell, si no me fallaba la memoria) y una chica que no había visto
antes con el grupo en la ciudad, lo trataron tanto como pudieron.
Probablemente más tarde utilice mis habilidades para saber su grupo
sanguíneo porque probablemente necesite una transfusión.
Todos
se habían acomodado en lo mas parecido a un círculo que se podía en tan
reducido espacio. Las caras eran de cansancio y fastidio, no estaban
acostumbrados a un modo de vida así. "Supongo que descarto mi teoría de
que son un grupo de caza fortunas" pensé.
El anterior usuario del
colchón habló. Se disculpó y dijo algo de "problemas con la gente de mi
padre". Así que este era el hijo Nerón del que habló la dama de gris.
Un chico flacucho de pelo negro y claramente fuera de su ambiente.
Empezaba a entender qué pasaba.
La chica de cabellos castaños, la
que había ayudado al doctor a tratar al Líder de Santalune, nos ofreció
una sopa de verduras que se vio deliciosa más que nada por lo precario
de nuestra situación. Tuvo que buscar otro plato que no esperaba a este
comensal. Le agradecí guiñándole un ojo y sonriendo suavemente. Le di un
par de sorbos y sentí cómo mi cuerpo recuperaba temperatura. Lo apoye
en el suelo para acomodar mi pelo. Pude ver que, si bien se veía
deslumbrante como siempre, mi mechón había perdido color. "Ya es momento
de cambiar de tono de todas maneras", pensé mientras me volvía a poner
la bandana luego de excurrirle un poco de agua.
Luego los chicos
del grupo comenzaron a interrogar al hijo de Nerón y también la otra
muchacha, la enfermera-cocinera del container. Era como si se hubiesen
enterado de algo. No terminé de entender algo que otra incógnita ya
empañaba mi visión nuevamente.
La chica rubia leyó la palabra
escrita en su brazo, la cual no tenía ningún significado para mí pero
parecía ser distinto para el resto. Nota mental: Llevar un anotador para
recordar las palabras raras. Casi no podía seguirle el paso a toda esta
gente.
Todos parecían estar un poco en su mundo: Nitta hablaba
con la rubia, Maxwell salía pescar un resfriado, un chico de cabellos
verdes cantaba, otro en un rincón dormía, el interrogatorio seguía
(aparentemente)... Yo tomaba sopa.
Me senté un poco más al
costado, pegándome contra la pared, como para dejarle lugar a una
persona invisible. Ese espacio fue ocupado por mi compañero que liberé
presionando el botón de su pokeball.
-¿Cómo te sientes amigo mío?
¿Mejor?- Lando asintió efusivamente como para asegurarse de que me
tranquilizara.-Toma, la sopa te va a ayudar. Podemos compart... ¡LANDO!
¡COMPARTIR, LANDO, COMPARTIR! A veces creo que tu habilidad es más una
maldición...- dije luego de que se tomara toda la sopa en par de
lengüetazos. Vi que comenzaba a ponerse triste.
-Ya ya, vos te la
mereces más que yo. Hoy te ganaste mil sopas.- al escuchar esto, cambió
totalmente de ánimos y comenzó a lamer mi cara con su flamígera
lengua.-Tranquilo se más reservado en frente de nuestros nuevos amigos.
La puerta se abrió y el doctor volvió con un Ponyta hermoso. Kay dijo que se llamaba. Lando saludó con la pata.
Me puse de pié.
-
Bueno, vuelvo a introducirme para los que no me conozcan. Soy Kileo,
artista y busco emociones que puedan llevar mi arte a un lugar que me
conviertan en el mejor, mejor que nadie más. Este a mi la Lado es mi
asistente y compañero de aventuras, Lando el Heatmor- Lando saludó con
la patita y agitando un banderín con la otra. En serio ¿de dónde saca
esas cosas? -Pero creo que ustedes estarán más interesados en mi nuevo
amigo- dije mientras sacaba la duskball, haciendo salir al unown. -Les
presento a Arturo (recienmente bautizado por nuestra amiga corredora),
Artu para los amigos y creo que puede darnos más respuestas a todos
junto con esta carta- terminé mostrando el objeto que llevé encima todo
el día.
La
lluvia golpeaba las paredes del container con tanta fuerza como el
viento. La mirada acusatoria de Nicholas coincidio con un fuerte trueno
que hizo resonar todo el lugar.
