-
Así que mi estrella es un ratoncito gordo, bueno cuando era chico era
gordito, eso puede explicarlo- me rei un poco, no era que no lo supiese
mi maestro siempre me golpeaba cuando caia y me repetía “levántate rata
gorda que no terminamos todavía”, pero no iba a decirles eso ni muerto.
A
medida que avanzabamos por las fuentes veía como mis compañeros sufrían
por sus heridas, debía mejorar mis habilidades pronto, o alguien iba a
morir seguramente, intente de nuevo la técnica que venía practicando
hace semanas, mi mano brillo y formó una pequeña bola de energía, esta
se disipó nuevamente, pero desde que había luchado con sam cada vez que
lo intentaba se volvia un poquito mas grande, ya faltaba poco.
Me acerque a frost e intente de nuevo tratar sus heridas.
//cure minor wounds// [dice]0[/dice]
-
Disculpa, es todo lo que puedo hacer por ahora- todo mi cuerpo
transpiraba, era como la décima vez que intentaba transferir mi energía
en el dia y todo mi ser lo sabía.
“Recorda rata, los médicos vivimos para los demás y morimos para los demás”
Finalmente
llegamos al sínodo en una pieza y ya no había duda en mi mente, si
encontrábamos al que estaba detrás de todo este sufrimiento, no iba a
dejar que escapara, si salimos vivos por supuesto.
Vi como Mint e
Ibaraki compartían un beso y sonreí, es lindo que en la situación en la
que estamos, por lo menos haya un espacio en el que pueda surgir amor; y
parecía que Frost y Nitta iban por el mismo camino, pero no querían ser
sinceros con ellos mismos. Siempre me pregunte, porque no podemos ser
como cuando somos niños, hacer amigos era solamente acercarnos a
preguntar “¿queres ser mi amigo?” y asi tambien cuando te gusta alguien
decirle “me gustas”, tenemos que pasar una serie de “barreras” sociales
para poder ser sinceros con nuestros propios sentimientos, creo que
seriamos mas felices si pudiéramos hacerlo.
-Se que solo pasamos
una semana juntos, y por ahi “amigo” es una palabra fuerte para algunos
Ibaraki, pero vivimos tantas cosas- recordé el colectivo, el río,
halloween, la pelea con samuel…- que siento que hubiesen sido meses,
nos preocupamos los unos de los otros y me han salvado la vida en más de
una ocasión, si eso no es lo que hacen los amigos, ya no se lo que
son…- mire mi hombro vacío, Salem te extraño, después de todo, sos mi
mejor amigo - Pero puedo decirles una cosa, no importa lo que esté ahí
dentro, siempre voy a estar ahí para tratar cada raspón, corte, esguince
y herida que tengan.
El
viento de la noche nunca se sintió tan revitalizante, lo que era un
decir nada más ya que estaba muy MUY herido. En una escala del 0 al 20,
era un 15. Fue agradable salir de ahí, aunque me daba una rara sensación
el que no nos siguieran. ¿Qué pretendían? Me reuní con el resto que
parecían... sanos, al menos. Decidimos ir a las fuentes a utilizar las
contraseñas. Caminábamos lento porque muchos estábamos lastimados. Fue
una gran elección la de la camisa roja, los manchones de sangra casi no
se notaban, aunque estaba un poco rota. Yannick pregunto si sabíamos lo
que son las estrellas guardianas y contó que él podía verlas.
Honestamente me intrigué bastante por un aspecto mío que no sabía que
tenía. Fue pasando por todos. Cuando llegó al Oricorio y habló sobre su
naturaleza, me miró buscando aprobación y yo asentí. Al llegar a mi dijo
"Es una bola de metal con un ojo y tipo, imanes a los costados y un tornillo arriba. Está tirando algunos destellos".
"Magnemite es lo único que coincide con algo así" pensé. Debe ser por
mi personalidad magnética, mi eléctrica actitud y mi voluntad de acero,
obviamente.
- No quise interrumpirte antes, Yannick, pero creo
que sé que bichos son los de los demás: Por lo que dijiste, el de Nico
parece un Gumshoos y el de Maxwell creo que es un Togedemaru. Son
oriundos de Alola también, por eso los tengo estudiados. El de Mint creo
que es un Alomomola que es de Unova pero anda por las costas de mi
región. Está lleno de peces por ahí. - agregué para aportar algo de
información en algo que parecía tan esotérico. No se por qué no dije
nada de mi estrella. Creo que a veces soy muy hermético.
Continuamos camino hasta que Ibaraki explotó. Terminó diciendo "Cuando entremos al sínodo, tal vez no salgamos vivos, cómo vamos a entrar? Como extraños... o como amigos?" Escuché las respuesta de los otros y sonreía por lo bajo.
-
No hace ni una semana que me conocen a mí y dudo fuertemente que alguno
pueda deletrear con seguridad mi apellido, pero acá estamos, todos
juntos. No es un paseo por un parque de diversiones o un picnic con
amigos, pero es algo en lo que decidimos meternos (yo mas que nadie) y
es por algo que vale la pena. Yo confío en ustedes, aun sin conocerlos
casi nada, aun sabiendo que nos ocultamos algunas cosas, y lo hago
porque están arriesgando su vida por algo que saben que es lo correcto.
He conocido gente durante años y nunca entablé una amistad y, con otros,
me hice amigo a los diez minutos de conocerlos. No es una amistad
normal la que nos une, pero el destino nos juntó para algo y ahora este
grupo es lo más cercano que tengo y, creeme, que voy a arriesgarlo todo
para que salgamos todos vivos de ahí. ¿Eso te basta como respuesta, Iba?
Todo
la confesión previa de Ibaraki y Mint fue... no se, algo feliz. Me
causó un poco el cuestionamiento de Iba sobre los lazos que nos unen ya
que ella era la muestra pura de que eran muy fuertes. Como Ian y Yannick
(y sus vulpix). Como Frost y Nitta... Los veía hablando. Frost había
liberado a Bryce y no se porque, pero tenía la sensación que una brisa
envolvía a la dama del Minior, brisa que intentaba llevarse al dueño del
oso cuando esta dio media vuelta en dirección a nuestro destino final.
Sera que... La chica se alejó y justo con ella la capa de vientos
arremolinados. No puede ser tan ciego. Me acerqué hasta el sujeto de los
lentes negros.
- "Hoʻopiʻi", "lapuwale", "hilahilaʻole". Aprendete esos términos, te definen bastante bien. - le dije casi frustrado, mientras veía a Nitta alejarse.
El
aliento de los entrenadores dibujaba nubes en la fria noche de Lumiose a
medida que corrian entre los callejones. La situacion les parecia casi
surreal mientras avanzaban entre las calles empedradas con sus zapatos
resonando y sus heridas aun abiertas. Sus ojos al borde un llanto
inconciente ardieron con la luz de la titanica estructura de la Prism
Tower delante de ellos. Casi 300 Metros de alto, la estructura mas alta
de la region y por 40 años la mas alta del mundo entero, iluminando la
noche fria de la Capital de Kalos. Uno a uno los entrenadores dejaron de
correr al pasar por delante de los reflectores que iluminaban la torre.
