-
Por allí -me limité a señalar recordando la barra y la cocina detrás
ella. No había bartenders, ni meseros, ni nadie a nuestro alrededor.
Hace unos instantes había notado que Yannick e Ian venían detrás nuestro
también. Volteé a mirar detrás, y lo único en lo que fijé la mirada fue
en Ibaraki. Las sombras las habían liberado, y eso me aliviaba. Pero,
¿podía realmente irme dejando al resto detrás? Una voz invadió mi mente, me asusté por un segundo pero luego lo escuché con atención. Era Julia. -
¿Es una broma no? -dije casi con una sonrisa, casi riéndome,
contrastando totalmente con el ambiente. ¿Me habría mirado raro los
demás? La ironía. Las estrellas se romperán. La sombra de los astros
se alzará. Parecía que era una broma de muy mal gusto. La pokebola de
Galahad se sacudió al notar cómo me estaba poniendo. Había tenido
suficiente en menos de cinco minutos. Mi mente estaba hecha un caos, era
un suerte que pudiera seguir caminando, creo que mi cuerpo simplemente
lo realizaba de manera automática. Si alguien me había hablado en ese
lapso en el que salimos del predio y pasamos por la cocina... no me
había enterado. Mi mente estaba más allá.
Continuamos avanzando, y
finalmente salimos con ayuda de algunos guardias. Sin embargo, el
escenario que esperaba encontrarme difería totalmente de lo que nos
rodeaba. Estaba calmo. No había ambulancias, ni policía, ni
asistencia de nadie, tampoco personas ayudándose, nadie asustado.
Observé a los alrededores pero para todos lados era lo mismo. Tomé
aire, tenía que recuperarme. Me aparté del resto y escuche el aleteo
rápido de varios pokémon. Me volteé alerta y me encontré con la mirada
penetrante de un noctowl. Intenté observarlo con más atención, buscando
detalles, pero salió volando rápidamente, sin darme tiempo a nada. El
ave se llevó con él una suave brisa que me golpeó desde atrás. Cerré
los ojos, me quedé en silencio. Finalmente sacudí la cabeza una vez
más. Le pedí por favor a mi mente que se detuviera un segundo, pero eran
demasiadas cosas, una tras otra me golpeaban y se acumulaban, se
amontonaban, le daban más fuerza y seguir pensando.
Estando a
varios metros de los demás, no sentía interés por ir al sínodo ni por
nada más. Me solté el cabello y me dejé caer al suelo, terminé sentada,
con las piedras cruzadas y la cabeza gacha, con mi rostro cubierto por
mi cabello. Inmediatamente Galahad y Kyria salieron. Se miraron el
uno al otro. Kyria se subió a mi hombro y comenzó a enredarse con mi
cabello, mientras con pena intentaba animarme de alguna manera. Claro,
apenas me conocía, poco podía entender a pesar de la sensibilidad que
había notado que tenía. Galahad se colocó entre mi cabeza y mis piernas,
obligándome a abrazarlo. Él lo sabía todo. O casi todo. -...un
nombre como ese... -comencé a decir con mi rostro contra el de
Galahad-... es demasiado peculiar como para que lo tenga alguien más...
¿Verdad? El caballero permaneció en silencio. Observé la pulsera con el dado, una vez más en mi muñeca. -...Fue ella -concluí.
-Creo que voy a lanzar-
dije al recuperarme del efecto del teleport, las sombras seguian
atandome pero lentamente fueron perdiendo efecto. Me encontraba al lado
de la psicopata esta, pero lo malo era que al recuperar el equilibrio,
pude sentir que algo no estaba bien.
Otra lluvia de piedras venia
sobre Mavis y yo, más fuerte que la anterior, rápidamente tomé la
pokeball de la pequeña Ralts y la regresé, odiaba esos aparatos, pero
comenzaba a odiarme más a mi misma por depender cada vez más de usarlo.
Para peor, no pude evitar las piedras que caian sobre mí.
/Resistencia +1 por Ian/ [dice]0[/dice]
-Y eso que importa.- El golpe fue fuerte. No creia poder resistir otro igual, no tenia más opciones -a ustedes no les importa por qué buscamos a Julia- me costaba hablar -a
nosotros no nos importa lo que Julia descubrió... Lo que importa es
que... Ustedes no van a dejar de tratar de matarnos... Y nosotros vamos a
llegar al sinodo... Aunque solo sea para... - Me preparé, tensé mis músculos, cerré los puños -Para mandarlos a la mierda- conclui mientras haciá un fuck you en la cara de la tipa esta y comencé a correr a la puerta donde el resto salió.
Alivio,
esa es la palabra que sentí cuando el aire de la noche golpeo mi
rostro, por fin me sentía más seguro, aunque enojado por haber
terminando en estas condiciones, me había convertido en un lastre para
el resto de mi equipo, tanto pokemons como humanos y eso es algo que no
me gustaba. Respire hondo mientras recordaba las palabras de julia que
habían sonado en mi mente. Todavía teníamos una misión que cumplir por
desgracia nuestra, el sínodo aun nos esta esperando aunque no estoy en
condiciones de ir allí, Ian nos había dicho que teníamos toda las
contraseñas, el siguiente paso estaba claro, debíamos ir a las
plazas.-Las fuentes que tiene cada plaza son la clave, tenemos que ir a
la más cercana para colocar la contraseña.- Explique al rubio músico de
problemas para atacar. Levante mi vista para ver al noctowl nos
miraba desde el cielo imponente, la criatura alzo vuelo enseguida
perdiéndose en la noche, recuerdo que mi vieja siempre decía que esas
criaturas eran emisarios de la noche, me pregunto qué tanto lo será él.
Me
pare un segundo a estirarme un poco, mi cuerpo estaba completamente
dolorido y parte de mi camisa con sangre, realmente no era una linda
imagen. -Que bueno que traje esto.- Saque de mi bolso mi campera y la
puse sobre mi camisa, luego mis guantes y por ultimo mis lentes mientras
me acomodaba el pelo. –Es bueno estar de vuelta.- susurre mientras
terminaba de acomodarme los guantes en las manos. Mientras terminaba de
acomodar pude sentir que patee algo,era una roca con forma de sol, supongo que debe ser una señal? Un nuevo día para mi.
-Emooo.-
Escuche algo gritar a eliza mientras me aterrizaba en el hombro, la
criatura refregó su cabeza en mi hombro mientras me miraba preocupada.