-Vos sabias sobre Julia, verdad? Quién realmente era, te lo dijo tu padre.- Inquirio Nicholas sin despegar su mirada de Jaime. El muchacho palideció.
-Que...que queres decir...?- Pregunto lleno de duda mientras sus ojos se abrian. -Mi padre...mi padre siempre decia que...Julia estaba conmigo por un interes...financiero, asumo...pero...no.- Jaime cerro sus puños con furia. -A-alguien te dijo algo asi de ella?! Eso no es asi...ella...ella no estaba conmigo por interes...nosotros...no...-
Nicholas no supo como reaccionar. Jaime parecia no saber nada del a
vida secreta de guardadora de Julia. Su padre parecia que tampoco le
habia revelado nada al respecto.
-Si hay algo que no nos están diciendo, algo que nos afecte, es momento de que hablen. - Un segundo relampago ilumino el container seguido de las palabras de Yannick. Epiphone miro confundida.
-Mi...padre? Pero...mi padre jamas conocio a Julia...- Epiphone parecia aun mas confundida que Jaime con aquella premisa.-
De hecho...tuve muchos problemas para venir a Lumiose...mi padre no
sabe la verdad..si supiera lo que estoy haciendo tendria muchos
problemas, de hecho...el es un buen hombre, en el fondo...no quiere
ponerme en peligro... - Jaime dio un paso al frente. Un nuevo relampago cruzo el container.
-Que es lo que averiguaron.- Pregunto el muchacho, forzando sus ojos para que no derramen lagrimas.-
Si Julia solo se acerco a mi por...por mi estatus economico. Necesito
saberlo. Que averiguaron? Y que tiene que ver Epi en todo esto.- El
muchacho parecia enojado, pero aun asi temeroso. Sus palabras dejaron
en claro que no tenia idea de nada de lo que hablaban los entrenadores.
La Guardadora tenia razon, Jaime Gautier ignoraba completamente la
verdadera vida de Julia.
-Que...que es
eso de que mi padre esta metido en esto? Es imposible...mi padre
nisiquiera permitiria que me encuentre en Lumiose si supiera...
Los
entrenadores sintieron una punzada de culpa. Tanto Jaime como Epiphone
desconocian los planes de Julia, Thenardier y Neron. Los dos eran
personas que estaban completamente fuera de lugar en sus ambientes de
vida.
-Ustedes no conocieron a Julia como yo...nadie lo hizo...ella jamas se habria acercado a mi para...obtener una ganancia...-
Jaime se derrumbo mientras la lluvia azotaba mas fuerte el container.
Las melodias que Mint estaba interpretando tambien se detuvieron.
El
ambiente cambio cuando Maxwell regreso. Estaba acompañado por un
Ponyta, haciendo que el ya abarrotado container parezca aun mas pequeño.
Kileo se puso de pie, algo aliviado al parecer, y continuo
presentandose para aquellos que aun no conocian oficialmente.
Con
el correr de la noche, la lluvia fue calmando, hasta ser no mas que una
llovizna fria. El lugar era pequeño e incomodo, pero aun asi los
entrenadores durmieron hasta pasado el medio dia. Seguian agotados, pero
el dia largo que habian pasado, sumado a la noche agitada que tuvieron
en el festejo de Halloween, hizo que no puedan despegar los ojos y que
sus cuerpos finalmente se rindieran. Jaime deambulaba taciturno por el
depocito de containers, con la mirada perdida. Epiphone parecia estar
despierta hace rato y habia cambiado las vendas de Samuel, quien tardo
una hora mas que los entrenadores en despertarse. La chica intento sin
resultado terminar de cocer la remera destruida, el Lider de Santalune
de todas formas le sonrio y fingio sentirse mucho mejor de lo que
aparentaba.
-Estoy como nuevo! Casi que podria irme a nado hasta Unova y volver! - Bromeo mientras miraba alrededor para ubicarse. - Momento...esto...es...ay carajo, no fue un sueño!?- El joven se puso de pie y abrio la puerta del container para asegurarse que se encontraba en donde creia- Osea que ustedes son los amigos de Ian!?
- Epiphone y el resto de los entrenadores se acercaron curiosos al
lider de Santalune. El palido muchacho interpreto sus miradas como una
clara pregunta.- Ah...veran, Ian es...un buen
amigo, casi mi hermano. Me llamo antenoche pidiendome que venga a
Lumiose de urgencia y me encargue de unas cosas para mantener seguros a
unos amigos...Le dije que ese favor le iba a salir muy caro pero acepto
de todos modos. No me dijo donde estaba pero...por favor diganme que no
vino a Lumiose con ustedes. Esta ciudad va a matarnos, siempre se lo
dije.
