Habiamos
terminado otra mas habia caido parecia una pesadilla y me puse a ver a
Mina revisandola si estaba bien solo fue un segundo y escuche un algo
atravesar carne me di vuelta para ver horrisado como frost remataba a
las criaturas, yo...quede helado.
Cuando volvi en si estabamos
subiendo a un vehiculo y salimos en direccion al gimnacio. Pero yo
seguia mirado a frost el mato a sangre fria a...esas cosas pero habia
necesidad de caer tan bajo... matar era necesario? - Demonios!! - Mire
al resto precupado de que notaran el sobresalto pero la atencion fue
captada por una columna de luz proveniente de nuestro objetivo.
In the darkness I got lost and wanted to go back. The shadows of fear did not let me move. Looking to the sky looking for light but only scars I saw. The friendly voices sound to calm my pain. Following them I start to run to recover the lost...
La
bola de energia oscura lanzada por el Pokemon de otro mundo se formo
delante de los entrenadores.El sonido que el torbellino de oscuridad
generaba no era de este mundo, y solo eso basto para que los
entrenadores pierdan la concentracion un momento. Cameron seguia
sosteniendo su cabeza, parecia mas aturdido que los demas y en ocaciones
desviaba su mirada hacia el costado, como si pudiera ver a alguien ahi
hablandole. Fue muy tarde cuando intentaron reaccionar, la bola de
energia paso a pocos centimetros de ellos dejando una estela de luz tras
ella e impacto directamente contra la parte trasera del autobus.
El
vehiculo tomo el impacto. Escucharon gritos en su interior, las ruedas
del autobus elevandose del pavimento y los vidrios explotando en mil
pedazos. Los entrenadores miraron espantados como la parte trasera del
autobus habia quedado deshecha por el ataque, seguramente habia heridos
pero no tuvieron mucho mas tiempo de reaccionar. Maxwell continuo el
ataque que habia comenzado, y su Pokemon impacto contra el ser de otro
mundo con una fuerza debastadora. La criatura no lo vio venir, y el
Octillery se lanzo con todo su cuerpo rodeado de un torrente de agua
empujandolo varios metros hacia atras, justo contra el parabrisas del
vehiculo de los encapuchados, que se bajaron justo antes de que la
criatura quede incrustada entre los vidrios.
-N-No puede ser...-
Dijo un enmascarado al ver del autobus completamente destruido, y la
luz de otro mundo saliendo desde el anillo. El enmascarado era alto y en
lo poco que podian ver desde su tunica, su piel era muy palida. - La
jefa dijo que del otro lado del laberinto ibamos a encontrar...la
verdad..la verdad que nos ocultan...
-Evan, no es tiempo para esto. La jefa sabe lo que esta ocurriendo, ella no nos mentiria. Este debe ser el camino. - Concluyo el otro enmascarado.
Yannick
ataco a la segunda criatura, ya que la primera habia sido derrotada, de
igual forma que Nico lanzo un ataque para paralizarla. La criatura
parecia verse afectada tambien por los efectos del polvo, asi como por
el ataque del Gourgeist. Cameron corrio a auxiliar a la gente que aun
estaba en el autobus, ayudandolos a salir uno a uno. Entre los pies de
Yannick, vieron que el pequeño Zorua estaba encojido completamente,
temblando al ver a la criatura. No parecia querer jugar bromas en ese
momento, sino que se oculto tras las piernas del entrenador.
-No quiero tu ayuda, mocoso!
- Exclamo el profesor de gimnasia saliendo a duras penas de entre los
vidrios del auto. Cameron suspiro agotado, pero de todas formas lo ayudo
a salir.
Jaime por su lado se puso delante del autobus nuevamente con su Pokemon aleteando a pocos metros.-
-No podemos llevar estas cosas a la ciudad.
- Dijo Jaime observando como estaban a tan solo unas cuadras de salir
de la zona de autopistas de Undella y entrar propiamente a la ciudad.-
Alguien tiene que encargarse de ese anillo.
Las
habian secuestrado. Eso...no era algo bueno. Por mi mente solamente se
cruzo preguntar si Yan estaba bien, si necesitaba algo. Pero claro, el
seguramente estaba bien. Si habia algo en lo que podia confiar era en
que sabia defenderse, pero aun asi...
-Por casualidad...?- Nitta
entendio al momento que estaba preguntando por Yan, quizas me delanto el
color del rostro, pero fue un alivio no tener que poner en palabras la
preocupacion. Epi por otro lado parecia no haber captado la sutileza.
Otro alivio.
-Fueron esos tipos...enmacasrados. - Dijo por
fin la chica. Seguia siendo timida, pero se la notaba algo mas decida de
la chica que habia visto hace dos años. - Quizas si nos siguen
buscando, lo mejor sea mantenernos alejados de los demas, o no? - La
hija de Thenardier tenia un punto, aunque notaba que siempre preferia
ser ella la que la pase mal con tal de no llevarle problemas a los
demas. Ah, habrias sido una presa facil para Blake.
Bueno, el
plan era ir hacia aquella columna de luz, asi que comenzamos a caminar
en esa direccion, aun tosiendo pedazos de escombros. El silencio
incomodo comenzaba a molestar un poco, aunque yo siempre podia sentir
las vibraciones que emitia cada persona...eso no ayudaba en momentos de
tension como estos. Rebusque en mis bolsillos, sabia que Dorothy me
habia dejado algo en el camerino y que eventualmente iba a servirme.