El calor de aquellas luces quemaba la piel y sus heridas abiertas, pero
eso no los detuvo, y caminando uno a uno se pararon frente a la cara
principal de la torre.
-Es...aca.-
No escucharon quien dijo aquellas palabras, pero tampoco les importo.
Las estrellas se apagaban con las luces de aquellos reflectores
quebrando la oscuridad de Lumiose.
-La proxima, nos juntamos en la casa de alguno, les parece?-
Dijo Ian luego de mirar a sus compañeros. Estaban cansados, heridos y
sin aire. Pero no pudieron evitar sonreir recordando aquella noche en
el autobus que compartieron en la lodosa ruta.
Ibaraki y Mint
estaban de la mano, luego de las palabras de Nitta un nuevo silencio se
apoderó de la noche. Ian miró a la entrenadora del Minior, y pasar de
que no había hablado mucho con ella durante el viaje le sonrió con
confianza.
-Yo también dudo que
seamos...amigos. Somos más bien...gente que no se eligió uno al otro
pero estamos juntos en esto. Es casi como una...familia, no?- El chico sonrió y luego miro a Yannick.
Los
pasos resonaron en el empedrado. Cruzaron la reja de casi dos metros
que habia separando el area turistica de la plaza, nisiquiera notaron el
metal rozando sus heridas cuando treparon. El gimnasio solía estar
repleto de gente y varios turistas, pero era casi media noche y el lugar
estaba desierto, era una visión espectral. No sabían donde exactamente
dónde se podía encontrar la entrada a aquel lugar, pero se adelantaron
hacia la entrada principal. Delante de aquella puerta de vidrio habia
una pequeña plaza con bancos y en el medio una fuente.
-El mejor lugar para ocultar algo es delante de las narices de quienes lo buscan...-
Murmuró Ian mirando la estatua con el logo de la Liga Kalos. La fuente
estaba vacía, y en la base pudieron ver cinco luces en los azulejos del
piso. Roja, Magenta, Amarilla, Azul y Verde. En el medio, podian ver el
motivo por lo cual la fuente estaba seca. Una puerta trampa de casi un
metro se habia abierto en aquella fuente, por donde seguramente habia
escapado toda el agua una vez que las contraseñas activaron el
mecanismo. Dentro de aquel hueco no habia luz, pero sabian bien que era
donde tenian que ir. La entrada al Sinodo estaba del otro lado y justo
debajo del lugar mas visitado de Kalos.
Todo
el sonido de la capital, las luces, la gente y la musica se apago
cuando pusieron un pie bajo aquella escalera de piedra fria y humeda.
Estaban entrando en otro mundo, en otro plano muy lejano a la ruidosa
Lumiose. Sus pasos se perdieron, y por un aterrador segundo dejaron de
verse uno al lado del otro por primera vez en varios dias. Por primera
vez en dias sintieron ser tragados por la oscuridad y estar solos.
Sintieron frio y escucharon el correr de agua, y luego de varios minutos
que parecieron horas de encierro y falta de aire, pudieron ver a lo
lejos una serie de luces. Velas, de luz calidad que reflejaban extrañas
sombras en las paredes de aquel laberíntico y cavernoso pasillo.
La
vision se ajusto a aquel cambio de luz, y se vieron saliendo de un
pasillo que se ensanchaba con cada paso, cruzando un gran umbral de
piedra con varias inscripciones. Los reconocieron al instante, eran
Unowns tallados en las piedras. El Unown U, A y L danzaron alrededor del
grupo emitiendo una tenue luz celeste. La vision se fue aclarando y lo
que los entrenadores descubieron tras cruzar el umbral los dejo con la
boca abierta y sin palabras.
La penumbra azulada fue
describiendo distintas siluetas de estatuas de criaturas maravillosas
custodiando un corredor que desembocaba en un balcon. Estaban en un piso
muy elevado, y al mirar con la luz de los candelabros que llenaban el
lugar de una luz naranja vieron que se encontraban en un piso muy
elevado, y en el fondo de aquel lugar desembocaba una sala circular
donde una autentica basilica de tinieblas yacia bajo una cupula
acuchillada por aces de luz que pendian desde lo alto. Un laberinto de
corredores y estanterias repletas de libros ascendia desde la base hasta
la cuspide, dibujando una colmena tramada de tuneles, escalinatas,
plataformas y puentes que formaban una gigantesca biblioteca de
geometria irreal. Salpicando los pasillos de aquel laberinto se podian
ver distintas figuras de angeles y criaturas de leyenda. Los pasillos y
tuneles superiores, donde los entrenadores aun estaban parados,
boquiabiertos y admirando la monumental estructura, estaban vacios, pero
en la base de aquel lugar, se podian ver cientos de figuras diminutas
congregadas en un semicirculo. Todos ellos observando a un estrado donde
cinco personas mas reposaban, una en lo alto, acompañada de otras dos
de cada lado. Los que mejor vista tenian pudieron distinguir que las
personas congregadas eran Guardadores con tunicas mucho mas simples que
las de los que habian conocido, eran seguramente simples acolitos. Los
que estaban en los estrados por otro lado, tenian el porte y la ropa de
gente de alto rango. No les sorprendio que en el lado izquiero de la
persona que estaba al centro, estaba sentada la lider de Gimnasio de
Anistar. A su lado tambien habia un hombre con un Pokemon a su lado, una
criatura alada que ya habian visto antes en los callejones de Lumiose.
El Noctowl de aquel Guardador miro hacia diez pisos arriba, clavando su
mirada en los entrenadores, para luego volver a mirar a los acolitos
que tenian delante.
-Alyara. Conocida en el mundo exterior como Julia Arquembourg.-
Dijo la figura en el estrado superior. Una mujer con su cabello
arreglado en dos rodetes adornados con joyas, era una mujer mayor pero
no por eso menos hermosa. Y aterradora. - Actualmente
en las catacumbas con sentencia de encierro. El Sinodo solicita su
ejecucion por diversos crimenes contra nuestra sociedad. Contra nuestras
creencias. - Un murmullo se apodero de la sala inferior de aquel lugar.
“La próxima, nos juntamos en la casa de alguno, les parece?”- dijo Ian
No
podía evitar pensar que quizás no volviéramos a ver la luz del día una
vez que entremos en aquella boca de lobo. Pero entonces Yannick hablo.
“Cuando
salgamos- dijo enfatizando en la primera palabra y se acercaba a las
escaleras- los invito a todos a comer a algún lado decente. Después de
eso, cada uno puede seguir con sus cosas”
Era verdad, íbamos a salir bien, sanos y salvos, lo creía, tenía que creerlo.
-Solo, si de me dejas invitar las cervezas- le dije con una sonrisa. La
entrada al Sínodo, se veía como la puerta hacia otro mundo por alguna
razón, miedo, emoción y desesperación. Eran algunas de las emociones que
me oprimían el pecho, por eso sabía que esta vez iba a funcionar,
porque había gente a la que quería proteger, gente importante para mi.