Los entrenadores vieron mientras concluyeron su charla
con Samuel, que la hija de Thenardier habia marcado en el mapa de Ian
el club nocturno que habian mencionado la noche anterior, asi como habia
buscado un flyer del mismo indicando la hora en la que abria. El lugar
abria ese dia para celabrar una salvaje fiesta que prometia musica en
vivo, bebida y requeria ir vestidos de forma elegante.
Me
desperté varias veces durante la noche, a pesar de que la tormenta ya
había calmado. Igual sabía que no era por eso. Tenía mil cosas en la
cabeza y el cuerpo demasiado exhausto para hacer nada al respecto.
Preferiría que me mate el próximo Guardador a volver a tener problemas
de insomnio, en medio de toda esta situación. Por suerte cuando al fin
pude levantarme, mucho más tarde de lo que acostumbraba o hubiera
querido, me sentía bastante descansado. Capaz podríamos hablar
tranquilos con Jaime y Epiphone, al menos habíamos confirmado que no
tenían idea de lo que pasaba a su alrededor.
Mientras esperaba
que el resto despierte, recordé lo que había considerado anoche. Nico
todavía dormía así que no iba a poder hablar con él ahora. Decidí sacar a
Leti para que me ayude, la calabaza me abrazó apenas salió, haciendo un
ruidito triste.
-Oh, ok ok, está bien.- Me reí dándole unas palmaditas. -Perdón, no debería haber dejado que te lastimes así. Te tengo que cuidar mejor, no?- Le permití revisar el terreno
mientras daba una vuelta hasta que encontré lo que buscaba, un pokemon,
y resultó ser un mono como el de Blake. Se veía algo débil, tal vez por
la tormenta de anoche, igual intenté convencerme que era lo mejor. En
solo dos golpes cayó y lo atrapé, guardando a Leti también. Cuando
volví al container, todos menos Samuel habían salido ya. Llamé la
atención del grupo para que se acercaran, ahora que no estábamos en un
espacio reducido y a punto de caer muertos, podíamos pensar las cosas en
frío.
-Antes que nada, bienvenido
Kileo a este quilombo, si estás todavía acá asumo que vas a quedarte a
pesar de lo que pasó y sabés cómo viene la mano.- El chico asintió sonriendo, claramente interesado. -Bueno, nosotros- hice un gesto a los que habían estado conmigo ayer -fuimos a la Catedral a conocer otro Guardador y casi nos mata también. Por lo que averiguamos...- miré a Epiphone, -
Tu padre hizo un trato con Julia. O al menos ella le ofreció uno, que te
involucraba. Él no parecía feliz así que puedo llegar a creerte si
decís que realmente nunca pisaste ese lugar, Club Silverspoon, donde
quería que fueras. Pero él la conoce.- Me volteé a Jaime, iba a tener que considerar con más cuidado las palabras para lo suyo. -Mirá, no digo que Julia no te haya querido pero.. al menos al principio...- Lo dudé. No es agradable enterarte que no le importás a alguien por quien harías cualquier cosa. Arrancá la venda de un tirón y no lo mires hasta terminar, me dije. -
Sí, se te acercó por interés. Ella buscaba algo, unas tablas antiguas,
de una profecía, creo? Ni siquiera nosotros lo tenemos claro. Tenía que
ver con su trabajo como Guardadora. O mejor dicho, se dejó llevar por lo
que descubrió con su trabajo y fue más allá de lo que tenía permitido.
Tu familia tenía una de esas tablas, aparentemente, y ella quería
conseguirla por medio de... Bueno, vos.- No había modo delicado de poner eso. -
Tu padre sabe del Sínodo y al parecer también está buscando a Julia. No
sabemos para qué pero la Guardadora de ayer dijo que él tiene planes de
los que ni vos estás enterado. Está moviendo muchos hilos para lo que
sea que quiera, y te necesita para.. algo.-
Fuimos
interrumpidos al rato cuando Samuel abrió la puerta del container
gritando algo. Algo sobre Ian. Entonces sí se conocían. Le pidió que se
encargue de mantenernos seguros... Había escrito que iba a encontrar un
modo de ayudarnos de todas formas... "Esta ciudad va a matarnos".
