Uno
de los pokemon enemigos lanzó un ataque hacia Ehre. En el segundo que
vi las balas de barro que se acercaban, más rápido de lo que me creía
capaz, salté en frente.
No
estaba acostumbrado a estas cosas, el golpe en la espalda me hizo
perder el equilibrio y el aire; caí con una rodilla en el lodo,
tosiendo. Cerré un segundo los ojos y traté de respirar regularmente.
Ignorar el dolor. Pensar positivo o algo. El Swords Dance nos estaba
dando una ventaja, por más mínima. Tenía un único pokemon pero por ahora
estaba a salvo. No estaba solo en esto, me recordé. Cuando volví a a
abrir los ojos vi que la chica rubia parecía haberle dado un buen golpe
al otro bicho, tenía que concentrarme en el que estaba a mis espaldas.
Le sonreí un poco a Ehre.
Mi voz salió sorprendentemente suave: -Vamos de nuevo, dale? -
Mi
vista se dirigió hacia arriba por unos instantes. Había gente encima
nuestro. No pude distinguir lo que decían, pero sí llegué a identificar
algunos pasos, seguramente la mayoría eran de nuestros compañeros.
Fuera
del autobús, la chica rubia se encontraba en problemas al intentar
subir al conductor de nuevo al sitio. Tuve que poner prioridades y
comenzar a buscar alternativas para encontrar una solución. Miré al
chico más joven, al dueño del tympone, y le llamé la atención
aprovechando que el skorupi seguía confundido: -¡Encárgate del skorupi
por favor! ¡Dame 30 segundos y lo sacaremos de aquí! -me volteé a mirar
a Galahad que debía de seguir defendiendo al sandigast - ¿Qué haces?
-le pregunté con total desconcierto al verlo flotando ligeramente
alejado de la posición que debía estar ocupando. Mi minior estaba
mirando asomado por la ventana a la chica rubia. Claro: joven, atlética,
poca ropa, empapada en barro ¿Cómo iba a desaprovecharlo? Lo quería,
pero su naturaleza a veces se volvía muy molesta - ¡¡No es momento para
eso!! -me acerqué a él y le pegué una 'cacheteada' (si es que él
siquiera tiene cachetes). Él sólo giro sobre su eje en modo de respuesta
y miró para otro lado -Galahad, no salgas de aquí -esperaba que pudiera
seguir defendiendo al sandigast si el chico del tympone no lograba
encargarse del skorupi.
Tomé aire. -Espero que esto no termine
en una gripe -me dije a mi misma y salí por la ventana al exterior. La
lluvia cayó pesadamente sobre mí. Armé un puño con mi mano derecha y
corrí hasta el quagsire más cercano a la chica rubia, arrojándome como
pude con todo ese lodo a propinarle un golpe para dejarlo fuera de
combate aunque fuera solo unos instantes -¡Perdón! -le grité en cuanto
me acercaba a él. Galahad tenía mucha desventaja contra aquellas criaturas y más en este clima, por lo que no iba a obligarlo a cometer suicidio.
//Fuerza + Cuerpo a Cuerpo// [dice]0[/dice]
-
¡Dile a tu pokemon que salga de la puerta y entremos al conductor! -le
grité a la otra chica, esperando que estuviera de acuerdo- Eso o tendremos que hacer un agujero -ya lo estaba comenzando a pensar seriamente.
Si las cosas salían bien, meteríamos al conductor dentro y podríamos terminar con el skorupi. Solo
quedarían los quagsires y aquel sujeto en el techo en el cual no me
había podido fijar lo suficiente, pero esperaba no fuera un problema
más.
El
renacuajo soltó una bola de barro con una fuerza indescriptible en
contra de mi pokemon era alrededor de tres veces más grande que su
propio cuerpo, pero justo cuando iba a impactar la chica rubia bloqueo
el ataque con su propio cuerpo.
El acto de generosidad de la
chica rubia me había tomado por sorpresa, recibió un golpe aterrador
casi pude escuchar como su huesos crujían con el impacto.
Lentamente el skitty se le acercó y se frotó en su pierna en señal de agradecimiento.
-Gracias, no creo que el pobre Salem hubiese resistido ese ataque Intenté
sonreír, pero la gravedad de la situación no me lo permitía. Junte mi
maletín, dejando al chofer en el suelo boca arriba. De pronto una chica salió disparada del colectivo y tacleo a uno de los pokemon acuáticos.