La
bola de luz se creo en mi mano, amarilla y cálida, como un pequeño sol
que ilumina una tarde fría. Aquella calidez que compartiamos, cada vez
que subíamos a la torre de radio, para disfrutar los últimos rayos de
luz del día en Golderod.
El gran corazón de Yannick, la fuerza
de Ibaraki, la ingenuidad tierna de Mint, el positivismo y humor de
Nico, el carisma envolvente de Kileo, el altruismo de Frost; aunque no
quiera admitirlo; la bondad de Nitta y la humildad de Ian. Y Jaime.
Todos esos sentimiento invadieron mi cabeza sin pedir permiso y se
quedaron.
Aplaste la bola entre mis manos y una cúpula empezó a
surgir desde donde estaba, con los mismo colores y calidez de aquel
atardecer en Goldenrod, que nos envolvió a todos y comenzó a sanar las
heridas del grupo.
-Estos son mis sentimientos hacia ustedes y mientras estén dentro nunca van a estar solos- les dije con una sonrisa.
[url]//Healing field//[/url]
//cuanto cura?// 1-2=1 etc [dice]0[/dice]
Finalmente
entramos, cada paso que dábamos hacia que me faltara el aire, era un
ambiente sofocante y después de pasar por un umbral y varias estatuas de
pokemon que jamás había visto, llegamos a un balcón que daba vista a
una inmensa biblioteca.
La cantidad de libros que había era
impresionante, quería sentarme a leer ahí por años, ¿quién sabe qué tipo
de tratamientos médicos ocultos se encontraban en esas hojas?, ¿cómo
podía ser que esta gente privara el mundo de estos conocimientos?, pero
abajo del todo un juicio se estaba celebrando, nada más ni nada menos
que el de Julia, así que esto era a lo que se referian los guardadores…
-Esperemos quiero saber que dicen, les dije a todos.
No
pude decir nada; ni siquiera hubiera sabido que palabras usar una vez
que el Doc se giró a mirarnos y empezó a hablar. Había una calidez en su
voz que podía sentir era para todos nosotros; sin excepción alguna.
Mirando hacia atrás; ¿Acaso no era él el que siempre estaba ahí para
nosotros? Sin quejarse, sin juzgar, sin ninguno de los melodramas que
todos los demás amábamos tener de vez en cuando, armado con su botiquín y
esa sonrisa despreocupada que, no me avergonzaba admitirlo, avergonzaba
la mía.
¿Cómo podía ser que nunca lo hubiera notado antes?
Los bordes de mi chal se movieron
imperceptiblemente, mi propio viento susurrando una nueva melodía en
mis oídos. Una canción cálida y reconfortante; una canción de victoria.
Cerré las manos, formando puños, y me giré hacia el resto con una
sonrisa tan fácil que ni me di cuenta que la había formado.
-Creo que la respuesta acá es fácil, ¿No les parece? -Hablé en voz baja, pero lo suficiente para que me escuchen.
-Hagamos lo que yo sé hacer mejor; encontrar un buen atuendo. Puede ser
que haya algún lugar acá cerca donde guarden esas túnicas de
Guardadores; si las encontramos podríamos bajar sin que nos noten.
Mirando
hacia abajo, hacia donde aquellos cinco estaban, noté los ojos del
Noctowl en nosotros. Aún escuchando los dulces susurros del viento, le
sonreí y le guiñé un ojo. Mientras haya al menos un espectador tenía que
asegurarme de dar un buen show.
-Vamos, seguro Julia nos está esperando. -Dije, mi voz llena de confianza. -Hora de darles a esta gente un buen espectáculo, cortesía de los grandes Unknown.
//Percepción+Detección para buscar eso que dije// [dice]0[/dice]
Mientras
bajabamos, Maxwell hizo algo, dijo que eran sus sentimientos hacia
nosotros, y una cúpula nos cubrió, al instante sentí como algunos
raspones y moretones comenzaban a sanar,
me arremangué la blusa pudiendo ver como algunas heridas desaparecian,
pero por supuesto, esas marcas seguian ahí, posiblemente porque ya eran
cicatrices de tantas veces que habia pasado, a esta altura deberia
llamarlo habilidades, aunque no tenia control sobre ellas.
Logramos
llegar al Sinodo, luego de tanto sufrimiento, pasamos por un camino muy
raro luego de las escaleras, era impresionante, esperaba alguna forma
de calabozo o laverinto de rocas pero el lugar era todo lo contrario era
como si... -No pareciera que estemos bajo tierra-
Comenté por lo bajo, viendo el panorama ante nosotros. Luego noté que
estabamos sobre lo que parecia un balcón, el cual era mucho más alto que
cualquier lugar donde habia estado antes, la sensación de estar tan
arriba del suelo era casi abrumadora, no podia distinguir nada de lo que
ocurria abajo pero podia darme una idea de que habia mucha gente -Para qué mantienen en secreto un lugar al que parece ir todo mundo?-
Me
alejé del balcón antes que alguien notara que estabamos ahí, dudaba que
fuera posible dada la altura. Tomé mis cosas y revisé rápidamente,
tenia casi lo mismo que cuando salimos de la casa de Ian camino al club
nocturno, y las pokeball de Baraddur y Mavis, los pokemon en su interior
me miraban y parecian estar contentos, en especial Mavis, sabia que
habian escuchado y tal vez visto el momento en que le dije a Mint lo que
sentia, mi corazón comenzó a latir más rápido mientras acariciaba mis
labios recordando su respuesta.
Sacudí la cabeza tratando de
depejarme un momento, no negaba la alegria que sentia, pero no era el
momento, no pasamos por un infierno solo para quedarnos acá, teniamos
que llegar con Julia y salvarla. Podia escuchar voces abajo, y llegué a
distinguir que hablaban de Julia, pero no pude escuchar bien todo el
discurso. Maxwwell intentaba escuchar mejor mientras otros buscaban
cosas alrededor
No
hubo el tipo de comentarios que temía, por suerte. Nadie diciendo que
el concepto era tonto o la suya era chota o por qué yo tenía esa
habilidad y a quién mierda le importaría realmente. Aunque hubo
reacciones bastante variadas. Lo sepan o no, solo hicieron a cada uno
brillar más.
Algo como amigos dije, sí, aunque sea temporalmente.
Arceus sabe que no soy bueno manteniendo amistades a la larga... O nada
a la larga, para ser sincero. Pero si pudimos pasarla bien un rato, en
medio de todo este quilombo... es lo mínimo que nos debíamos permitir,
no? Al menos Ibaraki y Mint parecían haber encontrado algo reconfortante
en el dramatismo.
Le devolví a medias la sonrisa a Ian. Seh, no me iba a mandar otra cagada.
Cuántas
veces me dijeron que solo servía para llevarme bien con gente en los
malos ratos? A veces en serio dudaba si podía estar en paz sin intentar
arreglar algo, sin embargo... Miré el agujero a la mitad de la fuente.
Ninguno parecía seguro de avanzar ahora.
