-Nitta, vos no...-
No pude terminar de hablar cuando un temblor nos obligó a cubrirnos de
una lluvia de piedras, me puse en guardia pero no parecia que fuera una
emboscada, el ataque habia venido del Togepi que dejo salir Maxwell,
volví a ver a Nitta, queria decirle algo, pero no era el momento.
Me
acerqué a donde estaba Nico caido con un pokemon que parecia de metal a
su lado, el joven se habia dado un buen golpe contra el piso, pero creo
que lo más herido era su orgullo, le ofrecí una mano para levantarse,
mientras la mujer misteriosa nos preguntaba si eramos entrenadores. -Supongo que somos entrenadores? Todavia no me hago a la idea-
Una
sonrisa se formo en mi rostro al ver que la criatura caía derrotada
producto del ataque que había lanzado Liz, la ardilla vino volando a
toda velocidad desde el campo y aterrizo sobre mi hombro para empezar a
frotar sus mejillas contra mi. -Ughhh, de verdad tenemos que trabajar en tu poco respeto por el espacio personal.-
me queje mientras acariciaba su cabeza, si bien nunca fui un excelente
entrenador en este tiempo algunos de ellos me habían tomado cariño o
respeto, algo bien debo estar haciendo, salvo Bryce, pero él y yo somos
enemigos mortales, no es nada de otro mundo.
Me quede unos
minutos mirando al Marill inconsciente decidiendo si realmente valdría
la pena capturarlo, por un lado tener otro pokemon con un ataque asi nos
vendría muy bien, ya la hippie había mostrado junto con Galahad la
utilidad que podía tener contra múltiples enemigos. Más que el doc
también poseía otra cosa que nos podía ser útil. -A esta altura no perdemos nada.-
Tome una pokeball de mi bolsillo, aquellas que me habían quedado de
Mallory, y la lance contra la criatura, la esfera se movió unos segundos
y se abrió liberando al pokemon. -Bueno, al menos lo intenté.-
Liz miro sonriendo al ver como se escapaba de su interior el Marill,
realmente no se veía feliz de incorporar a otro pokemon a mi equipo.
Negué
con la cabeza dejando de lado al pokemon para mirar hacia donde estaba
la extraña mujer, me acerque a Kileo que estaba bosquejando en su
cuaderno algo, mire el papel y note un nombre escrito “Ariadne”. Ese
nombre había aparecido en varios informes que solían venir de esta
región, una mujer bastante interesante realmente, pocos civiles habían
colaborado tanto con la Policía internacional como ella, no me resulta
una coincidencia encontrarla justo hoy que llegamos a este lugar.
-Ay, no.
La
mujer nos clavo una mirada de advertencia y enseguida comencé a mirar
hacia todos lados, note que su preocupación venia del togepi del doc que
estaba moviendo sus brazos brillando, el suelo comenzó a temblar. -Carajo.- Dije
corriendo hacia el inconsciente pokemon acuático, si ese ataque lo
golpeaba seguro era su final, busque en mi mochila otra pokeball,
encontré una que casi había olvidado que tenia, era de color negro con
marcas amarillas. Sin pensarlo mas la lance contra el pokemon antes de que las piedras lo alcanzaran,las
rocas hicieron que se elevara en el aire mientras el botón rojo
titilaba hasta finalmente dejar de brillar, la esfera cambio su curso en
el cielo y apunto directo a mi mano. -Esto fue innecesariamente dramático.- comente viendo al pokemon en su interior, supongo que ya tenía mi equipo completo por ahora . Contemple
a la mujer con un momento, realmente tenia mis dudas sobre presentarme
como un detective o simplemente como un civil, nos vamos a mover en el
filo de la ley y realmente no creo que sea la mejor de las ideas revelar
mi status con alguien que tiene conocidos en la fuerza, podría incluso
jugarme en contra.
- Entrenadores, presumo. Y presumo están recorriendo la ruta buscando los grottos?
-No realmente, estamos en camino a otro lugar y nos desviamos un poco.- Dije guardando mis manos en bolsillo tratando de verme lo mas casual posible.
-Es más, podríamos ir retomando nuestro camino, ya jugamos mucho por
este momento. Aunque usted podría decirnos que son esos Grottos? Suena a
algo que tenemos que evitar.-
El
modo en que la mujer me miró en respuesta fue algo.. incómodo,
incitando un par de comentarios innecesarios de Carlos, pero ignoré
ambas cosas como ya acostumbraba, no es como si no haya tenido
suficiente de eso por un año. Solo me alejé unos pasos para no volver a
tentarme de fumar y para volver a revisar los planos.