“-¡Dile a tu pokemon que salga de la puerta y entremos al conductor!”- gritó.
Miré a las dos por un segundo.
-
Parece ser que no tiene ningún problema en el cuello o columna, no
habría problema en llevarlo devuelta al colectivo aunque no se si es la
mejor idea con el pokemon que está atacando ahí dentro…- dije con
pesadez- Además no puedo tratar la herida de la flecha sin el equipo
adecuado- suspiré- Soy un inútil disculpen- dije tristemente
Me
acerque a la chica rubia, toqué su espalda e inspire profundamente. Al
exhalar mi mano brillo con un aura amarilla por un segundo.
-Pero al menos esto puedo hacer…
//Cure minor wound (si sale más de 6 cura dos heridas)// [dice]0[/dice]
-Bueno Salem, hace lo que haces mejor- le ordené al skitty.
Parece
que las cosas no fueran a acabar pero yo aun debia tratar de mantenerlo
ocupado al pokemon aunque repentinamente note pisadas encima nuestro y
una conversacion que la lluvia no dejaba escuchar parece que algo
interecentante pasa arriba pero seria mejor que lo ignore tambien la
chica cerca mio me pido que aguntara parece que se le ocurrio algo sera
mejor que deje la timidez y le responda- okey tratare y ten cuidado- por
que dije eso si ni siquiera la conosco pero por ahora tengo algo que
hacer pues el pokemon iba a atacar en ensegida entonces le pedi a kaeru -
esquiva rapido el ataque-
Confusión de Skorupi -> Puede atacar Bite -> 20+20 -> 40 de daño Sandygast tiene +1 éxito a Defensa, pero saco 1 y eso resta éxito -> 0 éxitos en Defensa Pasan 80 de daño Sandygast queda fuera de combate
Mud Shot -> 15 (+10) + 20 (x4) a Skitty -> 105 de daño Ibaraki resiste el ataque -> 2 exitos Pasan 8 heridas
Mud Shot -> 15 (+10) + 20 (x2) a Honedge -> 65 de daño Yannick resiste el ataque -> 0 exitos Pasan 6 heridas
Fury Cutter de Honegde -> 10 + 20 (x2 por el Swords Dance) -> 50 de daño Defensa Quagsire -> 0 exitos Pasan 50 de daño Quagsire 1 tiene 80 de daño
Tackle de Skitty -> 15 (+10) -> 25 de daño Defensa Quagsire -> 2 exitos Pasan 25 de daño Quagsire 2 tiene 45 de daño
Pelea c/c de Ibaraki -> 9 exitos Defensa Quagsire -> 1 exito Pasan 80 de daño Quagsire 2 tiene 125 de daño
Pelea c/c de Nitta -> 2 exitos Defensa Quagsire -> 1 exito Pasan 10 de daño Quagsire 2 tiene 135 de daño
Quagsire 2 queda fuera de combate
Skitty gana +2 EXP Honedge gana +2 EXP
Minior tiene +1 exito a Defensa Honedge tiene +2 exitos a Ataque
Quagsire 1 tiene 80 de daño Skorupi tiene 20 de daño
Skill -> Cure Minor Wound -> Cura +2 Heridas de Ibaraki
Un
golpe seco en el fango junto con un relámpago en la distancia marcaron
la caída de uno de los Quagsires. Victima de varios golpes, la criatura
cayo inconsciente luego de atacar. Por otro lado, el Honedge de Yannick
habia atacado ferozmente esta vez y habia dejado profundas heridas en la
otra criatura de agua. El daño aun no era suficiente para nockearlo,
pero la criatura aun asi tambaleaba sin intenciones de retroceder,
juntando fango entre sus dedos para lanzar un nuevo ataque. El nuevo
proyectil fue nuevamente al la espada poseida que estaba flotando a
pocos metros del muchacho de cabello enrulado.