-
No es la gran cosa pero deberia sacarte el hambre- Dije sonriendo, era
una barra que segun Dorothy tenia muchas cualidades nutricionales. Entre
las cuales se encontraban mantenerme a base de ellas por semanas asi no
perdiamos tiempo comiendo, pero bueno. - Te advierto que es como
masticar un Metapod. Y jamas lo hice, pero seguro que hacerlo tiene el
mismo sabor que esta barra.
Una vez llegando a la ciudad,
tratamos de mantener un poco mas las apariencias, nos habiamos limpiado
los escombros y la gente no nos miraba raro, al menos de momento. Quizas
sea que todos comenzaban a acercarse a donde estaba la columna de luz.
Decir que una columna de luz en Nimbasa es algo fuera de lugar seria
mentir, y seguro ninguna de las personas que se acercaban a ver pensaban
que podia tratarse de otra cosa mas que un nuevo espectaculo.
-
Es el gimnasio- Murmure viendo como la gente se acercaba a curiosear. La
policia habia cerrado el transito en un radio de tres cuadras, pero aun
les estaba costando mantener lejos a la gente que iba a pie como
nosotros. - Se suponia que...yo iba a tocar en este lugar. Pero cancele
ese plan cuando esos enmascarados me atacaron...pedi ayuda a Sam y el se
vino hasta Unova con la condicion de que...- Ah, me habia olvidado ese
detalle.- Con la condicion de que lo lleve en la gira que estamos
haciendo en la region...pero, bueno. Ibamos a encontrarnos en este
lugar, pero creo que va a ser algo complicado.
En ese momento,
una segunda columna de luces multicolores surgio disparada al cielo a
pocas cuadras de nosotros, me alarme por un momento pero no se trataba
de la luz celeste, sino mas bien varias luces multicolores.
Deberia
ser una leccion a futuro, nunca hacerle caso a Ian en nada. Claro, es
casi mi hermano, pero desde que vine a Unova para ayudarlo ya quisieron
matarme un par de veces. Esta bien, estoy en un auto con una mujer super
sensual, que era basicamente para lo que vine en primer lugar. Ariadne
manejaba rapido entre las calles, casi como si cononciera como evitar
todas las zonas de transito y evitar semaforos.
-Gracias por eso.
- Dijo la mujer a Ibaraki, quien habia usado su Pokemon para curar y
detener el sangrado de su brazo. La mujer habia perdido mas sangre de la
que seguramente yo debo tener, pero seguia en una sola pieza. -
Tranquila. - Dijo la mujer al ver la reaccion de la chica cuando vimos
la columna de luz.- Tenes un vinculo bastante cercano con ellos, no? -
Dijo la mujer mirando los Pokemon de la chica. Estaba sonriendo? Ah,
deberia ya mismo sacar a mi Karrablast y acariciarlo delante de ella,
quizas eso sume puntos.
La mujer maldijo por lo bajo, por un
momento todos pensamos que fue por la respuesta de la chica rubia pero
pronto nos dimos cuenta que era por el estado del transito. Todas las
calles que llevaban hacia el gimnasio estaban cortadas, varios policias
estaban desviando el transito lejos de la zona de la columna de luz. Las
pantallas de los edificios mostraban a un muchacho de cabello rubio y
erizado hablando con aire de seriedad, debajo se podia ver el logo de la
Liga Pokemon. Bueno, ese debia ser el lider.
-Sentimos informar
que por motivos de seguridad, no vamos a estar tomando desafios durante
el dia de hoy. Estamos teniendo algunas dificultades con el nuevo
sistema de combates, pedimos por favor que no se alarmen. - Dijo el
muchacho de nuevo con ese aire de profesional. Yo no tendre a ese grupo
de quinceañeras suspirando con verme en una pantalla, pero yo si sabia
llevar tranquilidad a mi ciudad. Salvo cuando, bueno, no estoy en mi
ciudad. Como ahora.
El
dolor de cabeza me estaba matando. Apenas podía mantener los ojos
abiertos, y aunque Frost me había enseñado a manejar esta habilidad,
podía sentir que no había funcionado y estaba sintiendo la energía
encerrada palpitándome en la cienes.
Caí y rodé por el suelo
cuando el ataque de esa cosa golpeó al autobús pero me pude volver a
parar en seguida. Antes de que pudiera recomponerme hubo otro ruido de
vidrios rotos, el ser se había dado contra el parabrisas de la van negra
después de la ola de Eva. Estaba intentando procesar todo, todo estaba
pasando demasiado rápido, cuando escuché el intercambio entre dos de los
enmascarados. La.. verdad y el camino...?
"Era
la única cosa en la que creía, la única realidad que conocía. De eso
tampoco se sale tan fácil, Yanchu. Creí que ella había encontrado el
único modo de escapar realmente y ahora ni eso me queda."
Sacudí
la cabeza con fuerza aunque empeoró mi mareo. Eso terminó hace mucho
pero... Odio saber que lo estén haciendo por algo así.
-No cuestionar las cosas nunca es bastante peligroso.- les dije, tratando de mantener un tono firme. -Y no creo que estos bichos tenga problema con matarlos a ustedes también.-
-Me pa que sí es fantasma.- Carlos comentó viendo cómo el ser retrocedía al ser golpeado por Leti.