Cameron
miró por encima de mi hombro aunque parecía tener menos idea que yo.
Hasta por un segundo me recordó a los viejos planos que había en el
taller de carpintería de mi abuelo antes de que tiráramos sus cosas
cuando nos mudamos a la casa, por poco sentido que tuviera. Haber vivido
ahí de nuevo ahora me trajo algunos detalles olvidados sobre esa época. -Por algo siempre busqué departamentos amoblados.-
murmuré en broma para mí mismo. Bueno, tenía más que ver con hacer las
mudanzas más fáciles, pero la verdad tampoco había heredado nada de esa
habilidad con las manualidades.
Aún así guardé el archivo en mi mochila para verlo después con más tranquilidad, no sé si el interés era realmente propio o por ella,
esto era exactamente relevante a lo que quiere saber. Debería darle un
poco más de crédito a lo que me había dicho, hasta a mí me preocupaba
para qué estarían desarrollando algo así. Aunque no creo que sea la
mejor idea que yo tuviera tanto el señuelo como la cosa real por la que
seguramente esos tipos nos atacaron. Me pregunto si será la única copia,
y realmente, por qué confiaban en nosotros para cuidarlo?
-Ay no.- la voz de la mujer me distrajo, nos miraba con urgencia. El huevo de Max estaba haciendo temblar el terreno. Ah, no de nuevo.
Pero sucedió algo muy diferente a los terremotos que habíamos
sobrevivido antes, algo bastante peor, unos picos de tierra
ridículamente filosos empezaron a salir en todas direcciones a nuestro
alrededor. Por suerte llegamos a esquivarlos, apenas.
Carlos fue
atravesado por uno y solo levantó la vista de su no-cuerpo empalado, con
resignación, mirando al pokemon y luego al doc. -'Tá bien que los bichos del subte lo hicieron pelota pero tampoco para que los deje a todos como Gruyer ahora.-
-No sabía que eso era lo que podía hacer el bebé.- me reí un poco sin aire por la sorpresa, dándole una palmada en la espada a Max. -La próxima avisá antes, creo que no lo controla muy bien.-
Ibaraki
se me adelantó en ayudar a Nico a levantarse después de que se estampó
contra el suelo, pesado por un pokemon nuevo. No podía culparlo por
intentar salir volando, con de nuestras experiencias anteriores con esos
ataques. La mujer no pareció demasiado molesta con lo que sucedió, y
preguntó algo de si éramos entrenadores y lo que buscábamos.
-Grotto?- repetí algo confundido.
-No buscamos a ningún croto.- dijo Carlos.
O en una de esas sí,
consideré, tendríamos que fijarnos qué dicen los otros documentos que
nos dieron, cosa que no podíamos hacer con ella acá. Como señaló Frost,
ya era hora de seguir camino.
-Seh, estaría bueno no andar abajo del sol a esta hora.- me limité a comentar.
Ibaraki
se acercó hacia mí mientras estaba contra el árbol. Notó algo. ¿Se
habría vuelto más sensible hacia ciertas cosas al crecer? Era
probable... O yo era muy mala escondiendo mis emociones. Bueno.
Reconozco que algo de poder sobre eso tengo. -¿Um? No, nada -negué
con la cabeza prestando algo de atención al resto. La mujer seguía allá
lejos y Kileo parecía andar con una de sus pinturas. Recuerdo cuando le
sacó info a mi mamá. Y a ella no le gustó. Y aún así lo quiere-
Tranquila -retomé la charla con la rubia- Es un poco del ajetreo, perdí
la costumbre -debía disimular cómo realmente me sentía. ¿Sería muy
forzado volver a ser como habitualmente era? Lejos de todo esto- Vayamos
con e-...
Me detuve un instante. Sentí una vibración en el
suelo. Y parecía venir del pequeño Togepi, que movía sus manitos de un
lado al otro. Kyria dio un salto del susto y varios del grupo comenzaron
a reaccionar. -¡Kyria, Lulu! -llamé a ambas rápidamente. Ninguna de
las dos tenía fuerza destacable, ni podían mantenerme en el aire por un
periodo dentro de todo largo como Galahad, pero Kyria me levantó lo
suficiente como para evitar una catástrofe, mientras que Lulu se encargó
de Ibaraki. Al cabo de unos segundos muy cortos, descendimos. Cerca
nuestro el escenario había quedado hecho un desastre, casi no se podía
creer que el origen de todo ello había sido un huevo. Kyria se aferró a mi hombro mientras miraba alrededor, y por mi parte me volteé a ver a Ibaraki, que parecía estar bien. -Lulu, no... -cerré los ojos en resignación. La
misdreavus atravesaba a Ibaraki a la altura del pecho, una y otra vez.
