El mercado era bastante grande como para que pudiera recorrerlo por mi cuenta y en poco tiempo. No teníamos mucho así que... Agradecí
a los ancianos por el gesto y guardé mi porción de mermelada. Me
hubiese gustado haberlos encontrado en otras circunstancias, pero si las
cosas salen bien, estaba segura de que iría a verlos. De hecho se los
prometí antes de que tomaran otra dirección. Antes de que me diera
cuenta, el grupo también se había dividido un poco. -Sí, puede
ser... -sonreí algo apenada ante el gesto de Nicholas. Él sabía lo que
me estaba estresando hacerme cargo de la empresa de mi familia los
últimos meses. A veces se me olvida que hace dos años quería matarlo por
como trataba a Bryce. Convengamos que lo sigue haciendo pero el oso
ahora me tiene a mi para apoyarlo- Sé que Bryce tiene sueños de gloria
pero la producción musical no es lo mío... -desde que hablé dormida
cerca de él mientras soñaba con un Bryce bailando sobre un escenario,
usando galera y moño, cada tanto aprovechaba la ocasión para molestarme
con eso.
Por mi parte me dirigí a hacia un pasillo cuyo aroma me
atraía. Era como si la corriente que me acompañaba trajera el olor a
incienso hacia mí, y me costó resistirme. Ah, sí. Lo de la corriente. No
era precisamente algo como Carlos, pero según había entendido de mi
papá en su momento, cada uno de... nosotros, por decirle, se encuentra
acompañado por un tipo de corriente de aire. Algunas tenían una suerte
de voluntad propia, otras eran las que generaban las personas como
resultado de sus acciones, su existencia, reflejaban su esencia. Era una
relación extraña, algo difícil de entender para mi, y que no
precisamente estaba interesada en comprender mucho más. Irónico, lo sé. Los
olores eran agradables y suaves, como así también los colores y
sonidos. Había varios artistas de distinta índole por el sitio. Creo que
debía comenzar a reconsiderar la idea de que me dijeran hippie. Esquivé
a una mujer que se apartaba molesta del lugar. No entendí. ¿Son vagos
aunque intenten ganarse dinero para subsistir? Señora, no sería con un
trabajo formal en una empresa pero no estaban tirados en la calle
haciendo nada, estaban creando. Como sea. Me hubiese gustado quedarme a
apreciar un poco a los artistas, pero el aroma me rodeaba y me obligaba a
seguir avanzando hasta su origen.
El puesto tenía varios
inciensos encendidos. Era algo embriagante, demasiado aromas juntos en
un mismo lugar. Por suerte de cierta manera el aire alrededor de mi
nariz estaba limpio como resultado de mi corriente, así que podía
soportarlo mejor. Kyria por su parte se tapaba el pico, era mucho para
ella. Se que no lo hacía de maleducada... así que la devolví a su
pokebola por unos minutos, con la promesa de sacarla apenas saliéramos
de aquel sector. Antes de que pudiera profundizar mucho sobre los productos exhibidos, tenía a Nicholas al lado. -
Pensé que irías con el resto -comenté aceptando el vaso de leche y
tomando un poco. ̶¿̶E̶s̶t̶o̶ ̶c̶u̶e̶n̶t̶a̶ ̶c̶o̶m̶o̶ ̶b̶e̶s̶o̶
̶i̶n̶d̶i̶r̶e̶c̶t̶o̶?̶ Era deliciosa. Era leche de verdad, no como la del
supermercado que parecía agua. Presté atención a los carteles. Por
algún motivo un aroma en particular me llamaba más la atención que el
resto. Me recordaba a Galahad. A la noche en que lo conocí, al olor que
siento al abrazarlo, incluso a su calidez. Levanté para mirar el
recipiente con un poco más de atención. ¿En serio esas cosas podían
potenciar ataques? No me imaginaba al minior con uno de esos colgado al
cuerpo y menos girando a gran velocidad y con el incienso girando como
boleadoras asesinas. Un peligro, pero me gustaría llevarme uno. Nicholas
parecía pensar igual y preguntó el precio, tomándome de la muñeca donde
estaba el dado. Sí, él sabía... un poco, muy poco. Con el tiempo
habíamos podido notar que aquella pulsera tenía una facultad particular
de torcer ligeramente la suerte de la gente. Evitar tropezarse,
encontrar una moneda en el suelo, esquivar a una Kyria volando a 80 km/h
con deseos de abrazarte. Pero... él no sabía de dónde había venido. No
le había contando de Reenira, ni la influencia que ella había ejercido
en mi, ni que era responsable de... Me detuve. Le estaba sosteniendo la
mano.
Ahogué un pequeño grito. Los gritos internos son mejores a
veces. Atisbe a soltarlo, pero inmediatamente volví a sujetarla. Era
cálido, en contradicción a su apellido. No quería soltarlo. De hecho...
quería protegerlo. Busqué su mirada y le susurré con el volumen suficiente como para que lo escucháramos solo nosotros dos. -
Nicky... Uhm... Decidí que los seguiré en esto -le comenté y aparté la
mirada- Hay algo que tengo que averiguar. Puedo explicarte más pero...
no frente al resto. Noté a Kileo aproximarse al puesto. ¿Estaba con
un alfajor en la boca? ¿Lando estaba con un vaso de leche y un sorbete?
Sacudí la cabeza. Dudé en soltar la mano de Nicholas pero... no lo hice.
No era como si Kileo no supiera nada y no me quisiera """"ayudar""""",
según él, cuando tenía oportunidad.
Debía cambiar de tema. -
Perdón -le hablé al vendedor- Nos gustaría llevar... 3 o 4. ¿Hay
posibilidades de un pequeño descuento? -sonreí sinceramente. En los
últimos meses estaba intentando en poner en práctica un truco de mi
mamá. No me parecía lo mejor pero... para mantener el negocio de la
familia era útil.
//Carisma + lo que sea, es lo mismo en dados// [dice]0[/dice]
Íbamos
y veníamos con tarros de Dulce en nuestras manos su aroma era muy
encantador te parece interesar más al llegar al mercado y ver su inmenso
tamaño me quedé congelado es un lugar muy grande tal vez debí de
haberlo visitado antes aunque aún pienso en donde estoy no estoy tan
lejos de allí tal vez debería ir a visitar, cómo qué tal vez debería
visitarla a pasado tiempo aunque no sé qué pudo haber pasado en este
mundo tan loco ni las Arenas cambiantes salvan de los malos momentos.