-Qué le pasó en esta ciudad, a qué le tiene miedo?-
pregunté antes de siquiera terminar de pensarlo. No se sentía bien
indagar sobre su vida privada sin que esté acá, pero era importante para
él, algo de lo que nos quería "proteger"; y ya estábamos ocupando su
casa, Mint y Epiphone habían revisado sus papeles, y además... -
Yo um, yo lo convencí que nos acompañara.- Sentí esa culpa de nuevo. -Se
fue.. supongo que poco antes de que te llamó. Creo-- espero que se haya
ido de Lumiose al final, si tenía un problema acá pero... Querría saber
por qué.- "Necesito" hubiera sido demasiado, no nos debía nada, no
me debía nada a mí. De hecho era mejor si lograba mantenerse fuera de
todo este quilombo.
Creo
que nunca en mi vida había dormido tanto ni tan tranquilamente.
Recuerdo haber soñado algunas cosas, pero ahora mismo eran tan borrosas
que bien podría haber sido un sueño sobre Frost siendo el protagonista
de un musical sobre él mismo.
Junto con mis heridas, mi ánimo
mejoró de la misma forma. Todavía sentía parte de aquel nudo adentro mío
pero al menos ya no me estaba muriendo, lo que me parecía un win
bastante grande. Con pereza me senté cerca de los demás mientras
hablaban de... cosas de la misión, eso que la verdad no me interesaba
mucho.
De repente escuché al muchacho rubio hablar, y levanté la cabeza hacia el, frunciendo el ceño.
-Ah... eh, bienvenido al equipo, Killua. -Le sonreí amistosamente, tratando de que no se diera cuenta de que pensé que el siempre había estado con nosotros. -Te prometo que la vas a pasar bien con nosotros.
Con
eso dicho empezaron a hablar sobre el próximo lugar al que íbamos a ir,
y el hecho de que de alguna forma tendríamos que conseguir ropas
decentes para la ocasión. Creo que todos escucharon mi bajo chillido de
emoción al escuchar eso; por fin iba a poder llevar a los demás a que se
compren algo lindo. Especialmente Frost; quizá lo podría convencer de
que use el celeste claro que le había recomendado ya algunas veces.
Sin
embargo la cosa se puso triste cuando Jaime escuchó lo que dijo
Yannick. Pude ver como su mirada se ensombreció, y el pobre muchacho
pareció envejecer varios años en ese momento solo. Suspirando, me le
acerqué y le puse una mano en el hombro.
-Pensalo de esta manera... -Le dije, arrodillándome frente a él. -Si
Julia se enamoró de vos ya siendo una espía entonces eso significa que
lo que sentía por vos era real y lo suficientemente fuerte para que
quisiera protegerte. Deberías estar orgulloso.
//Carisma+Empatía para hacerlo sentir bien al inútil// [dice]0[/dice]
No dormi mucho me levanté justo antes de que saliera el sol. Kaeru
ya estába mejor y me miraba con asco creo que sentía la peste y me
pedía que por favor me bañara entonces salí del container y me puse en
la parte trasera para que nadie me viera me quite la ropa y kaeru empezó
a soltar burbujas para lavarme en eso apareció de la nada el ralts que
rescate ayer este también quería bañarse tal vez ya no soportaba el olor
también me trate ocultar un poco de el me daba vergüenza nos bañamos
rápido y después saque a Oberon para que usará fairy wind apenas para
secarnos ya estaba perfecto y el olor se redujo considerablemente no se
cuánto paso pero empecé a escuchar que el resto se estaba levantando me
vestí a medias sin ponerme la remera metí a Oberon a su pokeball y tome
mi ropa entre aun un poco dormido las duchas de burbujas no despiertan
tanto.
Al entra los vi como se levantaban y les dije -hola chicos como durmieron- mientras me refregaba el pelo y cerraba el container.
/apariencia+seducción/ [dice]0[/dice]
Tras
que todos se levantarán una serie de verdades fue contada no participe
por qué no quería generar resentimiento equivocados me astuve a mira
nada.
Mire al desconocido presentarse omo kileo un pintor en
busca de inspiración ahora yo me pregunto que inspira a este pinto rezo
que no sea lo mismo que mi hermana.
Ephipone nos marco donde
estaba el club del que hablan a noche, una fiesta salvaje y formal,
kaeru me miraba y le dije sonriendo -parece que tendrás que usar moño de
nuevo- ¿Habrá alguna pista de Ian allí?.