-Cuando salgamos- enfaticé la primera palabra mientras me acercaba a las escaleras, -los invito a todos a comer a algún lugar decente.-
Recordaba un par de locales baratos de cuando viví acá y no tenía
energía para cocinar, el que hacía viandas de cocina típica de Hoenn era
bueno. -Después de eso, cada uno puede seguir con sus cosas.- No
creo que me fuera a cruzar con la mayoría después de terminar, así que
querría hacer algo bueno por el grupo al menos. Y capaz soné demasiado
optimista, pero ése es mi propio problema. Si no, capaz no estaría
siquiera....
Antes que pudiera comenzar a descender, un aura dorada y cálida nos rodeó. -Estos son mis sentimientos hacia ustedes y mientras estén dentro nunca van a estar solos- dijo Max sonriendo. Inmediatamente me sentí mejor, menos cansado;
no solo por lo que nos había hecho, pero por sus palabras. No le íbamos
a terminar de agradecer a este tipo ni en mil años. Aunque si él
invitaba las cervezas, podíamos sentarnos a charlar de eso que nos había
contado después de la pelea con Sam.
Me arrepentí un poco de ir
primero al sentir la falta de aire y la humedad en el túnel. Logré
forzarme a respirar regularmente, escuchando los pasos de los otros
atrás mío, hasta que el camino se fue ensanchando. Luego de pasar un
pasillo cubierto en runas, llegamos a una especie de palco.
-Oh.- fue todo lo que alcancé a decir.
Era
el tipo de lugar al cual no se le puede hacer justicia con palabras.
Seguramente haya leído de algo así pero no podría ni haber imaginado lo
imponente de la estructura. Si la arquitectura no era suficiente para
dejarme helado, la idea de que todo ésto estaba simplemente abajo de la
ciudad por la que habíamos pasado los últimos tres días corriendo, y la cantidad de
información que debía haber, hacían el resto del trabajo. Una cosa es
que un Guardador te diga lo que archivan, otra muy diferente es verlo y
darte cuenta la verdadera magnitud de su Sociedad.
Las voces nos
llevaron a notar la reunión en el piso más inferior. Al parecer era el
juicio de Julia... Alyara... y llegamos justo. Tragué saliva al ver al
Noctowl posado al lado de una de las personas, el ave nos observó pero
no hizo nada. Igual seguramente ya sepan que estábamos en camino.
Al escuchar el eco del pedido de esa Guardadora, sentí la pokeball de Ehre agitarse. -Sí, ya sé.- murmuré. Hace cuánto estás prestando atención, Emilie? Ésto en lo que nos metí... es algo que te vaya a ayudar?
El
doc pidió que esperemos a ver qué decían mientras Nico buscaba túnicas
para hacernos pasar por miembros. Me importaba más saber dónde tenían a
Julia, si no le permitían presenciar su propio juicio.
//Percepción + Detección para ver... algo (?) un modo rápido de bajar o carteles idk// [dice]0[/dice]
---------------------- me olvidé de poner el código de dados xD
-Qué?-
Dije al rubio de cabello alocado, las experiencias cercanas a la muerte
nos están afectando la cabeza a todos o soy yo que estoy alucinando? -Qué les pasa a todos?- comente mientras caminaba hacia la torre.
Nunca
me alegre tanto de haber robado estos lentes, los reflectores
iluminaban fuertemente nuestros cuerpos haciéndonos sentir el daño que
habíamos recibido durante nuestra última pelea. De verdad me hubiera
venido bien una siesta antes de entrar o una visita al hospital con una
semana de estadía, pero no se si aun tengo seguro medico o si julia
sigue viva dentro de una semana.
-La próxima, nos juntamos en la casa de alguno, les parece?-
Bromeo el rubio, negué con la cabeza mientras seguía caminando, voy a
darle puntos por conservar el humor aun en un momento como este, quizás
podría aprender algo del futuro marido del roomie. En otro momento en el
que no me este por explotar un órgano interno o algo. Aun seguíamos con
el tema de lo que éramos, no veo por qué darle etiquetas a nuestros
asuntos nos va a cambiar en algo, tenemos el mismo objetivo, con saber
que contamos con el de al lado para lograrlo estamos bien. Seamos amigos
o familia, somos compañeros ahora y para mi eso basta.
Me quede
parado frente a la fuente con los azulejos, cada uno representaba el
color que llevaba el nombre de cada una de las 5 plazas, como habrán
hecho para construir un tremendo mecanismo y que nadie lo note?
Definitivamente el sínodo debía tener conexiones con la gente de más
alto rango de la región.
-Estos son mis sentimientos hacia ustedes y mientras estén dentro nunca van a estar solos- Escuche decir atrás mio, si alguien esta dando abrazos me voy a tirar desde la torre lo jur... -wow-
me di vuelta al ver como una especie de campo de luz no envolvía a
todos, el doc estaba en el centro de la cúpula, por lo visto él había
sido la causa de que esto sucediera. Mis heridas comenzaron a cerrarse, no mucho pero por lo menos era algo,
había estado en peor situación hace un rato, todo servía. Mi momento
de calma se interrumpió cuando sentí algo que hacía años que no había
sentido, mire a mis pies, mi sombra se movía de forma extraña…Quizás
habían sido las luces o tal vez mi experiencia cercana a la muerte lo
que las había hecho volver o no sé, despertar? Me agache un segundo
mirando directo al piso donde se proyectaba.-Buen momento eligieron para volver.- En otro momento me iba a poner a meditar sobre esto pero no ahora.
-Bueno señores, tenemos un juicio al que asistir me parece, si salimos vivos roomie paga el asado.- Comente mientras me metía por el agujero de la entrada.
Frio,
eso es lo primero que siento mientras camino entre la oscuridad, las
sombras nunca fueron un problemas para mi pero estas se sentían
distintas, más deprimentes por asi decirlo, definitivamente en este
lugar algo estaba pasando. Seguimos avanzando sintiéndonos cada vez mas
encerrados lejos de estar llegando a un lugar, por momentos parecía que
nos costara respirar, me sentí aliviado cuando a lo lejos pude ver unas
lucen que comenzaban a iluminar el camino de una vez. Apure mi paso
deseoso de salir de aca de una vez por todas aun que eso signifique la
muerte.
Si antes sentía frio ahora siento asombro, paredes
talladas con unows, libros de toda clase y una especie de estructura
gigantesca como una colmena con forma de biblioteca nos rodeaba, las
estatuas también llamaron mi atención, pokemons legendarios de todos
tipo, algunos conocidos por mi y otros que jamás había visto en mi vida.
Me acerque con cuidado hasta el balcón, me sorprendía lo poco que
estaba habitado el lugar, realmente esperaba algo más de gente acá. Me
asome con cuidado para contemplar un poco más la profundidad del lugar. -Con que ahí estaban todos.-
Pensé al ver un grupo de gente reunidos en el fondo de la biblioteca,
tres personas estaban sentadas en una mesa en el estrado superior,
debían ser la líder del sínodo, la líder del gimnasio y el representante
de Johto. -Mierda.- Susurre al ver al
noctowl observarnos desde abajo, esas cosas tienen excelente vista, es
más que probable que su dueño sepa que estábamos por llegar.