Cuando
terminamos dejar las mermeladas y recibir el agradecimiento de la
pareja me puse a revisar más a detalle el lugar y pensaba si era el
momento de hablar con ibaraki Miraba a mina volar a mi alrededor el
resto del equipo había entrado a sus pokémon cuando empezamos el viaje
en el vehículo la fogosa no le gustan Por eso no la deje afuera y kaeru
bueno él está en su lugar, miraba hacia arriba para ver que estaba
atento como siempre.
Miraba las tiendas buscando una con algo
interesante y empecé a recordar al líder de gimnasio de hace rato y me
acordé aquí hay otro gimnasio tal vez sería bueno enfrentarlo pero ir yo
sólo podría ser peligroso puede ser buena idea para hablar con ibaraki y
de paso enfrentaron gimnasio y conseguir la medalla al fin a veces
pienso que es una obseción ya sin un fundamento mas pienso en ella y
recuerdo el porque.
Es doloroso recordar esa época
tan oscura de mi vida era febrero llovía a fuera y lo sabía por había
mucha humedad en el ambiente y el sonido aunque disfuso y distante se
escuchaba al final del corredor. Yo pasaré otra noche encerrado en mi
habitación sólo que esta vez la chispa que me mantenía alegre se había
ido mis hermanos habían descubierto qué había traído un pokemon tardaron
tres años en darse cuenta pero cuánto lo descubrieron se la llevaron de
mi lado o pobre fogosa espero que estés bien tengo miedo y estoy solo
aunque los libros a mi alrededor son un consuelo que más tengo. Soy
forzado a hablar una lengua que no comprendo y a veces dudo de lo que sé
aunque los libros ayudacen a pasar el tiempo cuánto más estaré aquí
impotente, débil y con miedo. Después de descubrir que tenía un Pokémon
que estaba en la pokebola y todo hiera se pasaba una y otra vez cada día
luciendo sus medallas con muchos prepotencia contándome las historias
de sus victorias en tono burlesco y disiendo que yo nunca podría
conseguir una, pero un día sé que lo haré si conseguiré ni 1, ni 2 ni 3
conseguíre todas las medallas cueste lo que cueste lo que que tardar
para así el día en mostrarle lo superior que soy que ella ya no atmoriza
pero primero tengo escapar y para eso tengo qué esperar y ese tiempo es
ahora.
Derrepente escuche un grito, un vendedor
diciendo algo sobre una pocion que se comia una fruta y yo pense en el
zorua de antes y fui a ver que no hiciera nada peligroso pero al llegar
mas cerca escuche a iba rabiar por lo que me apresure hasta las afueras
del mercado para encontrarla pero al llegar con ella o eso pense pero me
encontre con un niña con mismas ropas.
La pareja estaba tan agradecida que nos ofreció un frasco del dulce producto artesanal que elaboraban.
-Mira, Lando. Se ve delicioso, ¿no? - El Heatmor asintió con felicidad. - ¿Cómo se dice?
“¡Mor!” respondió a modo de agradecimiento a la dulce anciana.
-
Vamos a probarlo.- le dije a mi compañero con entusiasmo, mientras abría
la tapa del frasco y hundía un dedo en la mermelada. -Probá un poco,
amigo. - dije mientras saboreaba con los ojos cerrados. Era tan
deliciosa como se veía. Me disponía a una segunda probada, así que metí
el dedo otra vez en el recipiente, pero solo me encontré con el frio
vidrio del fondo. Abrí los ojos con terror, solo para ver al condenado
Heatmor con todo el hocico cubierto de mermelada mientras se relamía con
su flamígera lengua. -No… Decime que no lo hiciste…- pronuncié
despacio, mientras él notaba mi expresión y cambio de tono. - ¡¿Cómo
pudiste?! ¡Solo le di una mísera probada! Sos un glotón…- terminé
resignado. Lando casi sale corriendo cuando comencé a hablar.
Entramos
en el almacén. Parecía muy bien organizado y bien provisto de variedad.
Giramos hacia la izquierda que parecía el ala de bienes de consumo como
pociones, pokeballs y demás. De pronto casi le da un paro a Lando
cuando un vendedor muy… digamos… efusivo se nos acercó acompañado de su
hija que venía tapándose la cara con una mano. “¡Caballero! ¡Usted! Venga y pruebe esto, ¡es una muestra gratis!” me dijo y me extendió un vaso de leche. La chica le ofreció otro a Lando.
-Muchas grac…- “¡Pruebe estas deliciosas berries que curan todo dolor de articulaciones!” me interrumpió otra vendedora. -Eh… Si, gracias. Yo… - “Su Heatmor podría sufrir el ataque de algún Pokémon tipo veneno, ¿Por qué no se lleva algunas de mis antídotos?” se interponía otro antes de que pueda terminar la frase. “¡Tonterías! Lo que de verdad mantendrá en estado a tu Pokémon son estas raíces amargas. Mire, tome un poco.” le compitió una mujer de pronto. -Yo sólo…- “¡Queso de Gogoat! ¡Pruebe, pruebe!” se acercó una señorita morena con una bandeja llena de su producto.
Me
tomó un rato, pero finalmente le preste atención a lo que me quería
vender cada uno. Terminé comprando una botella de leche (ya que a Lando
pareció gustarle mucho), un antídoto (porque el vendedor me dejo un poco
paranoico) y tres Greatball por las dudas. $200 de gasto. He tenido
peores. Se me acercaron un par de comerciantes más, menos acosadores que
los anteriores, que me ofrecieron unas golosinas y postrecitos dulces. “Este lugar me agrada” pensé.
Seguimos recorriendo el mercado y llegamos a un sector que me hizo sentir muy cómodo: artesanías.
-
Tu estilo es realmente hermoso. Felicidades. - le dije a un chico que
pintaba a una chica mientras esta bailaba. Me colgué mirando a otra
artista que pintaba con aerosoles y hacia paisajes en cuestión de
minutos, mientras un dueto de armónicas sacaba algunas monedas de su
música. Lando tiraba de mi camisa con la mano que no sostenía su vaso de
leche (con un sorbete que no se de dónde sacó) y me indicaba distintos
artistas. Me recordó a mis años en la escuela de arte y cómo empecé a
dominar mis habilidades especiales que afloraban desde mi temprana edad,
cómo aprendí a darles una guía y a usar las técnicas artísticas como
catalizador para expresarlas.
Un fuerte aunque agradable aroma me
sacó de mi viaje nostálgico. Parecía provenir de un local que se
encontraba a unos metros. No suelo ser fanático de los inciensos, pero
me dio curiosidad. Podía sentir cómo las pokeballs de Aldy y Rancor se
agitaban un poco.