Noté que Cameron estaba mirando a la figura que lo acompañaba, escuché que susurraba algo, podrá ser que la perciba?
-Che el zorrito ahora te quiere?- agregó, y ahí vi al Zorua abajo mío, estaba aterrorizado.
-Va a estar bien, lo estamos controlando.- Lo levanté en brazos, no se molestó mucho esta vez. Kaoc'h, esta mierda me está afectando demasiado, nos esta
afectando demasiado, me tengo que concentrar. La bestia que había caído
fue por el agua, pero no estaba seguro si realmente era débil o solo
fue la fuerza del ataque. En cualquier caso, parecía que estábamos
haciendo las cosas bien por ahora. -Leti, por favor volvé a usar Astonish.- ordené al Gourgeist que parecía haber ganado un poco de confianza.
Jaime
gritó que teníamos que parar a estas cosas de alcanzar la ciudad, había
que romper la máquina antes de que salgan más. Volví a mirar el portal y
mi mente se aclaró por unos segundos.
-יְהוֹחָנָן-
La
escuché más claro, casi dejó de ser esa maraña de sonidos y fue una
voz. La voz de... No, porque sentía... Tendría que.. ir fijarme? Había
algo ahí adentro que me estaba llamando?
Desvié la vista en
cuanto lo pensé, ayudado por la sensación de la pulsera. Era mejor si yo
no me encargaba de eso. Me limité a intentar controlar cómo me
temblaban las manos y volver a afectar al monstruo que quedaba.
-
¿Uhm? -observé la barra que me ofrecía Ian unos instantes antes de
tomarla y observar la etiqueta. Podía enlistarle algunos pokémon capaz
de comerse un metapod si tenían ganas pero no venía al caso- Gracias.
Ten Epi -le comenté a la chica mientras abría el paquete y le entregaba
la mitad de la barra. Seguramente debía tener hambre como yo. De hecho
me sorprendía que pudiéramos seguir de pie luego de tanto tiempo.
Terminamos
de limpiarnos el polvo y escombros mientras avanzábamos en medio de un
silencio incómodo. Entonces volvió por unos instantes. -¿Qué te
inquieta, Ian? -pregunté sin dejar de mantener la mirada hacia el
frente- Perdón, pero es notorio. Quizá me estés mirando raro, pero creo
que no. ¿Puedes hacer algo similar, no? -comenté casi riéndome- Si
recuerdas a mi papá, habrás notado que él tiene una relación particular
con el aire. Y digamos que yo lo heredé, pero no puedo controlarlo
bien... pero no es el caso. Noté como si el aire vibrara a tu alrededor,
como si no pudiera tener dirección. Epi está algo más relajada en
cambio -y me detuve un momento en medio de un callejón. Intentar hablar
tan naturalmente de estas habilidades, si se les quiere decir así, que
tenía me resultaba... hipócrita. Sentía que no estaba segura en qué
posición debía mantenerme respecto a ellas, otra vez. Pasé una mano por
mi cabello suelto, sentía ganas de atarmelo... Si ese día no hubiese...
sé que no estaría acá y... -Esta persona que dicen haber visto -comencé a
pronunciar en voz baja- ¿Les habló? ¿Escucharon que les decía algo? O
acaso... -no continué hablando. Un fuerte destello llamó nuestra
atención. Se elevaba hacia el cielo al parecer no muy lejos nuestro.
Sería cosa de... 500 metros tal vez. Duró unos instantes antes de que
se desintegrara en pequeños brillos repartidos por el aire. Podía
reconocerlo, más si no era la primera vez que usábamos ese truco.
Galahad, que había ascendido hasta arriba apenas verlo, bajó a un lado
mío y asintió. -¡Están ahí! -dije con alegría. Era una mezcla de
felicidad con calma de saber que al menos vivos estaban, y deseaban dar
con nosotros. Sin esperar la respuesta de Ian y Epiphone me adelanté y
comencé a trotar en dirección hacia aquel rayo, guiada por Galahad, que
tenía mejor noción con yo respecto al punto exacto donde se originó.
Luego
de un par de cuadras llegamos a lo que creo era una avenida, varios
oficiales estaban cortando la calle e impidiendo el pase de los
vehículos, pero en el caso de quienes iban a pie era más difícil. Ian
había comentado sobre el gimnasio... que la gente quizá se estaba
dirigiendo allí como polillas porque pensaban podría haber un espectáculo. -
No estoy realmente segura de si debemos ir allí, pero... si te preocupa
Sam... Igualmente los demás deberían estar por aquí, creo que deberíamos
dar con ellos primero -comencé a observar hacia nuestro alrededores
buscándolos, pero no llegué a distinguirlos ni a ninguno de ellos ni a
la van. Galahad se me colocó al lado y emitió algunos de sus sonidos,
indicándome que mire en una determinada dirección. Al principio era algo
difícil entre tanta gente, pero luego creí llegar a identificar algo...
voces. ¿Voces? ¿Necesitábamos más voces? Ah, era una corriente, me las
estaba trayendo. Era una de las primeras veces que lo hacía, y no dejaba
de incomodarme. -Allí -señalé una camioneta negra- ¿Por qué no están
en la van...? -pregunté para mi misma en voz alta- Momento... ¿Y si
están siendo secuestrados también? ¿Y la luz era una señal de auxilio?