Sonreí un poco ante el gesto de bicho, por lo visto no soy tan malo como
creía. -Hierva mala nunca muere, bueno, casi nunca.-
Roomie se acercó a mi para entregarme la pokeball de eliza, la tome
mientras intercambiábamos gratitudes por lo de recién, incluso parecía
que quería decirme o preguntarme algo, no estaba muy seguro de qué pero
no había tiempo, teníamos que hacer algo enseguida.
–No quiero sonar malagradecido con el resto de nuestros compañeros,
muchos de ellos son la causa de que yo estoy vivo ahora, por eso hay que
apurarnos y abrir el sínodo. No es mucho lo que puedo hacer en mi
estado actual pero si eso ayuda a mis compañeros lo voy a intentar
hacerlo como sea, es la única forma de estar a mano que tengo por el
momento.
Pudimos
escapar. Corriendo de nuevo. Y había algo incómodamente familiar en Ian
tomando mi mano y las piedras golpeando todo atrás nuestro, como el
ruido de disparos... Esa tarde me había parecido lo más peligroso que me
había pasado en la vida. El aire frío al salir hubiera sido un alivio
si no fuera porque me trajo otro recuerdo de...
-Puedo bajar el vidrio?- -Sí, dale, está linda la tarde.-
Sacudí la cabeza. Qué fácil te volvés a distraer con cualquier estupidez.
Debería estar pensando en que al fin sabemos qué descubrió Julia, y
como no podía ser de otro modo con esta chica, me dejó más preguntas que
antes. Siento que nos faltaba algún tipo de contexto clave. No pude
evitar conectar con la memoria algo que su voz nos dijo. Las
estrellas... Me pregunto si...
Un aleteó arriba nuestro me
distrajo. Era raro estar en esta avenida, una parte de la ciudad que
conocía bien, ni debíamos estar lejos de donde trabajaba antes. Todo en
el resto de la ciudad seguía como si nada. El contraste era casi cómico.
Notamos un gran ave observándonos desde uno de los techos... Un
Noctowl. Sentí un escalofrío. Nunca había visto uno en persona, pero
cada cultura tiene su interpretación de lo que significa ese pokemon.
Guía espiritual o presagio de muerte? Con lo que estábamos haciendo,
cualquiera de los dos era válido. Esperaría más el segundo pero
realmente quería creer que era el primero, aunque desde chico no me
gustaba guiarme por supersticiones.
Traté que eso no me haga
regresar mi atención a la escena que habíamos dejado atrás. Podíamos
dejar al resto del grupo sabiendo que estaban en peligro? Ayer quise
confiar que estarían bien hasta que llegáramos y fue un desastre.
Miré a Frost y Nitta, eran los que sabían cómo funcionaba el tema de las contraseñas por lo que habían dicho. -Qué hacemos? Creen que.. haya que ir a las otras plazas? O ya estará abierto?-
Dios, vamos a tener que correr más. Nitta podría pero los otros tres
estábamos bastante cansados y no creo que Forst pueda seguirnos el paso
y-- Nitta se alejó, no pareció escucharme, y se sentó contra la pared. Dudé si acercarme pero Galahad se encargó de consolarla.
Había
dicho algo de esa Reenira antes de que saliéramos? No sonaba
exactamente a un nombre común pero... tanta coincidencia era posible?
Me
pasé una mano por el pelo y respiré hondo. Tanto nosotros como nuestros
pokemon estábamos heridos y cansados y éramos solo cuatro. Realmente
pensábamos entrar al Sínodo así? Fregué una manga de la camisa contra
mis ojos, la mierda ésta me estaba haciendo picar ya. Quedamos en
silencio unos segundos, creo que a pesar del apuro, ninguno quería
aceptar que estábamos abandonando a los otros.
Saqué a Leti para
curarlo, pero en seguida se fue con Ian. Parecía muy feliz de
reencontrarse, imitando la melodía que había escuchado durante el show,
mientras daba vueltas a su alrededor... Demasiado feliz.
-Leti...- Me puse a su altura, la calabaza me sonrió. -Lestibournes.- Se puso más serio al escuchar su nombre completo. -Preferís volver con Ian o quedarte conmigo?-
Nos observó a ambos un momento y agarró la mano de Ian. Sonreí suspirando. Bueno, si eso quiere... Entonces agarró mi mano también. Se quedó entre los dos, sosteniendo a ambos, mirándonos, y largó un ruidito alegre.
-Okeeeey.-
solté en un tono mucho más agudo que mi voz normal, podía sentir lo
mucho que me estaba sonrojando. Lo guardé en seguida y miré a cualquier
lado que no fuera Ian. -Conmigo entonces.- Murmuré antes de alejarme unos pasos.
Frost parecía decidido a avanzar igual. -Estamos cerca de la Plaza Magenta, sé cómo llegar rápido.- respondí. Había terminado varias caminatas nocturnas ahí, cuando no podía dormir. -Aunque las otras quedan para el otro lado...-
Quería
hablarle a Frost sobre lo que acababa de hacer, tenía.. muchas
preguntas sobre nuestros poderes. Cuando abrí la boca para decirlo, sin
embargo, salió algo muy diferente. Una pregunta más general a todos.
todo
fallo no nos queda nada mas que hacer el enemigo es muy poderoso no
puedo arriesgar a kaeru así tome la pokeball de el y lo meti antes de
que las rocas lo aplastaran y me trate de proteger usando mi capa.
/resistencia/(+2 por capa)(+1 por ian) [dice]0[/dice]
"Los caídos vagaran en su laberinto. Las lineas del laberinto romperán las estrellas. Y la sombra de los astros se alzara". ¿cual
sera su significado? esas palabras me helaban la piel pero puede ser la
mayor pista hasta ahora pero no es momento para pensarlo ahora solo
quedaba una cosa por hacer huir.
-
¡DALE! - dije con frustración al ver que todos nuestros esfuerzos no
alcanzaron para bajar al Claydol que resistió mejor de lo que podría
haber imaginado. Mucha bronca.
La
mujer se acomodó para ver mas tranquila cómo corríamos o moríamos en el
intento. Siguió hablando sobre lo ilógico de nuestra misión o mejor
dicho de los motivos de la misma. Volvió a mencionar a una tal Reenira
(nombre que intenté memorizar porque parecía relevante hacerlo). "Nosotros estamos del lado correcto."
dijo casi concluyendo y una voz, que no era la de ella, relató un
mensaje entre enigmático y poético como buen acertijo que era. "Y la sombra de los astros se alzará"
finalizó la voz. Fue una frase bastante críptica. Pero traté de no
perderme en esas palabras porque había que seguir al resto y correr
cuanto antes.