//Mud Shot 15 (+10) + 20// [dice]0[/dice]
Pasando
a unos pasos del Quagsire inconciente, lograron hacer entrar al chofer
dentro del autobús justo después de que el Skorupi salvaje atacara con
una feroz mordida al Pokemon fantasma de la chica rubia. Una vez dentro,
pudieron ver que el chófer aun respiraba débilmente, su piel estaba
algo pálida, y si bien la herida de la flecha no era muy profunda,
parecía haber afectado con alguna toxina al hombre dejándolo en ese
estado. El Skorupi aun seguia confundido, pero se dispuso a atacar ahora
al chofer lanzándose encima de el.
//Confundido// [dice]1[/dice]
//Bite 20+20// [dice]2[/dice]
La
lluvia seguía golpeando el vehículo, pero ahora los jóvenes que estaban
dentro del autobús podían escuchar como en el techo había dos pies mas,
sin embargo, uno de ellos comenzó a avanzar. A penas escuchaban voces a
través del metal del techo, pero parecía que la gente de afuera estaba
teniendo una conversación.
La persona parada sobre el techo del
autobús sonrió ante las palabras de Nico. Los dientes algo chuecos y
amarillentos del hombre del sombrero se dejaron ver junto con su ancha
sonrisa. Un relámpago volvió a iluminar la noche mientras esta persona
caminaba lentamente a estrechar la mano de los dos jóvenes que estaban
delante suyo. La chaqueta y toda su ropa despedían un fuerte olor a
alcohol que a pesar de la fuerte lluvia llego a las fozas nasales de los
entrenadores.
-Es un gusto M'sier Nico. .- Dijo estrechando la mano del joven y sonriendo abiertamente.-
Disculpe usted el importunio, mi nombre es...oh, tengo muchos nombres
en toda esta región, pero M'sier puede llamarme Thenardier. Y no, yo no
fui quien ataco a aquel pobre hombre del bigote, yo solo soy
el...Gerente a cargo. Vera, soy un empresario, tenemos un negocio y mi
empresa requiere este vehículo. Pero es una grata sorpresa encontrar
gente...con habilidades como ustedes. Es mas, seria un placer para mi y
mis trabajadores ofrecerles un refugio de la tormenta. Y quizás podamos
hacer buen negocio.
-Este tipo parece que salio de una cloaca. - Murmuro el muchacho del gorro dando un paso adelante..- Emh...disculpe...señor. - Dijo diciendo esta ultima palabra con algo de duda.- Que
clase de "trabajadores" son estos que atacan a un autobus en medio de
la noche?- El hombre del sombrero sonrio y con los brazos abiertos
abrazo al chico del gorro.-
-Ah
muchachito, no voy a aburrirlos con los pormenores de nuestros asuntos
cuando podríamos estar hablando compartiendo buen vino! Que dicen? Nos
ayudan a llevar este autobús a nuestra cede...y brindemos por las nuevas
amistades! Por que pelear y lastimarnos, cuando podemos hacer buenos
negocios juntos...
El
aliento del hombre golpeó mi rostro como un martillo, haciendo que
retrocediera un par de pasos y casi forzándome a llevarme una mano a la
nariz. Alcohol, por supuesto que tenía que ser alcohol. Y una cantidad
asquerosa de éste mismo, al parecer. Arceus santo cómo detestaba aquél
hedor, la forma en la que se pegaba a todo lo que alcanzaba.
Junto
a aquel olor también salieron algunas palabras, ninguna de las cuales
hizo que me sintiera mejor sobre aquella situación. No confiaba en aquél
hombre en lo más mínimo, y juzgando por la mirada del joven a mi lado
no era el único. La forma en la que hablaba era tan irritante, también.
Eso junto a la incesante lluvia y el olor a alcohol comenzó a jugar con
mis emociones, una potente irritación creciendo dentro mío.
Hubiera
sido fácil resolver todo aquello de forma violenta. Atacar al viejo,
bajar y ayudar a nuestros compañeros y luego interrogarlo por
respuestas. Pero aún no había evidencia que sugiriera que realmente
había hecho algo malo. No podía actuar tan descuidadamente por más que
lo deseara. Tenía que dar el ejemplo.
Cerré los ojos y pensé en
el viento. No en el que me golpeaba esa noche, frío y cortante, sino en
el que recordaba allá en Lumiose. Un viento cálido, suave y que le daba
impulso a mis alas. Un viento que llenaba mi pecho de emoción y me hacía
sentir que nada en el mundo era imposible. Aquél recuerdo comenzó a
deshacer el nudo de furia que se había formado en mi estómago, y cuando
volví a abrir los ojos otra sonrisa volvió a formarse en mi rostro.