- ¿Qué pasa? - les pregunté. Seguí caminando
hacia el puesto con las palmas hacia arriba frente al pecho y las
esferas con mis rocosos compañeros sobre estas. Tuve que sostener con la
boca el alfajor que venía comiendo ya que no tenía manos libres (y
porque no confío en Lando para que me lo sostenga). No quería perderlos
de vista ya que se agitaban a medida que nos acercábamos al puesto. Al
llegar, me encontré con Frost y Nitta… tomados de la mano. Me miraron.
Los miré. Una sonrisa cómplice se dibujó automáticamente tras mi
alfajor. Les guiñe un ojo en señal de aprobación, como siempre. La
vibración en mis manos me hizo volver a concentrarme en lo que estaba
haciendo. Paseé las pokeballs por delante de cada uno de los recipientes
que despedían aroma, pero había uno que más les llamaba la atención. “Rock Incense”
decía la etiqueta. Si a los chicos les gustaba, debía conseguírselo.
Sabía que estaba corto de efectivo así que puse en acción el plan B.
-
Disculpe, - me dirigí a la persona que manejaba el puesto.- estoy
interesado en comprar ese incienso, pero estoy corto de capital. Le
ofrezco un trueque: usted me da un descuento (importante) y yo le doy lo
que tengo de efectivo y un Meiola auténtico y personalizado. Piénselo
por favor, como colegas artesanos, somos del mismo sindicato. - le dije
mientras sacaba mi equipo de la valija y me disponía a hacer una hermosa
pintura del mercado y todos los matices que presentaba.
//carisma + expresión, para convencer al vendedor con una hermosa obra de arte alolense//
Eva
trabajaba muy dignamente y yo ayudaba de la misma forma, no podes
pedirle a un amiga que trabaja y quedarte mirando. El brazalete que le
había hecho con el mystic water de Nico brillaba con el incandescente
sol.
Sus tentáculos se enredaban en los frascos y los
transportaban con elegancia, pero le era difícil soltarlos, las ventosas
se pegaban asi que tenia que ayudarla un poco. Después que terminó dio
un saludo militar que respondí de igual manera y volvió a su pokebola.
Yannick
empezó a hablar con pasión del tema de fantasmas, se le notaba en los
ojos que era algo que verdaderamente le interesaba. Yo como buen nerd
que soy, saque mi pequeña libreta negra, que estaba llena de datos que
había recopilado con los años. La había usado para anotar todas las
debilidades y resistencias de los pokemon, me había dado cuenta cuando
enfrentamos a Mallorie y le pedí consejo a Frost de que sabía muy poco
del mundo de estas criaturas. Más allá de este dato que a nadie le
importa, empecé a anotar cada palabra que Yann decía con mucho cuidado,
mi letra era horripilante.
-Que interesante, siempre me preocupe
por aspectos de la vida- dije mientras creaba la pequeña bola amarilla
rebosante de vida- pero la muerte siempre fue algo que daba por sentado,
un concepto finito que no era más que eso, un estado.- en la otra mano
sujetaba ahora una bola del mismo tamaño oscura, pero no era de muerte,
era depresión, malestar y desesperación en estado físico. Dibuje un
pequeño símbolo de yin y yang que se dispersó al instante- Pero supongo
que son dos caras de la misma moneda…
-Disculpa, me puse muy intenso- le dije riendo incómodo.
Pense por un segundo, quizas podria..., ¿Me haría más mal que bien?
-
¿Porque se mantienen en este mundo?- la curiosidad me carcomía- ¿Sería
posible contactarse con alguien específico?- continue esperanzado.
Continuamos
hablando un rato hasta que el mermelero nos dio un frasco a cada uno.
Le agradecí y abrí mi maletín en el suelo. Había cambiado el modelo y
este era más moderno, bueno el anterior era simplemente un cacho de
cuero con manijas a decir verdad, varios pisos y estantes pequeños se
separaron del centro, cada separación tenía una pequeña hierba, frascos,
pokebolas, todo lo que se puede necesitar para el viaje. Guarde la
mermelada en uno de los compartimientos. Seguramente en casa les vas a
gustar probar algo así.
Me dirigí a Epi que estaba mirando algo con Cameron y la invite a dar una vuelta para mirar las artesanías.
-ya que estamos acá, miremos quizás encontremos algo interesante- le dije con una sonrisa.
//Manipulacion+persuacion// (miren que horrible le pifeo) [dice]0[/dice]
La
densa niebla de los inciensos aromaticos llenaba los pasillos. Los
aromas se confundian con los densos efluvios de los distintos pigmentos
que los artistas usaban para sus obras. Nitta y Nicholas se encontraban
cerca del puesto de donde salian la mayor parte de las nubes aromaticas,
pronto Kileo se les unio junto con su Heatmor que miraba algo
decepcionado su vaso vacio y a su entrenador de forma intermitente.
-Ah, por supuesto que hay un pequeño descuento para una pareja tan adorable! - Dijo el hombre en un tono mucho mas alto del que correspondia al lugar.- En
que estan interesados? Veamos...con un pequeño descuento por parte de
la casa a cambio de...digamos...un poco de publicidad, podriamos
hacerles un descuento de hasta $200 por cada articulo que compren! -
El hombre les mostro todos los inciensos que llenaban de nubes el
lugar, muy emocionado. Una criatura salio de entre el humo, era gris muy
claro y parecia levitar. Por un momento duraron si era una criatura o
un adorno, hasta que el Pokemon les sonrio animadamente. - Chime, no asustes a los clientes.- Dijo el hombre mientras el Chimecho levitaba alrededor de Nitta y Nicholas. - Disculpenlo, es el aroma que lo pone muy contento. - Dijo señalando un incienso blanco del cual salian nubes de humo muy sutiles. El aroma era dulce y algo citrico.
Mientras
los entrenadores analizaban la oferta del vendedor, dos vendedores mas
irrumpieron en el lugar cargados de bandejas. Tenian varias muestras
gratis de distintos productos y comenzaron a ofrecerle nuevamente todo a
Kileo. El Heatmor del chico de Alola lucia mas que contento de tener
nuevamente que probar.
-Pruebe nuestra Miel de Combee, importada de Sinnoh! Solo $50 el pote!
-Lava Cookies! Lava Cookies! - Gritaba un hombre poniendole las galletas en la cara a los entrenadores.