-Solo los necios piensan en absolutos.- le respondí
a la mujer, confiada de su superioridad en esa situación -Todos vivimos
en matices de grises, algunos mas claros que otros. Yo se de eso y no
exactamente por mi experiencia por los colores. Usted cree que no tengo
un motivo que me impulse a seguir. Se equivoca y esta noche me acaba de
dar otro aun mas sólido.- apunté con el índice hacia el agujero creado
por el Baltoy de antes. -No voy a permitir que logren su cometido si
para hacerlo van dejando un cementerio a su paso. Le prometo que seré la
cosa más molesta que se hayan topado jamás.
El
rayo de Ocelot no había podido lastimar demasiado a la lechuza extraña,
pensé que íbamos a poder derrotarla fácilmente, pero el destino tiene
una manía con darle suerte a nuestros enemigos.
Las rocas cayeron
por todos lados y vi como Frost, Nitta, Nico y Yan, escapaban por la
puerta trasera, esquivando la avalancha. Estaba feliz, por lo menos no
había recibido ningún daño y estaban a salvo, por el momento… al menos.
Sabía
que Ocelot no resistiría el poderoso ataque así que lo regrese a su
pokebola, había hecho demasiado ya, no podia creer que semejante poder
haya caido en mis manos y espero que tambien, un amigo.
“ Tantas vidas, tanto dolor...todo y sin saber siquiera el porqué. Por el capricho de un niño rico enamorado?”
Todo lo que decía era verdad, no podía decir que no pero…
“Por
una mujer que desapareció y no tuvo la decencia de dejar una pista
sólida? Reenira me busco y me contó todo...nosotros estamos del lado
correcto. Por eso...vamos a darles lo que ningún otro de sus aliados les
dio.”
-Todo este tiempo me lo he cuestionado, no pasa día sin
que piense si todo esto vale la pena, pero despues veo el sufrimiento
que ustedes están causando, la gente que lastiman, las familias que
destruyen, el dolor que causan y todo desde las sombras, pensando que
solo somos marionetas en su estúpido juego- tome aire- Esto ya no trata
de encontrar a Julia o ayudar a Jaime, se trata de terminar con su
mafia, de evitar todo este dolor que están causando. ¡No me importa nada
más y aunque sea lo último que haga, lo voy a hacer!
Mire las botellas de medicina en mis manos, ya casi no me quedaban, parecía que este era una viaje de ida.
//Tomar dos pociones//
//Cure minor wounds// [dice]0[/dice]
La
mayoría se había ido y Epiphone había quedado sola en el cuarto piso,
bueno no, estaba con salem y Jerome, una persona que no conocíamos, pero
en un lugar seguro. Confiaba en que el la protegeria.
Maxwell tiene 9 heridas Nico tiene 5 heridas Kileo tiene 15 heridas Ibaraki tiene 16 heridas Frost tiene 15 heridas Mint tiene 13 heridas Yannick tiene 5 heridas
Budew tiene 0 HP Phantump tiene 55 de daño Gourgeist tiene 80 de daño Remoraid tiene 20 de daño Minior tiene 20 de daño Heatmor tiene 55 de daño Tympole tiene 55 de daño
Los
entrenadores tocian escombros y polvo a medida que avanzaban tropezando
por la puerta. Jaime iba con ellos, con visibles heridas tambien luego
de escapar de las rocas. Los guardias de la cocina no se molestaron en
preguntar, les abrieron el paso al ver que venian con el grupo de
entrenadores que acababan de salir. Ibaraki y Kileo tropezaron varias
veces mientras corrian entre los escombros a causa de sus heridas. No se
habian dado cuenta, pero tras ellos corria un rastro de sangre. La
mujer de los labios purpura no se molesto en seguirlos, como habian
previsto. Sin embargo, podian sentir sus ojos y los de la criatura que
habia lanzado las rocas, los observaban alejarse, perdonandoles la vida
de alguna manera.
El callejon estaba en silencio. Los
entrenadores aun esperaban que sus compañeros salgan por aquella puerta,
a pesar de que Frost estaba comenzando a ver la ruta mas practica de
escape. Nitta, por otro lado, estaba sentada en un rincon, su Minior por
primera vez en mucho tiempo, quieto en sus brazos. Para sorpresa de la
entrenadora, un destello de luz mas salio de su ropa, y una criatura mas
se puso a su lado. Era el Unown U que habia pertenecido a Julia. La
criatura se puso a su lado y acaricio su mejilla. Yannick dudo si
acercarse, pero pronto tuvo otra cosa en su mente. El Gourgeist que
habia cambiado con Ian los habia tomado a ambos de la mano, indicando
que queria quedarse con ambos. El muchacho rapidamente volteo hacia otro
lado, tratando de ignorar la situacion. Ian sonreia mirando a su
antiguo Pokemon.
-Te dije, voy a quedarme cerca de ambos, Lestibournes.-
Respondio el musico mirando al Pokemon fantasma. Yannick miro en otra
direccion y rapidamente, aclarandose la ganta y volviendo a ponerse en
la situacion en la que estaban.
-Saben.. lo que son las Estrellas Guardianas?-
Nuevamente se produjo un silencio tenso. Ian fruncio el ceño en duda,
Frost miro fijamente a su compañero, Nitta apesar de estar mas alejada
levanto levemente la mirada, lo que hizo que su Minior se acerque mas a
ella.
La puerta se abrio bruscamente. Los entrenadores se
pusieron en guardia al instante. El primero en salir fue Kileo, seguido
de Nico, Maxwell, Ibaraki, Mint y Jaime. La chica rubia estaba con
graves heridas, al igual que el entrenador de Alola. Les costaba
respirar y tuvieron que sentarse en el piso y apoyarse en las paredes,
pero estaban a salvo y de nuevo reunidos. Notaron la ausencia de
Epiphone, pero rapidamente el joven Gautier recuperando su aliento les
indico lo que ocurrio.
-E-esta a salvo.- Dijo recuperando su aliento.- Creo que...prefirio quedarse en el 4to piso...por suerte...si venia con nosotros, esas rocas....-
El joven toco su hombro, salia mucha sangre de las heridas que tenia
por los ataques de la guardadora. El grupo volvio a quedar en silencio,
pensando en lo cerca que estuvieron de caer, y sobretodo, en las
personas que habian caido en el combate.
-Syntribos. Asbetos. Smaragos. Sabaktes. Omodamos.- Recito Ian, una a una. - Esas son las contraseñas. Entonces...tenemos las cinco.