-A
decir verdad no me molestaría una explicación detallada. Podrías
incluir unos panfletos y una taza de té si puede ser, lamentablemente
voy a tener que declinar la oferta del vino. - Me encogí de hombros. -Sin
embargo, me interesa tu oferta, y tengo una también para ti, ¿Qué te
parece si bajas con nosotros, esperas hasta que derrotemos a los Pokemon
atacándonos y una vez que nos encontremos a salvo dentro del autobús,
nos dices a todos nosotros lo que tienes en mente? De ahí podemos llegar
a una conclusión.-
Bajo mi brazo Lup desvió su mirada hacia
el hombre, sus ojos rojos cómo carbones ardientes. Finalmente se había
desperezado de su siesta.
-Sin embargo si insistes en ser misterioso y no explicar nada, y si tienes algo que ver con lo que hirió a aquél chofer... -Dí un paso hacia adelante, decidido. Lup dejó salir una pequeña ascua de su pico. -Me temo que tendremos un problema, ¿Así que... cual es tu respuesta?-
El
quagsire debía de estar en sus límites como para haber caído de aquel
golpe. La fuerza no era lo mío, lo que menos esperaba era dejarlo fuera
de combate, pero cumplía con mi objetivo -Lo siento... - dije mirando a
la criatura desmayada, colocando una mano frente a mi rostro en señal de
perdón. Me di vuelta y me encontré con otra desgracia totalmente
distinta: el sandigast caía en señal de derrota ¿Qué había estado
haciendo Galahad que no había logrado defenderlo? Me preocupé por él
¿Habría caído también? Sería muy raro... hubiese notado si pasaba a su
forma nucléica desde afuera. Me adelanté en lo que subíamos al
autobús con el conductor y observé el panorama. Si bien habíamos perdido
a sandigast, el tympole y su entrenador seguían en un rincón en buen
estado, y Galahad pues... esquivó mi mirada, decepcionado. No podría
saberlo, supuse que el skorupi había pasado por encima de él y elegido
sabiamente su objetivo. Le faltaba entrenamiento todavía y no podía
predecir cada movimiento.
Pero nuestro enemigo seguía allá, y
dispuesto a atacar al conductor ¿Qué tenía ese pobre hombre para que
todos tuvieran saña con él? No quería hacer lo que iba a hacer a
continuación, pero debía asegurarme de que el hombre pudiera ser tratado
y que esta situación se fuera alivianando. -¡Galahad! ¡Embiste al
skorupi y mándalo al fondo! ¡Ya! -mi mirada voló rápidamente al chico
del fondo- ¡Prepárate! -esperaba que Galahad colocara efectivamente su
golpe y nuestro enemigo pudiera ser un blanco fácil de unas buenas
burbujas. Eso tendría que ser suficiente para derrotarlo, o eso creía...
Varias
cosas pasaron al mismo tiempo, por un lado ataqué fuertemente al
pokemon frente a mi, este no cayó al instante sino que fue derribado por
la otra chica del grupo, no me sorprendió el que el enemigo al fin
cayera, sino el hecho de que alguien habia venido a ayudarme, más aun
peleando con sus propios puños.
Mientras tomaba aire el skitty
del muchacho detras de mí se acercó en una muestra de agradecimiento por
cubrirlo, en eso, la chica a mi lado me pedia que retirara a Baraddur
de la puerta del autobus para entrar al chofer, estaba por responderle
cuando sentí una leve presión en mi pecho, sabia lo que significaba, no
necesitava voltear para verlo, Baraddur habia caido. Gracias a eso no
habia notado que el muchacho a mis espaldas se habia acercado y posado
su mano sobre mi espalda, noté un tenue brillo proveniente de la misma y
algunos raspones y golpes producidos por el ataque anterior comenzaron a
desaparecer.
-Gracias a los dos-
dije, sorprendida por sus actos, no estaba acostumbrada a tan amable
atención. Intenté tomar la pokeball de baraddur del bolsillo de mi
chaqueta... la cual estaba en un asiento dentro del autobus, genial.
Prioridades,
lo primero era llevarnos al chofer, luego regresar a mi Sandygast a su
pokeball y por último, golpear a lo que sea que se encontrara dentro del
autobus.