Cerca
de aquel puesto, rodeados de varias artesanias, Maxwell y Epiphone
caminaban. La chica estaba encantada viendo a los artistas trabajando,
incluso ella era quien comenzo a llevar del brazo al entrenador de un
puesto al otro comentandole donde habia visto tecnicas similares en los
viajes que realizo en el tiempo sin verse.
-En Virbank vimos a un hombre que hacia murales con aerosol que era impresionantes! - Dijo la chica emocionada. - Y...Ustedes que hicieron en este tiempo? Todos lucen mucho mas..maduros? -
Maxwell noto que la chica sonreia mucho mas que en Kalos, tambien noto
que llevaba colgando de su bolsillo una pokebola gris y azul con una
luna en su parte superior. -Oh, esto fue un
regalo de Jerome. No son los mejores hermanos, pero mi familia tampoco
es un ejemplo de nada, asi que supongo que me llevo bien con ellos por
que...no somos tan distintos. - Dijo la chica sonriendo en direccion a donde estaba el muchacho colorado hablando con Yannick y Nico. - Por cierto!
- La chica reviso en su bolso algo de forma apresurada, al hacerlo la
MoonBall cayo al piso abriendose, y de ella salio una criatura pequeña y
rosa. El Cleffa miro confundido a su alrededor y al no encontrar a su
dueña comenzo a llorar llamando la atencion de todos los presentes.-
Yannick
y Nico escucharon el llanto desde donde estaban y vieron un Cleffa en
el piso mientras Epiphone lo regañaba. Los entrenadores estaban junto a
varios puestos de comida donde vendian viandas completas de comida
casera. El precio era bastante accesible, ya que las raciones para una
semana entera costaban $50. En su mayoria parecia ser gente de la misma
ciudad que vendia comida en el lugar como forma de ganar un dinero
extra.
-Trastornado? Yo? - Dijo
Cameron en respuesta a lo que Nico habia dicho guiñandole el ojo. El
muchacho rodeo a Yannick y a Nico amistosamente con sus brazos en una
especie de incomodo abrazo grupal mientras caminaba. - Bueno Epi me
conto algunas cosas de ustedes y yo no le crei...pero creo que tenia
razon, son bastante especiales. -Dijo sonriendo, habia recuperado un
poco el color en su rostro.- La verdad...si, es un poco raro pensar que alguien invisible nos esta viendo...pero hey, es interesante. Aunque...- De repente se paro, pensativo- Te sigue todo el tiempo? Incluso...eh...cuando...vas al...baño? -
Pregunto el muchacho algo avergonzado, pero con legitima curiosidad. La
inocencia del comentario les causo gracia a los entrenadores, quienes
no pudieron evitar sonreir un poco. -Yo nunca tuve un...talento asi, digamos. Epi...ella hace cosas sin saberlo, sabian?
Un
poco mas alejados en el mercado, pero mas cerca del lugar de los
inciensos, el Zorua corria escapando de una Ibaraki que habia disminuido
bastante en estatura. Sus razgos eran mucho mas aniñados y la ropa
parecia quedarle algo mas grande y colgando. Un Growlithe iba tras ella
persiguiendo tambien al Pokemon oscuro que se choco directamente contra
Mint haciendolo caer. El Zorua reia con ganas mientras el joven de pelo
verde luchaba por sacarselo de ensima y ponerse en pie. Los entrenadores
dentro del puesto de inciensos salieron a ver que estaba ocurriendo y
vieron la situacion.
-Es un Zorua? - Pregunto interesado el hombre del puesto de inciensos.
-Lava Cookies, lleve sus Lava Cookies!! - Interrumpio el vendedor poniendole nuevamente las galletas en la cara a todo quien se le cruzaba.
-Eh... gracias, supongo.- dije algo sorprendido ante la reacción positiva de los tres.
-Sé que a la gente no le importan esos tecnicismos, en realidad quieren
saber sobre el tema pintoresco del ocultismo, o si sirve para algo.- Me encogí de hombros, era verdad también en este caso, de cierto modo. -Así que no duele si me dicen que no entendieron la mitad.- sonreí mirando a Max terminar de escribir. Si ve la cantidad de cuadernos llenos que tengo en casa, le da un infarto.
Consideré
la persona sobre la que había hablado Nico, no sabía quién era esa
Sabrina, pero por lo que describió sonaba como una Psíquica. -Y... lo mío no es tan útil como para proteger a otros.- Sobre todo no a la gente que quise ayudar en su momento. -Bah, ahora Frost me enseñó eso de las sombras, pero no lo manejo mucho todavía...- admití.
En
las ocasiones que nos metíamos en quilombos o traspasábamos propiedad
privada, lo único que podía lograr era hacer distracciones con la
niebla. Considerando que era culpa de mis investigaciones y mi
curiosidad que termináramos en la mayoría de esas situaciones, me decían
que era lo mínimo que les debía: Hacer de blanco. Kevin siempre dijo
que mis "truquitos" eran una bosta, pero
él estaba en el grupo solo por la oportunidad de hacer cosas ilegales, y
por Alan. Al menos Ceci lo callaba algunas veces, eso morboso era su
estilo, y le parecía divertido desde que le conté en secundaria; aunque
se enojara cada vez que me atrevía a decirle que algo de lo que creía
sobre energías chocaba con alguna de mis teorías.
Volví a tocar la placa de mi pulsera, sintiendo la temperatura... Ya no importaban.
-Lo que vos hacés con el viento está muy bueno, y es más vistoso, encaja con vos.-
le di una palmada en la espalda a Nico y sonreí sinceramente. Iba
comentarle algo a Max sobre sus poderes también, pero me hizo otras
consultas. Lo miré unos segundos, fueron más... honestas, creo.