Los
entrenadores se miraron, nuevamente un silencio se apodero de aquella
noche, pero esta vez sabian que era lo que tenian que hacer. Sus pasos
resonaron en el callejon mientras se alejaban camino a la Avenida
Autumnal, rumbo a la primera fuente, donde sabian que debian colocar las
contraseñas para ingresar al Sinodo. La adrenalina corria por sus venas
con cada paso que daban, al punto que no sentian sus heridas, ni el
hecho de estar caminando por calles plagadas de gente con su ropa rota y
manchada de sangre. Mucha gente los miraba, pensando que aun se trataba
de algun disfraz de Halloween. Otros reconocian las heridas como reales
y trataban de preguntarles si se encontraban bien, pero no recibian
respuesta. Tuvieron la primer fuente frente suyo en lo que ellos
sintieron como apenas unos segundos.
El cartel de aquel lugar
indicaba que estaban en la Magenta Plaza. La fuente tenia esculturas muy
bien logradas de distintos Pokemon, pero el agua no corria como lo
hacia durante el dia, la fuente estaba apagada y la plaza era solo asilo
de algunos visitantes nocturnos solitarios que no prestaban atencion.
La fuente tenia en su base inscripciones, que podian ser unicamente
decorativas para el ojo normal, pero los entrenadores sabian que eran
una oracion, y que los azulejos que faltaban eran donde se debia colocar
la contraseña.
-Syntribos-
La
estatua temblo, un ruido metalico resono en el lugar y el agua hizo
pequeñas ondulaciones desde el epicentro de la fuente. Era la contraseña
correcta. El Unown U que aun seguia al lado de Nitta giro alrededor de
la estatua emitiendo un resplandor azulado a su alrededor. La criatura
comenzo a levitar en direccion a una calle pequeña y oscura. Normalmente
los visitantes evitaban aquellos angostos callejones de piedra, se
solian considerar inseguros al ser estrechos y oscuros incluso durante
el dia. El Unown los guio atraves del callejon y pronto descrubieron que
aquella vereda era un pasaje interno entre las cinco plazas, conectando
una con la otra por las calles internas de la ciudad, metiendose entre
edificios y barrios bajos por igual. Una a una las fuentes se abrian
delante de los entrenadores, y el Unown L y el Unown A se unian tambien.
-Asbetos-
-Omodamos-
-Smaragos-
-Sabaktes-
La
ultima fuente retumbo mas fuerte que las otras cuatro. Pudieron oir un
mecanismo poniendose en marcha. Era casi la medianoche y la noche de
Kalos estaban en su punto mas alto. Los entrenadores miraron al centro
de la Capital de la region. La Torre Prism. Sus luces iluminaban el
cielo y las palabras de Kabir resonaron en sus cabezas.
"No hay mejor lugar para esconder algo que delante de las narices de quienes lo buscan."
No
pude (ni me importó intentar) ocultar la sonrisa y el alivio al ver a
los otros salir por la puerta. Parecían haber recibido muchos golpes más
después de que corrimos. Pero estaban vivos. Y no vino nadie atrás de ellos. Jaime me sacó la duda de dónde estaba Epiphone... por lo menos ella iba a estar a salvo.
Lentamente
nos empezamos a mover, emprendiendo el recorrido. Llegamos más rápido
de lo que esperé a la primera fuente, aunque no estuviéramos corriendo.
Puede que yo haya estado muy distraído dándole todavía vueltas a las
palabras de Julia. Decidí romper el silencio una vez que nos empezamos a
alejar de la Plaza Magenta, caminando por los callejones lejos de
cualquier otra persona. Supongo que algo del lugar y ver la clave
activarse me hizo decidirme.
On court a travers les siècles, mais c’est toujours la même chevauchée We run through the centuries, but it’s always the same ride As-tu peur que la route s'achève? Are you afraid that the road will end?
-Bueno... lo que mencioné de las Estrellas Guardianas...-
Los que salieron después me miraron aún más confundidos. Traté de
recordar la explicación que había dado tantas veces. A esta altura, como
antes, el tema no era si me creían o no... había otro tipo de
reacciones que me preocupaban más. Pero no servía asustarme por eso de
antemano. -Básicamente, se dice que cada
persona nace bajo el signo de un pokemon que lo define y guía su
destino. Eso es una Estrella Guardiana. Lo pueden pensar como una
especie de horóscopo más "personal" y más.. serio. Y bueno, yo puedo
verlas.- Me encogí de hombros. -Ehm, no lo
he hecho con ustedes porque... prefiero pedir permiso para eso
generalmente, aunque no sea necesario. Lo considero algo más bien...
privado.- Sonreí, recordando quién me había enseñado eso. Creo que
cambió bastante mi vida empezar a aplicar esa perspectiva a otras cosas.
-No sé si tenga realmente que ver con lo que
Julia dijo de los astros pero queseyo... Si me dicen que sí... Al menos
sólo por curiosidad.- Me miraron sin decir nada por un momento. -Ah, la mía es un Vulpix.- dije como para empezar. -Es un zorrito de fuego.-
Mais cette course est insensée But this journey is meaningless As-tu mis un nom sur toutes les lèvres? Did you place a name on all the lips?
Todos
me dieron el ok, algunos con más interés que otros. Sentí algo de
nostalgia ante la idea ver por primera vez la Estrella de gente que
consideraba conocida, si no ya amigos. Siempre había sentido que era
algo importante, incluso cuando todavía no sabía qué eran realmente, te
puede revelar mucho sobre alguien. -Por cierto, solo puedo ver el bicho, no sé el nombre ni qué son.- Me pasé una mano por el cuello riendo un poco. -Así que vamos a tener que sacarlas entre todos.-
Sí, esa siempre me pareció la parte más graciosa. Me gustaría haber
tenido esta oportunidad en un momento más relajado pero capaz... podría
sacarle un poco el peso de la seriedad a lo que estábamos por hacer.
Intenté de no tropezar al cerrar los ojos para concentrarme en cada uno mientras seguíamos caminando.
De l’ombre ou de la lumière Shadow or light Des astres qui nous éclaire The stars who enlighten us Je marche vers le soleil dans les couleurs de l’hiver I march towards the sun in the colors of winter
Nico fue el primero que pidió, bastante entretenido con el concepto y... No tengo idea de qué es eso. -Ehm es... un roedor? Creo?- dudé un segundo. -Es un bicho grande, largo, marrón con una línea amarilla que lo recorre por arriba y por abajo. Y... dientes muy afilados.-
La apariencia desalineada era similar pero extrañamente, el pokemon me
daba una sensación de astucia y paciencia, casi como un anciano. No era
lo que esperaba en absoluto, y no estaba seguro de qué interpretar, pero
supongo que las sorpresas te enseñan mucho también.