Deberíamos hacer algo... pero entre toda esta gente quizá lo mejor sea
ser discre...- no pude terminar la frase. Una corriente rápida y
violenta se originó a un lado mío y lo único que pude ver fue a Galahad
desplazarse lo suficientemente rápido como para dar contra una de las
ventanas laterales de aquella camioneta y romperla o agrietarla toda con
el golpe. Eso en un abrir y cerrar de ojos. Y creo que oí un grito. Aunque no estaba segura si había sido de hombre o de mujer. -Bueno, también podíamos hacer eso.
Antes de que nos acercáramos a ver si podíamos ayudar, algunas personas comenzaron a salir del vehículo. -
¡Nos ahorramos el paso de buscar a Sam! -dije intentando aliviar la
situación con una sonrisa nerviosa al ver al muchacho que por algún
motivo no dejaba de mirar a Ariadne, que también estaba con ello.
Galahad regresó hacia mí como si fuera un rockruff contento que le movía
la cola a su dueña. Estaba orgulloso, y eso que se había contenido.
Sabía bien que él en realidad quería seguir golpeando la camioneta.
Sabía bien que de ser por él hubiese seguido hasta romperle no solo los
lentes a alguien.
Antes de que me diera cuenta Ibaraki se estaba arrojando encima mío dándome un abrazo. Tuve que devolvérselo de manera sincera. -
Tranquila, tranquila, estamos bien, es bueno saber que ustedes también y
que Galahad no los mató por accidente -le di algunas palmadas en la
espalda intentando calmarla-
Yrealmenteesperoesacamionetatengaunbuenseguro -el minior dio algunas
vueltas alrededor nuestro hasta que nos soltamos- ¿dónde están los demás
y por qué...? -levanté la mirada y lo vi- Ah.
Podría hacerme la
idiota y negar que no quería verlo y que esperaba estuviera bien, pero
bueno, sería negarlo todo y hacerme la idiota. Cuando decía que quería
poner distancia entre nosotros, no me estaba refiriendo precisamente a
ser secuestrada. Simplemente no verlo tan seguido, ni ir a su casa, ni
compartir el almuerzo en medio del trabajo, ni aparecer medio en contra
de mi voluntad -pero totalmente a voluntad de mi madre- de aparecer en
una de las chirichocientas festividades que se celebraban durante el
año, ni... Ok, ¿por qué estoy tan cerca de él sin darme cuenta? Creo
que lo miré como si quisiera reprocharle algo, una especie de puchero.
En realidad me estaba aguantando las ganas de abrazarlo. Debía resistir.
Mas o menos lo logré hacer, porque solo apoyé mis manos en sus hombros
de manera casi mecánica, y lo miré fijamente (a todo esto, adoraba su
temperatura. Le hizo bien a mis manos).
De entre todas las cosas
que podría haberle dicho, de entre todas las cosas que quería decirle y
me contenía... Mi boca y mis cuerdas no tuvieron mejor idea que soltar
esto. -Detective Nicholas Frost... ¿DÓNDE CARAJO ESTÁ MI VAN?
El
Ultraente había hecho pedazos la parte posterior del micro que nos
remolcaba. El ataque nos pasó rozando y del interior del vehículo se
escuchaban gritos. No parecía que hubiese sido un impacto letal para
nadie. Ojalá estuviera en lo cierto. La criatura que aún se encontraba
consiente (ya que una había quedado fuera de combate) recibió de lleno
varios ataques. Estaba por asistirlos cuando me distraje observando a
los tipos de mascara. Entre el ruido de la batalla y los ataques, no
llegaba a oír de qué hablaban, pero por sus gestos percibí que estaban
nerviosos ¿Podría ser que estas cosas arlequinescas no era lo que
esperaban que saliera del portal que abrieron?
“No podemos llevar estas cosas a la ciudad. Alguien tiene que encargarse de ese anillo.” dijo Jaime devolviendo mi atención a la criatura sin cuello.
-
Yo me encargo.- respondí desde abajo sacando una de mis pokéball y
lanzándola al aire. La serpiente de roca se materializó haciendo vibrar
un poco el suelo al hacer contacto con el mismo. Salté sobre su cabeza
para poder guiarlo mejor, inconsciente de lo que acaba de hacer.
-
Ran ¿ves ese anillo que hace luces arriba de ese coche? Necesito que lo
rompas para...- a la mitad de la frase lo noté: el Onix tenía la mirada
clavada en el payaso alien que luchaba por salir de la parálisis. No era
la mirada de siempre, se podía ver furia en sus ojos ¿Cómo pude ser tan
imprudente? ¿Cómo no noté el escenario en el que nos encontrábamos
cuando liberé a Rancor? -Tranquilo, amigo. Primero destruyamos el
artefacto y después...- pero no tenía sentido razonar: el Onix ya estaba
atacando al Ultraente sin piedad haciendo volar hacia este trozos de
pavimento.
Eva
golpear al pokemon con una fuerza tal, que no solo lo dejó fuera de
combate sino que lo estampo contra uno de los autos. Era una arma
asesina ese pokemon, desprendía combate con cada tentáculo de su cuerpo.
En los años que había pasado, habíamos entablado una amistad, era
un pokemon difícil de vincularse, siempre era tan metódica en todo lo
que hacia, tenia una disciplina que he visto en pocos pokemon. Siempre
que hacia una tarea la cumplia al pie de la letra, ni mas ni menos, casi
como si fuera una especie de soldado, porque era asi quizá nunca lo
sabré, pero era mi pokemon mas fuerte y por prestarme su fuerza siempre
le voy a estar agradecido.