Personales. Claro, no habíamos hablado tanto de este tema en los días
que lo visité, tenía otras cosas en la cabeza en ese momento. -
Ehm... Como dije, es muy singular cada caso. Puede ser por querer
vigilar a alguien o algo, por alguna cosa que no lograron realizar de su
vida, em, por venganza, aunque suene cliché...- Carlos largó una carcajada amarga y me clavó la mirada. Me concentré en seguir explicando e ignorarlo. -He
considerado varias teorías pero en el último tiempo la que más me
convenció es que depende completamente de la persona, sin ninguna
energía externa ni juzgado superior. Si aunque sea inconscientemente,
alguien considera que algo no está bien o "terminado", si no es capaz de
soltar una cuestión al momento de su muerte... es muy posible que se
convierta en fantasma. Pero puede ser de muchas formas, a eso me referí
con las escalas. Hay fantasmas que pueden llegar a ser vistos o
escuchados, en mínima medida, por cualquiera incluso aunque no tengan
mis poderes. Se los llaman Wisps, suelen tener bastante energía, sobre
todo emocional, y la canalizan para comunicarse con nuestro mundo. Solo
son apenas perceptibles por unos segundos, de ahí viene el nombre; y
queman tanta energía que, si duran mucho tiempo, terminan encapsulados
en un solo sentimiento, por lo general pena o furia. Estar en esa
presencia afecta a la gente, suele ser porque las circunstancias de su
muerte fueron menos que agradables-- Me di cuenta que eso no sonaba
para nada esperanzador. Además, qué mierda estaba haciendo? No iba a
contarles todos mis descubrimientos acá y ahora. Nada de esto le era
relevante. -P-pero hay casos más... eh, lindos?- ofrecí. -
Mi abuelo permaneció en la casa de su esposa por años luego de su muerte
porque no quería que estuviera sola. La seguía a todos lados y siempre
llevaba un aura de...- bajé la vista y la voz, -cariño y tranquilidad.-
Recordé la sensación que me llenaba cuando era pequeño. Capaz por eso
nunca les tuve miedo a los espíritus, convivir con él era casi
agradable. -No creo que nadie se convierta en fantasma porque quiera pero... eso sería lo más cercano, supongo.- intenté sonreírle. -Ah y en cuanto a lo del contacto... Sí, ehm, puedo llegar a hacerlo con un par de cosas de por medio.- No era agradable ni simple, pero era algo que estaría dispuesto a hacer por él. -El tema es... tenés que saber dónde está ese espíritu y... estar preparado para decepcionarte. Capaz.- Me encogí un poco. -A veces lo que queda de una persona... no es lo que era cuando estaba viva.-
Nos
separamos un poco después de eso, Max pareció quedarse pensando al
respecto algo preocupado. Luego tendría que ir ver esas artesanías, si
no le llevo algún souvenir a Dom por los favores que me hizo, me va a
matar. Al menos resulté tener razón en cuanto a la comida, había buenos
precios. Compré unas leches que aparentemente eran tanto para humanos
como para pokemon (es seguro tomar esto así sin procesar?) y observé las
viandas. No creo necesitar más que para una semana... o realmente
espero no tardemos tanto. Si tiene que cubrirme por más turnos, Dom va a
descubrir que existen los fantasmas y me va a matar dos veces. -Disculpe, habrá chance de que nos hagan descuento por decena?- le sonreí a unos de los vendedores.
//Carisma + Subterfugio que me vuelva a salir una tirada pls// [dice]0[/dice]
Cameron
parecía bastante entretenido a pesar de todo, nos contó de Epi y me
preguntó más sobre Carlos, quien hizo un ruido de asco atrás nuestro
ante el comentario. No pude evitar reírme, era lógico. -Seh, aunque tiene los suficientes modales como para no entrar. No digo que no sea incómodo pero es lo que me tocó en la vida.- bromeé.
Me molestaba más imaginar cómo iba a hacer cuando volviera a vivir con
lan, no todo se arregla con una puerta de por medio. Y bueno, que haya
escuchado cada conversación que tuvimos con Alan, siempre que exclamaba
algo no ayudaba para nada mi humor en esas situaciones.
Observé a
Epi hablando animadamente con el doc, tenía un pokemon rosado en
brazos. Un.. Cleffair, algo así? Uno de esos bichos que Nadia siempre
decía eran del espacio. -Qué has notado?- le pregunté. -
No me extrañaría que haga cosas sin darse cuenta. Incluso ahora que se
la ve mejor, creer que puede ser diferente al resto no se le debe ni
cruzar por la cabeza. Igual...- me volteé un poco hacia el chico, aunque no podía mucho por cómo nos tenía agarrados, -no necesitás hacer nada así de loco para ser especial. Y tampoco ser especial es tan genial.- Nico me miró, tenía que estar en desacuerdo con él esta vez. -
Son cosas que pueden afectar toda tu vida, sí pero... depende mucho cómo
las uses y qué quieras conseguir. Nadie te garantiza que sea... fácil.- me mordí la lengua ante el modo que usé esa palabra.
El zorro maldito habia regresado por donde vinimos y atropelló a Mint en su camino. -Perdón...-
Fue todo lo que alcancé a decirle al chico que parecia extrañamente más
alto de lo normal, pero no pude prestarle mucha atención o el bicho
endemoniado podia escaparse. Ahi estabamos, frente a frente, yo con una
pokeball en mano, el aparato se sentia extrañamente grande.
Me di cuenta que algo de gente habia salido del mercado a ver que pasaba. -Es un Zorua?- Dijo una voz al fondo. Así que ese era el nombre de su especie.
-Zorua...-El pokemon reaccionó al escucharme. -Kiran, al frente!- Dije en tono firme, aunque sentí rara mi voz, ya me estaba imaginando lo que pasaba...
-Iba eres tu en serio?- Mint sonaba extremadamente sorprendido. -eres... una niña pequeña!!-
Y esa era la confirmación que faltaba, pero no podia distraerme ahora
con explicaciones, no si queria frenar al Zorua que buscaba sacarme de
mis casillas con su risa.
-Ehh... Si...- Dije algo resignada, sabia que no podria volver a ser yo misma por un tiempo -Larga historia... Creo que no les conté que estuve en Lavarre los últimos meses.- Esperaba que Recordara lo que pasó en ese lugar hace 2 años, eso me ahorraria explicaciones por ahora.
-Algo más que contar? ahora me dirás que saliste con alguien tambien-
Justo en ese momento sentí como un silencio incómodo se apoderó del
lugar y juraria que una planta rodadora pasó por detras mio.
-......-
-EN SERIO???- Mint parecia muy enojado con esa revelación, dió media vuelta y se fue.
-Mint, no es lo que...- No podia alcanzarlo ahora. No queria decirselo de ese modo.
Apreté el puño sin poder decir nada, al punto que dolia,
mucho. Vi que mi brazo se habia vuelto casi completamente rojo desde mi
mano hasta el codo, traté de disimularlo con el color de mi chaleco,
aunque no tardaria en gotear sangre, eso seria un gran problema.
-Kiran, Ember, no tengo tiempo para razonar con Zorua- Dije limpiandome una lágrima con mi mano sana.