Se detenía de a momentos a mirarla de arriba a abajo. Por momentos le
acariciaba los brazos con sus cabellos espectrales. Daba vueltas a su
alrededor, sin dejar de observarla con una sonrisa. Una sonrisa no tan
inocente como aparentaba. -Discúlpala, es curiosa y no entiende el
concepto de espacio personal -pero con ella siempre era lo mismo. Lo
había hecho con mi papá, lo había hecho con Kileo, lo había hecho con
Yannick y ahora con Ibaraki. Me pregunto quién será el siguiente que le
llamará la atención. Sin embargo... en Ibaraki tenía un interés
particular. Era por eso. Por quién era aquella misdreavus. Y la razón
por la que me la habían dado. La devolví a la pokebola por un rato,
hasta que se calmara su emoción. Además no quería seguir incomodando a
nadie con sus peculiares modos de comunicarse.
Me asomé al resto del grupo invitando a Ibaraki a sumarse con un gesto. Casi
todos negaron ser entrenadores. Sí, no era un término que representara
bien realmente a alguno de nosotros. Por mi parte, no los entrenaba
realmente, con algunas excepciones. -Estábamos de paso, tomando un
descanso -comenté a la mujer- Y sí -afirme observando a Nicholas. Noté
la pokebola que tenía en su mano. ¿Un marill? Ah, el de antes. Momento,
¿qué hacía con él? Si era hembra sería una más para su harem, mientras
no me toque a Bryce no tengo nada que decirle- Deberíamos retomar la
marcha, antes de que se ponga peor el sol. Aprovecharé para consultarle
-comenté a mujer- ¿Tiene alguna sugerencia para que lleguemos rápido
a... cómo se dice... la central? -ladeé la cabeza dudando de lo que
decía. No estaba tan familiarizada con el mapa de Unova al fin y al
cabo.
Volteé por un instante a observar el desastre que habíamos
(el plural no estaba realmente bien aplicado) hecho. Aquellas rocas
elevadas y la tierra revuelta. Me aparté un poco del resto y me coloqué
de cuclillas al suelo. Saqué una de las pokebolas que hace rato no
habían visto la luz, y miré su interior. El trapinch estaba hecho una suerte de bolita y bostezaba con su enorme boca, luego de sentir algo de movimiento. -
Omo... ¿No te interesa... hacer una de las cosas que más te gustan aquí?
Un servicio de excavado y poda de minerales vendría bien -intenté
animarlo. Abrió sus ojos estrellados y me observó. Omolon tenía una particular fascinación por cavar, explorar y... morder, comer y destrozar piedras.
//Guía + Uso fuera de combate// [dice]0[/dice]
Me pregunté también.... ¿Era una buena idea dejar evidencia de que habíamos pasado por aquí? Sería mejor borrarlo.
Las
rocas empezaron a surgir por todos lados, destruyendo todo a su paso.
Si tuviera una moneda por cada vez que hace un berrinche... Algunos se
asustaron e intentaron escapar, pero yo sabia que no iban a recibir
ningun daño.
-Es un berrinche de adolescente no se preocupen- les dije suspirando.
Las rocas seguian saliendo con ferocidad cada vez que el pokemon chasqueaba los dedos.
Me pare frente a el, firme mientras cruzaba los brazos.
-Jovencito, voy a contar hasta tres y te vas a tranquilizar- le dije levantando un dedo sin cambiar de pose- uno
Una roca de tres metros surgio a solo unos centimetros de mi.
-Dos...
Otra roca aparecio de mi otro lado.
-No me hagas llegar hasta tres...-sentencie.
Finalmente el togepi se detuvo.
-Casey asustaste a todos, quiero que les pidas disculpas
El pokemon se cruzo de brazos y comenzo a imitarme haciendome burla con su monotona voz.
-Podemos estar todo el dia aca, yo no tengo apuro- comente firmemente.
Finalmente revoleando los ojos dio una disculpa sarcastica y se volvio a meter en mi abrigo. Suspire cansado.
-Adolescentes...
Senti la mano de Yannick en el hombro.