Pero...
-¡NO!- grité al ver al pokemon golpear el autobús.
Los
gritos y llantos estallaron en todo el colectivo, estas cosas lo
estaban haciendo de nuevo, atacando gente, llevándose vidas, no lo iba a
permitir.
Inmediatamente entre al autobús como pude.
-No
se preocupen esta todo bien, no voy a dejar que nada malo les pase, se
los prometo, aunque me cueste la vida los voy a sacar sanos y salvos-
les dije con determinación a todos los chicos.
Me concentré
intensamente, no podía fallar, los nervios me atacaban y podía sentir
como el lado negativo de mis habilidades podía tomar el control
fácilmente, si no era determinado.
“Son dos partes de la misma
moneda, si aceptas conseguir más poder va a tener un costo, siempre vas a
vivir en la encrucijada, entre la felicidad y la locura”
Cuanta razón tenía el maestro, pero ya no había vuelta atrás.
//Healing Field// [dice]0[/dice]
//Cuanto dura// [dice]1[/dice]
-Quédense dentro de la luz, van a estar seguros, confíen en mí- volví a determinar.
Afuera estaba Eva que esperaba mis órdenes como fiel soldado.
-No dejes nada en pie Eva- le ordene con odio puro.
-Son mi familia-
Le respondí a Ariadne, no creo que me tome en serio pero no me
importaba, no era un punto de vista que muchos compartieran. Me acomodé
en el asiento tratando de no pensar en esa columna de luz gigante y
hacerme a la idea que Nitta y Epiphone estaban bien, si era cierto que
esos tipos querian usarlas entonces no deberian haberles hecho nada, eso
espero.
Mint mientras comenzó a cantar suavemente con Mina en
sus brazos, no queria interrumpirlo, pero me acerqué tratando de
acurrucarme a su lado, era relajante y su hombro era cálido... hombro? si llegaba a su hombro entonces... revisé como me quedaba mi chaleco para confirmarlo, habia vuelto a ser yo, un problema menos.
Ariadne
parecia tener problemas con el trafico, levanté la mirada cuando la
escuché insultar, mientras ese fuera el único problema era mejor
dejarselo a ella, si los enmascarados nos seguian era mejor prepararnos
por si algo nos golpeaba por -LA REPUTA MADRE!-
Grité cuando un escombro gigante nos golpeó, un cascote marrón que se
me hizo muy conocido cuando salio volando en dirección contraria. Ni me
molesté en intentar abrir la puerta, habia un modo más rápido de
alcanzarlo -Mavis!- Llamé a la Kirlia que
ya sabia lo que necesitaba, asintió y lo siguiente que ví es que ahora
estabamos fuera de la camioneta. Corrí esquivando gente por la vereda,
no iba a dejar que Galahad se escapara, si él estaba aca entonces...
Ahí
la vi, junto con Epiphone, a salvo, estaba de espaldas hablando con la
otra chica y... ese otro era Ian?, volví a tomar carrera y no paré hasta
alcanzarla -Nitta, perdón, perdón, fue mi culpa- La abracé con fuerza, le pedí perdón, se quedó en el aeropuerto por mi culpa y por eso se vio envuelta en todo este asunto.
-¿dónde están los demás y por qué...? -
Levanté la mirada y la ví mirando detras mio, asumí que el resto venia
por ahí, solté a la chica para que fuera con él y fui con Epiphone.
Epiphone
habia tomado mi lugar en la pelea de anoche, que podia decirle a ella,
queria disculparme por lo que pasó, pero tambien queria agradecerle por
protegerme de ese ataque, pero no sabia por donde empezar, no, si lo
sabia, la abracé con fuerza.-Me alegra que ambas estén bien, perdón por lo que pasó y... gracias...-
Recuperé algo de compostura al poder deahogar esa culpa del pecho,
ahora era el turno de Ian, el joven músico que veia por primera vez
despues de años. -Ian, también es un gusto verte de nuevo- Lo saludé de un abrazo.
-Detective Nicholas Frost...-
Era la voz de Nitta que estaba frente a Nicholas, más cerca de lo que a
un agitado Galahad le gustaba, tomé al Minior con una mano y le susurré
-No se los arruines, fue un día duro para todos-
Una
vez que me encontré a varios metros de esa... cosa, mi sentido común
logró romper a través del miedo que me había rodeado completamente. De
la nada sentí como todo se volvía mas claro, casi doloroso. El frío de
la noche golpeó contra mi espalda mientras subía y subía, el viento que
me levantaba frenético y furioso. Aunque por primera vez... furioso
contra mí, y no otra persona.
Me mordí el labio, sintiendo como
la culpa reemplazaba al miedo. Casi había dejado a Merle allá abajo.
Había escapado como un cobarde, como uno de esas personas normales
idiotas que tanto detesto. Y peor de todo... no había llamado al viento a
que me ayude, le había ordenado que lo hiciera. Que verguenza.
-Merle, volvé.
Sin
decir nada más lo guardé en su Pokebola y saqué otra de mi bolsillo. Me
sentía.... confundido. Fuera de focus. Como un pedazo de papel en el
medio de un huracán. Tenía que hacer algo para retomar control.