Kileo
se unió a nosotros saliendo de la nada cargado de diferentes muestras
de comida que le habían regalado, el muchacho rubio también parecía muy
interesado en conseguir algún incienso para su equipo poco tolerante al
agua, tanto asi que termino ofreciendo negociar descuentos con el
hombre. -Ah, por supuesto que hay un pequeño descuento para una pareja tan adorable! -
respondió el vendedor, por unos segundos me quede mirándolo extraño
hasta que recordé que estaba sosteniendo la mano de la hippie, en este
tiempo el contacto entre nosotros se había vuelto bastante normal como
para que me diera cuenta. Mire a la hippie en ese momento la chica
parecía haberse puesto bastante roja y lista para negar al hombre lo que
el hombre había dicho. Tuve que aguantarme la rosa mientras una extraña
criatura celeste salía detrás del mostrador, el chimeco nos sonrió
girando alrededor de nosotros a la vez que otros vendedores volvían a
acosar al rubio de Alola.
Si bien no me molestaba estar
sosteniendo su mano realmente necesitaba mis dos manos para poder
comprar, de paso puedo darle un respiro. Tome uno de los inciensos
marinos, el más oscuro que había, su precio me convencía bastante y me
podía ser útil durante el viaje. -Creo que voy a llevarme este de acá, tenemos que ahorrar dinero, cuando vengan Junior vamos a tener otra boca para alimentar.- Bromee
con el vendedor entregándole el dinero, creo que tendría que darme
vuelta para ver que la hippe no este desmayada de la vergüenza pero creo
que Gala se puede encargar de eso y luego quizás me mate. Mire en
dirección contraria buscando a donde estaba el resto de nuestro grupo,
básicamente todos seguían en la misma, el doctor con la hija del
vagabundo, Yannick hablando de Carlos con los otros, Ibaraki contra el
zorrito y nosotros acá.
-Prometo conseguirte algo para vos la próxima.-
Le dije a la Emolga en mi hombro, por suerte la criatura no parecía muy
interesada en los inciensos, si no hubiéramos tenido problemas, después
de todo no soy un banco. Me agache en el suelo y saque la ultraball de
mi bolsillo, sin mediar mucho liberé a la criatura frente a mi, el
marill salió de la esfera con una sonrisa y me saludo con su pata. -Bueno, supongo que es hora de darte la bienvenida al grupo, no?-
comente mirándolo, no recuerdo haber hecho esto con los demás pero eran
otras las circunstancias en las que los conocí, yo no estaba tan
acostumbrado a tener mis propios pokemons. Me quede unos segundos
pensando en un buen nombre para el Marill, la peor parte era nombrarlos
pero esto es lo que les da su propia identidad si me lo preguntan. Tome
el incienso que había comprado y se lo entregue a la criatura. -Considéralo como un regalo por unirte al club, Elliot.- El
pokemon acuático miro con alegría y tomo con sus cortas patitas muy
feliz de tenerlo, por lo menos sirvió. Regresé al pokemon sin prestar
mas atención, pobre, este va a ser de los pocos tranquilos que seguro
vamos a tener.
-Bueno, creo que tendríamos que dejar de comprar cosas y tomarnos ese bus cuanto antes.- Le dije a mis dos compañeros humanos.- Señor, usted sabe dónde está la estación de bus?-
Me
alegraba verlo a Yannick tan emocionado hablando sobre estas cosas. Si
bien no pude memorizar el 100% de lo que dijo, entendí mas o menos la
idea y sonaba muchísimo mas complicado de lo que hubiera pensado.
-Un día de estos cuando pases por Lumiose podrías ayudarme con uno de mis shows. -Le comente con una sonrisa. -Podrías hacer efectos especiales o hacer de narrador; como esa vez en Halloween.
Cameron
y Epiphone también parecían interesados, aunque ella estaba algo
ocupada con el Pokemon raro ese que llevaba. Al menos Max estaba de
relativamente buen humor.
-Y sobre eso de ser especial... entiendo porque no estas de acuerdo conmigo. -Le dije a Yannick. -Pero sigo creyendo que te estas dando muy poco crédito por lo que haces.
Con
eso dicho, y ya que estábamos en el mercado, me acerque al señor
ruidoso que vendía Lava Cookies y le enseñe mi mejor sonrisa.
-Disculpe, ¿Cuantas tendría que comprar para que me de descuento?
Repentinamente
el zorro a que Iba perseguia impacto contra mí lo que me provocó caer
al piso tras recuperarme y sacarme al zorro de encima no me preocupe por
este pokémon sino por la apariencia de iba -Iba eres tu en serio?- no
podia comprender el que le paso -eres... una niña pequeña!!- su
respuesta tan evasiva del tema tratando de apresurar su conclusion con
un "eh... si" y "no les conte que estuve en lavarre..." la verdad es que
no sabia que responder ya no entendia nada y trate de responder con
humor para relajar el ambiente -Algo más que contar? ahora me dirás que saliste con alguien tambien- pero un silencio se adueño del momento. -
ENSERIO???- lo que dije con tonteria me confirmo lo que temia estaba muy
enojado y furioso queria romper algo de inmediato, no queria verla
necesitaba estar lejos de ella demasiadas cosas en un dia.
Me
llamo la atencion el ver a yannick en el puesto fui para ver que trataba
de hacer el estaba comprando comida entonces se me ocurrio que podria
comprar tambien me podria dar media docena de raciones por favor y
cuanto seria?. (Mirada cool invountaria)
“¡Ah, por supuesto que hay un pequeño descuento para una pareja tan adorable!”
dijo el vendedor de sahumerios glorificados, sin mostrar un ápice de
interés en mi arte. Claramente no sabe reconocer lo bueno. Dentro de
cincuenta años, esta pintura va a valer muchísimo y se va a arrepentir.
Aunque supongo que tendría que estar muerto para eso. Como sea, no le di
importancia y me llevé mi lienzo recién trabajado, mientras Frost y
Nitta negociaban con el sujeto sin buen gusto.
-Perdón, chicos.
Sé que les gustaba, pero no llevo tanto dinero encima. - le decía a las
pokeball de Alderaan y Rancor. -Prometo conseguirles algo lindo muy
pronto en compensación.
Como no podía cargar con una pintura
fresca mucho más tiempo, decidí hacer algo realmente noble y se la
regale al señor vendedor de leche con su hija. Qué generoso soy.
-
Lando quería darles las gracias. - les dije mientras el Heatmor asentía
con animosidad. Yo sabía que en parte lo hacía con la esperanza de que
le dieran más leche de Miltank.