"-La próxima avisá antes, creo que no lo controla muy bien.-"
-Creeme que sabe muy bien lo que hace Yan, me agota sinceramente, pero lo quiero...
Mire como todos guardaban los planos del maletin en diferentes mochilas.
“¡SI! YA TE RECUERDO”
pensé mientras murmuraba el nombre de aquella mujer. La había visto en
noticiario en mis primeros días mientras me relajaba en un bar. Sabía de
ella, se había labrado una fama. Esta mujer es la civil que contribuyó
en esos casos confusos que el departamento estaba por cajonear. Esa vez
que la vi en televisión fue porque resolvió el misterio de quienes eran
los integrantes de una banda que se dedicaba a robar Axews y Fraxures
para tráfico ilegal. Acá era algo así como una heroína local. Distinta
es su reputación con la Policía Internacional que no le tienen lo que se
dice aprecio ya que los dejó como idiotas más de una vez. Qué se yo… no
cuestiono sus resultados, pero son sus métodos lo que me intrigan. Para
un detective matriculado, hiere un poco mi orgullo que alguien tenga
tanto renombre sin haber ido a la academia y, como es lógico, quiero
saber qué esconde. Pero más allá de mi curiosidad profesional es que si
estaba este lugar es porque iba tras una pista de algo jugoso y, oh
casualidad, estamos metidos en eso.
Un temblor súbito me sacó de
mis pensamientos. Con pánico tiré al piso mi libreta y lápiz para poder
tomar la pokeball de Alderaan. No, no debía dejar que algo así la
golpeara… Si no llegaba a devolverla a su pokeball, podría ser fatal
para la pequeña.
El rayo translucido de luz roja casi llega al
azulado cuerpo de la Roggenrola, pero una cuña afilada salió del suelo
interponiéndose en el medio. Sudaba frío. Luego las rocas se
desmoronaron y pude ver a mi pequeña roca con patitas sana y salva. Ahí,
en el único sitio dónde no afecto el ataque: en el origen del temblor,
al lado del Togepi de Maxwell. Tal vez rodó hacia ahí o se movió a
último momento. No me importó, solo suspiré y le sonreí mientras la
devolvía al aparato bicolor. No sé si me ve sonreírle, aunque siempre lo
hago de todas formas.
-Qué movida, chiquita. Hora de la siesta. - le dije a la criatura que ignoró mi comentario y seguía dando pasitos dentro de la esfera.
Luego
de un rápido vistazo, pude cerciorarme de que todos se encontraban
bien. Una suerte la verdad, fue como si todo eso hubiese sido solo para
ponerle dramatismo a la escena. Da igual, parece que Nitta le está
pidiendo al pequeño Omolon que deje el lugar decente. Buena idea.
Ariadne no se veía impactada por todo ese espectáculo. Parecía divertida incluso.
-Por mi parte solo vengo de turista ¿No ve la camisa floreada? En mis vacaciones no hay entrenamiento, solo me relajo. - dije despreocupado regalándole una sonrisa al final de la frase. Mejor que piense que soy un tonto a que sospeche. -Y no tengo la más pálida idea qué es un grotto del que habla - eso era verdad - pero suena a lugar turisteable. ¿Me explicaría un poco de eso? - La mayoría quería seguir camino, pero a mí me interesaba lo que tuviera para decir.
El combate habia finalisado no podia creer lo lejos que un simple supersonic lo habia mandado. -bien hecho mina- De repente siegfried llamo mi atencion me hacerque a el y... La
tierra temblo y filosas piedras salieron de la nada una de esas me
ubiera dado de lleno si no fuera que siegfried me hubiera llamado lo
mire y le dije - gracias me has salvado por lo pelos- Vi en dirección
de dónde habían salido las piedras y me sorprendí al ver al pequeño
togepi qué bastante peligroso usar metrónomo. Despues de eso la
Misteriosa dama que se nos había presentado nos preguntaba si éramos
entrenadores yo la miré - si soy entrenador -
El
Trapinch de Nitta habia comenzado a deshacer el desastre de rocas
picudas que habia quedado alrededor de la ruta, aunque poco pudo hacer
por aquellas que habian atravezado partes del pavimento. Si bien ya no
sobresalian picos, habian quedado varios pozos y desniveles que iban a
romper varios automoviles que pasen a velocidad a futuro. Algunos
Pokemon habian huido de la zona de pastos, otros simplemente se
refugiaron en varios arboles hasta que el paisaje quedo quieto
nuevamente.