-Aguantá un poco más, compañero-
Le dije al pobre monticulo de arena que ahora se encontraba decantando
por la puerta. Apenas dejamos al chofer tomé su pokeball y lo regresé,
me tranquilizó un poco el saber que mi amigo estaba seguro ahora, pero
aun teniamos un problema.
El pokemon misterioso parecia ser un
Skorupi, y mi sospecha fue confirmada cuando este fue atacado por la
chica castaña, en situación normal intentaria deshacerme de ese bicho
con tal de que me dejara tranquila, pero hoy no era un día normal.
-Venciste a Baraddur, sigo yo- Le dije al Skorupi antes de lanzarme al ataque.
La
segunda vez que el pokemon en el barro nos atacó, no tuve la excusa de
estar actuando instintivamente. Sabía exactamente lo estúpido que estaba
siendo. Igualmente volví a tomar el golpe.
Pude sentir mi cuerpo
entero quejándose, entre el dolor de los ataques y el frió de la
lluvia, sabía que no iba a estar bien mañana. Un pensamiento algo cómico
me surgió: al menos tengo una excusa para faltar al laburo.
Quise reírme ante lo absurda que era esa prioridad, pero se transformó
en una tos de nuevo. Sobre ese sonido pude escuchar varios pasos en el
barro: los otros pasajeros estaban llevando al chofer de vuelta al
autobús. Me gustaría haberles pedido una mano pero con los ruidos
provenientes del vehículo, seguro ya tenían sus propios problemas. El
sandygast parecía haber quedado inconsciente. Mierda, bajamos un bicho
pero perdimos dos.
Levantando la voz lo que más pude en mi condición, le pegué un grito al que parecía ser un médico: -Ey, dejame al gato para que me ayude, por favor!- Después lo iba a necesitar a él también.
Luego miré a Ehre, flotando con su expresión ilegible. -
No voy a poder hacer eso de nuevo, entendés?- Dio una vuelta en su
lugar, indicando que sí. Suspiré. -Solo... ponele más ganas esta vez.-
Que
tonto fui no vi bien la situacion del combate y ahora el pokemon que
cuidaba la entrada cayo por mi culpa ya no puedo mas por que pasa esto
le dije a kaeru mi entras me castigaba mentalmente-usa burbuja con el
acabalo por favor -
/bubble/ [dice]0[/dice]
Miraba al resto y todo parecian muy consentrados todos eran muy buenos entrenadores por que yo era el inutil aqui
El
conductor parecía que no la iba a contar sino salíamos rápido de ahí, y
como supuse el escorpión todavía andaba dando vueltas, por lo que
entrarlo tampoco había sido la mejor de las ideas, pero realmente era lo
único que podíamos hacer. Era el lugar más seguro y me alegró estar
dentro y poder olvidar el barro y la lluvia. Pero un grito me saco de mi
confort.
"-Ey, dejame al gato para que me ayude, por favor!-" gritó
el chico que había quedado fuera. Me lo pensé dos veces antes de volver
a salir, pero una nuevo ataque lo había golpeado en todo el cuerpo,
parecía que no iba a aguantar mucho más.
Miré a la chica rubia.
-Tengo que salir después sigo tratando tus heridas, pero afuera me necesitan más- le dije mientras pasaba al lado de un escorpión volador que iba a atacar a uno de los pokemon.
Me
agaché y estire mi brazo para que salem trepara por el y se acomodara
sobre mi hombro. Es muy rápido cuando quiere el muy puto.
Salí afuera.
-Podrias haber puesto un consultorio en goldenrod, pero nooo tenías que viajar para encontrar al pelotudo este- me dije para mi mismo.
Al llegar lo primero que hice fue modular mi respiración
-Disculpame no te molesta si...-
tomé todo el aire que pude y exhale mientras tocaba la herida del
muchacho de pelos enmarañados. Mi mano volvió brillar con un aura
amarilla y transmití mi fuerza vital al joven.
//Cure minor wound// [dice]0[/dice]
-Terminemos con esto- le dije a Salem que saltó de mi hombro para atacar al renacuajo.