Esa máquina sigue prendida... si salen más de estas cosas...
El
vehículo seguía abriéndose camino por la ciudad hacia la columna de
luz, parecía saber qué lugares debía tomar para evitar los
embotellamientos de la ciudad, por lo visto había pasado bastante tiempo
en esta ciudad como para saber qué hacer, admito que es algo que debía
aprender a hacer en Johto, hippie siempre se encarga de manejar o mis
compañeros, yo suelo ser el copiloto, es mucho más cómodo. Me pregunto
si estará bien, de verdad tenia ganas de salir corriendo contra esa
columna de humo pero no estoy seguro si es ese el lugar u otro, por otro
lado yo creo que esta cerca, no sé cómo ponerlo en palabras pero son
esas cosas que uno siente.
Ibaraki había aprovechado el tiempo de
viaje para poder curar a Ariadne, después de todo quizás se sentía en
deuda por haberla salvado, ella le agradeció y nombro la conexión que la
chica tenía con su pokemon, por alguna extraña razón podía sentir la
energía pajera irradiar de Samuel, quizás me estaba equivocando pero no
sé. Ibaraki consideraba a los pokemons su familia, comprendía ese
sentimiento, era el mismo que yo solo tengo con Milo o Amelia, no me
malinterpreten, de verdad les tengo afecto a los demás, menos a Bryce,
pero a ser familia no es tan asi, tengo mis limitaciones afectivas y las
acepto.
Escuche el insulto de la conductora, creo que ambos
pensábamos igual, estábamos completamente atrapados en el
embotellamiento, la policía ya parecía haber cortado todos los accesos
al gimnasio mientras que por las pantallas de la ciudad se encontraba el
que parecía ser el líder del gimnasio tratando de llevar la calma a la
ciudad aunque se tratara de una mentira, piadosa pero mentira
igualmente.
Amelia llamo mi atención sobre el costado contrario,
mire hacia allí y pude ver como algo marrón venia volando hacia
nosotros, un Fuerte golpe se escuchó cuando el objeto rocoso nos impactó
seguido de un insulto de Ibaraki, me agarre fuerte del asiento junto a
la espeon para evitar golpearnos. –Galahad?- Dije
casi suspirando, definitivamente ese era el minior de la Hippie,
comenzamos a salir del vehículo, admito que quede ultimo por culpa de mi
lugar.
Cuando salí pude verla, ahí estaba con el pelo suelto y
abrazada a Ibaraki, me saque los lentes para poder verla mejor, sin que
le diga nada se acerco a mi y quedo frente mio, parecía que están
conteniendo sus lágrimas, apoyo sus manos en mis hombros, sonreí como un
idiota, creo que por varios minutos dejamos el mundo y nos concentramos
en el otro, realmente no sabia qué decir, disculparme? Alegrarme?
Realmente no soy muy bueno en esto de ser humano.
-Detective Nicholas Frost... ¿DÓNDE CARAJO ESTÁ MI VAN?-
Solté
una carcajada de alivio, es tan linda cuando se enoja, no pude evitar
ponerme rojo, pocas veces me rio asi de fuerte y por suerte no uso mi
segundo nombre. Sin decirle nada la abrace fuerte mientras colocaba un
beso en su cabeza. -Yo también te extrañé.- le dije al oído sosteniendo el abrazo. -Se la preste a Roomie mientras nosotros te buscábamos por la ciudad, asumo que esta bien, si queres podes llamarlo.-
conteste mientras me alejaba un poco, busque en mi bolsillo y saque el
adorno en el pelo, con cuidado tome su cabello y lo coloqué ahí. -Ahora si, esta donde pertenece.- Lleve mi mano a su mejilla.- Y vos también, espero.- Se que voy a vivir con las cosas que hice hoy toda mi vida pero también con las cosas buenas.
Tome la mano de la chica mientras me daba vuelta. -Realmente no me gusta tener que decir esto pero hay que acercarnos a ese lugar, podría ponerse horrible si no hacemos algo.- Somos los únicos que saben lo que pasa en este lugar y también parte de la causa. -
Parte del grupo que las secuestraron hablaron sobre estos portales son
distintos, creemos que hay algo adentro además de esas criaturas, los
muy idiotas están buscando algo que por lo visto no existe, algo sobre
un nuevo camino o algo asi.
La
criatura de otro mundo no habia podido atacar, y ese fue el momento
justo para que el Octillery vuelva a atacar con una potencia similaer al
ataque anterior. La criatura trato de moverse rapidamente pero el
Gourgeist se encontraba a pocos metros tambien lanzandose al ataque y
cerrando el paso. Por ultimo, el Pokemon de Nico se lanzo con sus fauces
comenzando a brillar con un destello anaranjado similar al carbon
hirviendo, aunque unos centimetros antes de atacar, el Pokemon tropezo y
rodo muy cerca del anillo de luz del cual habia salido la criatura. Los
entrenadores abrieron los ojos como platos cuando vieron al Pokemon de
fuego rodar y dar contra el anillo, cayendo con la mitad del cuerpo
dentro del vortex. En la confusione el Onix de Kileo habia lanzado
tambien un ataque destrozando la van de los enmascarados y enterrando
entre rocas el vehiculo, pero esto no ayudo a estabilizar al Pokemon de
fuego que ahora colgaba con una sola garra del metal del borde del
anillo.