-
Alyara. Conocida en el mundo exterior como Julia Arquembourg.
Actualmente en las catacumbas con sentencia de encierro. El Sínodo
solicita su ejecución por diversos crímenes contra nuestra sociedad.
Contra nuestras creencias. -
Ughhh nunca podemos tener una
fácil, ahora sabíamos que definitivamente Julia era el blanco de los
guardadores y teníamos que rescatarla. Lo bueno, ya sabemos donde ella
esta, lo malo, debemos bajar como 10 pisos seguramente y dudo que no
haya gente esperándonos, ellos sabían que veníamos aca. Me pregunto si
Nerón no estará por acá también junto con la otra guardadora. Hora de
trazar un plan que no nos va a servir de nada. -Hora de trabajar. Abajo, ya.- Le indique al resto del grupo, no quería que nos vieran mientras estábamos planeando qué hacer.-
Tenemos que llegar hasta las catacumbas, o sea bajar estos, 10 u 11
pisos y quizás más, no sabemos qué tan profundo este Julia atrapada y si
vieron al noctowl con su dueño, ese mismo pokemon nos estaba viendo
cuando salimos nosotros del club, por lo que sabe de que por lo menos 4
de nosotros veníamos hacia aca. Quizás ahora sepan que ya llegamos así
que no se cuanto nos dure el anonimato.- Explique lo más bajo que podía al res de mis compañeros, teníamos que movernos rápido antes de que alguien nos encontrara. .-Quizás haya un mapa o algo que nos ayude a guiarnos por aca, dudo que no hayan señalizado con carteles o algo este lugar.- Mire
a los unows flotar en la oscuridad emitiendo una danza extraña entre
si. Me acerque a ellos, no sé qué tanto ellos habían estado con julia,
espero que lo suficiente como para conocer el lugar. -Por favor busquen, yo voy a intentar algo distinto.- Cerré mis ojos mientras las 3 criaturas danzaban a mi alrededor. -Muestrenme lo que recuerden del sínodo.-
// Inteligencia + Ocultismo para ver si puedo ver lo que recuerden del sinodo.// [dice]0[/dice]
Legamos,
finalmente, a la entrada del Misterioso Sínodo. Estábamos cansados,
heridos y hartos de toda esta situación. Hasta me alegraba de estar en
sus puertas por mas del peligro que significaba ese lugar. Dejé que
todos pasaran antes y miraba constantemente hacia atrás. Primero nos
negaban las contraseñas y ahora nos las regalaban en bandeja de plata.
Era demasiado sospechoso. No había guardias, no había alarmas.
Definitivamente nos querían adentro de este lugar, pero ¿por qué?
La
luz era mínima y Urien, Arturo y Lanzarote hicieron lo posible por
solucionar eso. Su tenue luz celeste nos reveló tallados similares a
ellos por todas las paredes. Escrituras en antiguo lenguaje Unown. Ahora
entendía por qué me sonaba familiar la forma de Artu la primera vez que
lo vi, había leído sobre estos jeroglíficos alguna vez en algún libro
de arqueología de Kanto y Johto. Luego empezamos a ser intimidados por
la mirada imponente de las estatuas de Pokémon legendarios que posaban a
los costados del corredor. Entei, Cobalion, Tornadus... Debo decir que
me sentí un poco reconfortado al ver a Solgaleo, oriundo de mi tierra
natal. De pronto el Doc comenzó a hablar y una luz amarilla, como un
aura cálida, nos inundó a todos. Sentía como mis huesos sanaban.
Aún tenía laceraciones, pero ya no tenía huesos rotos (y seguro que
algunos tenía después de esa lluvia de cascotes). En ese momento recordé
a Lando. Lo hice salir para tratar sus heridas. No había tenido tiempo
de encargarme de él desde que salimos del club nocturno. Su lengua de
fuego iluminaba un poco más cada vez que se asomaba.
-Quedate
quieto un segundo, ya se que no te gusta que te rocíen con nada, pero
esto te va a ayudar a sanar. - Le indiqué mientras le aplicaba unas
pociones. -Quedate cerca y toques nada. Y si, lamer cuenta como tocar.
Salimos
a una especie de balcón y debajo, en un lugar circular, se encontraban
los susodichos guardadores. Querían ejecutar a Julia, como era lógico,
pero sentía que no íbamos a estar solos en su rescate. Había claramente
dos facciones. Kabir mismo me contrató a mí y de hecho nos ayudó. Solo
esperaba que estuvieran de nuestro lado.
Fui
la última en entrar. Me quedé observando en silencio el espacio que se
había abierto en el suelo, incapaz de dar un paso adelante. -Será
mejor que vuelvas dentro -le indiqué a Valkyria, que asintió antes de
regresar a su pokebola- Y ustedes dos... -Urien ya estaba ingresando,
deseoso de seguir a sus compañeros unown. Volteó a verme junto con
Galahad que seguía entre mis brazos- Tu eres libre de hacer lo que
gustes -le comenté a la pequeña U flotando- Y tu... ¿Me acompañaras, no?
-el minior se soltó de mis brazos y comenzó a emitir algunos sonidos
volando a mi alrededor. Sonreí, pero aquella sonrisa se desvaneció tan
pronto volví a fijar mi mirada en el agujero. Di un paso y me detuve.
Era una última oportunidad que tenía. Y con el riesgo que implicaba...
decidí tomarla.
Aquella oscuridad era reconfortante, hasta cierto
punto. Durante aquel trayecto la ausencia de todo sonido, olor, color,
luz, brisa, me relajaban. Cada paso era un latido puro, fuerte que mi
corazón daba, recuperándose de la opresión que estaba sintiendo desde
que habíamos salido del club.
Sentí algo florecer en mi pecho al alcanzar la luz.
Miré
a los alrededores, libros, estatuas, inscripciones de los unown. Me
aproximé, sintiendo algo de entusiasmo. Acaricié aquellas marcas con las
puntas de los dedos, las recorrí, seguí su trayecto como si fuera yo
quien las hubiese escrito, o quisiera escribirlas. -¿Cuándo fue la
última vez que fui a las ruinas? -le pregunté a Galahad, que volteó a
verme. Se quedó en silencio, y negó con su cuerpo, indicando que no lo
recordaba. Intenté hacer memoria. Sin embargo, otros tipos de recuerdos
se me venían a la cabeza- Realmente detestaba que fuera... -musité sin
dejar de observar casi hipnotizada las inscripciones, mientras Galahad
apartaba la mirada emitiendo un pequeño pitido triste, llegando a las
mismas conclusiones que yo. El caballero... no estaba allí, en la
época que visitaba las Ruinas Alpha casi a diario, pero durante el
periodo en el que él reposaba, luego de su llegada.. le había contado
casi todo sobre mí. Y dicen que muchas veces los ancianos tienen mejor
memoria que nadie más. Bueno, anciano... alguien con unos cuantos miles
encima.
Cerré los ojos y apoyé mi mano sobre ellas, intentando recordar sobre lo que había leído tantas veces.