-Turistas...- Dijo la
mujer dando una pitada de su cigarro. El sol se reflejaba en sus lentes
oscuros, dandole una apariencia poco humana al no poder ver sus ojos,
pero no por eso menos atractiva. - Bueno supongo que no tienen que contarme la verdad, asi como yo tampoco tengo que. Podemos tener nuestos secretos a salvo.
- Dijo sonriendo. Algunos autos pasaban por la ruta, como era de
esperarse, dando tumbos contra los baches generados por el ataque del
Togepi de Maxwell. - Oh en cuanto a lo que les
dije...los Grottos...Claros...depende de donde vengan, tienen nombres
distintos. Soy del Norte de Virbank, solemos decirles asi ahi. Son
zonas...peculiares...de hecho...- La mujer se retiro las gafas,
mostrando unos ojos verdes oscuros perfectamente delineados y con una
sombra negra y gris debajo de sus cejas. -Eso de ahi. Sabia que habia uno en esta ruta y me quedaba de paso.
La
mujer señalo una zona entre los arbustos , adentrandose entre los
arboles, pudieron ver una maraña de hierba crecida, formando una especie
de cueva bastante amplia, que pasaba a simple vista como maleza. La
mujer camino entre el pasto, de forma pausada y con mucha cautela. Los
Pokemon salvajes parecian no huir de ella, pero tampoco confiarse. La
mujer volvio a los pocos minutos con algo entre las manos y una cara de
decepcion algo teatral.
-Bueno..no era lo que esperaba.
- La mujer tenia algo en sus manos. Tenia un disco violeta con algo de
polvo y hojas- Ya tengo uno de estos y no me sirve de nada tenerlos
repetidos...asi que pueden quedarselo. - Dijo entregandole a Kileo el
disco. Era una TM que por lo visto habia sido abandonada hace bastante
en aquel lugar- Esos lugares suelen estar en las rutas y con algo de
busqueda, a veces se encuentran cosas de valor. - Nitta habia preguntado
sobre como podian llegar a la estacion central desde aquel lugar, y
luego de la interrupcion, la mujer volvio a ponerse las gafas y pararse
cerca de la ruta.-. Lo logico seria tomar el
subterraneo...pero por la tierra que llevan ensima, el hecho de que
estan caminando y el pequeño detalle de que el servicio fue interrumpido
hace cosa de media hora...algo me dice que el subterraneo no es una
opcion viable para ustedes. - Ariadne les guiño un ojo de forma complice.- Pueden
caminar hasta la ciudad, no deben ser mas de 20 minutos. Una vez en
Driftveil...diria que tomen un autobus directamente ahi. A pie, el
camino puede ser tedioso, hay que cruzar un puente y pasar por la Ruta
5. En autobus eso puede hacerse mucho mas rapido.
La mujer
rebusco en su cartera y saco de ella una pequeña esfera blanca. Era una
elegante PremierBall. Ariadne abrio la esfera y de ella salio una
pequeña criatura de pelaje negro y gris, con fuertes ojos celestes. El
Pokemon sonreia y comenzo a correr por el pasto.
-Pensaba
liberar en el campo a este pequeño. Yo definitivamente no puedo
cuidarlo y seria de lo mas cruel tenerlo confinado a una esfera solo por
capricho. Pero, si alguno de ustedes, entrenadores, piensa que puede
darle un buen uso...- El pequeño Pokemon miro picaramente al grupo y se adentro a correr por los pastos.
-Buscar basura en el bosque? Yo sabía que era algo de crotos.- se rió Carlos cuando le dieron el CD a Kileo. Tendría que dejar que Leti se meta ahí, siempre anda revisando todo.
Luego
de explicarnos cómo llegar a la Central, la mujer sacó una ball blanca y
liberó un pequeño pokemon, contando que no le parecía bien tenerlo si
no lo quería realmente. Si su tono y el modo en que había reaccionado a
nuestras presentaciones fue misterioso, esto era ir mucho más allá
-Eso era un...?- Miré a donde el zorro había desaparecido entre los pastizales y luego a la mujer, sin poder creerlo.
Sabía
sobre los Zorua, eran bichos interesantes, como mínimo. Recuerdo que mi
abuela solía decir que me había reemplazado uno, cuando me colgaba
mirando fantasmas de chico y no hablaba por horas. Era una persona...
particular, ahora que me acordaba más de esa época, la única que me
creía con ese tema, aunque sus reacciones no siempre fueran lo que
esperaba. Al principio pensé que era otro de sus cuentos de folklore que
tanto le gustaba contarme, no fue hasta que empecé a poder hacer lo de
la niebla y me puse a investigar sobre ilusiones, años después de que
murió, que descubrí que eran pokemon reales.