La criatura de otro mundo cayo bajo el peso de los
ataques, dando contra el borde del anillo haciendo un ultimo haz de luz
salga como si fuera un geiser de energia.
La gente salia de los
restos del autobus, y por lo que podian ver, varios de los estudiantes
tenian graves heridas. Cameron trataba de ayudar como podia, pero cuando
intento sacar a una chica muy malherida de entre varios trozos de metal
retorcidos, el muchacho palidecio y dio varios pasos hacia atras. Le
temblaban las manos al ver que las tenia manchadas con sangre. Por otro
lado, Jaime se subio a su Braviary al ver al Pokemon de Nico al borde de
caer al vortex de luz y detuvo una de las rocas lanzadas por el Pokemon
de Kileo recibiendo el golpe. La roca habria terminado de mover del
todo el anillo y con aquel movimiento el Torracat habria perdido el
equilibrio por completo.
-Nico! -
Grito Jaime recibiendo el ataque, su Braviary habia caido al piso herido
y el joven Gautier cayo rodando sobre su espalda, bastante lejos del
anillo como para ayudar al Pokemon. El Zorua que ahora estaba en los
brazos de Yannick levanto la mirada al ver como un ultimo Geiser de luz
se elevaba al cielo mientras el vortex comenzaba a desaparecer.
Los enmascarados se miraron confundidos, uno de ellos corrio a ayudar al Pokemon de Nico pero su compañero lo detuvo.
-Hay que irnos Evan. La torre.
- Le dijo el enmascarado que sostenia a su compañero. El segundo se
quito la mascara dejando ver un cabello negro en sus raices con mechones
celestes en la punta y profundos ojos negros. Tenia marcadas ojeras y
la cara muy delgada. Resignado, el hombre dejo de hacer fuerza y ambos
sacaron de su bolsillo un amuleto metalico, similar a una medalla. Los
dos la tiraron al piso y un fogonazo de luz celeste los absorbio,
haciéndolos desaparecer de la ruta.
Va a ser tu ultimo trabajo, lo prometo.
Esa maldita rata traicionera, debia suponer que no iba a encargarme
algo asi si no fuera porque esta mision iba a sacarme lo que me queda de
vida. Podia aguantar pelear contra seres extradimensionales, pero
lidiar con el transito de Nimbasa era mas de lo que podia soportar.
La
chica rubia habia dicho lo que yo previ, tenia una conexion distinta a
la de el comun de la gente con sus Pokemon. Su familia, les dijo. Bueno,
esta bastante bien encaminada. Zoroark estuvo conmigo desde que tuve
memoria. Es el unico Pokemon al cual jamas le pude poner un nombre, y
creo que el tampoco quisiera tener uno, rara vez necesito llamarlo o
darle alguna indicacion sin que entienda mis miradas. Por desgracia, no
vivimos en un mundo donde gente que piense asi viva una vida facil. Me
habria gustado decirselo pero...creo que no les caigo del todo bien, una
bofeteada de realidad no es lo mejor en estas situaciones.
Trabajar
en equipo, es el principal motivo por el cual nunca me uní a la policía
Internacional. Eso y que la organización esta podrida desde sus
cimientos.
-Detective Nicholas Frost... ¿DÓNDE CARAJO ESTÁ MI VAN?-
Una chica me saco de mis pensamientos con aquel grito. Oh, justo lo que
necesitaba. Hay demasiadas parejas en un solo equipo, esas cosas nunca
terminan bien. Detras de la recien llegada habia otras dos personas, una
muchacha de piel trigueña y un chico de pelo rubio y piel palida pero
con un claro bronceado de las ciudades costeras de Unova. Si no me
equivoco, vi a ese chico en unos afiches.
-Oh por dios que te paso !! -
Grito el chico de piel palida, supuesto Lider de Gimnasio de Kalos. Voy
a admitir que me divertia tener a alguien como el dando vueltas, pero
es otro tipo de persona que puede resultar en problemas. Parecia que se
conocia con el chico rubio ya que abrio las puertas y salio al transito
para abrazarlo.- No te das una idea del hambre
que tengo, decime que tenes algo de comer...por cierto donde esta esa
Dorothy de la que tanto hablaste? Le hablaste de mi? Le dijiste que soy
el mejor lider de...?
-Frost! Mint! Iba!
- El chico rubio aparto al lider y se acerco al vehiculo, saludando a
mis compañeros eventuales. Mmmm...los saludo y se quedo buscando en el
vehiculo como si esperara ver a alguien mas, y ese dejo de decepcion en
su mirada me dejo claro que la persona que esperaba ver, no estaba en
este lugar.
-Hey galan, los demas se fueron rumbo a Undella.-
Respondi la pregunta que el rubio apenas estaba empezando a formular en
su cabeza. Por lo visto,e sto no le cayo en mucha gracia. -
Y no es que no disfrute una buena tira juvenil, pero...creo que el
gimnasio esta completamente rodeado y segun mis calculos la policia no
va a dejar pasar a nadie en todo este perimetro. - Me apresure a
estacionar el auto a pocos metros de donde estaban los recien llegados,
apague el motor y me propuse salir a estirar las piernas. - No se ustedes, pero yo necesito...vino. Va a ser una noche larga.
El
ser cayó por nuestros ataques, parecía que realmente estábamos
controlando la situación, hasta que de repente el portal estalló en luz y
el pokemon de Nico casi cae adentro. La van había quedado destrozada
por las piedras pero la máquina todavía funcionaba.