//Inteligencia + Leer Runas – vamos que el momento de usar ese dado llegó (?)// [dice]0[/dice]
El
mundo a mi alrededor estaba cambiando. ¿O era alrededor de todos? La
cúpula generada por Maxwell. Las brisas de Nico. Las sombras de
Nicholas. Podía percibir todo aquello. Desde lo que uno no puede
ignorar, hasta lo más pequeño e imperceptible. Era como si una voz qué
únicamente yo podía escuchar me susurrara al oído “Volteate aquí...Mira
hacia allá... Cuidado, a tus espaldas”. Durante tanto tiempo quise...
aparté las manos de la pared.
¿Por qué no podía ser como ustedes? ¿Por qué debía estar con ustedes? ¿Por qué aquí?
Sentí
una corriente fría recorrer mi cintura, subiendo hacia mi pecho,
girando finalmente alrededor de mi corazón. Se lanzó hacia él y comenzó a
asfixiarlo. Envidia, supongo. Me di vuelta abruptamente intentando
alejarme de aquellas emociones, me aproximé al borde del palco y sentí
la mirada del noctowl clavada en nosotros. Nos estaba siguiendo. Observé
las figuras que lo acompañaban rápidamente y volví con el resto.
Entonces noté a Nicholas con los Urien, Arturo y Lanzarote. “Muéstrenme
todo lo que recuerden del Sínodo”. Toqué a Urien rápidamente. -
Necesito saberlo -dije con determinación y cerré los ojos también. Y
antes de perderme en un abismo de oscuridad, dejé de salir de entre mis
labios una frase melodiosa como el viento de las colinas que tan bien
conocía- Luego les contaré una historia. La noche que en el cielo se
rompió.
al
fin habíamos llegado al sinodo con mis sentimientos liberados y con
miedo ante el futuro avanzamos por las húmedas escaleras hasta llegar a
un oscuro lugar, el ver era complicado Seguimos avanzando hasta llegar a
una magnífica biblioteca era un sueño hecho realidad tal vez pueda
aprovechar si salgo vivo de esta para meterme y buscar algún que otro
libro Aunque necesitaré mucha ayuda.
no puedo creer cuánto conocimiento han adquirido aquí y lo han
mantenido sólo para ellos cómo se conserva el conocimiento si no se
transmite si sólo un grupo elegido puede ver tan magnífico espectáculo
de sabiduría si el sínodo desapareciera quién seguiría con el cuidando
del conocimiento este puede ser su error más mortal. Aproveche para ver los libros por si habia algo util.
/investigacion+inteligencia/ [dice]0[/dice]
Seguimos
avanzando hasta llegar a un balcón a muchos pisos hacia abajo se podía
ver una ceremonia aún a la distancia se podía escuchar lo que decían
parece que esa era julia y está su ejecución No sabía muy bien que hacer
lo mejor era alejarse y evitar llamar la atención pese a mirar al resto
del grupo con un poco de nervios calmandome al llegar al ver a ibaraki.
La
sesion que se desarrollaba en el salon inferior habia comenzado,
escuchaban apenas murmullos, con excepcion de cuando hablaba aquella
persona en el centro del estrado. Si voz parecia amplificada de alguna
manera, como si saliera de las mismas paredes y columnas. Los
entrenadores primero trataron de guardar todo el silencio posible,
agachandose para no ser vistos en el palco. Mientras tanto, algunos
trataban de encontrar alguna forma de llegar a las catacumbas que segun
la mujer del estrado, era donde tenian a Julia. Kileo comenzo a
buscar entre la biblioteca,encontrando un sin fin de libros en distintos
idiomas, sobre distintas tematicas, pero todos ellos con un hilo comun.
Parecian estar en el sector corresponiente a religiones. Mint comenzo a
buscar junto con el chico de Alola, lo que mas llamo la atencion de
ambos fue varios libros escritos con las runas que vieron en la entrada,
con letras similares a los Pokemon de Julia.
Yannick y Nico
estaban buscando alguna señalizacion o una forma de ingresar a los pisos
mas bajos sin ser vistos, lo mas cercano que encontraron fue un gran
libro sobre un atril en la entrada de un tunel con una escalera hacia
abajo. El libro era extremadamente viejo y estaba encadenado al atril,
lo cual llamo la atencion al instante de los entrenadores. En el mismo,
se especificaba que en aquel lugar estaba prohibido derramar sangre y
utilizar Pokemon para el combate, asi como estaba prohibido el uso de
armas. Eso alivio a los entrenadores tambien al notar que no tenian que
preocuparse por guardias.
Maxwel se mantuvo atento a lo que se
hablaba durante el juicio, si bien le costaba mucho trabajo entender que
ocurria, llego a escuchar que la muchacha estaba en las catacumbas
debajo de aquella sala, encadenada desde el dia que regreso desde el
mundo exterior.
-Alyara tuvo el permiso
de visitar el mundo exterior y fue corrompida en aquel lugar. Su mision
era recolectar unas tablas en las Ruinas Tanoby en las Islas Sevii. En
ellas, las palabras escritas hace mas de 1500 años la asustaron y
corrompieron. Rompio su juramento de guardadora y se involucro con una
persona. No solo eso, regreso confesando esto y exigiendo que el Sinodo
averigue mas sobre lo que aquellas palabras sin sentido decian. - Le mujer expuso la situacion delante de todo el Sinodo, aunque parecia que la decision ya estaba tomada.
-Sin animo de ofender a su Suprema Sabiduria.-
El hombre del Noctowl pidio la palabra. Su voz era calmada, pero
tambien se la pudo escuchar en todo el lugar, arrastrada por el viento- Nuestra
mision como Guardadores es llegar al fondo de cada conocimiento
existente. Alyara puede haber cometido errores, pero su intencion de
llegar al fondo de aquell que descubrio es honesta.- Un murmullo estallo
luego de aquellas palabras.
-No se esta juzgando sus intenciones, Zalmak. O Adario, como por tantos años te haces llamar. - Dijo la Lider de Gimnasio de Anistar con sus ojos cerrados. - Yo
misma verifique las palabras de las que Alyara hablaba. Incluso la
profecía completa no llevaba a nada de lo que sepamos. No estoy a favor
de que la chica muera, pero su error no puede pasar sin castigo. -
La lider abrio sus ojos, uno lila y otro amarillo. Las palabras que
salieron de su boca dieron un escalofrio a los entrenadores que estaban
diez pisos arriba.
El primer caído cruzara el umbral. Su alma perderá la forma. El mundo cambiara de dueños. Uno a uno vendran.
Los caídos vagaran en su laberinto. Las lineas del laberinto romperán las estrellas. Y la sombra de los astros se alzara.
El
sudor frio recorrio la espalda de los jovenes. La respiracion se les
fue por un momento. Nuevamente escucharon la voz de Julia recitando
aquellas palabras. Aquella voz que conocian incluso sin haber visto
jamas a la chica. Nitta temblaba. Habia dejado de recorrer con sus dedos
las runas. Por un momento la chica tuvo que agacharse para recuperar el
aire. Agitada, la chica volvio a poner sus manos en las runas
leyendolas una a una. De alguna forma, se convirtio en un segundo
lenguaje. Las Runas relataban la forma en la que el Sinodo surgio y como
se mantenia. Los acolitos eran siempre decendientes de Guardadores
anteriores, muy rara vez se podia tomar a alguien nuevo para que entre a
la sociedad. Y si bien la sede de toda la informacion del mundo
reposaba en Kalos, el Sinodo fue creado en otro lugar, en otra region.