Nunca pensé que
vería uno en persona, no era un bicho común para estar liberándolo
porque sí. Consideré lo que dijo la mujer... Sería muy cruel querer
atraparlo por curiosidad? No soy un entrenador. No sé qué haría con otro
pokemon en casa cuando vuelva y... lo que sea que vaya a hacer una vez
que termine con mis cosas allá. Pero era una oportunidad rara, y podía
ser bastante útil con este nuevo quilombo... En todo caso, podía
liberarlo una vez que terminemos, no?
Me ganó la curiosidad.
Cuando
noté que nadie más se había acercado, me adentré en la hierba, silbando
para llamarle la atención, hasta que lo vi en un movimiento del pasto.
Estábamos un poco alejados, así que intenté hacer algo sin qué la mujer
lo viera, me agaché y chasqueé los dedos: la niebla oscura formó una figura igual al zorro a mi lado. Sabía que esto no podía confundir a los pokemon como a las personas, pero lo podían ver igual. -Eu, ves? Yo puedo hacer lo mismo.- dije por lo bajo, sonriendo, intentando ganarme su confianza.
La
mujer de lentes dejó salir un pokemon que nunca habia visto, un pequeño
zorro oscuro, parecia lindo, pero tenia la corazonada de que podia no
llegar a ser así. Dijo que le parecia cruel tenerlo en una pokeball si
no podia cuidarlo, y estoy de acuerdo, el pequeño zorro comenzó a
corretear en los pastos y Yannick lo siguió, pero parecia no tener mucha
suerte tratando de atraerlo. -Bueno, si... Como se llama?...- Pregunté señalando en dirección a donde se fué el pokemon -Prefiere tener un entrenador, podemos cuidarlo, voy a llevarle su pokeball- Dije acercandome a Yannick, pero manteniendo unos pasos de distancia para no asustar al pokemon en cuestion.
Me
debatí la situación por un momento, era correcto llevarnoslo? En estos
dos años recorriendo Kalos vi mucho, aprendí mucho, entendí que los
entrenadores, los verdaderos entrenadores cuidaban a sus pokemon, los
aprecian, y el lazo que los une es enorme, las batallas eran totalmente
distinto a lo que habia vivido, no era una lucha donde la recompensa era
vivir otro día más, era una competencia de habilidad y táctica, donde
ambos contrincantes aprendian más y se hacian más fuertes. Incluso los
pokemon suelen disfrutar las batallas, Kiran es bastante fan, más que yo
realmente. Nunca me gustó hacerme llamar entrenadora, me daba la idea
de que yo era dueña de los pokemon que me acompañan y no era así.
Sentí algo tocarme la pierna y volví de mis pensamientos, era Mavis, parece que me distraje más de lo esperado.-No, nada, vamos- Me acerqué un poco más a Yannick y me senté en el pasto -Un travieso?- Le pregunté mientras extendia una mano en dirección al pokemon que buscabamos.
No fue la introduccion mas elegante que habia tenido, pero al menos tuvo su propio... estilo? Si, eso.
Suspire
pesadamente y deje que Magnus se depositara en el suelo. Fue un milagro
que no me haya roto la espalda considerando lo que pesaba. El Pokemon
de metal empezo a correr con rapidez alrededor de mis piernas,
ocasionalmente mordiendome el zapato y gruñendo como si quisiera pelear
conmigo.
-Por que no vas a masticar los zapatos de los otros? -Pregunte, sacudiendo la cabeza. Me gire a mirarla a Ibaraki-Gracias por ayudarme, che. No se que voy a hacer con este, lo unico que hace es correr, ladrar y morder cosas.
La
mujer nos empezo a hablar de... algo que tenia un nombre muy raro,
aparentemente eran escondites en ciertas partes del foliaje donde
podiamos encontrar... cosas? Y los de Unova tienen un nombre especial
para esto? Que lenguaje mas raro.
De cualquier forma, al menos
fue lo suficientemente cortes para explicarnos como llegar a Driftveil y
que hacer ahi. No solamente eso, pero libero a uno de sus Pokemon y
ofrecio que uno de nosotros nos lo quedaramos. Lo hubiera considerado,
pero ya tenia seis miembros de mi equipo y ademas Magnus le empezo a
gruñir al zorrito ese desde el momento que aparecio. El desastre era
inminente.