El siguiente fue Mint. -
Viste Luvdisk, ese pez que aparece en todos lados en las decoraciones de
San Valentín? Es como una versión más grande de eso, con más aletas.- Había un cierto aura gentil en ese pokemon, y con cómo había visto al chico actuar cerca de Ibaraki, no me extrañaba para nada.
Seguí por la rubia, ya que estaba a su lado. -Oh, es el escarabajo de Sam!- sonreí. Tenía sentido, ese bicho definitivamente se reflejaba en su fuerza. Seguramente algo testarudo también.
Nitta estaba aún perdida en sus temas, pero pareció igual interesada. -
El tuyo es un insecto, creo Tiene cabeza negra y el cuerpo está cubierto
por una capa de como.. pelo y tiene tipo, confetti pegado?- No le
encontraba relación con lo que había visto de la chica, pero no sabía
nada de ese pokemon. Y la verdad, creo que Nitta es bastante reservada.
Aunque el bicho me daba cierto aire de.. potencial. Algo con lo que es
mejor no entrometerse.
Pasé rápidamente a Max. -Es un ratón gris y blanco, redondito y cubierto en pinches, pero ahora están cerrados.- "Bastante tierno",
agregué mentalmente. Eso sí que encajaba con lo que habíamos visto de
él. Definitivamente una persona que se sabía defender, pero no dudaba en
mostrarnos un lado más amable cuando sea que era posible.
Frost no parecía tan interesado, capaz todavía estaba considerando la diferencias entre nuestros poderes o algo. -Es un Oricorio.-
Lo reconocí en seguida, una de sus formas era tipo fantasma después de
todo. El ave violeta se movía en una danza lenta e hipnótica... Hasta
que cambió por una roja, con movimientos mucho más intensos. Bajé mi
vista y noté que Frost estaba mirando a Nitta de reojo. Intenté suprimir
la sonrisa antes de seguir hablando. -Es un pájaro, um... puede cambiar de apariencia, creo que depende de lo que coma.- Miré a Kileo en busca de aprobación, sabía que el pokemon era de Alola. -Violeta es tipo fantasma, y creo que podía ser rojo, amarillo y rosa, pero no me acuerdo bien los tipos.-
No era tan común ver Estrellas que cambien de forma, sólo conocía la de
Gabbie. Aunque... Ms Summers la había usado para ejemplificar cómo esos
cambios pueden dejar entrever cosas de la persona. Quién lo diría,
roomie con la Estrella más expresiva del grupo.
Volví a mirar al rubio alolense. -Es una bola de metal con un ojo y tipo, imanes a los costados y un tornillo arriba. Está tirando algunos destellos.-
No conocía mucho a Kileo pero (aunque suene como un chiste) no le iba
mal, juzgando por cómo había hablado con la bartender del club. El
pokemon me daba una sensación de... No estaba seguro cómo explicarlo,
como si buscara atraer otras cosas... Compañía? "Creo
que odio la idea de desperdiciar la oportunidad de estar con gente que
me acepta." me había dicho antes de la pelea. Puede que sea eso.
Terminé
por Ian, y apenas la vi tuve que forzarme a no dar media vuelta e irme.
Me quedé mirándolo más tiempo del aceptable y asentí lentamente.
Genial, me metí en ésto yo solo. Cómo mierda lo voy a decir sin sonar
raro. -Es... un Vulpix de Alola.- dije casi entre dientes. Realmente no estoy haciendo la situación menos incómoda con ésta actitud. -Son como los.. normales pero blancos y de hielo...- "Y siempre me parecieron más lindos." me recordó una voz en mi cabeza que tuve que pisar mentalmente. Dónde quedó ese desdén a las supersticiones ahora.
Depuis le temps que j’espère How long have I’ve wished Retrouver dans un sourire, toutes les lois de l’univers To find in a smile, all the laws of the universe
Estábamos
todos intactos, de alguna forma. Quizá no sanos (la mayoría estábamos
cubiertos en cierta cantidad de nuestra propia sangre) pero al menos a
salvo. Por ahora, hasta que nos encontremos con lo que sea que nos
estaba esperando al final de esta atracción interminable que era
Lumiose.
Cuando salgamos de ésta hay que hacer vaquita y comprarle un nuevo instrumento a este pibe, pensé mientras miraba a Ian. Se lo merece por todo lo que hizo... aunque al menos alguien ya está trabajando duro para hacerlo sentir mejor.
La
caminata a través de las plazas se sentía interminable, pero con cada
contraseña que decíamos podía sentir cómo tanto el alivio y la tensión
del grupo aumentaba. Traté desesperadamente de pensar en algo para
decir, algo que al menos pueda mejorar el ambiente y poner una sonrisa
en la cara de algunos antes de... antes de que fueramos a hacer lo que
teníamos que hacer. ¿Pero... qué? No se me ocurría nada y...
-Saben.. lo que son las Estrellas Guardianas?-
Levanté
una ceja hacia Yannick. El muchacho era... reservado, poniéndolo de
forma sútil, y escucharlo hablar a todo el grupo con esa mirada en el
rostro... no pude evitar sonreír. Siempre quise tener una charla
amistosa con el y... bueno, el resto del grupo en general, pero nunca se
había dado con todo lo que pasó. Y a decir verdad... yo tampoco había
hecho mucho esfuerzo; ya trabajaban tan bien en equipo, ¿Para qué
necesitarían que me haga amigo de ellos? Mi tarea era estar alrededor y
ayudar cuando pudiera, eso de las relaciones humanas era para ellos, no
para mí.
-La verdad nunca había escuchado de eso, pero me gusta como suena. -Le dije. -
Eso de las estrellas y el cosmos y las constelaciones... muy complicado
para mí, mucho para memorizar. Me gusta volar alto pero no tan alto...
aunque estoy curioso ahora; quiero saber cual es la mía.
Me
la describió en detalle y mientras más hablaba más... confusión y gracia
me causó todo. Un roedor... un bicho con dientes largos y lleno de
amarillo, el color que más odiaba. Aun así... supongo que había parte de
aquello que me quedaba bien. Recordé mis momentos menos honorables en
las calles de Lumiose, cómo me las arreglé como podía solamente con mi
personalidad, mi talento artístico y sí, quizá tan solo un poquito de
ratería, aunque nunca nadie me atrapó. Sabía cómo sobrevivir, era una de
las pocas cosas que sabía cómo hacer.
-Gracias che, me encanta. -Le dí una palmadita en el hombro. -No es lo que esperaba pero eso es lo que lo hace divertido.