En cuanto volteé, ya tenía dos
vendedores más ofreciéndome productos. Unos parecían unas galletas (que
estaba seguro haber visto en otra región) y el otro ofrecía miel de
Combee. Lando los recibió con los brazos abiertos. Yo también tomé un
poco de lo q ofrecían. Todos parecían bastante entretenidos, aunque por
algún motivo no podía visualizar a Ibaraki. Decidí esperar afuera que el
resto terminara sus compras. Era un día hermoso como para
desperdiciarlo todo dentro de un galpón. A Lando también parecía
agradarle el sol. Cerré los ojos un instante. Como pasaba
ocasionalmente, la imagen de un cielo partido en dos y esas criaturas de
cuerpo vítreo llevando el terror a todos lados invadió mi mente. Al
abrir los ojos, la sonrisa que había puesto en mi rostro ese día soleado
la desdibujó el recuerdo de ese cielo nocturno fisurado. Lando me
miraba con preocupación y me tiraba de la camisa. Volví a sonreír para
disimular.
-No es nada, compañero. ¿Qué te parece si damos una vuelta a ver si encontramos algo útil para el grupo?
No
estaba tan calmado. Definitivamente nos estábamos metiendo en algo
similar a lo de Kalos. Había que evitar a toda costa que volviera a
pasar algo así. Se lo prometí a Rancor.
Nos sentamos en una banca cerca de la costa para ver si notábamos algo útil.
//percepción + detección, para lo que sea que podamos llegar a ver de relevancia(?)//
Ponía
a atención a cada palabra que decía Yannick, nunca se me había ocurrido
intentar algo así, que idiota. Pero aunque pareciera que el mundo de
los fantasmas era algo separado del nuestro, más se parecía. Las
personas se cierran en sentimientos de odio, venganza codicia y terminan
siendo un cascarón de lo que eran, igual a los espíritus… supongo que
todos somos cuerpos errantes de algún modo...Aunque el no lo creyera
cada frase era muy importante para mi. Hasta que…
“-El tema es...
tenés que saber dónde está ese espíritu y... estar preparado para
decepcionarte. Capaz.- Me encogí un poco. -A veces lo que queda de una
persona... no es lo que era cuando estaba viva.- “
-Yan yo… bueno quizas tendriamos que hablarlo en privado entonces.
Nico había hablado de ¡¿uno de sus shows en lumiose?!
-
Hey, cuando ibas a mandarme una invitacion, un show especial del gran
Nico Paladino es algo digno de verse- le dije burlonamente ofendido
Caminábamos
con Epi por los diferentes puestos de artesanías y chucherías que tenía
la ciudad. Se la notaba muy feliz, y eso me hacía a mi feliz. Todos lo
momentos de mierda que pasamos hace unos años, parecían ser un recuerdo
lejano al que no queríamos volver y estaba de acuerdo. Me había tomado del brazo gentilmente y me miraba con una sonrisa que me recordaba todo lo que estaba bien en el mundo.
Simplemente me deje llevar, se parecía tanto a Crista que…
¡No Max! deja de hacerte siempre lo mismo, deja de sabotearte solo…
“- Y...Ustedes que hicieron en este tiempo? Todos lucen mucho mas..maduros?”
-
La mayoría volvió a sus trabajos, aunque no estoy seguro de algunos,
quizás es mejor que le preguntes a cada uno- le sonreí- Yo por mi lado
volví a Goldenrod un tiempo, tenía que descansar después de todo lo que
paso, estaba agotado mentalmente-suspire- No me imagino como lo debes
haber vivido vos..., igualmente solo me quede unos meses mientras
arreglaba algunas cosas y mi maestro me enseñaba otras. Después de eso
cruze el mar hacia Orre, es muy desértico y casi no hay pokemon ahi, es
muy raro, pero conocí mucha gente, gente maravillosa, como ellos- le
dije dirigiendo la mirada a los que iban frente nuestro- como vos…- le
sonreí, pero cuando me di cuenta lo que hacía continué hablando
nervioso- Tengo una foto por acá…- le dije buscando en mi bolsillo.
La foto mostraba como un grupo de gente, con batas sucias de tierra, sangre y todo tipo de basura posaban saludando a la camara.
-
Es un grupo de médicos que conocí ahí, ayudamos a un país vecino muy
pobre en el que hubo un golpe de estado, que se transformó en un
conflicto armado y les hacían falta doctores. Es fue uno de los últimos
días en que... Disculpa seguro te estoy aburriendo-
Continuamos
hablando y ella me contó sobre sus viajes con Jerome y como le había
regalado un colgante que ahora ella llevaba contenta, hasta que se le
cayo una ball liberando a un pequeño cleffa que empezó a llorar.
Me arrodille frente al pokemon.
-
Hey pequeño, no llores, mama esta acá, mira- le dije intentando girarlo
para que ve a Epiphone- Mira tengo un amigo que quiero que conozcas- le
dije mientras sacaba el togepi de mi abrigo y lo ponia frente al cleffa
El pokemon se cruzo de brazos y miro para otro lado
- Casey portate bien, pueden ser amigos- me dirigía a Epiphone-¿Asi que ahora sos toda una entrenadora?- le dije riendo.
-
¿Ah? -creo que me hice hacia atrás inconscientemente, levantando mis
manos en un intento de negar todo. Pero simplemente me quedé petrificada
por unos instantes sin saber realmente qué responder, mientras tanto la
sangre se me subía a la cabeza- ¿¡¡Ah!!? -volteé a mirar a Nicholas
casi mecánicamente sin mover un solo milímetro del resto del cuerpo-
¿¡Junior!? -¿Por lo menos podes pensar en un nombre mejor? ¿Acaso yo no
tengo la oportunidad de elegir? Un momento. Miré a un lado, termine
dándole la espalda en silencio. Hagamos de cuenta que no pensé eso. -
Iré a tomar aire... -comenté por lo bajo. Tenía el 80% de la sangre
concentrada por encima del pecho, así que si no me relajaba me iba a
morir, mas o menos. Lamentablemente no pude prestarle atención al
pequeño pokemon que andaba flotando por el aire. Pero parecía simpático.
Me
aparté finalmente. El grupo estaba bastante repartido y no me parecía
lo mejor, pero en un lugar como este no podría suceder mucho realmente.
Aunque a la vez... era tanta la gente que cualquiera podría ser un
sospechoso. No, tenía que calmarme...
//Percepción + Alerta why not// [dice]0[/dice]
Me
acerqué hacia algunos vendedores para distraerme y comprar algo de
comida, ya me estaba dando hambre. //Compra de objetos, ver offrol// Mientras
estaba realizando el pago y recibiendo el vuelto, me llamó la atención
algo de conmoción cercana. Parecía como si un pequeño grupo de personas
se hubiese reunido alrededor de alguien, no, más bien de una pelea...