Miré el haz
de luz junto con el Zorua, atraído por las chispas tornasoladas. La
columna incandescente se alzaba al cielo nocturno, de esos mismos
colores que hacía minutos me habían parecido imposibles, ahora los
encontraba hasta.. lindos. La sentí familiar, reconfortante, como si nos
fuera a guiar de entre todo esto... Un faro. Tour-tan. Tanet.
Quería
acercarme, pero.. no para ayudar al gato de Nico... Quería saber qué
había del otro lado, qué era lo que esos tipos esperaban conseguir, qué
era el "Laberinto". Eso que dijeron...
Eran el tipo de cosas que Gabbie repetía cuando... no estaba del todo
ahí. Había entendido que era normal por la abstinencia, pero igual me
costaba verla así, las primeras semanas le fueron muy difíciles. Tenía
que ver con su familia y en lo que andaban metidos, aunque diferente a
esto, todas esas doctrinas compartían esas ideas incuestionables. Sabía
que no estaría relacionado pero no pude evitar preguntarme cómo estaban
tan convencidos para hacer algo así, y por qué me parecía haber
escuchado...
Me detuve cuando sentí algo tironeándome de la
remera, Leti me estaba intentando detener mientras el Zorua se movía
incómodo en mis brazos. Me encontraba a solo unos pasos del portal, que
parecía ser lo único en lo que podía enfocar mi vista. Todo a mi
alrededor se sentía... Irreal.
-יְהוֹחָנָן-
La
voz sonaba en mi cabeza, sabía que no... no podía ser real, como el
crujido que la acompañaba. No por eso dejó de hacerme sentir llamado. -Necesito... Dame un segundo.- acaricié a Leti, dejando caer al Zorua en el suelo. Trepé los escombros de la camioneta,
la luz era enceguecedora de tan cerca pero no me molestaba, ni siquiera
podía sentir el dolor de cabeza ya. Estiré los brazos dentro del
portal, se sintió como meterlos en agua tibia. Era agradable. Tomé al
gato del pellejo y lo saqué con algo de esfuerzo, sin siquiera pensar en
cómo podía llegar a reaccionar ante la fuerza. Me estaba obstruyendo la
visión, no podía dejar de mirar dentro del vórtice.
Lo que
parecía ser el.. horizonte? del lugar estaba plagado de destellos como
fuegos artificiales constantes, ni un segundo de pausa entre las cientas
de explosiones. Más colores de los que habría imaginado, que no podía
imaginar, apenas percibir, estallaban hipnóticamente. Me hizo pensar en
las celebraciones de Navidad y Año Nuevo que vimos con Ian cuando
estuvimos juntos en Laverre, de hecho... incluso me hacía sentir
parecido a esos momentos.
Estaba paralizado pero no de un modo
que me preocupara, más bien maravillado, como si pudiera quedarme
mirando esto para siempre, envuelto en la energía que emanaba del anillo
como un abrazo.
Aunque había algo más, moviéndose entre las
sombras, en los instantes casi inexistentes entre las luces, había algo
que no me terminaba de cerrar. Era la única cosa que estaba evitando que
quiera meter más que solo mi brazo. Como si supiera que me estaban
intentando convencer de una mala idea. No es que muchas veces dejé que
eso me detenga, pero esta vez podía darme cuenta que había cierta...
opresión en mi pecho, indicando que lo que sea que estaba por pasar no
iba ser nada bueno.
Volvía a oír el crujido de madera detrás de la estática, las ruedas del Carro.
A diferencia de cuando era chico, esta vez no me daba miedo. Quería
responder, no esconderme, quería indicarle mi posición; pero no sabía
cómo.
Y... Me sigue llamando? No, no era del mismo modo que esa voz me llamaba, era... mi nombre normal...
Un
tirón del cuello de la remera me lanzó para atrás, acompañado de un
golpe de aire que me hizo caer de espaldas en la ruta. Leti atajó mi
cabeza antes de que me la dé contra el pavimento pero en seguida se puso
arriba mío, para que no me pudiera levantar. Sí, me estaban llamando,
pero eran mis compañeros, no sé cómo no los había escuchado hasta ahora
con lo fuerte que me estaban gritando. Carlos en especial no me dejaba
de putear.
Permanecí tirado en el suelo pestañeando unos
segundos, mirando al cielo estrellado donde la columna de luz se perdía
en las alturas. Ahora lo único que sentía era el dolor en el cuerpo por
la caída, y tardé en darme cuenta de qué había de malo, por qué me
gritaban. La luz del portal comenzó a apagarse y todo lo que nos
iluminaba era el fuego de los vehículos. Me recordaba a la noche del
ataque en Lumiose, cuando todo terminó. Estaba empezando a entender la
gravedad de la situación.
Lentamente me senté, Leti dudaba si
soltarme o no, pero se calmó cuando vio que no me pensaba mover más que
eso. Prendí un pucho sin decir nada, Nico me miraba desde cerca de la
máquina que todavía se esforzaba por funcionar, claro, él hacía esas
cosas. Los dos tipos habían desaparecido.
No tenía respuestas ni podía intentar mentirles sobre lo que acababa de hacer. -Hay que avisarle a los otros.- dije simplemente, descansando la cabeza en mis manos. Doue, necesito un trago.