Seguimos
caminando mientras Yannick les describía a todos sus estrellas. Nunca
lo había escuchado tan... ¿Entrado en una conversación? Era raro, pero
para nada molesto, me gustaba verlo así. Y juzgando por la forma en la
que Ian lo estaba mirando... no creí ser el único.
Aun así había
alguien que no parecía estar prestando mucha atención a nada a su
alrededor, vista perdida en frente. Me acerqué a Jaime cuidadosamente y
le puse una mano en el hombro.
-Hey, mirale el lado positivo, seguís en pie después de todo eso. Tiene que valer algo, ¿No? -Le sonreí, aunque podía ver la duda y el miedo en su expresión. -Seguro
el lugar al que estamos yendo va a ser el más peligroso hasta ahora. No
voy a decirte que es lo que tendrías que hacer pero... al menos pensá
en por qué seguís yendo para adelante después de todo lo que te pasó.
Cuando sepas eso, va a ser muchísimo más fácil seguir. -Le saqué la mano del hombro y me dirigí al frente del grupo, dándole la espalda. -Dale que hay alguien esperando que vuelvas; hay que salir vivos de ésta.
//Carisma+Empatía para hacerlo sentir mejor o algo (?// [dice]0[/dice]
Después
de tanto caminar por fin llegamos a la Prism Tower. Con tan solo pensar
en todas las veces que hice mis demostraciones en éste lugar... sí, no
había otra forma de terminar esto, la verdad. Mientras el pasaje se
empezó a abrir hice un ademán con mi chal y me cubrí en él cómo lo
hubiera hecho si estuviera en mi atuendo normal. Su peso se sintió
tranquilizador en mis hombros.
Logramos
salir, apenas, me desplomé contra una pared mientras intentaba recobrar
el aliento, Baraddur salió de su pokeball y se acercó -ya se, ya se...- nos salvamos de milagro, y por milagro me refiero a capricho de una asesina sádica.
Yannick
dijo saber algo sobre ese asunto de los astros, francamente no me
interesaba mucho, nunca me puse a pensar la idea de un signo guardian o
algo así. -El tuyo es el escarabajo de Sam- dijo mientras siguió con el resto. Eso explicaba algunas cosas.
Caminamos pesadamente por la ciudad. El ambiente se ponia peor a cada paso. -bueno, basta, me pudrí, podemos dejar de hacernos los pelotudos? - la tensión pudo con mis nervios, nunca fui de gran aguante de todos modos, pero ya no podia más -no
somos amigos, nunca lo fuimos en un principio, los que se fueron
primero y abandonaron al resto no tienen nada de que sentir culpa, si
hubiera sido al revez habria sido lo mismo- muchos me miraban con expresiones de incredulidad. Yannick fue el primero en decir algo -Qué
querés que digamos, Iba? Si pensamos en morir tendríamos que hacer
muchas otras cosas. Pero no voy mandarme una cagada como lo he hecho
antes.- se reia levemente, parecia nervioso -[/i] Preferiría
intentar salir del Sínodo y tomarme las cosas tranquilo. Dejar de solo
intentar sobrevivir, no? Me parece que vos lo merecés sobre todo. Y creo
que sí, somos algo como amigos, o al menos así los considero. Me
preocupo por ustedes aunque no pueda hacer mucho la mitad de las veces. A
pesar de todo, disfruté su compañía esta ultima semana.[/i]-
-mejor confesarnos ahora, antes de que nos maten en el sinodo, y hablando de confesiones- tomé aire y valor para seguir -Mint...
me gustás, se que no es el momento, y despues de lo que dije no hay
forma que yo te guste, pero queria decirlo antes de que sea tarde-
seguiamos caminando, me costó todo lo que tenia decir eso, por lo que no
pude mirar al joven a los ojos, solo bajé la mirada y comencé a caminar
de nuevo.
---------------------------------------------------- Jugoso juanpi post intersect ----------------------------------------------------
Seguimos de fuente en fuente, cada una acercandonos más y más al punto sin retorno -jamas
tuve amigos, Baraddur es mi hermano, nos cuidamos mutuamente durante 10
años, no inicié mi viaje pensando en conseguirlos, pero mejor
aclarémoslo, cuando entremos al sinodo, tal vez no salgamos vivos, como
vamos a entrar? - mirabamos a la Prism Tower. -Como extraños... o como amigos?-
---------------------------------------- Peleando con pantalla tactil. Puede haber error de copypaste
El
salir fue mas facil de lo que pense ella nos dejo libre tras salir
estaba cansado y kaeru y mina saliero de sus pokeball mina me daba aire y
kaeru me revisaba las heridas.
En eso ibaraki dijo de manera inesperada que no era amigo de ellos y se me declaro y dijo que no la aceptaria por lo que dijo. Se
empezo a alejar con pena tras lo que dijo la frene agarrandole del
hombro y la di vuelta -Tambien me gustas- mi corazon latia tan fuerte
que mis nervios y miedos eran callados. - no me interesa lo que
dijiste ser honesta sobre lo que piensas esta bien -la mire nervioso y
con miedo -tu me gustas por tu fuerza y tu dulzura por lo espontanea y a
veces explosiva de tu personalidad eres unica y eso me gusta- la
miraba con dulzura mientras le acariciaba la mejilla - tu me gustas seas
como seas, hagas los que hagas yo te quiero- tartamudeo un segundo y
ahi la bese. - rezando que la respuesta no sea una piña aunque ahora
podria morir en paz- Pero senti que me devolvio el beso.
Avansamos por la ciudad activando las fuentes tras concretarlo avansamos hacia la prism tower en eso pregunto ibaraki -Como extraños... o como amigos?- Y yo tome su mano.
Levanté
un poco la cabeza al escuchar la pregunta de Yannick. Sí, sabía lo que
eran las estrellas guardianas, había leído sobre ellas en su momento,
cuando era pequeña. No me había interiorizado mucho en el tema, era algo
complicado y lejos de mis capacidades. Le clavé la mirada cuando dijo
que podía verlas, pero luego la aparté. No era algo en lo que debiera
meterme, ya no. Cuando el resto salió sentí... un cierto alivio. Pero
no era el que esperaba sentir. Simplemente me puse de pie con Galahad
todavía en brazos y ahora con Urien en el hombro, y a eso me limité. No
hubo saludos, ni abrazos, ni alegría, ni nada que podría esperar de mi
misma. Observé que estaban heridos, con rastros de sangre, pero
enteros y con vida, y era lo que importara, supongo. Me miré a mi misma,
algo sucia, pero casi intacta. ¿Por qué era la única que no había
salido gravemente herida en ningún momento? Incluso ahora. Galahad
emitió algunos sonidos... asumo que para distraerme. Debía imaginarse lo
que estaba pensando.