-Qué carajo?-
Fue lo primero que dije al ver como la chica de tendencia hippie se
arrojaba sobre el quagsire, nunca se me hubiera ocurrido eso viniendo de
ella. Pero por alguna extraña razón muchos de mis compañeros tenían
tendencia a golpearlos, no los culpo, después de todo ya nos habían
bajado dos pokemons.
La otra chica había logrado entrar al
conductor al vehículo mientras los demás atacaban al escorpión. El
hombre presentaba una herida que claramente no podría haber sido causada
por los pokemons, en seguida miré por la ventana tratando notar algo más entre la lluvia. –Ustedes sigan pateando bichos, aca afuera hay algo que no me gusta.- dije mientras en el autobús se seguía la pelea. –Ah, y trate de no hacer explotar nada, porque no sé ustedes pero yo no traje un paraguas.-
No sé qué carajo estaba pasando en el techo pero espero que no sean más problemas
El
autobús se sacudió una ultima vez cuando el Skorupi intento lanzar un
nuevo ataque y termino por golpearse a si mismo, seguido de una fuerte
embestida de parte de aquel Pokemon que parecía una roca flotante y las
burbujas lanzadas por el renacuajo del entrenador de pelo verde. La
criatura quedo a punto de golpear al chófer, cuando un ultimo golpe seco
de parte de la chica rubia acabo por dejarlo tirado y completamente
inconsciente. El interior del lugar quedo en silencio salvo por la
lluvia que aun caía en el exterior y el ruido del combate que aun se
desarrollaba en el exterior. Maxwell, el pasajero que tenia apariencia
de medico había salido a ayudar a Yannick, quien había quedado solo
combatiendo con el Quagsire que aun seguía en pie. El muchacho de
cabello enrulado mostraba algunas heridas bastante profundas resultado
de estar cubriendo a su Pokemon de los ataques de lodo, pero por suerte
algunas de sus heridas parecían haber cerrado al instante con unos
simples movimientos del dueño del Skitty, El pokemon de agua que estaba
en el fango hizo un ultimo intento de atacar, esta vez centrándose en
Maxwell como objetivo.
//Mud Shot 15 (10) + 20// [dice]0[/dice]
Una
vez lanzada la bola de barro, el Pokemon de agua apenas parecía tener
fuerzas de mantenerse en pie, eso, sumado a la lluvia que parecía haber
disminuido por un momento, hizo que las personas fuera del autobús
notaran que ambas ruedas delanteras del vehículo estaban hundidas en el
fango sino que también estaban desinfladas y cada una con una flecha con
una pluma roja que las atravesaba. Yannick fue el primero en notar que
en la parte delantera del autobús, muy cerca de las luces, se encontraba
una pequeña niña con una capucha, el pelo marrón algo enmarañado y y la
cara con manchas de barro. La chica se dio cuenta que había sido vista
gracias a que la lluvia había disminuido y como un acto reflejo se
escondió entre la vegetación del costado de aquella ruta, perdiéndose en
la oscuridad.
Un ultimo relámpago sonó a lo lejos mientras
algunas débiles gotas caían sobre el techo del autobús donde estaban
paradas aun tres personas. El hombre del sombrero miro de reojo hacia
abajo y vio a la niña perderse en la vegetación.
-Problema M'sier? Creo que hay algunos de esos muchachos de abajo que están heridos...-
Dijo caminando por el borde del techo, haciéndose también visible para
Yannick y Maxwell, quienes se sobresaltaron al ver tan pintoresca figura
y sobre todo, al sentir el olor a alcohol que despedía. - Si
vinieran a mi humilde morada y, como dije, me ayudaran a llevar este
vehículo que es de vital importancia para nuestra empresa, podrían
atender esas feas lastimaduras. Ya se lo dije, soy un simple empresario y
este vehículo es parte de un negocio. El chófer solo esta dormido, nada
va a pasarle! Esa flecha no es mas que un dardo tranquilizante que una
de mis pequeñas tenia orden de disparar....- El hombre dio un paso
mas y cayo sobre el barro, de pie y sin inmutarse mucho, manchando de
barro sus botas y sonriendo a los jóvenes que estaban fuera. Dio la
vuelta y saludo también con la mano a los que estaban en el interior. - Que fria noche verdad, camaradas? A quien le sentaría bien un buen trago? .- Dijo extendiendo sus brazos y sonriendo con sus amarillentos dientes.