-Bueno che, calmate. -Lo agarre a Magnus del torso y lo levante con dificultad. -Vamos a buscar... algo para distraerte...
El
momento que lo aleje un poco de los demas, empezo a oler todo a su
alrededor de forma curiosa. Lo baje al suelo de nuevo, y sin aviso
empezo a correr hacia una direccion especifica, ladrando con entusiasmo.
La
mujer comenzó a fumar tranquila en medio de la ruta parcialmente
destruida por el togepi del doctor, por lo visto nuestras mentiras no
habían sido creídas por ella, tal como era de esperarse para alguien que
se dedica a investigar, no podes mentirle tan fácilmente. Comenzó a
explicarnos acerca de los grottos, una especie de lugares extraños por
lo visto, me acerque más para ver donde se metía la mujer, liz parecía
también interesada ya que levanto su cabeza para poder observar mejor,
la mujer entro a una especie de cueva extraña formada por la vegetación,
incluso algunos pokemons la observaban al entrar en él.
Minutos
después volvió con una especie de CD en la mano, una TM para ser
exactos, de un color morado la cual dejo sobre las manos de kileo al
notar que ya la tenía, por lo visto esos lugares podían llegar a tener
objetos de valor, quizás sería útil visitarlos si hay posibilidades.
Cuando volví a prestarle atención estaba dándonos indicaciones sobre
cómo ir hasta la central, desgraciadamente nos habíamos quedado son la
opción del tren ya que el servicio sigue fuera de servicio mas que
nuestros juegos en el campo nos habían ensuciado un poco. Me mire un
poco, efectivamente tenia tierra en mis jeans y la campera comencé a
sacudirlos un poco tratando de arreglarme un poco más. Por suerte no
estábamos a mas de 20 minutos de la ciudad, si seguimos sus indicaciones
podíamos tomar otro autobús y llegar a la central sin ningún problema, o
por lo menos con nuestras pokeballs activas a diferencia del subte.
Estaba
por indicarle al resto del grupo que siguiéramos cuando Ariadne saco de
su cartera una pokeball blanca y roja, de ella libero a un pequeño
pokemon con forma de zorro de color negro y gris con algunos detalles
rojos, la criatura nos miro descaradamente antes de esconderse entre la
hierva. Yannick intento sacarlo de allí usando una ilusión para no sé
empatizar con él mientras que la rubia también trato de hacerlo salir
usando mas las palabras, cosa rara viniendo de ella. Suspire frustrado
al notar que ambos fracasaban en sus intentos, realmente no estamos en
el mejor momento para seguir perdiendo tiempo con estas cosas, quieren
sacar a una presa de su escondite? Bueno, tengo a la cazadora perfecta
para el trabajo.
Abrí mi campera y metí la mano en mi bolsillo
interno buscando la pokeball que necesitaba, infle la esfera y sin
dudarlo la arroje hacia arriba liberando su contenido, Diana estilo las
alas con alivio liberando apenas unas cenizas de ellas, ya no era la
pequeña ave que capture en Kalos, ahora estaba más grande y fuerte que
en ese tiempo. Extendí mi brazo para que ella aterrizara en él, ya no
podía quedarse en mi hombro como en el pasado. -Voy a necesitar tu ayuda, en el pastizal hay un pokemon como el de esa ilusión,podes traerlo?-
Pregunte sabiendo de antemano la respuesta, la Fletchinder asintió con
la cabeza y emprendió vuelo directo hacia su presa sin dudarlo. Me
acerque a donde estaban Roomie con Ibaraki. -Confío en que Diana lo va a traer enseguida, ahora quien se lo queda es problema suyo. -
Mientras esperaba a que Diana volviera se nos acerco el doc a donde estábamos. -También se quiere unir a la búsqueda doctor?- Pregunté,
realmente no me interesa el zorrito pero no parecia una criatura común y
corriente menos para dejarla en libertad asi como asi. Me di vuelta
hacia la mujer de negro -Puedo preguntar de
donde lo obtuviste? No parece un pokemon común y esas pokeballs no son
realmente muy usadas por el público en general.-
Ariadne nos explicó y nos dio un ejemplo práctico de lo que eran estos “grottos”.
Salió del lugar con un disco morado y me lo entregó (supongo porque era
el que estaba más cerca). Disco gratis, ¡yay! Lo examiné curioso.