La conexión que tenía con Galahad era... única, y no podía esperar menos, luego de todo.
Lo apreté contra mi cuerpo. Él flotaba un poco, pero se dejaba
manipular. Seamos realistas, no podía cargar una piedra de 40 kilos por
mi cuenta. -Vamos -dije, y comenzamos a avanzar.
Me pregunté
más de una vez qué era lo que había provocado a Urien salir por su
cuenta. ¿Qué conexión tenía con las fuentes? Quizá... estaba impulsado
por las esperanzas de encontrarse con Julia dentro del sínodo. Cierto,
él no era “mio”. Probablemente en poco tiempo tendría que despedirme de
él. Otro más...
Me encontraba mirando el suelo para cuidar mis
pasos cuando sentí la mirada de Yannick sobre mi. Ah, parecía que me
tocaba. Escuché su descripción. Por fin una muy pequeña sonrisa se
esbozó en mi rostro, pero inmediatamente desapareció. Me recordaba a mi
misma, especialmente de pequeña. -Es un spewpa -comenté mirando al
frente, sin voltearme un segundo- no sé mucho... pero por su evolución
lo estudiamos en la academia. Era un insecto muy particular que no
dejaba a otros que se le acercaran o dañaran con la suerte de capa que
le cubría. ¿Potencial...? Si hubiese tenido el potencial que deseaba en
aquel momento, probablemente no estaría con el grupo, ni... ladeé la
cabeza. Recordé a Kyria, con su peso descansando sobre mi cabeza. A
Omolon, que a pesar de ser un poco antipático sabía que se encontraba
atento. Y a Galahad. Sin él no sería quien soy yo ahora.
Me
detuve, sentí los pasos de los demás detenerse. Ibaraki no parecía estar
cómoda con la situación en la que estábamos. Ser amigos o no... tenía
sentido. Podíamos llevarnos bien, y tal como dijo Yannick, la compañía
en la última semana había sido agradable. Pero no me salió decirlo. En
cambio... miré para otro lado en lo que ambos hablaban. Ibaraki una vez
más me estaba demostrando que era bastante madura para su edad. Quizá
había hecho mal en preocuparme por ella tantas veces. -Amigos...
-comenté en voz baja, no estaba segura de si realmente me habían
escuchado- Luego de que entremos al Sínodo... lo dudo -sentencié. Al
final de cuentas, originalmente nunca me había interesado... Galahad se
sacudió en mis brazos- Perdón. Pero... de verdad lo creo. El estar con todos había mantenido mi mente distraída, pero por debajo, seguía uniendo cabos.
La
confesión de Ibaraki me tomó un poco por sorpresa, debíamos darle su
espacio, así que les di la espalda y seguí avanzando, alejándome del
grupo. -No hay espacio para las amistades ni para el amor aquí. Ah
-me detuve en seco y me di vuelta- ¿Qué es lo que quieres? -tenía a
Frost detrás mío. Le clavé la mirada con seriedad, casi intimidante-
Noté que me vienes mirando desde hace un rato. Así que... -me quedé en
silencio unos segundos. Necesitaba distraerme. Y además... -
aprovechemos. Quiero preguntarte algo -comencé a caminar, esperando a
que me siguiera para responderme- ¿Por qué odias tanto a Bryce? Es algo
inoportuno, pero ¿sabes?, creo que una vez que entremos al Sínodo, ya no
será lo mismo y no podré saber cosas que me interesan -solté una
pequeña risa desviando mi mirada, tal como lo había hecho al escuchar
las palabras de Julia hace largos minutos. Le sonreí, pero difería
totalmente de las sonrisas que había entregado al grupo durante los
últimos días. Aquella Nitta simpática, alegre, esperanzada, aquella
que animaba al resto no estaba allí. En cambio, parecía ser alguien que
se reía de sus propias desgracias, con ironía, aceptando su destino, que
se alejaba mucho del que deseaba. Porque estaba convencida de que otra
cosa no le quedaba hacer.
Dime. ¿Acaso notaste en aquel momento
el viento que se enredaba alrededor de mi cuerpo? Tal como la capa del
spewpa, me rodeaba para protegerme, me acariciaba para consolarme. Las
ignoré por completo en aquel entonces. Y a pesar de que no lo
deseara, ellas también se acercaron a tí, querían acariciarte, tomarte,
obligarte a que me abrazaras. Qué débil que era. -Ah -comenté de la
nada misma- Creo que comencé a quererte. Qué inconveniente. -dije como
si no fuera algo relevante, como si fuera algo trivial y que se dice
todos los días, sin darle mucha importancia. Me di vuelta y emprendí mi
camino hacia la torre, llevándome conmigo las brisas que me rodeaban y
deseaban expresarse por mi.
El
resto del grupo había logrado también escapar de la mujer, por el
estado en el que habían quedado algunos seguramente esa había sido la
razón por la cual nos habían dejado seguir, estábamos muy heridos,
realmente no se cuanto podíamos luchar contra el sínodo en este estado.
Comenzamos
a caminar por la ciudad mientras terminábamos de poner las contraseñas
en las distintas fuentes, la gente cada tanto reaccionaba al vernos
heridos, después de todo no era una imagen habitual ver personas
lastimadas caminando por la calle. Tuvimos mucha suerte que no nos
parara un oficial de policía, lo cual me hace dudar en qué tanto estará
metida la policía en esto.
-Saben.. lo que son las Estrellas Guardianas?-
Mire
fijo al muchacho, saber? Podría darle cátedra por tres días sobre ese
tema y no terminaría de explicarle ni un cuarto de lo que se. Mi vieja
hablaba todo el tiempo sobre ellas, cómo nos influencian en la vida y
blablaba. Nunca había prestado mucha atención al tema realmente no era
lo que más me interesara hablar, por lo menos no ahora, cuando era chico
era otra cosa. Recuerdo haber dibujado varias veces mi estrella
guardiana, un pájaro fantasma de alola con la capacidad de cambiar de
acuerdo a lo que come, “En tu caso cambia de acuerdo a lo que sentís,
nicky” me explico mi vieja en su momento. Roomie comenzó a darle la
explicación estándar al resto, mucha atención no le presté, la mayoría
de eso yo lo conocía. -Es un Oricorio.-
Dijo el muchacho mientras se dirigía a mi, asentí con la cabeza para
luego mirar a hippie, estaba bastante distraída últimamente desde que
salimos del lugar.