¿Ese era el zorua que nos estaba siguiendo? Lulu se materializó a mi
lado observando en la misma dirección, con una sonrisa. -¿No estabas
en la pokebola? -le pregunté, pero no me sorprendía realmente, podía
salirse sin que me diera cuenta, cosas de fantasmas supongo. Rápidamente
partió flotando hasta allí- ¡Tellulu! -pero no me hizo caso y no tuve
más opción que seguirla.
Me abrí algo de paso entre la gente y me
aproximé hasta el motivo de la conmoción. Me encontré con el zorua y un
growlithe peleándose. Mint se apartaba del lugar y no muy lejos del
canino atigrado había una pequeña niña con ropa ridículamente igual a la
de Iba. Miré a los demás pero nadie parecía querer acercarse a la
pequeña. ¿Estaba sola? Noté su brazo rojo... ¿Estaba herida? Por el dios
de la lana, ¿nadie piensa hacer nada? Me acerqué hasta ella con Lulu flotando a un lado mío, su vista clavada en la niña. Comenzó a girar a nuestro alrededor. -
¿Estás bien? -le pregunté a la pequeña, que volteó a mirarme confundida.
Esa cara, por más que fuera más delicada, aniñada y tuviera cachetes
irresistiblemente apretables, no era otra que la de Ibaraki.
Grito interno.
La miré en silencio.
-
¿Nitta...? -me preguntó ante mi rotundo silencio. Mientras tanto Lulu
festejaba entre risas. De pronto se asomó por el estómago de la pequeña,
confirmando que esa niña era ella, mirándome fijamente. -Ok,
definitivamente quieren matarme hoy -comenté y agarré a la mini ibaraki
de la mano, para luego levantarla y colocarla contra mi hombro. Mi
experiencia con niños se limitaba a mis primos, y no era mucho, pero
creo servía- Vámonos, hay que tratarte eso -dije en referencia a su
brazo. El growlithe nos siguió con seriedad, por suerte, por un momento
pensé que me atacaría- Y si no salgo ahora de acá creo que voy a
acompañar a Lulu y a Carlos en cualquier momento. Salí hasta donde estaba Kileo. Me miró. Miró a la niña en mis brazos. -No conozco cómo suelen adoptar en Johto, pero hay leyes -comentó. Miró a Ibaraki- Hola Nitta Jr. -....-
-
Ese Growlithe está prendiendo fuego el mercado!! - Grito una mujer
anciana espantada, dejando caer una bolsa con zanahorias al piso de
forma por demás dramática. En la confusión, el Zorua se escondió entre
las cosas de un stand de ventas y del otro lado salió un Growlithe igual
al de Ibaraki, pero con una mirada algo más pícara.
-Y no
conforme con eso está rompiendo ese puesto!! - Exclamó otra mujer
igualmente de espantada, esta vez tirando al piso una bolsa de batatas.
El Growlithe reia revolcándose en el piso mientras algunos vendedores miraban con desaprobación.
No
muy lejos de ahí, Mint y Nico se encargaban de comprar comida, la
vendedora era una mujer entrada en años pero que les sonrió coquetamente
no prestando mucha atención al tumulto de gente reprobando las
travesuras del Growlithe.
-Oh están en edad de fortalecer los
huesos, tomen tomen! - Dijo la mujer mientras les llenaba una bolsa con
viandas de comida y agregaba dos raciones extra de cortesía, descontando
también $10 de cada ración que les vendía. - No se olviden de volver
por más! - Dijo la mujer mientras los despedía para atender otros
clientes con mucha menos emocion.
-Creo que si no salimos de este
mercado se van a quedar sin dinero para el pasaje del bus. - Dijo
Cameron algo sorprendido al ver la cantidad de MooMoo Milk que habían
comprado todos los entrenadores. Las botellas se acumularon a los pies
del vendedor. -Como piensan llevar todo eso? - Pregunto temiendo la
respuesta. Epiphone lo miro y el muchacho comprendio que el iba a ser
quien cargue con las cajas. Resignado, el muchacho colorado comenzó a
caminar cargando las cajas con botellas hacia la salida. De salida, el
muchacho respondió a Yannick sobre Epiphone. - Quizás es imaginación
mía, pero...a veces entre las obras que hacíamos, ella hacía algunos
trucos de acrobacias y...bueno, quizás era solo imaginación.
Frost
se reunió con el resto del grupo una vez que recibio una detallada
indicación de donde debía tomar el autobús que los podía llevar directo a
la terminal central. En la parte exterior del mercado , Kileo estaba
prestando extrema atención a unos Pidove que le resultaban por demás
sospechosos.
El grupo se reunió en el exterior, mientras Cameron
caminaba torpemente con cajas que le impedían ver, y el Zorua sentado
cómodamente en la parte superior de la pila.
Mientras
uno de los vendedores me explicaba a donde tenia que ir saque una
pequeña libreta de mi bolsillo interno y comencé a anotar lo mas
importante para no olvidarnos, básicamente donde ir. No había notado que
hippie había desaparecido hasta que me di vuelta para decirle que
teníamos que seguir camino, de verdad esta mujer tiene un paso muy
ligero cuando quiere. Termine de agradecer al vendedor y continúe mi
camino mientras el resto del grupo se alejaba del mercado con bolsas con
distintas cosas y cameron con varias cajas.
-No querían comprar más cosas? Digo, vamos a tener problemas con tantas cajas.- Comente
al grupo mientras el nuevo muchacho sostenía las cosas que habían
traido, incluido al zorro gris que parecían todos haber fallado en
capturar. -No deberían hacer algo con ese bicho?-
No podemos tenerlo causando problemas por todos lados, por un momento
considere en hacer algo yo, quizás el resto sean más dulces intentando
hablarle pero a veces hay que recurrir a la vieja usansa, digo, asi
obtuve 3 pokemons, los otros fueron causas varias. Sin darle más
importancia mire mis anotaciones. -En el
mercado me dijeron a donde tenemos que ir para llegar a la estación si
es que no se gastaron todo el presupuesto, asi que guarden cosas y
vamos.- Explique mientras devolvía a Elliot a su pokeball, me había
olvidado a la criatura afuera, ya una ardilla en mi hombro es
suficientemente llamativa como para agregar a una pelota azul.
-Pasa algo?- Pregunte a Kileo que miraba sospechoso a una lado