Las Runas especificamente indicaban que el Sinodo original se encontraba
en "La tierra separada por los Dragones".
No hablaba mucho mas sobre la historia, pero las Runas especificaban
que la forma en la que se habian ejecuciones en el Sinodo se habia
originado en aquella tierra. No se ejecutaba a nadie de forma violenta,
sino que se los inducia a un sueño eterno y una nueva vida de servicio.
-"Dormir eternamente en los ataúdes de la nueva vida"-
Murmuro la chica aterrada. Un sonido saco a la chica del trance. A sus
espaldas, Frost estaba delante de los tres Unowns. La chica se acerco al
Unown U que la habia acompañado desde el combate con Mallory. La
criatura se puso cerca de su mejilla.
Todos lo sintieron por
igual. El frio, el miedo, y la soledad. Tuvieron una leve vision de
donde estaba la chica. Vieron como los tuneles y pasadizos se retorcian,
pasaban por la sala circular donde se desarrollaba el juicio. Las
catacumbas. Vieron cientos y cientos de sarcofagos, si bien no
comprendieron el porque. Vieron las catacumbas, y vieron una puerta de
piedra con inscripciones. Sintieron tres presencias en ese lugar. Julia y
otras dos criaturas. Otros dos Unowns.
Regresaron al palco.
Mareados y sin aire nuevamente. Por primera vez sintieron el encierro de
estar varios metros bajo el nivel del suelo en aquella catedral
infinita bajo tierra. Se sintieron atrapados, pero sabian donde tenian
que ir. Para su sorpresa, el unico que no tropezo al regresar era Jaime.
Estaba parado, firme y con los ojos muy abiertos.
-El mundo cambiara de dueños. Uno a uno vendran.- Dijo Jaime. Su voz sonaba distinta. Parecia haber enejecido varios años en tan solo un instante luego de aquella vision. -
Julia me dijo eso una vez. Antes de...irse. En ese momento no lo
note...pero..."El mundo cambiara de dueños". Es...tambien lo que mi
padre siempre decia. - El muchacho se quito el chaleco que llevaba
sobre la camisa y lo rompio, tapando con el algunas heridas que aun le
sangraban. Yannick entrecerro sus ojos. No se habia percatado de que la
estrella de Jaime no era la misma que penso haber visto hace unos
momentos fuera del Sinodo. El Darmanitan no se encontraba mas con la
expresion triste de su Modo Zen. Ardia junto con los ojos del muchacho
mientras camino hacia el tunel que llevaba a las escaleras de abajo. - Admito
que...fui y seguramente vaya a ser un estorbo durante todo este viaje.
Les agradezco no haberme dejado a morir en la primera oportunidad que
tuvieron. Ustedes, Epiphone, todos fueron arrastrados por un capricho
mio. Pero hay algo mal en este lugar, en todo lo que esta pasando, y en
este mundo. Voy a ir a buscarla. Alyara. Julia. O como se llame. Ella
sabe algo a lo que esta gente le teme y mi padre ansia. Voy a bajar
estos diez pisos. Y si alguno de esos Guardadores planea
detenernos...Seguramente lo logren. Pero antes, van a temernos.
El joven Gautier se perdio en los tuneles, guiado por la vision de los Unowns.
Los habia sentido. Era
la primera vez desde hacia...dias? meses? Habia perdido la cuenta. Era
una briza calidad, casi una caricia. U, A y L. Estaban al cuidado de
gente de confianza, y la unica forma en la que podria sentirlos seria
si...
Jaime.
No pude evitar
sonreir. Me sentia una nena estupida cada vez que eso pasaba, pero ya
habia aprendido a no combatirlo. Pensar en Jaime me hacia sentir
vulnerable, cosa que siempre odiaba. Pero ahi estaba, acordandome de el.
Curiosamente, acordarme de el y de esos dias bajo el sol de los
jardines del Parfum Palace...era lo unico que me hacia mantenerme
cuerda. Y tambien, lo unico que callaba las otras voces.
La
luz tenue de la prision ya era una costumbre. Cadenas en mis pies y
manos. Supongo que era simplemente estético, porque sabían que no podia
moverme de ese circulo brillante en el piso, trazado por la mismísima
sacerdotisa del Sinodo. Supongo que seria un honor. Aunque sabia bien
que en estos momentos estaban...
Tenemos que salir. Dijo Jaime.
Si,
tenemos que salir. No podia seguir en este lugar. Intente hacer fuerza
para librarme de las cadenas, de nuevo, vulnerable como una chiquilla.
Sabia que era inutil. Mis compañeros me miraron con preocupacion. Me
habian dejado mantenerlos conmigo. Los otros tres estaban en el mundo
exterior y sus hermanos seguro sentian su presencia conmigo, viendome
morir lentamente.
-Tranquilos. -
Los calme. Sus ojos me miraron, con la misma preocupacion que me miraron
la primera vez que me rescataron en las Ruinas Tanoby. Al principio no
entendia...pero despues de leer y leer, descubri que sus letras querian
decirme algo. Advertirme.
Tenemos que salir. -
Suzurro Jaime de nuevo. No, no era Jaime, yo estaba volviendome loca
lentamente. Jaime Gautier deberia estar seguro con Jerome. La herida me
ardia todavia. Mi compañero mas proximo se acerco y emitio un sonido de
preocupacion. Podia sentir la herida el tambien. Claro, el me rescato y
seguro recibio algun golpe cuando cerramos la puerta.
-Tranqui...los-
Dije recobrando el aire y la cordura. Deje de forcejear y deje de
escuchar las voces. Todo fue en vano, porque pronto todo empeoro. No
solo lo escuchaba, ahora veria como la puerta de la catacumba se abria. Y
claro...Jaime estaba a la cabeza, con un grupo de varias personas
detras. Sonrei entregandome a la locura finalmente.
-Jaime...-
Uno de los acompañantes de mi ilusion grito con advertencia
señalandome. Eso era nuevo. Era un chico con cabello marron y una
campera universitaria. Me señalaba como si viera un fantasma. Bueno...no
puedo culparlo, no debo estar en mi mejor estado. Un chico rubio con un
gorro de lana lo tomo del hombro para tranquilizarlo.
Todo
temblaba. Las paredes se quebraron. Entonces senti de nuevo, el abrazo
de la locura. Un destello de luz me cubrio y me entregue felizmente. Mi
mente se derritio con aquel destello celeste que me rodeaba. Jaime
gritaba algo pero no escuche. No quise escuchar. No quise pensar. Era
tan feliz de este modo.
Tenemos que salir.
Y habiamos salido. Estaba en el cielo de Lumiose. El cielo se quebraba como una herida sangrando en el mundo.