Ibaraki interrumpió el cómodo silencio con
una especie de reproche, qué carajo le pasaba? Realmente deje de
prestarle atención en cuanto Roomie se encargo de calmarla, casi pierdo
la vida unos minutos atrás, no voy a parar para contemplar quien me va a
invitar a su fiestita de cumpleaños y quién no. Y ahora se esta besando
con el mint, terapia urgente para esta chica. Como vamos a entrar al
sínodo? Una parte de mi quisiera gritarle simplemente “Por la puerta
vamos a entrar y rogar de no morir” Pero no, aun valoro la poca salud
que me queda.
No me había dado cuenta que estaba siguiendo a la
hippie hasta que ella me paro con su pregunta. Que es lo que quiero?
Mmmm buena pregunta, recuperar mi trabajo, no morirme esta noche y si es
posible unas vacaciones que no terminen como estas últimas. También
medias, uno nunca tiene suficientes. La chica siguió hablando esta vez
involucro al oso menos favorito de mi vida, Bryce, mi detestado pokemon.
Suspire mientras me llevaba una mano a los ojos, este lado de la hippie
era distinto, más seco quizás, no a mi nivel pero si cercano. -Es una larga historia.-
me agache para sacar al pequeño oso de su pokeball, levante a la
criatura y busque entre su pelo, cerca del cuello. Viejos hábitos nunca
mueren. -Bryce no es realmente mio mio, podría decirse que es parte de un programa de “rehabilitación”.- No se cual de los dos debía rehabilitarse, si yo o él. Tome los documentos que había robado y se los devolví a la hippie. Su
anterior dueño lo usaba para robarle a los incautos que cayeran ante su
aspecto de inocente, cuando yo era un oficial de la policía varias
veces me los cruce y arreste.--
/Flashback/
-
De nuevo estos dos?- Se quejo Frost mientras contestaba una llamada en
la radio sobre unos ladrones, era la pareja habitual de siempre, un
hombre de 30 años y su pokemon, un cubchoo. Solían robarle a la gente en
la plaza, el oso efectuaba los robos mientras su dueño los distraía con
alguna especie de espectáculo callejero. Esta vez, juegos mentales
según habían dicho las denuncias, el oficial soltó un suspiro mientras
se dirigía al lugar caminando, había estado haciendo rondas a unas
cuadras del lugar cuando le advirtieron de ellos. -Como los
odio.-Siempre era lo mismo con esos dos, robaban pero eran tan idiotas
que se dejaban atrapar, luego salían en libertad y comenzaban de nuevo
No
fue muy difícil encontrarlos después de todo no es muy complicado
encontrar a alguien en una ciudad tan chica como esta. Y mas aun cuando
el pokemon ni siquiera es de la zona. -Ey, ustedes dos.- Grito el
oficial cuando los vio, casi tenía ganas de matarlos a los dos, el dueño
se había puesto una especie de turbante sobre su cabello marrón y la
criatura llevaba una capucha de color violeta, en el suelo había
colocado una caja con un mantel negro y una bola de cristal como si eso
le diera un aire más místico, dos idiotas a cuerda básicamente. Los dos
saltaron al escucharlo, ya a esta altura uno esperaría que se hubieran
acostumbrado de una vez que iban a terminar presos. -Oficial! Como esta?
Sigue soltero?- Preguntó el hombre tratando de sonar como si fuera la
cosa más natural del mundo.
-Recibimos una llamada sobre unas
personas robando a turistas en esta zona.- Comento Nicholas mirándolos
fijamente, a esta altura de la vida estos dos eran casi conocidos para
él.- Se imaginaran mi sorpresa cuando la descripción coincidió con
ustedes dos.- El hombre fingió sorpresa junto con su pokemon, siempre
era el mismo acto, con distintas formas pero con el mismo final.- Yo
solo estoy aca ofreciendo mi humilde espectáculo y tratando de ganarme
la vida, es más por que no le hago una demostración? Dejeme que le
muestre mis poderes mentales, piense en un número!- Dijo mientras
intentaba ganar tiempo para pensar como escapar, Frost sonrió mientras
colocaba sus manos sobre la caja que utilizaba de mesa. –Por que no
invertimos el espectáculo un poco? Pensa en cuantos días de cárcel vas a
tener después de esto.- El muchacho levanto la caja revelando las
multiples billeteras y bolsos de distintos colores y formas. -Ta-da?- el
hombre levanto sus manos como intentado argumentar inocencia mientras
su Cubchoo se reía. -Pone las manos donde las pueda ver, estas
arrestado, por 5ta vez.- El hombre estiro sus brazos sonriente mientras
el oficial le colocaba las esposas-
-De verdad nunca entiendo por
qué sonreís cuando te arrestamos, ya llevamos 5 veces desde que yo
estoy en esta ciudad, por lo menos yo.- Dijo Nicholas mientras esperaban
el patrullero, no debía de tardar más de 5 minutos en llegar, después
solo era hacer más papelerío por estos dos. El tipo siguió con la misma
expresión pero sin responder, no era la primera vez que se lo preguntaba
y jamás respondía nada, excepto hoy. -Vera mi querido Frost, estoy
preparando mi gran acto, uno que va a dejar sin palabras a esta ciudad y
quizás usted me asista, después de todo es mi oficial favorito.-
Respondió el sujeto justo cuando el patrullero se estacionaba frente a
ellos. “Loco” pensó para si mismo mientras los otros oficiales se hacían
cargo del tipo.
/Fin del flashback/
-
No voy a entrar más en detalles, solo voy a decir que este bicho fue
encajado a mi para que lo cuide después de un incidente y antes de ello
lo arreste mucho, es natural que no nos llevemos bien, estuvimos en dos
lados opuestos mucho tiempo.- Termine de explicar. La chica del minior aun parecía estar enfrascada en su propio mundo raro, debería preguntarle qué le pasa? –Ah, creo que comencé a quererte. Qué inconveniente. – Soltó
ella de la nada mientras daba vuelta y caminaba hacia la torre como si
nada hubiese pasado. Bryce y yo nos miramos por unos segundos sin
entender lo que había pasado, qué le estaba sucediendo a hippie en este
momento? Sacudí la cabeza mientras miraba al suelo, para bien o para mal
no podía ocuparme de ese asunto en estos momentos, quizás sea algo
personas que ella tendrá que resolver por su cuenta o me pedirá ayuda en
su momento. –Son los lentes Bryce, nadie se resiste a ellos.- Dije mientras lo guardaba.
Retome camino hacia la Torre, esto solo se va a poner feo. Julia, los
guardadores, el sínodo, todos juntos estas misma noche para realizar una
ejecución. Hoy quizás sepamos de qué se trato todo el asunto de una vez
por todas.