Parecía una TM y supuse que podría resultarnos útil. “TM84: Poison Jab”
pude leer con bastante dificultad ya que el objeto estaba sucio, algo
gastado y las letras un poco borroneadas, aunque se veía funcional.
-
Poison Jab… me pregunto…- Pensaba en voz alta mientras me rascaba el
mentón y me dispuse a sacar un libro de mano de mi valija. Era una
enciclopedia con tapa color verde y el dibujo de un bulbo sobre la
misma. -Acá, “Poison Jab”. Parece que un
par de los del grupo pueden aprenderla…- seguía hablando para mí mismo.
-Por desgracia ninguno de los míos.- dije algo desanimado mientras
devolvía el libro a la maleta.
La dama nos explicó cómo llegar
hasta la ciudad más próxima y luego liberó a un cachorro de algo al que
la mayoría salió corriendo a buscar. Se veía simpático. Por mi parte
supuse que lo mejor iba a ser llegar cuanto antes a mi destino.
-
Bueno, avísenme cuando terminen con eso. Voy a intentar conseguirnos
transporte.- Le dije a todos mientras me dirigía hacia el borde de la
ruta. Extendí mi brazo para dejarlo a 90 grados de mi cuerpo, levanté en
alto mi pulgar y esbocé mi mejor sonrisa para que algún conductor se
apiade de nosotros.
//Carisma+Persuasión para que pare una combi o algo que nos lleve//
No
estábamos para nada lejos... Cierto que el subte se detuvo poco antes
de llegar a la estación, debíamos de habernos desviado cuando caminamos
por el tunel para terminar en esta ruta. No le presté mucha atención al
resto del grupo mientras tanto, pero parecía ser que la mujer había
sacado un pokemon y algunos habían ido tras él. Preferí no meterme. A
menos que la criatura quisiera o lo necesitara... no tenía motivos para
estar con una persona. A unos metros mío, Omolon estaba mascando los
últimos trozos de piedra. Si bien había destrozado la mayoría,
aprovechó para comerse algunos y dejar su estómago contento. El paisaje
no era mucho más alentador, aún así. -Espero que anden con cuidado
por acá... -comenté observando los pozos en la ruta mientras Omolon se
aproximaba a observar con orgullo- Bien, bien -lo felicité. Se dejó caer
y estiró sus patas, abriendo su boca y largando un enorme bostezo-
Adentro, entonces -lo devolví a su pokebola a seguir durmiendo. Mi
relación con él en los últimos casi dos años había mejorado. Era el
menos social y afectuoso, suele estar desaparecido la mayor parte del
día, pero para la tarde siempre regresa. Mi mamá logró hacer una especie
de trato con él para que lo ayudara con las siembras. Tener un pokemon
capaz de cavar tan rápido como él fue una suerte de iluminación divina
para ella.
Me percaté de que Kileo estaba haciendo dedo. Me acerqué hasta él con Kyria ya más tranquila en mi hombro.
-
Estamos bastante cerca, podemos ir caminando -le comenté mirando hacia
la ruta. No estaba segura de si llegaba a ver algún auto aproximarse.
Kyria saltó a su espalda y se agarró de sus hombros- ¿Qué tenés pensado
hacer? -le pregunté dudoda. -¡Cuaak! -respondió ella con estrellas en
los ojos. Comenzó a sacudirse de un lado al otro, como si estuviera en
una suerte de hamaca. Algunas plumas comenzaron a materializarse a su alrededor, pero eran pocas, muy pocas. Ya me estaba haciendo una idea de lo que estaba tratando hacer. -
No intentes darle aires de ángel a un demonio -le dije entre risas y la
tomé con ambas manos, apartándolas del alolense. Kileo volteó a verme
por mi comentario y le saqué la lengua. -No la escuches Kyria -respondió él, regresando a su tarea de buscar quien nos acercara- vos si sabes apreciar la belleza. Kyria saltó a su cabeza, se acomodó y levantó un ala con una sonrisa. -¡Cuak, cuak! -agregó. -Ustedes dos... -concluí después de un suspiro.
Me
quedé al lado de ambos para ver si ayudaba en atraer la atención de
algún conductor, aunque si en 5 minutos nadie se detenía, pensaba en
irme caminando por mi cuenta.
Levanté la cabeza un instante al
notar a Diana surcando el aire el círculos. Sonreí. Ahora que había
evolucionado su alas no eran un problema y no necesitaba más de mi
entrenamiento. Ruego que el verdadero demonio no se entere de lo que
hice con su ave. Aunque... nada cambiará aunque lo sepa.