Y esa herida sangrante en este mundo viejo me parecio lo mas hermoso que vi en la vida.
La cama de Karen siempre fue de lo mas incomoda. Me dolia la espalda, y no era solamente por las decenas de golpes que
habia recibido hace un segundo. Si, ya se que no debi hacer lo que hice,
despues de como rompimos. Tecnicamente jamas fuimos novios asi
que...ademas...ella me insistio en que me quede y una cosa llevo a la
otra...y...bueno, ustedes saben. Me levante, ella habia salido hace un
momento, tenia la costumbre de salir a pasear despues de que
haciamos...esto. Todos tenemos nuestras manias. Yo personalemente, como.
La heladera estaba vacia, como era de esperarse. Me sente en el
sillon esperando que venga y me diga donde escondia algo de comer. No
debi hacer esto. Mi mente empezo a divagar. Y si piensa que la estoy
usando? No no, hay cosas mas graves de las que ocuparme. Ian seguramente
estaba por ahi y...
Temblor.
Ok...no me acordaba de la
ultima vez que hubo un temblor en Lumiose. Trate de no darle
importancia. Escuchaba gente correteando abajo. Exagerados, apenas si
temblo. Otra cosa que odiaba del departamento de Karen era la poca vista
hacia afuera que tenia. La unica ventana daba a un patio interno asi
que no podia chusmear si el temblor este tiro algo. Ah, supongo que me
va a decir cuando llegue. La culpa me carcomio un poco, deberia estar
mas preocupado por ella...no?
-Todos somos descartables-. Dijo de nuevo Blake en mi cabeza.
-Callate, que sabras vos. - Dije alejando el pensamiento.
-Se que no estoy en calzoncillos en el departamento de una chica mientras se te necesita afuera.- Dijo Blake de nuevo, Oh, que raro, jamas habia escuchado que....ah mierda.
Estaba
atras mio, habia entrado por alguna ventana. Me pare y me acomode la
ropa como pude. Ah, esta vez no ibas a safar, enfermo.-
-Que carajo, haces, aca!?
- Grite levantandome y yendo a darle un puñetazo bien merecido, pero el
tipo me paro la mano como si nada. Ok, momento de la artilleria pesada.
Busque a Vivi y...
-Me encantaria seguir con esto, pero se te necesita afuera. "Escudo de Kalos". Dijo señalando al cielo.
Habia
algo en esta noche que no me podia dejar en paz. Era media noche y
pasada la hora en la que suelo dormir. Me acerque a la ventana y comence
con la tarea que habia empezado desde el dia anterior. Realmente estaba
en desacuerdo con todo lo que Akshara y su...pensamiento proponian.
Pero no podia evitar recordar el sabor de aquel exquicito te que tome en
su oficina. Algo trivial, pero era ideal para despejar la mente.
-Sauco, definitivamente es 50% Sauco...-
Repeti para mis adentros mientras me sentaba en la silla del balcon.
Era una silla sencilla, de mimbre, pero bastante comoda. Mi favorita a
la hora de leer por las tardes. La noche era fria, asi que equido de una
gruesa capa de lana comence la mezcla que esperaba esta vez me de
resultado.
Quizas ya estaba soñando, pero senti un temblor en el
lado central de la ciudad. Lo atribui a los festejos, pero pronto la luz
de la noche cambio obligandome a desviar la mirada de mi mortero y mis
mezclas de hiervas al azul electrico del cielo nocturno. El mortero
cayo al piso con la mezcla y todo. La tetera y el juego de te le
siguieron, y de no ser por haberme agarrado del umbral del balcon,
habria caido al piso tambien.
Azul electrico, varios puntos de luz rodeando la ciudad. Varias...puertas. Y salian de ellas. Y...atacaban.
La chica de la rutina de ejercicios si que tenia energia. Me agotaba de
solo verla sentada en el sillon entre las camperas que estaba tratando
de organizar desde hace dias.
-No, esta haciendo mal todo! - Me
queje tirando un poco de helado sobre una campera de cuero, creo que el
respingo que di hizo que me golpee contra el techo. Trate de bajar la
voz, no queria que los vecinos se quejen de mi...de nuevo. Ya bastante
tuve que explicarle a la dueña cuando salieron varias personas de mi
departamento hoy a la tarde.
-No se permiten fiestas en este noble establecimiento, hay familias! Niños! -
-Lo se señora Miller, no era una fiesta, era...era...eh....- Soy pesima mintiendo, asi que la señora Miller me dejo hablando sola. Solia enojarse conmigo seguido como sea.
Me
di otro golpe contra el techo, pero esta vez juraria que no habia dado
un respingo...y tampoco entendia porque el televisor se cayo al piso.
Tampoco la gente gritando en los pasillos.
-NOS ATACAN!! - Grito el esposo de la Señora Miller. Ese hombre habia quedado muy mal desde la guerra...
Mire
por la ventana y vi un espectaculo de fuegos artificiales como no habia
visto nunca. Parecian casi agujeros en el cielo, de luz celeste. Oh! Y
habia cosas que salian de ahi...Una de esas cosas venia directo hacia
este edificio?
Eran
las 12 de la noche pasadas y ya estaba durmiendome. Mi compañia no era
de lo mejor, pero no podia permitir que me aburriera asi. Que iban a
decir las malas lenguas? Merde!
-Ma belle...Epiphone...Se que pareces disfrutar mucho estos juegos de mesa que francamente tenia olvidados en ese armario...- Habia muchos de esos que ni sabia que tenia.- Pero no te apetece pasar una velada mas...Amusant! Excitant! -
Quizas
no deberia tentar a la suerte, bastante me costo convencerla de que
estabamos a salvo luego de aquel ataque en el piso de abajo, y mucho mas
convencerla de que no tenia que salir corriendo atras del Monsier
Gautier...
-Decis eso porque estas perdiendo.-
Dijo la chica. Ah...habia algo encantador en su torpe inocencia.
Charmant, es el tipo de chica que habria puesto contenta a mi abuela. -
-Petite Epiphone, no se le habla asi a los mayores...-
-Tenemos casi la misma edad...Y yo tambien soy hermana mayor, se lo que estas haciendo! -
Durante el tiempo que pasamos hablando y jugando al Monopoly, me conto
sobre Monieur Thenardier y su hermana. Y claro, me escucho quejarme de
Cameron unas...siete veces.
-MMm puede que sea asi. Bueno al menos tenes suerte que tu hermana no te pide dinero para usar disfraces en Unova...-
La chica rio con mis palabras. Era la primera vez que alguien se reia
genuinamente hablando conmigo. Oh, Monsieur Gautier, lo que acabas de
perder...
El Skitty que la chica tenia en brazos me araño por
decima vez en la noche, estaba a punto de sacarlo a patadas cuando note
que esta vez si se habia asustado por algo. Era imposible sentir
cualquier tipo de temblor desde este cuarto especialmente
asegurado...pero por lo visto un temblor habia azotado las calles de
Lumiose...y...
-Mademoiselle
Epiphone...voy a tener que solicitarle que me siga. Creo que la ciudad
ya no es segura y su seguridad es mi trabajo.